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Dos veces junio
en una Argentina gobernada por la dictadura militar, se juega la Copa Mundial de fútbol. Es junio de 1978 y la selección nacional se enfrenta en un partido decisivo. En los alrededores del estadio, un joven conscripto, refugiado en el interior de un Ford Falcon, espera a su superior. La noche está fría, corre un viento cortante, y debe hacerle una consulta técnica de suma relevancia: "¿a partir de qué edad se puede empezar a torturar a un niño?". Esta pregunta ha llegado desde un centro clandestino de detención y requiere de su urgente opinión médica. Mientras tanto, en la oscuridad de su celda, una mujer piensa nombre para el hijo que acaba de nacer. No sabe si esos nombres quedarán o serán despojados.
Cuando llega junio de 1982, los diarios publican las listas de soldados caídos en Malvinas. Otro mundial se celebra, esta vez a muchos kilómetros de distancia. El joven, ahora estudiante de medicina, recuerda sus días como soldado y chofer. No ha visto a su antiguo jefe desde ese entonces, pero esa tarde se ve impelido a visitarlo. Ellos no han cambiado demasiado, pero toda una desgracia histórica y política se extiende entre esos dos inviernos.
Con escenas finamente dispuestas, un estilo contenido y un narrador impasible, Martín Kohan ha encontrado el lenguaje preciso para narrar lo inefable: la brutalidad de esa época, el núcleo aberrante de los sistemas represivos. Dos veces junio es considerada una de las ficciones más potentes sobre la dictadura argentina.
Cuando llega junio de 1982, los diarios publican las listas de soldados caídos en Malvinas. Otro mundial se celebra, esta vez a muchos kilómetros de distancia. El joven, ahora estudiante de medicina, recuerda sus días como soldado y chofer. No ha visto a su antiguo jefe desde ese entonces, pero esa tarde se ve impelido a visitarlo. Ellos no han cambiado demasiado, pero toda una desgracia histórica y política se extiende entre esos dos inviernos.
Con escenas finamente dispuestas, un estilo contenido y un narrador impasible, Martín Kohan ha encontrado el lenguaje preciso para narrar lo inefable: la brutalidad de esa época, el núcleo aberrante de los sistemas represivos. Dos veces junio es considerada una de las ficciones más potentes sobre la dictadura argentina.
183 pages, Paperback
First published January 1, 2002
38 people are currently reading
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About the author
Martín Kohan
61 books266 followersMartín Kohan es un escritor argentino y profesor de Teoría Literaria en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de la Patagonia.
Sus obras se publican en editoriales como Einaudi (Italia), Serpent’s Tail (Reino Unido), Seuil (Francia) y Suhrkamp (Alemania). Ciencias morales (2007) es su novela más popular y ha sido llevada al cine con el nombre "La mirada invisible", bajo la dirección de Diego Lerman. En la película Kohan interpreta el breve papel de empleado de una tienda de discos. También con Ciencias morales ha ganado el Premio Herralde de Novela 2007.
En 2014 recibió el Premio Konex - Diploma al Mérito como uno de los 5 mejores novelistas del período 2008-2010 de la Argentina.
Sus obras se publican en editoriales como Einaudi (Italia), Serpent’s Tail (Reino Unido), Seuil (Francia) y Suhrkamp (Alemania). Ciencias morales (2007) es su novela más popular y ha sido llevada al cine con el nombre "La mirada invisible", bajo la dirección de Diego Lerman. En la película Kohan interpreta el breve papel de empleado de una tienda de discos. También con Ciencias morales ha ganado el Premio Herralde de Novela 2007.
En 2014 recibió el Premio Konex - Diploma al Mérito como uno de los 5 mejores novelistas del período 2008-2010 de la Argentina.
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Community Reviews
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July 13, 2025
Esta novela me induce un asco particular de ser argentino. Quizás también un asco más general, de ser humano. Pero sobre todo de ser argentino. Me pasa con ciertas obras —ficticias o no— que abordan los años 70, y en especial el Mundial del 78: un episodio que, digo yo, deberíamos borrar de la historia y renunciar para siempre a esa maldita estrella, junto con el presunto honor de haber sido anfitriones.
Si esto suena herético o vendepatria, significa que en algún punto tengo razón. Podemos juzgar a los responsables del terrorismo de Estado, podemos repetir la cifra de los 30 mil, podemos marchar cada 24 de marzo, pero no podemos —no queremos— renunciar a un miserable título futbolero. Bueno: mientras no hagamos eso, vamos a seguir siendo un país maldito para siempre.
Ante un libro como este, es casi obligatorio hablar de la banalidad del mal. Eichmann, decía Arendt, no cometió sus crímenes por ser especialmente perverso o monstruoso: le bastó con ser un burócrata eficiente, una pieza obediente dentro de la maquinaria nazi. Algo similar podría decirse del protagonista de Dos veces junio, excepto que este, más allá de su mediocridad y su carácter de “hombre común”, es también, y sobre todo, o ante todo, una basura.
