Javier Reverte se atreve con el diario en una de las ciudades más bellas del mundo: Roma.
Utilizando la forma de diario, como hicieron Goethe o Stendhal y muchos otros escritores que han visitado y escrito sobre Roma, Javier Reverte nos ofrece en estas páginas su visión de «la ciudad de las ciudades». En su estilo inimitable, mezclando pasión, cultura, historia, poesía, humor y ternura, el escritor traza un retrato de la Ciudad Eterna que, sin duda, figurará a partir de ahora entre los grandes libros escritos sobre ella.
«Cierro los ojos: intento imaginar una noche festiva en este Coliseo, con las hogueras ardiendo junto a los templos y los cantos que celebran a los dioses. O los días luminosos en que los emperadores regresan de las batallas triunfales y desfilan con sus legiones bajo los arcos, entre el clamor del pueblo. Antes del nacimiento de Nueva York, el ser humano no había emprendido una tarea urbana tan colosal y ambiciosa como fue la construcción de Roma. Y ahí quedan sus rastros.» Javier Reverte
I read this book before my prolonged stay in Rome last September, and although I already had a fairly good idea of the city, this was still a preparation for my Roman sojourn, but I have flicked through it again, knowing the city a great deal better, to write the review more comfortably. Javier Reverte has written several travel books, many dealing with Africa, but also Canada, Ireland and other areas in Italy.
Reverte was lucky enough to be offered a residency in the Spanish Academy in Rome so that he could write this book. And from the privileged vantage point that such Academy offers in the Gianicolo, he begins his narration, quoting Gogol’s description of the view. The area around San Pietro in Montorio belongs to the Spanish State, and there one finds, together with the Academia, the Instituto Cervantes and the private residence of the Ambassador.
What is most extraordinary of this complex, apart from its location on top of a hill with the extraordinary view, is the wonderful Tempietto by Bramante. Only recently did I learn that this peculiar architectural structure, that has inspired buildings such as St Peter, the Radcliffe Camera, St Paul’s and the US Capitol, was commissioned by the monarchs Isabel and Fernando in gratitude at the birth of their son (thankgod, when this son died, the Tempietto was not demolished).
Overall, the book is a good introduction to Rome. Reverte mixes well his own experiences, sharing his walks (although he takes buses and trams – when I think Rome must be walked despite the calamitous sampietrini), indicating the restaurants and cafés where he stops, quoting extensively from previous authors that were inspired by this Eternal City, following the trail of a particular figure (from Augustus to Borromini to the English Romantics), and giving his opinions on earlier Spanish writers who also stayed some time in Rome (from Cervantes, the fugitive, to the irritating and conceited Rafael Alberti).
But I have some objections. He is somewhat sloppy in some of his judgments and comments. His research is faulty. For example, Piazza del Popolo was not designed by Bernini. The sculptor/architect who left many traces in the city, also left a few in this square – but so did Giacomo della Porta, Carlo Fontana and Carlo Rainaldi. The actual overall design of the square is by Giuseppe Valadier at the beginning of the 19th Century.
The famous sculpture of the she-wolf and the legendary inaugural twins is not a classical specimen (todo es escuela griega), but a composite from both the Middle Ages (the animal) and the Renaissance (the twins). For a while it was thought that the she-wolf was Etruscan, but now not even that.
In the Roman Forum he seems to confuse the arches behind Palazzo Senatorio (this is my guess – the text is not clear enough) with the Domus Augustana, rather than in the Palatine, which he considers as a different area.
And most aggravating. He states that the Pantheon is Agrippa’s. It originally was, but the one that stands there today is Hadrian’s, who built a new structure after Agrippa’s disappeared in a major fire. Hadrian just had the elegance of maintaining on the façade Agrippa’s inscription.
He does get right, though - may be because this was a discovery by a Spanish group of archeologists- that the exact location where Julius Caesar was assassinated is not in the square behind the Campo de’Fiori (as the Restaurant Da Pancrazio claims), but within the submerged archaeological site in Torre Argentina.
Apart from a couple of good recommendations, such as the extraordinary café/restaurant/gallery Canova/Tadolini in Via del Babbuino (only in Rome can one find such a site), for me the most interesting section was his comparison of Borromini’s Prospettiva in the Palazzo Spada with fiction and its relation to the real – we sometimes need the fanciful to apprehend the authentic.
