La voz de Mary Hopkin cantando Those were the days llega hasta su celda en Lecumberri y al escucharla decide que ese será también el título de sus memorias acerca del tiempo de las manifestaciones de estudiantes y la represión. En correspondencia con Los días y los años, su relato sobre la masacre del 2 de octubre de 1968, Luis González de Alba hizo también un registro personal de la historia de un joven homosexual en prisión y sus esfuerzos por sobrevivir al encierro con la mayor normalidad posible, del exilio en Chile, los años posteriores e Francia y su andanzas para formularse un futuro después de la detención. La amistad, el amor de otro preso, los romances y encuentros en Europa, enmarcan el testimonio de este narrador acerca de los días de juventud y libertad, días para tener la vida que uno quería.
Escritor mexicano, periodista y divulgador de la ciencia. Ha publicado novela, cuento, ensayo, poesía y artículos en diarios y revistas. Fue integrante del Consejo Nacional de Huelga, que encabezó el Movimiento estudiantil en México de 1968. El 2 de octubre de ese año fue aprehendido en Tlatelolco. Estuvo recluido en la cárcel de Lecumberri, ubicada en México, D.F., donde escribió su primera novela, Los días y los años, un relato del movimiento del que tomó parte.
En 1975, junto a la activista y directora teatral Nancy Cárdenas y al escritor Carlos Monsiváis, impulsó el primer manifiesto en defensa de los homosexuales, publicado en la revista ¡Siempre!.
Fue fundador del diario La Jornada, de los partidos Socialista Unificado de México (PSUM), Mexicano Socialista (PMS) y de la Revolución Democrática (PRD). No milita en ninguno. Publicó durante más de una década la columna La ciencia en la calle en el diario mexicano La Jornada. Publica semanalmente sus colaboraciones en Milenio Diario, dedicada al análisis político y la divulgación de la ciencia. En esta última área obtuvo en 1997 el Primer Premio Nacional de Periodismo.
Empecé a leer este libro sin ninguna expectativa y sin saber demasiado acerca de la historia de González de Alba, excepto porque estuvo involucrado en el movimiento del 68, que escribía para Milenio y que se suicidó recientemente. Comencé la lectura un poco confundido por los saltos espaciotemporales que hace el autor entre dos etapas diferentes de su vida. Me molestó al principio, pero una vez que entendí el truco, le pude seguir el hilo. La verdad es que sí me gustó mucho. Particularmente, me llamó mucho la atención como un actor de la historia nos cuenta esa historia a la par que comparte detalles muy íntimos de su vida romántica y sexual. Es el ser humano, vulnerable y emocional como es, viviendo un trozo de historia para contárnosla. Y sabe muy bien mantener al lector atrapado en sus aventuras hasta el fin, que es muy emotivo. Lo recomiendo ampliamente.
Una muestra de cómo la verdad ficción funciona en Mexico desde 1971. González De Alba posee una habilidad narrativa que le distingue creo yo como uno de los mejores escritores de México. A quien le guste mucho la épica del 68, este libro no le resultará agradable. A quien le haya gustado El beso de la mujer araña de Puig, está versión mexicana le fascinará.
Creo que la. Lectura se vuelve más interesante cada página, sobre todo de la mitad hacia el final. Las 2 historias paralelas (pepe y el exilio) permite entender una situación lejana, de amor prohibido y socialmente estigmatizada.
Es uno de los libros que más cosas me hizo sentir; combina su historia, su vida amorosa, y su participación en el movimiento. Comparte tanto de si mismo sin miedo a exponerse, revela detalles que a veces pasan por la cabeza pero incluso uno mismo tiene miedo de ponerlo en palabras o decirlo en voz alta porque no es políticamente correcto. Pero él lo hace, no calla nada, lo dice todo. Se nota lo mucho que se debía así mismo escribir éste libro, todo el relato, moviéndose del pasado al presente, los amigos que lo acompañaron durante el movimiento, sus años en Lecumberri, su auto exilio en París, los amigos que conoció durante su estancia y los amores que lo acompañaron mucho tiempo después. En ese momento podría parecer que era para siempre, que siempre estarían juntos, que serían jóvenes por muchos años más, pero en un parpadeo pasan 40 años y los amigos de entonces se han ido, la mayoría ha muerto. Desenreda el nudo en su memoria, reconstruye los hechos de aquel 2 de octubre, toma solo lo que le pertenece y devuelve la palma del martirio, que nunca fue suya. Y luego esta Pepe... Pepe Mijares woah! No hay romance más bonito del que haya leído, otros han sido perfectos pero ficticios, éste fue real, éste alguien lo vivió. Todo el rato me tenía en suspenso pensando que era unilateral, que nunca pasaría nada, que Pepe solo veía en su Peque a un amigo que admiraba mucho, pero oh sorpresa! "¡Cuántas luces dejaste encendidas ... Yo no sé cómo voy apagarlas! .... Y su siempre frase enigmática..."Estoy contigo".
No es el mejor libro de González de Alba, pero de todos modos me gustó. Conocer la versión no tan política de esos días y esos años fue muy interesante, sobre todo inmediatamente después de leer "Los días y los años". Igualmente irónica, crítica e inteligente, como siempre con Luis, y perfectamente entrelazadas las dos narraciones: la de la relación con Pepe y la del movimiento del 68. No falta nada: los movimientos sociales, la política, las costumbres, los prejuicios, el descubrimiento de la sexualidad, hasta el sida está incluido. Además, Pepe resulta ser un personaje tan rico que hasta parece creado, no real. Muy disfrutable.
Con una narración sencilla, Luis González de Alba nos adentra en una historia presente-pasado en el que poco a poco vamos conociendo los acontecimientos del 68 en Tlatelolco, sobre cómo era sobrevivir en Lecumberri como estudiante y de qué manera lograron ser libres (exiliados) tras un proceso injusto.
De lo demás no encuentro nada rescatable. Se intentó abordar tres temas y todos fueron pobremente desarrollados. Hubiera preferido sólo uno, que son eso bastaba.