La figura del torturador —visible, central— tiene su peso en esta novela, por supuesto. Pero lo que me inquieta verdaderamente es ese otro mundo con el que el protagonista entra en contacto de forma esporádica, fuera de los centros clandestinos: la familia, la cancha, el bar, la tristeza porque Argentina acaba de perder un partido.
Ese mundo reconocible, que puedo sentir más o menos mío, es lo que verdaderamente me asquea. La sospecha de que nuestro universo barrial, bucólico, en apariencia inofensivo, sirvió también de eco o de caja de resonancia para los horrores. No quiero decir que toda la “gente común” fuera igualmente culpable, ni que hubiera podido evitar lo que pasó. Pero sí que me incomoda habitar esa cotidianidad, y que vivirla sin resistencia ni sospecha es, como mínimo, una forma de complicidad.
Porque la banalidad del mal también funciona como una enfermedad contagiosa. Y no deja que nadie se vaya tranquilo a su casa.
Si esto suena herético o vendepatria, significa que en algún punto tengo razón. Podemos juzgar a los responsables del terrorismo de Estado, podemos repetir la cifra de los 30 mil, podemos marchar cada 24 de marzo, pero no podemos —no queremos— renunciar a un miserable título futbolero. Bueno: mientras no hagamos eso, vamos a seguir siendo un país maldito para siempre.
Ante un libro como este, es casi obligatorio hablar de la banalidad del mal. Eichmann, decía Arendt, no cometió sus crímenes por ser especialmente perverso o monstruoso: le bastó con ser un burócrata eficiente, una pieza obediente dentro de la maquinaria nazi. Algo similar podría decirse del protagonista de Dos veces junio, excepto que este, más allá de su mediocridad y su carácter de “hombre común”, es también, y sobre todo, o ante todo, una basura.
La figura del torturador —visible, central— tiene su peso en esta novela, por supuesto. Pero lo que me inquieta verdaderamente es ese otro mundo con el que el protagonista entra en contacto de forma esporádica, fuera de los centros clandestinos: la familia, la cancha, el bar, la tristeza porque Argentina acaba de perder un partido.
Ese mundo reconocible, que puedo sentir más o menos mío, es lo que verdaderamente me asquea. La sospecha de que nuestro universo barrial, bucólico, en apariencia inofensivo, sirvió también de eco o de caja de resonancia para los horrores. No quiero decir que toda la “gente común” fuera igualmente culpable, ni que hubiera podido evitar lo que pasó. Pero sí que me incomoda habitar esa cotidianidad, y que vivirla sin resistencia ni sospecha es, como mínimo, una forma de complicidad.
Porque la banalidad del mal también funciona como una enfermedad contagiosa. Y no deja que nadie se vaya tranquilo a su casa.
September 12, 2022
Este libro está tan bien escrito que resulta absolutamente repulsivo y aberrante. Lo único que resta por decir es: qué asco ser milico.
August 15, 2017
Este libro es simplemente duro. Es duro enfrentarse a esta lectura, sobre todo porque sabemos que lo que narra es verdad, que pasó, que alguien lo sufrió, no es una lectura amena, pero si necesaria.
April 20, 2018
La idea es buena, la ejecución no me convenció para nada. Si bien aprecio el tono desenfadado del narrador en primera persona y el modo elegido por el autor para contar la historia, el libro en general me resultó bastante superficial.
Creo que se trata de un período histórico que por sus características especiales y particularmente dolorosas podría haberse capitalizado mejor, desde el punto de vista literario. Sin embargo, por alguna razón, Kohan parece no poder o no querer hacerlo. Se me ocurre que se trata de una buena lectura para adolescentes que recién están introduciéndose en el tema. Para personas suficientemente familiarizadas con la historia de la última dictadura argentina, recomendaría sin duda una lectura más sustanciosa.
Creo que se trata de un período histórico que por sus características especiales y particularmente dolorosas podría haberse capitalizado mejor, desde el punto de vista literario. Sin embargo, por alguna razón, Kohan parece no poder o no querer hacerlo. Se me ocurre que se trata de una buena lectura para adolescentes que recién están introduciéndose en el tema. Para personas suficientemente familiarizadas con la historia de la última dictadura argentina, recomendaría sin duda una lectura más sustanciosa.
August 23, 2021
lo devoré en una tarde. es todo lo que un libro sobre la dictadura debe ser.
December 22, 2020
A Kohan se le escapa la historia. De no ser por las diez primeras páginas, una que otra escena dramática y el efecto insight de las últimas líneas, esta novela francamente sería un bluf.
Un laberinto innecesario, un simulacro mal ejecutado. Una aproximación por capas (o por rodeos) que nunca logra agarrar cuerpo ni fuerza.
La idea, como tantas sobre el poder y el juego, es perfecta. El problema está en la ejecución, en la composición, en el tono.