This book invites comparison with Roma desordenada – but that will be another review.["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>["br"]>
Relectura de uno de los libros de la última época de Reverte. Nos encontramos al maestro de la literatura de viajes ya entrado en años, aparcando un poco la mochila y ofreciéndonos un viaje sobre todo literario y artístico por la Ciudad Eterna.
El autor se pasa un otoño en Roma, como huésped o "becario" de la Academia española de arte en Roma, con sede en el Janículo, en San Pedro en Montorio. Los tres meses que se pasa allí le permiten hacer un recorrido por una buena parte del legado arquitectónico, histórico y artístico de esta maravillosa ciudad, buena parte del cual ya hemos recorrido muchos de nosotros cuando hemos viajado a Roma. Sin embargo, la mirada que nos ofrece el autor, con su socarronería, con su anticlericalismo campechano e inveterado, con sus aportes culinarios y con el viaje literario que nos transporta a la visión que de Roma y los romanos han tenido a lo largo de la Historia insignes viajeros y escritores, convierte el libro, sino en una pieza excepcional, si en un obra muy disfrutable que nos permite volver a recorrer los incomparables escenarios de la Ciudad Eterna. Roma, ciudad que por mucho que se visite y se lea sobre ella es un filón inagotable y que espero seguir visitando en el futuro todas las veces que me sea posible e igual me animaré a seguir los pasos que siguió nuestro querido Javier Reverte en su deambular por el otoño romano.
Descansa en paz maestro. Tus libros permanecen en nuestra memoria.
Lo he leído al volver de un viaje a Roma y solo me arrepiento de no haberlo hecho antes de viajar. Un precioso recorrido por la capital de Italia, ameno e interesante, con detalles de esos que se nos escapan como turistas y tanto arte como encierra Roma. Muy recomendado para cualquier enamorado de la ciudad.
Empecé a leer el libro porque me iba a Italia de vacaciones, y, uno de los sitios donde pasaría más tiempo sería Roma. Que Javier Reverte fuese el escritor ayudó, ya que me gusta su estilo.
El libro combina historia romana, junto con la historia de Reverte en la ciudad Romana y párrafos que los escritores famosos dedicaron a la ciudad eterna. No cubre todos los sitios en Roma, sería imposible, con tanto por ver cómo hay, pero cubre parte de los imprescindibles, y otros, que no lo son tanto, si lo son para Reverte.
Está organizado a modo de entradas de diario y me ha resultado ameno leerlo mientras andaba por la capital italiana.
Este es el primer libro de viajes que he leído y me ha encantado. No sé si todos serán así, pero la mezcla de descripción con pequeñas lecciones históricas y artísticas me ha cautivado. Por no hablar de todas las citas tanto de autores clásicos como de otros famosos autores que han escrito sobre Roma (Mark Twain, Stendhal, Goethe y muchos otros). Además, Javier Reverte no se limita sólo a hacer una especie de guía turística de la ciudad eterna sino que nos acerca fragmentos de su vida cotidiana: las cenas con los embajadores españoles, sus encuentros con camareros dramáticos en restaurantes y sus sitios favoritos para tomar café. Lo único que yo le puedo reprochar a este libro es la envidia que me ha entrando. Si por mi fuera cogería ahora mismo un avión hacia Roma para poder contemplar todo lo que me perdí y apreciar aún más lo poco que vi cuando estuve hace tres años.
Este libro, para mí, ha tenido más una carga emocional que otra cosa. Si no hubiese visitado esta ciudad no creo que me lo hubiese leído, ha supuesto más bien una excusa para no despedirme del todo de Roma y seguir conociendo un poco más de ella aunque sea a través de un papel y a más de 2000 km. Reverte ha hablado de Roma a través de diferentes géneros artísticos como son la literatura y la pintura, como también de personajes históricos. Tengo que reconocer que en algunas historias no se me hacía muy entretenida la lectura, como sí en otras relacionadas con la pintura, hablando de los más famosos pintores y escultores que han hecho a Roma la que es ahora. Cabe destacar algunas anécdotas que cuenta sobre estos personajes, y de los sitios donde puedes verlos totalmente gratis ya que dichas obras están expuestas en iglesias. Y esa es una de los atractivos de Roma, y que también comenta el autor, puedes encontrarte el arte en cualquier esquina y en cualquier edificio, no hace falta ir a un museo para disfrutar de toda la belleza que nos deleita el arte; Roma es el museo en sí y, por tanto, belleza.
