En mi casa existían dos normas no acercarnos a la casa de los Barone y no ser amiga de los hermanos Barone.
Cumplir la primera norma era sencillo, pues esa casa daba bastante miedo. ¿Drogas, tráfico de armas, prostitución? Todo era posible. Por eso no me costó nada cumplirla. Respecto a la segunda… la quebranté. Ginevra Barone era mi mejor amiga y no fijarse en su hermano Angelo era como pedirle al sol que no calentara en pleno verano.
Por suerte o por desgracia ya no tuve que preocuparme por nada de eso después de esa noche. Cuando irme de Chicago fue lo único que pude hacer si quería seguir con vida.
El libro es entretenido. Hasta que han contado todo no sabía muy bien por dónde iba a salir la autora. Es cierto, que en la historia de amor me ha faltado un poco más de momentos y no me la he creído demasiado. Me faltaban momentos. Aún así he disfrutado el audiolibro y se me ha hecho ameno.