Hay algo de ritmo, de merodear a la manera de un péndulo cónico, el lado perverso, irónico, absurdo de la precisión cientifica y la dominación fálica, pero el problema está en el contenido de ese ritmo, en las palabras y en las escenas que utiliza para desplegarlo. No en el fraseo, que es meticuloso y puntual, correcto en el símil y pulcro en la digresión; sino en el tortuoso y deliberado, inútil contrapunto de elipsis y reiteraciones.
Se entiende que en la prosa moderna en español, estos son recursos espléndidos para conferirle un efecto sensorial más intenso a lo que se cuenta (como en las crónicas de Leila Guerriero en Plano Americano, o las autocrónicas de Alberto Fuguet en Tránsitos, donde las elipsis y las reiteraciones, ejecutadas simultáneamente, no sólo son necesarias sino inevitables), pero no saberlas usar, o usarlas sólo con fines estilísticos y no al servicio de la historia, y más aún, siguiendo una lógica narcicista y egocéntrica, sin ninguna consideración a la paciencia del lector (creyendo que la demagogia se evita recluyéndose en rodeos artificiosos), destruye cualquier intento estético de emocionar, pasmar, interpelar o simplemente entretener.
Dicho en simple, parece una de esas novelas escrita sólo para críticos.
Aún así, tiene elementos rescatables, ideas y una que otra escena de mucha intensidad y potencia.
Para empezar, es una historia que intercala los momentos que vive un joven estudiante de medicina, asignado en un sorteo de conscriptos como el chofer de un médico importante de la dictadura, en dos y hasta tres días de junio (el del partido Argentina-Italia en el Mundial Argentina 78', el del partido Argentina-Italia en el Mundial España 82' y el de la rendición argentina en La Guerra de Las Malvinas), con pequeños párrafos informativos de variada temática (las características numéricas de los jugadores (edad, peso, talla, camiseta), las diferentes calidades de las habitaciones de burdel, los tipos de listas de guerra (prisioneros y caídos en combate) y su logística interna, el origen y los tipos de balanzas), y donde cada capítulo tiene por título un número.
Es decir, es el relato fragmentario y nunca completo de quien, desde su ingenuidad permamente, universitaria y clasemediera, y desde su experiencia temporal en la vida militar, vive los tres momentos de junio en los que dos estructuras argentinas claramente masculinas (el fútbol y el ejército) se midieron a dos de sus equivalentes europeos (Italia y UK), y a pesar de todo y de tanto, perdieron.
Pero la derrota, por supuesto, es sólo una parte del asunto. Hay algo más ahí, y Kohan nos lo muestra (o lo intenta) desde la primera hasta la última línea.
No fue una tragedia, nos dice, fue una ironía. Una ironía de la crueldad. Una perversa ironía de la crueldad masculina.
Así, en el transcurso de todo el relato, una y otra vez aparecen mujeres en distintas posiciones y escenarios, que hablan y actúan, participan como esposas, prisioneras, madres, amantes o bultos, pero que todas, absolutamente todas, están sujetas al dominio explicito e implícito del varón, a su coacción y a sus valores, a su disposición y a su servicio.
Sutilmente, pues, Kohan nos va mostrando cómo la pulsión sexual se halla en el centro mismo de la razón autoritaria, en su eje y en su origen. (¿Eros y Tánatos?)
Pero para darle profundidad a su relato (o complejidad, quién sabe), Kohan añade un tercer elemento: los números, o más precisamente, la pulcritud cínica del conocimiento moderno.
Así pues, con ecos de Hannah Arendt, Kohan recrea la banalidad del mal en dos campos de lógicas similares: la ortografía y la ciencia médica.
De modo que a la pulsión sexual que se camufla tras el uniforme militar y que define buena parte de los vínculos sociales en la dictadura, añade la ceguera moral, típicamemte racional, del profesional instruido para aplicar lo que sabe en lo que se le pide.
El cuadro final se torna más claro entonces. O adquiere otro matiz. La derrota futbolística, militar, no fue fue una tragedia.
Fue, en realidad, una tragicomedia.
Los hombres que tenían la técnica, militar o futbolística, y que en Argentina lo eran todo, al medirse con otros hombres, con otros 'todo' de otros lados, descubrieron que en realidad, eran nada.
Pero claro, seguir por esta línea sería exagerar. La idea es buena en el fondo, pero la novela es deficiente. No cumple. Y contra eso, creo, no hay nada más que se pueda agregar.
Las únicas dos escenas que rescato son: 1) cuando el protagonista oye a la prisionera (es una escena de mucha tensión dramática, de mucha crudeza moral), y 2) cuando la bandera argentina vuela y se enrieda en un árbol del parque, y dos hermanos quieren sacarla, uno trepándose hasta llegar a ella y el otro solo arrojándole piedras hasta que caiga.
P.D: me gustó el silencio que se siente después de leerla. Es el único merito real de Kohan.
