Tras muchos años consagrándose como poeta, David Refoyo nos brinda una novela íntima y fraternal, escrita con ese lenguaje tan bello propio de la poesía. En Los Restos se entremezclan los recuerdos de su protagonista con el deseo de cumplir la última voluntad de su abuelo. Sin pretenderlo este libro se convierte en un diario a varias voces, donde algunos enfrentan la soledad del mundo rural y otro anhelan volver a una vida más sencilla, sin prisas, sin ruido. Los Restos no es solo una historia. Es la necesidad de de volver a casa, de parar y respirar de nuevo.
Con esta lectura he tenido sentimientos encontrados. Por una parte, me ha parecido preciosa la manera de escribir del autor porque se ve perfectamente que es poeta. Cómo describe las escenas, los lugares, los sentimientos… También me ha gustado que hable del duelo, de volver a las raíces, de cómo a veces la vida nos arranca de nuestros lugares y de cómo se siente volver. Creo que en este aspecto guarda reflexiones muy buenas con las que he disfrutado. Pero tengo que admitir que la lectura se me ha hecho un poco pesada. No porque no me estuviese interesando lo que leía sino porque he sentido que se paraba a describir tantas cosas con tantísimo detalle, que sentía que no avanzaba. Otro punto que me ha hecho quizás no disfrutar al 100% la lectura es que el protagonista no me ha caído muy bien. He sentido que trataba de hablar de emociones muy profundas pero con una frialdad que me hacía no terminar de conectar.
Es una novela íntima que no he disfrutado, el protagonista me pareció muy impostado, frío y lejano, y en este tipo de lecturas empatizar es fundamental. Una novela que invita a la reflexión sobre el desarraigo, la familia, y la búsqueda de autenticidad en un mundo que idealiza ciertas formas de vida. Aunque no me atrapó emocionalmente, sí me llevó a importantes cuestionamientos sobre la sociedad y la condición humana.
Esta novela es la historia del noroeste español, de sus pueblos vacíos y sus casas en ruinas. La historia del regreso a las raíces aunque haya que escarbar hasta hacerse sangre. La historia del gran relato del éxito, que nos demuestra que al otro lado de nuestros sueños no hay nada. La historia del balneario de Bouzas y sus aguas sulfatadas, donde Miguel de Unamuno escribió “San Manuel Bueno, Mártir” y los Panero se bañaban desnudos de noche. La historia de un cuerpo después de la muerte. La historia de una familia que es cualquier familia que haya emigrado a la ciudad (a cualquier ciudad) buscando oportunidades (cualquier oportunidad). Mi abuela Herminia y mi abuelo Manuel yéndose a Bilbao y dejando atrás todo. Mirando para atrás, por supuesto, porque el que no tiene pasado está condenado a no tener presente.
Durante mi estancia en la Fundación tuve la suerte de poder acompañar a @drefoyo durante el proceso de escritura de esta novela, cuando aún se llamaba ‘Zona de confort’ y soñábamos con verla publicada en físico. Mi diario de la Fundación se abre con nuestras conversaciones:
«No sé juzgar (nunca lo supe) la originalidad de un texto. En ‘Utopía de un hombre solitario’, Borges decía que hoy el lenguaje es un sistema de citas. Entonces, ¿qué más da? ¿Qué no es una cita hoy? Esta lectura me está haciendo rememorar mi infancia en Ourense, en un pueblo donde solo había casas, lobos y gente que veranea. “De niño las puertas de las casas permanecían abiertas, tapadas por una cortina que mantenía alejadas las moscas. Para mi sorpresa, ahora se cerraban con llave”. A parte de que lo estoy disfrutando mucho, me apela a mí personalmente Igual es un mensaje muy vacío, pero quería transmitirte esta emoción que siento ahora mismo. Creo que merece la pena invertir tiempo de tu vida en ello porque, funcione o no funcione, la lean o no, es buena. Buenísima». Mereció la pena, al final.
Una meditación hermosa sobre memoria, regreso y búsqueda de autenticidad en nuestro mundo hiperconectado
•De qué va: Un narrador regresa al hogar familiar en un pueblo de Zamora, pero este retorno no es solo geográfico: es un viaje emocional hacia preguntas fundamentales sobre pertenencia, memoria y lo que significa vivir auténticamente. A través de fragmentos que funcionan como entradas de diario —con títulos que van desde comandos informáticos ("Ctrl + Alt + Supr") hasta referencias más poéticas— exploramos la tensión entre nuestro mundo digital hiperconectado y la profunda necesidad humana de silencio genuino y reflexión.
