Una novela poderosa sobre la amistad y el amor, los únicos bálsamos que tenemos para curar las heridas que deja el vivir.
Apolinar Mosquera envejeció, está quedándose sin fuerzas, pero tiene los arrestos suficientes para escribirle a un viejo amigo, del que estaba distanciado, para pedirle que cumpla la promesa que le hizo hace tiempo de contar su historia. Quiere que lo acompañe en esta aventura final y sea su testigo. Por medio de cartas, pues no pueden verse, escarban y deshacen juntos la madeja de los recuerdos para reconstruir las horas y los días lejanos de dicha y dolor que compartieron. El negro Apolinar vuelve sobre sus pasos, desde su nacimiento en el puerto de Buenaventura, y mira su hado a la distancia de la memoria.
Novela mal escrita y llena de clichés y personajes sin ninguna profundidad. El autor desaprovecha la oportunidad de hacer una reflexión profunda, desde el conocimiento de primera mano de una época turbulenta pero interesante de Colombia para quedarse en la autocomplacencia y lugares comunes de siempre