A pesar que Javier Reverte a vegades cau en la pròpia contemplació i un cert exhibicionisme, la seva forma de narrar és amena, viva, ben lligada i amb la capacitat de transportar-nos una vegada més a la ciutat tan estimada, i ara, més enyorada que mai.
Cierto bibliotecario de cierta biblioteca de cierto pueblo de Segovia me lo ha quitado antes de poder terminarlo 100%, pero yo lo doy por leído.
Este tío alterna entre una biblioteca sobre Roma (partidista y reducida, pero interesante), alguien con buenas observaciones sobre una cultura distinta (casi nunca líricas, pero sí acertadas) y un cuñado de turismo ( no de coñac y puro, más bien un familiar con comentarios que a veces sobran, pero no incomodan).
Un viaje siempre es una prueba para un libro: si tienes poco tiempo y cansancio pero ganas de leer, es que tienes algo interesante entre manos. "Un otoño romana" la pasa con un notable bajo (lectura de avión, autobuses y noche ocasional). Buen compañero para ver Roma, le quedaría bien el adjetivo "entrañable", pero sin duda no "emocionante" (en todos sus sentidos).
Con el objetivo de escribir una guía de viaje, Javier Reverte ha creado una obra muy bonita sobre la historia de Roma, mientras vas recorriendo sus calles y adentrándote en el día a día del escritor. Es verdad que hay partes que se pueden hacer un poco largas, sobre todo si no conoces bien las referencias de la historia romana. Pero, teniendo en cuenta que este año me encuentro en su misma situación, la forma tan romántica y sensible que tiene de hablar de ciertos lugares de Roma y sus alrededores me ha ayudado a apreciarlos aún más y a vivirlo todo de una forma más consciente. Es un buen libro, y sin duda, si vas a venir a Roma en algún momento, lo recomiendo totalmente.
Nunca había leído a Javier Reverte y cómo me ha sorprendido este autor. El libro me ha encantado, es un paseo ameno, culto, sensible y de una bellezza que conmueve. Cada párrafo desprende conocimiento y un gran amor por la ciudad eterna. Adoro Roma, pero con este libro me he enamorado aún más de ella ❤️
Gracias, Javier, estés donde estés, por esta joya.
Javier Reverte (1944 - 2020) foi o grande escritor de viagens espanhol do século 20. Além de seus livros, publicava artigos na imprensa escrita e também trabalhou na TV.
Esse é o primeiro livro que leio dele. Ok, está bem escrito, mas algumas passagens bem machistas, quase me fizeram abandonar a leitura, que terminei por força do ódio, até porque trazia referências literárias que estava adorando, mas quando o momento macho alfa aparecia, perguntava em voz alta: por que Javier, por que?
« Tengo la sensación de que, en esta ciudad construida en nombre de las verdades absolutas, todo es pura interpretación de la vida y nada es al fin verdadero, aunque tampoco falso del todo..., de que Roma es una búsqueda del absoluto y, al mismo tiempo una renuncia a lo absoluto.»
Yo lo he intentado…este es el segundo libro suyo que leo, después de New York, New York…y Los dos son un desastre: reflexiones pobres, superficiales, llenas de tópicos y lugares comunes, más propias de barra de bar; contenido irrelevante, con excesiva descripción del tiempo, de lugares donde ha comido o de conversaciones vacías que ha mantenido.
Encajaría mejor como un blog online de viajes, que se ofreciera de forma gratuita, porque realmente, como libro, es muy deficiente.
Creo que le daré una oportunidad a alguno de sus libros de viajes “de aventura”, de naturaleza, que creo que es donde se forjó la fama que le precede, fama que por ahora, me parece incomprensible. Y le daré otra oportunidad porque a pesar de todo, este hombre me cae simpático. No estoy de acuerdo en casi nada de lo que dice, ni como lo dice, ni como escribe, pero es un vitalista, demuestra alegría, interés por descubrir, curiosidad por lo que le rodea.
De todas formas, creo que este libro, y el de New York, son culpa de la editorial, que publica cualquier cosa del escritor sin filtro ninguno, con tal de seguir exprimiendo a sus lectores más acérrimos.
My first book with a travel narrative theme. How grateful I am to Javier Reverte for opening the door and letting me enjoy so much. Entertaining, elegant, full of enriching references that elevate the reading experience –and the journey–, humorous, and with an enormous narrative ability to take me along for a walk with him, even though I didn’t move from the sofa. Thank you, thank you, and thank you for the walk, Javier.
