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El tiempo que queda: Sobre envejecer en el fin del mundo
Envejecer hoy es un reto individual y colectivo. ¿Qué lugar ocupan los viejos en este mundo postcapitalista?
«… acoger la vejez como un momento más de la vida, con sus propias posibilidades en medio de sus impedimentos, implica aceptar ese cuerpo singular que somos, que vamos siendo; significa dejar de abstraerlo de la temporalidad, asumirlo como un cuerpo embebido, transido de tiempo. Y esto supone aceptar que el tiempo no es nunca un espacio vacío y colonizable. Porque el pasado no se puede simplemente superar, el presente no es solo lo que está dado y disponible, ni el futuro es un trayecto previsible a voluntad. Así nos lo recuerdan las marcas del cuerpo viejo, junto a los rastros que las intervenciones humanas van dejando sobre la Tierra, y los posibles futuros que en ella pueden desplegarse.»
«… acoger la vejez como un momento más de la vida, con sus propias posibilidades en medio de sus impedimentos, implica aceptar ese cuerpo singular que somos, que vamos siendo; significa dejar de abstraerlo de la temporalidad, asumirlo como un cuerpo embebido, transido de tiempo. Y esto supone aceptar que el tiempo no es nunca un espacio vacío y colonizable. Porque el pasado no se puede simplemente superar, el presente no es solo lo que está dado y disponible, ni el futuro es un trayecto previsible a voluntad. Así nos lo recuerdan las marcas del cuerpo viejo, junto a los rastros que las intervenciones humanas van dejando sobre la Tierra, y los posibles futuros que en ella pueden desplegarse.»
176 pages, Kindle Edition
Published May 25, 2025
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December 4, 2025
¿Cómo observar el paso del tiempo? En este bello manuscrito, Laura reflexiona sobre cómo el paso del tiempo se observa en la materialidad del cuerpo. Envejecer es un síntoma del paso del tiempo y de cómo las vivencias, que van quedando en el pasado, dejan marca. En un mundo en el que se premia la productividad, la juventud y la aceleración constante... uno en el que vales por cuánto sirves al mundo, Laura nos invita a replantear la vida y valorar la vejez como una etapa más, una en la que hay plenitud, disfrute, deleite y capacidad de hacer vida.
Apreciar la vejez es detenerse, tener paz, ir a un ritmo propio y valorar el camino recorrido. Hoy, el mundo no requiere más productividad o sentido utilitario: hoy, clamamos por vida, una que haya sido atravesada con todos los sentidos y propósitos.
Apreciar la vejez es detenerse, tener paz, ir a un ritmo propio y valorar el camino recorrido. Hoy, el mundo no requiere más productividad o sentido utilitario: hoy, clamamos por vida, una que haya sido atravesada con todos los sentidos y propósitos.
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