-
Se lee de una sentada. Es cortita. Así que si a pesar de todo quieren leerla, cae bien con un buen vaso de jugo de piña 🥤🍍 y escuchando la clásica "Vamos Vamos Argentina" de Roque Mellace y Enrique Nuñez.🎶
✌🏽
Un laberinto innecesario, un simulacro mal ejecutado. Una aproximación por capas (o por rodeos) que nunca logra agarrar cuerpo ni fuerza.
La idea, como tantas sobre el poder y el juego, es perfecta. El problema está en la ejecución, en la composición, en el tono.
Hay algo de ritmo, de merodear a la manera de un péndulo cónico, el lado perverso, irónico, absurdo de la precisión cientifica y la dominación fálica, pero el problema está en el contenido de ese ritmo, en las palabras y en las escenas que utiliza para desplegarlo. No en el fraseo, que es meticuloso y puntual, correcto en el símil y pulcro en la digresión; sino en el tortuoso y deliberado, inútil contrapunto de elipsis y reiteraciones.
Se entiende que en la prosa moderna en español, estos son recursos espléndidos para conferirle un efecto sensorial más intenso a lo que se cuenta (como en las crónicas de Leila Guerriero en Plano Americano, o las autocrónicas de Alberto Fuguet en Tránsitos, donde las elipsis y las reiteraciones, ejecutadas simultáneamente, no sólo son necesarias sino inevitables), pero no saberlas usar, o usarlas sólo con fines estilísticos y no al servicio de la historia, y más aún, siguiendo una lógica narcicista y egocéntrica, sin ninguna consideración a la paciencia del lector (creyendo que la demagogia se evita recluyéndose en rodeos artificiosos), destruye cualquier intento estético de emocionar, pasmar, interpelar o simplemente entretener.
Dicho en simple, parece una de esas novelas escrita sólo para críticos.
Aún así, tiene elementos rescatables, ideas y una que otra escena de mucha intensidad y potencia.
Para empezar, es una historia que intercala los momentos que vive un joven estudiante de medicina, asignado en un sorteo de conscriptos como el chofer de un médico importante de la dictadura, en dos y hasta tres días de junio (el del partido Argentina-Italia en el Mundial Argentina 78', el del partido Argentina-Italia en el Mundial España 82' y el de la rendición argentina en La Guerra de Las Malvinas), con pequeños párrafos informativos de variada temática (las características numéricas de los jugadores (edad, peso, talla, camiseta), las diferentes calidades de las habitaciones de burdel, los tipos de listas de guerra (prisioneros y caídos en combate) y su logística interna, el origen y los tipos de balanzas), y donde cada capítulo tiene por título un número.
Es decir, es el relato fragmentario y nunca completo de quien, desde su ingenuidad permamente, universitaria y clasemediera, y desde su experiencia temporal en la vida militar, vive los tres momentos de junio en los que dos estructuras argentinas claramente masculinas (el fútbol y el ejército) se midieron a dos de sus equivalentes europeos (Italia y UK), y a pesar de todo y de tanto, perdieron.
Pero la derrota, por supuesto, es sólo una parte del asunto. Hay algo más ahí, y Kohan nos lo muestra (o lo intenta) desde la primera hasta la última línea.
No fue una tragedia, nos dice, fue una ironía. Una ironía de la crueldad. Una perversa ironía de la crueldad masculina.
Así, en el transcurso de todo el relato, una y otra vez aparecen mujeres en distintas posiciones y escenarios, que hablan y actúan, participan como esposas, prisioneras, madres, amantes o bultos, pero que todas, absolutamente todas, están sujetas al dominio explicito e implícito del varón, a su coacción y a sus valores, a su disposición y a su servicio.
Sutilmente, pues, Kohan nos va mostrando cómo la pulsión sexual se halla en el centro mismo de la razón autoritaria, en su eje y en su origen. (¿Eros y Tánatos?)
Pero para darle profundidad a su relato (o complejidad, quién sabe), Kohan añade un tercer elemento: los números, o más precisamente, la pulcritud cínica del conocimiento moderno.
Así pues, con ecos de Hannah Arendt, Kohan recrea la banalidad del mal en dos campos de lógicas similares: la ortografía y la ciencia médica.
De modo que a la pulsión sexual que se camufla tras el uniforme militar y que define buena parte de los vínculos sociales en la dictadura, añade la ceguera moral, típicamemte racional, del profesional instruido para aplicar lo que sabe en lo que se le pide.
El cuadro final se torna más claro entonces. O adquiere otro matiz. La derrota futbolística, militar, no fue fue una tragedia.
Fue, en realidad, una tragicomedia.
Los hombres que tenían la técnica, militar o futbolística, y que en Argentina lo eran todo, al medirse con otros hombres, con otros 'todo' de otros lados, descubrieron que en realidad, eran nada.
Pero claro, seguir por esta línea sería exagerar. La idea es buena en el fondo, pero la novela es deficiente. No cumple. Y contra eso, creo, no hay nada más que se pueda agregar.