There is something central in the book that, for me, is the passion and emotion of narrating the journey. He enjoys it, and he makes me enjoy it too. I can even feel the storm and the cold air. The entire text splashes over you as if Javier were recounting the day-to-day, because that’s how it is lived. It’s a book of experiences. A cultured, approachable, and kind friend, speaking and showing his diary, where you see reflected the passion with which he lives, eats (he tells you what), drinks (he tells you what), providing historical data in an engaging and pedagogical way about the monuments and historical figures who inhabited them, and traversing a Roman autumn. While reading, you feel how fortunate he was and felt wandering the streets without a plan, without being pedantic or grandiose, losing himself in the places, visiting museums or churches only to go straight to the painting he had chosen, so as not to be overwhelmed by art, recommending—or rather, telling you—how he enjoys “touristing” against the flow of the generic tourist. Not judging, just showing, without preaching any rules of being a good tourist.
You feel his enormous knowledge and critical thinking about countless books, paintings, cultural references, etc., which he constantly shares with you, the reader, in a thoughtful and generous way. He draws on constant references to other books to give more depth to that street, church, or place he passes by. More layers enrich the narrative and give it greater dimension. Also, to understand why he feels what he sees the way he does, or values that certain monuments and churches are preserved as they are, or imagines what it must have felt like for certain historical figures who saw what he sees during the narrative, or imagines how things once were. It’s a book to be read slowly or quickly, depending on how you want to stroll with Javier. The most important thing in a travel book is that it is not just another guide—it has to be personal—and here’s the other key point: you feel him walking, you feel him alive, and it’s a beautiful sensation to listen to him while he tells you what his eyes and heart see and feel.
What a wonderful feeling it has left me with, besides having taken away a notebook full of future books to read, wines to drink, places to visit in Rome, and above all, a completely different perspective when I walk the streets of Rome. I will say: “Look, here’s my friend, without having met him, Javier walked here,” and it allows me to see this rock or this corner with a dimension I didn’t have before. Thank you for broadening my mind, Javier.
Castellano
Mi primer libro con temática narrativa de viajes. Qué agradecido puedo estar a Javier Reverte por abrirme la puerta y hacerme disfrutar tanto. Ameno, elegante, lleno de referencias enriquecedoras que elevan la experiencia lectora –y el viaje–, gracioso y con una enorme capacidad narrativa para llevarme de paseo con él, a pesar de que no me moví del sofá. Gracias, gracias y gracias por el paseo, Javier.
En el libro hay algo central que para mí es la pasión y la emoción a la hora de narrar el viaje. Lo disfruta, y me hace disfrutarlo. Siento hasta la tormenta y el aire frío. Todo el texto te salpica como si Javier te fuera relatando el día a día, porque se vive así. Es un libro de vivencias. Un amigo culto, cercano y amable, hablando y mostrando su diario, donde ves reflejada la pasión con la que va viviendo, comiendo (te dice el qué), bebiendo (te dice el qué), aportando datos históricos de una manera amena y pedagógica sobre los monumentos y personajes históricos que la habitaron, y recorriendo un otoño en Roma. Sientes durante la lectura lo afortunado que era y se sentía recorriendo las calles sin rumbo, sin ser pedante o grandilocuente, perdiéndose por los lugares, acudiendo a los museos o iglesias solo para ir directo al cuadro que había escogido, para no saturarse de arte, recomendándote o, mejor dicho, contándote cómo disfruta de “turistear” a contracorriente del turista genérico. No juzgando, solo mostrando, sin impartir dogmas de buen turista.
Sientes el enorme conocimiento y pensamiento crítico que tenía sobre una cantidad enorme de libros, pintura, referencias culturales, etc., que comparte constantemente contigo, lector, de manera acertada y generosa. Se apoya en constantes citas de otros libros para dar más profundidad a esa calle, iglesia o lugar por donde pasaba. Más capas que enriquecen el relato y le dan mayor dimensión. También para comprender porque él siente de esa manera lo que ve, o valora que ciertos monumentos e iglesias se mantengan así, o piensa como sería la sensación de ciertos personajes que vieron lo que él ve durante el relato, o imagina cómo fueron. Es un libro para leer pausado o rápido, dependiendo de cómo quieras pasear a Javier. Lo más importante en un libro de viajes es que no sea una guía más, sino que sea personal, y aquí está la otra clave: sientes a él pasear, lo sientes vivo, y es una sensación bellísima escucharlo mientras te cuenta lo que sus ojos y su corazón ven y sienten.
