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366 pages, Mass Market Paperback
First published January 1, 1974


“La vida es absurda y en su mayor parte, cómica”La máquina de amor sagrado y profano se llama Blaise Gavender. La máquina debería mantener un equilibrio entre su felicidad y la de Harriet, su esposa y amor sagrado, y la de Emily, amante y amor profano, pero no funciona todo lo bien que Blaise quisiera, siempre acaba sufriendo alguien.
“Qué parcialmente formado está todo ser humano. ¿Cómo no íbamos a ser una fatalidad los unos para los otros?”El amor de Blaise a sus dos mujeres es bastante dudoso o, de existir, es muy inferior al que siente por sí mismo. Harriet sufre de exceso de amor, “como tener demasiada leche en los pechos”. Emily… bueno, Emily es de esas mujeres que llorarían de alegría al comprar un mantel para un hogar del que Blaise no tuviera que irse a cada rato.
“El amor lo es todo en la existencia de una mujer. Tal era ciertamente su caso, y qué aterrador resultaba”Iris Murdoch es una autora a la que admiro muchísimo, pero imagino como una tortura verse bajo su ojo crítico y poder acabar retratado, con ese detalle, con esa minuciosidad, con ese desenmascaramiento, en una de sus novelas. Y aun así, qué placer culpable, el mejor de los placeres, experimento con el diabólico sarcasmo de los retratos que construye de esas pobres gentes que, como realmente nos pasa a todos, se creen dotados de unos dones y una madurez que distan mucho de poseer.
“La ironía de un autor a menudo oculta su gozo. Esa máscara es posiblemente la principal función de la ironía.”Pero desde que murió su mujer, Sophie, no sabe cómo vivir consigo mismo. Sophie estaba constantemente invadiendo su mente con las mismas discusiones que mantenían en vida de la difunta, un fantasma que se niega a ir y liberarle de aquellos celos que tanto sufrimiento le provocaron. Un dolor que Sophie, inculta y atolondrada, compensaba sobradamente en vida con “su brillante energía” y “su loco regocijo”, pero que ahora, con ella muerta en circunstancias bastante desagradables, le dejaba solo con su dolor.
“La bondad es hallar satisfacción en los actos nobles“Sólo los problemas de sus vecinos Harriet y Blaise, o las malas noticias de los telediarios, le liberaban de sí mismo. Harriet le produce una rara fascinación con su comportamiento ante la infidelidad de su marido, con su bondad, con su entrega y sacrificio, como si esa fuera la respuesta.
“Me parece como si el mismo dolor me diera fuerzas para soportarlo… es como si me estuviera mirando a mí misma todo el tiempo, y admirándome por resistirlo… es raro, pero me siento tan llena de poder… siempre he dependido de otras personas… de pronto, ahora me parece que… todo el mundo depende de mí… descubrí lo mucho que era capaz de dar”Pero no hay respuestas en las novelas de Murdoch, y sí muchas preguntas, además de, en esta de ahora, unos cuantos perros, dos hijos atormentados, amores no correspondidos, niñas y mujeres fatales, muchos sueños y filosofía con la siempre pausada, inteligente, malévola, sencilla en la forma y compleja en el fondo, prosa de la señora Iris Murdoch.
“La filosofía, la ansiosa conexión de una cosa con otra, la satánica proliferación de programas de dominio conceptual, la duplicación de un mundo ya duplicado, él lo consideraba desde hacía mucho como el inútil peregrinaje de los insectos“