Las únicas dos escenas que rescato son: 1) cuando el protagonista oye a la prisionera (es una escena de mucha tensión dramática, de mucha crudeza moral), y 2) cuando la bandera argentina vuela y se enrieda en un árbol del parque, y dos hermanos quieren sacarla, uno trepándose hasta llegar a ella y el otro solo arrojándole piedras hasta que caiga.
P.D: me gustó el silencio que se siente después de leerla. Es el único merito real de Kohan.
-
Se lee de una sentada. Es cortita. Así que si a pesar de todo quieren leerla, cae bien con un buen vaso de jugo de piña 🥤🍍 y escuchando la clásica "Vamos Vamos Argentina" de Roque Mellace y Enrique Nuñez.🎶
✌🏽
April 26, 2023
Comencé a leer este libro porque es obligatorio para Lengua y Literatura de mi carrera como Bibliotecóloga. Creo que si podía dejarlo a la mitad lo haría. No porque sea malo, sino porque nos muestra una cruda y espantosa realidad que vivió la Argentina durante la dictadura militar (aunque a veces me pregunto si en algunos ámbitos aún no se siguen haciendo estas cosas... y me deprime).
Es un relato duro, espantoso, demasiado cruel para que lo leamos. Pero creo que es necesario por otro lado, para dar luz la situación de miles de mujeres, de pequeños bebes. Realmente es muy crudo como lo cuenta el autor, porque es así. No se puede suavizar y seguramente hay cosas muchas peores de las cuales aquí no se habla.
No puedo darle cinco estrellas, no sé porque. No puedo. No quiero. Pero tampoco puedo darle menos de cuatro por lo que nos cuenta.
La lectura es muy ligera, tiene pequeños micro-capítulos que hace la lectura mas llevadera y la manera de relatar las cosas es bastante peculiar.
Me encantaría que este libro no existiera, pero lo hace. Y es necesario que exista por todo lo que pasó y aún sigue pasando.
📚 Más reseñas y recomendaciones en Instagram
Es un relato duro, espantoso, demasiado cruel para que lo leamos. Pero creo que es necesario por otro lado, para dar luz la situación de miles de mujeres, de pequeños bebes. Realmente es muy crudo como lo cuenta el autor, porque es así. No se puede suavizar y seguramente hay cosas muchas peores de las cuales aquí no se habla.
No puedo darle cinco estrellas, no sé porque. No puedo. No quiero. Pero tampoco puedo darle menos de cuatro por lo que nos cuenta.
La lectura es muy ligera, tiene pequeños micro-capítulos que hace la lectura mas llevadera y la manera de relatar las cosas es bastante peculiar.
Me encantaría que este libro no existiera, pero lo hace. Y es necesario que exista por todo lo que pasó y aún sigue pasando.
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June 30, 2025
DIOS QUE INCREÍBLE! Empecé a leer y no pude parar hasta terminarlo. El primer párrafo es una locura, arranca muy arriba y de ahí no decae en ningún momento. Voy a estar el próximo mes pensando en este libro. Spoiler (?) Ese médico que al inicio parece el más cuerdo de todos y a medida que avanza te das cuenta de que es el ser humano más horrible de este mundo. Primer libro de Kohan que me vuela la cabeza. Lo increíblemente bien que está escrito y armado no puede seeeeer
March 27, 2025
Primera vez que leo ficción de Kohan.
El ritmo que planeta es adictivo, las idas y vueltas, los distintos espacios en los que se desarrolla la novela.
El autor pone el foco en los civiles dentro del terror que es la dictadura, de las maneras de complicidad y naturalidad que hubo. Es curiosa la presencia de los médicos, las trabajadoras sexuales y los jugadores de fútbol. Todos trabajan con el cuerpo: el primer grupo, con el cuerpo ajeno (pacientes, pero en este caso torturados); los otros dos, con el propio.
El ritmo que planeta es adictivo, las idas y vueltas, los distintos espacios en los que se desarrolla la novela.
El autor pone el foco en los civiles dentro del terror que es la dictadura, de las maneras de complicidad y naturalidad que hubo. Es curiosa la presencia de los médicos, las trabajadoras sexuales y los jugadores de fútbol. Todos trabajan con el cuerpo: el primer grupo, con el cuerpo ajeno (pacientes, pero en este caso torturados); los otros dos, con el propio.
June 18, 2015
«Hay ciertos temas de interés absorbente, pero demasiado horribles para ser objeto de una obra de ficción». Así comienza el cuento «El Entierro Prematuro» de Edgar Allan Poe. El informe final de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas «Nunca Más» demuestra cuán acertada es la frase y lo mucho que la realidad puede superar en materia de horrores a las más imaginativas ficciones.