Qué buena sensación me ha dejado, además de haberme llevado una libreta llena de futuros libros que leer, vinos que beber, lugares que visitar en Roma, y sobre todo una perspectiva totalmente diferente cuando recorra las calles de Roma. Diré: “Mira, aquí mi amigo, sin haberlo conocido, Javier paseó por aquí”, y me permite ver esta roca o esta esquina con una dimensión que no tenía. Gracias por ensancharme la mente, Javier.
3,5 estrellas. Se acabó el paseo o mejor dicho, los paseos que me he dado estos días por Roma de la mano de Javier Reverte. El libro está sencillamente escrito con forma de diario en la que el escritor nos cuenta lo que va visitando en sus garbeos por Roma y al mismo tiempo nos recuerda lo que otros escritores dijeron hace ya siglos sobre la ciudad eterna.
En este libro se habla de muchas cosas, quizá demasiadas como para que al lector le quede recuerdo de todas ellas: sobre todo mucho arte, pero también historia de los emperadores y los Papas, chascarrillos sobre la vida y costumbres romanas y otras cuestiones que te sacan más de una sonrisa.
Muy recomendable antes de un viaje a la capital de Italia pero sobre todo después de haber estado en ella y antes de emprender el regreso.
La manera de narrar de Javier Reverte es dinámica y divertida, y convierte a un libro de viajes (género que, personalmente, no me convence mucho) en una obra bonita y hecha con mucho mimo. Me ha encantado su percepción de Roma y cómo ha relacionado la ciudad con el arte (como no podría ser de otra forma) . Además, las partes en las que habla sobre historia romana no se hacen pesadas ni aburridas en ningún momento. Sin embargo, ha habido muchos comentarios machistas que no me han gustado nada. Entiendo que Reverte era de otra generación, pero aún así me ha parecido muy violento que dijese que le estaba mirando el escote a unas chicas jóvenes. De ahí que le ponga solo tres estrellas.
Triste. Me estaba gustando mucho viajar de nuevo a Roma, y llega la página 82: "Con el paso de los meses, la euforia romana de Stendhal pareció ir diluyéndose. Pero era un tipo sabio. Y decidió dedicarse tan sólo al arte y a las mujeres. Del arte en Roma escribió páginas memorables; de las mujeres romanas, ni una línea. A lo mejor porque no se lo merecieron."
No me ha gustado. Es como dicen por aquí, la mitad del libro copia y pega fragmentos de otros autores. Es verdad que ha tenido que trabajar mucho para identificar esos fragmentos, pero es que el resultado final no le ha quedado bien. Tampoco me ha gustado partes en las que parece que se repite, como en reuniones con periodistas famosos, parece que siempre habla de lo mismo con ellos.
Y es una pena, porque este autor sabe hablar. Cuando habla él mismo sin recurrir a otros autores, me encanta.
Un verdadero fiasco. Es una copia casi literal de "Historias de Roma" de Eric Gonzalez, el cual recomiendo, al que se le agregaron unas 20 paginas, 10 de ellas son extractos de poemas de Keats, y Byron y las otras 10 son diatrabas anticlericales. Da pena el resentimiento hacia la Iglesia de este hombre, pero ningún lector merece desperdiciar tiempo leyendo el odio de otra gente...
Llibre de viatges que adopta la forma de diari. L'autor transmet les seves experiències per la ciutat, farcides de referències d'altres autors i de comentaris biogràfics de diversos personatges. Per una persona que ha estat a Roma en diverses ocasions, no aporta res significatiu ni et fa reviure la teva experiència en la ciutat, molt més viva i animada. A aquesta tardor romana li falta Roma.
Me ha resultado muy entretenido, he podido conocer detalles de la ciudad que no conocía, y me han entrado unas ganas de volver tremendas mientras lo leía para visitar los lugares que se indican en el libro.
Sorry, but I found myself continuing to read this one out of a sense of obligation, not interest. So, it goes on the DNF pile. Here, he leads a life of academic priviledge, focusing on art and history in detail, rather than usual travel narrative of his books.
Lo he pasado estupendamente leyendo "Un otoño romano" y preparando mi viaje a esta increíble ciudad. Ameno, instructivo, personal, curioso y, para mí ñ, muy nostálgico y sentimental. Un gran aliado para un viaje imprescindible.
Otro capítulo mas en la experiencia viajera de Javier Reverte, en esta ocasión, en la bella Roma. Una joya de libro que cuenta los tres meses de Reverte por estas tierras . 7/10