•Por qué funciona la escritura: La prosa de Refoyo es simplemente preciosa: poética sin ser pretenciosa, melancólica sin autocompasión. La estructura fragmentada imita brillantemente cómo funciona realmente la memoria, creando un ritmo orgánico que invita a pausas contemplativas. El contraste entre imaginería rural y terminología digital nunca se siente forzado; articula una reflexión profunda sobre cómo vivimos versus cómo podríamos vivir.
La figura ausente del abuelo se convierte en columna vertebral emocional de la narrativa: representa la conexión con un mundo más lento y tangible, donde las prioridades se medían en conversaciones largas y gestos significativos, no en métricas digitales y optimización constante.
•Mi experiencia leyendo: Este libro cambió completamente mi tempo interno. No es para devorar: está hecho para saborearse, interrumpirse, retomarse. Me encontré leyendo un capítulo y después dejándolo para reflexionar. Cada fragmento se siente como invitación a la introspección, una pregunta lanzada hacia nuestros propios procesos de búsqueda de autenticidad.
Lo que más me impresionó fue la capacidad de Refoyo para abordar temas universales —pérdida, pertenencia, búsqueda de sentido— sin caer en generalizaciones fáciles o sentimentalismo barato. Escribe desde lo que llamaría "melancolía lúcida": reconociendo la pérdida mientras celebra la belleza de lo que persiste.
•Perfecto para lectores que: - Disfrutaron "Los años" de Annie Ernaux o "Soldados de Salamina" de Javier Cercas - Aprecian ficción literaria contemplativa - Se interesan por narrativa rural actualizada - Experimentan esa tensión contemporánea entre velocidad y profundidad - Buscan literatura que invite a repensar prioridades vitales
•Cita favorita: "He vuelto aquí para realizar la más noble de las tareas: nada."
Un libro necesario para tiempos de ruido. Altamente recomendado.
¿Qué sucede cuando la pérdida de un ser querido te permite recuperar tu tiempo? Cambiar los ritmos, activar la escucha: de la historia, de los espacios, del lenguaje y música de las plantas. ¿Cómo se cumplen los deseos de los demás cuando ya no están con nosotros? ¿Hasta dónde es responsabilidad nuestra?
Los restos, de David Refoyo (@drefoyo )podría desarrollarse en un pueblo paralelo al libro de Las herederas de Aixa de la Cruz (@aixadlc ). Ambos libros conectan con eso que a veces parecen tan obvio, pero se nos cuesta tanto darnos cuenta, la necesidad de encontrarnos dentro de nosotros mismos y no fuera ¿por qué no volver a la casa de nuestra infancia a reconstruir nuestros pedazos?
Un fallecimiento. Un duelo. Ambos libros comienzan desde ese punto y los dos viajan a través de la memoria familiar reconstruida en esos espacios y las deudas emocionales que todos arrastramos.
Cada vez más son los libros que caen en mis manos sobre personajes de mi generación que huyen de la vida, que durante un tiempo fue muy fácil de las grandes ciudades y buscan un lugar en sus raíces, no existe romantización de lo rural: hay trabajo, aprendizaje y soledad. Frío y miedo, pero también hay calma.
En Los restos, de David Refoyo, el protagonista descubre un destino que cumplir que no era el suyo, pero que lo transforma, me ha quedado pendiente saber más de ese experimento del sonido de las plantas, de la música y gritos de las flores cuando nos relacionamos con ellas.
Un libro poético, melancólico y a la vez lleno de esperanza. Edita @edieciseis ya está disponible en vuestra librería preferida. . . . . . . #narrativa #bookstagram #books #reseñas #editorial16
Los restos es una obra muy intimista, muy reflexiva. Nos habla de un hombre que con un trabajo bien remunerado y una vida aparentemente arreglada, decide parar y volver al pueblo en el que fue feliz en su infancia. Una aldea de Sanabria (provincia de Zamora), donde apenas hay habitantes y los servicios básicos son todo un reto. 🦴 Es ahí en esa soledad, en ese volver a empezar donde quiere comenzar de nuevo. 🦴 David Refoyo, su autor, es un reconocido poeta con varios poemarios publicados. Y eso es palpable en esta novela. Con un lenguaje en el que cada palabra está cuidada al mínimo detalle, demostrando que con poco se puede decir mucho; una prosa muy cuidada y unas frases para no parar de subrayar. 🦴 Es una lectura para hacer con calma, sin prisas. Para disfrutar y paladear cada línea.
Me ha gustado a trozos, porque mientras que la historia de la vuelta al pueblo a la búsqueda de la memoria del abuelo es la base de la novela las partes del trabajo en Oslo o del proyecto de escucha de las plantas me han parecido muy forzados en la historia. Una pena porque prometía mucho más.