En «Dos veces junio» se recrean, a través de la ficción, pedazos de nuestra historia nacional señalados por dos fechas que enmarcan el periodo más oscuro que vivió la Argentina: junio de 1978 y de 1982. Kohan coloca a su narrador protagonista del lado de los militares y nos muestra las atrocidades que ya todos conocemos, a través de la mirada objetiva, fría y desapasionada, de un joven al que le tocó en suerte hacer la colimba durante la última dictadura y servir de chofer a un doctor de alto rango en el ejército. La trama, creada con una fluidez que incentiva a acabarse el libro de una sentada, usando un lenguaje llano de impecable sobriedad, es atravesada por los temas de la violación a los derechos humanos más elementales, la tortura, la expropiación de recién nacidos, entre otros horrores que se vivieron en nuestro país.
En «Dos veces junio» se recrean, a través de la ficción, pedazos de nuestra historia nacional señalados por dos fechas que enmarcan el periodo más oscuro que vivió la Argentina: junio de 1978 y de 1982. Kohan coloca a su narrador protagonista del lado de los militares y nos muestra las atrocidades que ya todos conocemos, a través de la mirada objetiva, fría y desapasionada, de un joven al que le tocó en suerte hacer la colimba durante la última dictadura y servir de chofer a un doctor de alto rango en el ejército. La trama, creada con una fluidez que incentiva a acabarse el libro de una sentada, usando un lenguaje llano de impecable sobriedad, es atravesada por los temas de la violación a los derechos humanos más elementales, la tortura, la expropiación de recién nacidos, entre otros horrores que se vivieron en nuestro país.
January 2, 2020
Novela asmática sobre la última dictadura argentina. Desde la voz de un conscripto inteligente los horrores se vuelven narrables. El instinto de supervivencia se mezcla con una complicidad escéptica. Emerge el horror de ese voluntarismo político que operó como complicidad de la perversión. Son párrafos cortos y fragmentados, salteados entre el fútbol, la calle y los campos de concentración. Las tinieblas. Pero no son poesía, son narración feroz. Hay algo notable en el manejo de la dialéctica entre la seguridad y la duda, entre la acción y la lucidez. El maniqueísmo es imposible. Lo de junio viene de la historia argentina, por la vía de Luis Gusmán, en epígrafe, y entre líneas.
March 22, 2012
Al comprar el libro estaba preocupada por la importancia que se le podría dar a los mundiales del '78 y el '82. Sin embargo, se le da el espacio necesario para generar una atmósfera repleta de neutralidad y de frialdad, representado por un pueblo que se ve abatido a los ojos de los demás tras perder un partido con Italia, sin notar la verdadera situación, que era un monstruo horrible que trabajaba desde la oscuridad, su escondite.
Read
September 28, 2025#LecturaEscolar.
March 15, 2025
los milicos se tienen que morir
November 1, 2023
Wstrząsająca powieść o okrucieństwie argentyńskiego reżimu. Dwoje narratorów. Bezimienna ofiara, która chwilę wcześniej urodziła synka, beznamiętnie rejestrująca to, co robią z jej ciałem, i argentyński żołnierz, który równie beznamiętnie zastanawia się nad ortografią w zdaniu o torturowaniu dzieci.
Siła tego utworu tkwi w narracji. O okrucieństwie zbrodniarzy i cierpieniu ofiar czytaliśmy już wiele razy. Tu potworności wtapiają się w opowieść o zwykłych obowiązkach, więc stają się zwykłym obowiązkiem. Precyzja, skuteczność, pomysłowość - tu potworem jest i lekarz, który wykonuje swoją pracę, i szofer, który czasem musi przymknąć oko na rzeczywistość, i żołnierz, który trzyma kobietę, żeby się za bardzo nie wyrywała.
Wolałabym, żeby to była fikcja.
Siła tego utworu tkwi w narracji. O okrucieństwie zbrodniarzy i cierpieniu ofiar czytaliśmy już wiele razy. Tu potworności wtapiają się w opowieść o zwykłych obowiązkach, więc stają się zwykłym obowiązkiem. Precyzja, skuteczność, pomysłowość - tu potworem jest i lekarz, który wykonuje swoją pracę, i szofer, który czasem musi przymknąć oko na rzeczywistość, i żołnierz, który trzyma kobietę, żeby się za bardzo nie wyrywała.
Wolałabym, żeby to była fikcja.
January 8, 2025
No me termino de atrapar...Pero destaco su narrativa innovadora y las lineas implicitas y explicitas de lo que en el fondo quiere relatar que recorren por pedazos el texto.
June 25, 2025
"A partir de qué edad se puede empezar a torturar un niño?" Así empieza este libro. Y partiendo de esa pregunta se va desarrollando la historia que sigue a un conscripto designado como chofer de un médico alternando puntos de vista con una chica embarazada secuestrada en la última dictadura militar argentina.
Una lectura desgarradora, dolorosa y aberrante.
No me pareció malo pero siento que toda la intriga que genera durante todo el libro no termina de culminar. Imagino que esa es la idea, ya que es del punto de vista de un milico. Los horrores pasan y la vida sigue como si nada en la complicidad, en el silencio.
El paralelismo entre su sueño con la chica del tic con la chica diciéndole que lo va a perseguir en sus sueños si no la ayuda. No sueña con ella, sino con un recuerdo de una noche casual de sexo. No lo persigue nada.
La idea de poner intervalos del mundial me pareció muy interesante y exasperante también. Tanto horror pasando en la oscuridad y de repente la alineación de la selección argentina. Y asi fue como pasó. Nadie se cuestionó nada.
Hay secuencias que siento que estan de más y por eso el bajo puntaje pero es un buen libro que te deja con el corazón en la boca en cada palabra. Ya te imaginas lo que va a pasar porque sabemos qué pasó, sabemos que esto pasó pero te impacta de igual manera.
"Pensó en un nombre por si había nacido varón, y otro nombre por si había nacido mujer, sin saber si eso nombres quedarían o serían despojados.
Fue varón, y se llamó Guillermo."
Una lectura desgarradora, dolorosa y aberrante.
No me pareció malo pero siento que toda la intriga que genera durante todo el libro no termina de culminar. Imagino que esa es la idea, ya que es del punto de vista de un milico. Los horrores pasan y la vida sigue como si nada en la complicidad, en el silencio.
El paralelismo entre su sueño con la chica del tic con la chica diciéndole que lo va a perseguir en sus sueños si no la ayuda. No sueña con ella, sino con un recuerdo de una noche casual de sexo. No lo persigue nada.
La idea de poner intervalos del mundial me pareció muy interesante y exasperante también. Tanto horror pasando en la oscuridad y de repente la alineación de la selección argentina. Y asi fue como pasó. Nadie se cuestionó nada.
Hay secuencias que siento que estan de más y por eso el bajo puntaje pero es un buen libro que te deja con el corazón en la boca en cada palabra. Ya te imaginas lo que va a pasar porque sabemos qué pasó, sabemos que esto pasó pero te impacta de igual manera.
"Pensó en un nombre por si había nacido varón, y otro nombre por si había nacido mujer, sin saber si eso nombres quedarían o serían despojados.
Fue varón, y se llamó Guillermo."
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April 3, 2023
Siempre es un placer leer la prosa de Martin.
Por momentos me costó entender hacia dónde iba el relato pero siempre es en esos momentos donde activamente dejo que me lleve.
Hacia el final me di cuenta que es un mero retrato de la época. Quizas sin un plot concreto, más una mezcla de historias que podrían haber pasado y personajes que uno hubiese odiado.
Por momentos me costó entender hacia dónde iba el relato pero siempre es en esos momentos donde activamente dejo que me lleve.
Hacia el final me di cuenta que es un mero retrato de la época. Quizas sin un plot concreto, más una mezcla de historias que podrían haber pasado y personajes que uno hubiese odiado.
January 19, 2023
Kohan es uno de los mejores escritores en retratar, desde la ficción, el último golpe cívico militar argentino.
No cae en moralinas ni baja línea de un modo evidente. Por el contrario, logra incomodar al lector a través de lo no dicho.
En este caso pensé mucho en la banalidad del mal de Arendt, ya que se narra en primera persona las vivencias de un soldado que se dedica simplemente a hacer su trabajo: es chófer de un médico que participa de las torturas a los secuestrados y desaparecidos. Y en ese "simplemente hacer su trabajo" nos encontramos frente a un ser tan detestable cómo ignorante. Tan dócil cómo perverso.
Un libro difícil por lo que cuenta, pero necesario justamente por eso. La ficción puede ser a veces el mejor acercamiento a la realidad.
No cae en moralinas ni baja línea de un modo evidente. Por el contrario, logra incomodar al lector a través de lo no dicho.
En este caso pensé mucho en la banalidad del mal de Arendt, ya que se narra en primera persona las vivencias de un soldado que se dedica simplemente a hacer su trabajo: es chófer de un médico que participa de las torturas a los secuestrados y desaparecidos. Y en ese "simplemente hacer su trabajo" nos encontramos frente a un ser tan detestable cómo ignorante. Tan dócil cómo perverso.
Un libro difícil por lo que cuenta, pero necesario justamente por eso. La ficción puede ser a veces el mejor acercamiento a la realidad.
June 28, 2025
Lo que está en los bordes del relato, y no se dice. Lo que sugiere más que lo que muestra. Y sin embargo, termina siendo una fotografía del horror tan nítida que cuesta sacarsela de la cabeza.
Una estructura casi perfecta y una voz incómoda, que no terminas nunca de sacarle la ficha, de entender si es o se hace, si en algún momento esa tesitura no será también, por proceso metonimico, símbolo de la sociedad argentina en su conjunto.
Novela corta, ágil, se le como un thriller, y ahí está el punto: cuando vemos la Historia con una óptica difusa y extrañada, sentimos el horror tocarnos de cerca, agarrarnos incluso del pullover de lana, pero por suerte, nos decimos, es solo una ficción. ¿O tal vez?
Una estructura casi perfecta y una voz incómoda, que no terminas nunca de sacarle la ficha, de entender si es o se hace, si en algún momento esa tesitura no será también, por proceso metonimico, símbolo de la sociedad argentina en su conjunto.
Novela corta, ágil, se le como un thriller, y ahí está el punto: cuando vemos la Historia con una óptica difusa y extrañada, sentimos el horror tocarnos de cerca, agarrarnos incluso del pullover de lana, pero por suerte, nos decimos, es solo una ficción. ¿O tal vez?
January 12, 2025
2.5 supongo? Capaz no estoy siendo justa porque el libro tiene más de 20 años, pero creo que hay mejores libros sobre el tema. Y ya a esta altura me jode cuando los autores (siempre hombres, mira vos) meten descripciones de violaciones que no suman nada al horror de la trama.
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February 29, 2024
Me siento muy angustiado después de esta lectura. Tal vez, aquí el ritmo y el montaje son algo más enrevesados que en otras obras de Kohan. Pero considero que es parte fundamental del efecto. Justamente hay varios focos y detalles, pero, más allá de sus significados individuales, lo que pesa es el entramado y esa sensación terrible e inimaginable de que patear una piedra es lo mismo que matar. El valor de la novela está allí, en hacerte imaginar, dentro de un discurso nacionalista insufrible, que el horror es simultáneo a lo cotidiano; o que son lo mismo. Ah, no está demás decirlo, pero ¡qué tensión! Uff ufff
March 8, 2025
Bueno, que difícil hablar sobre un libre que, como argentinos, nos atraviesa tanto.
El relato nos habla de la última dictadura.
Escrito en forma de pasajes breves
Que desde lo que nos cuenta (o nos cuenta)
Nos hace entender que se vivió en esa época.
El contexto es oscuro:
En un momento de extremidad, blanco o negro.
Su protagonista, es tan gris.
El relato es adictivo, si. Esto me perturba.
El hecho de no querer parar de leer
Algo tan siniestro y horroroso
Me hace sentir rechazo ante esta necesidad de saber.
Trabajo magistral del escritor.
El poder poner en palabras todo esto, increíble.
Libro importante para que seamos conscientes
De nuestra propia historia (no tan lejana).
El relato nos habla de la última dictadura.
Escrito en forma de pasajes breves
Que desde lo que nos cuenta (o nos cuenta)
Nos hace entender que se vivió en esa época.
El contexto es oscuro:
En un momento de extremidad, blanco o negro.
Su protagonista, es tan gris.
El relato es adictivo, si. Esto me perturba.
El hecho de no querer parar de leer
Algo tan siniestro y horroroso
Me hace sentir rechazo ante esta necesidad de saber.
Trabajo magistral del escritor.
El poder poner en palabras todo esto, increíble.
Libro importante para que seamos conscientes
De nuestra propia historia (no tan lejana).
July 22, 2025
Me pareció un espanto desgarrador.
Ese narrador que se lee "ficcional" para mi no lo es, para mi funciona como un relato real que podría ser la experiencia de un conscripto, para mi opera como algo totalmente verídico, algunas personas pueden pensar que no, esa esa ¿ingenuidad? y alejamiento casi autista del protagonista, o su nula capacidad de tomar alguna decisión, casi como espectador de todo y nunca como actor, puede ser un recurso para relatar, que lo es, pero para mi expresa una experiencia y sujeto totalmente plausible.
Un libro que cuesta terminar la verdad.
Ese narrador que se lee "ficcional" para mi no lo es, para mi funciona como un relato real que podría ser la experiencia de un conscripto, para mi opera como algo totalmente verídico, algunas personas pueden pensar que no, esa esa ¿ingenuidad? y alejamiento casi autista del protagonista, o su nula capacidad de tomar alguna decisión, casi como espectador de todo y nunca como actor, puede ser un recurso para relatar, que lo es, pero para mi expresa una experiencia y sujeto totalmente plausible.
Un libro que cuesta terminar la verdad.
October 22, 2025
Solo por haber leído otros libros de Kohan creo que este podría haber tenido mayor profundidad histórica sobre un tema del que sabe mucho y lamento que no lo hiciera. Sin embargo, logra con maestría describir sensaciones y sentimientos de alguien que afectado por el mismo, no entiende por qué el contexto lo agobia.
March 28, 2024
Martin Kohan escribe espectacular y siempre es un acierto. Al igual que en su novela "Fuera de lugar" logra que algo tan aberrante, horrible y repugnante se pueda seguir leyendo y maravillarse lo mismo.
June 12, 2020
Se viene reseña. Librazo.
April 3, 2024
"el problema de nuestro país es la ignorancia de los que estudiaron y se supone que tendrían que saber", no voy a agregar nada más.
April 19, 2024
retrato de una época oscura para nuestro país. atrapante y fuerte desde la primera página.
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