A sus 45 años y justo cuando está a punto de tocar fondo, Margot Royle, una cirujana de Washington D.C. demasiado acostumbrada a la ciudad, prácticamente se ve obligada a aceptar el puesto de médica en Fox Hollow, un pueblo de mil cuatrocientos habitantes que le parece más un castigo que el cambio de aires que en el fondo necesita. Blair Monroe es una enfermera de 27 años que lo mismo cura un resfriado que atiende el parto de una cabra o reforma su cabaña con sus propias manos, todo eso mientras se mueve por el pueblo al volante de su furgoneta destartalada. Mientras que Margot es pura contención, rigidez y elegancia, Blair es libertad, humildad y pasión descontrolada. Dos choques de trenes inevitable cuya explosión podría hacer arder a todo el pueblo.
Esta novela es un retrato honesto de la vulnerabilidad humana y de las relaciones que nos transforman. Las autoras nos invitan a acompañar a dos personajes que enfrentan sus heridas, sus dudas y sus propios silencios. En medio de esa sensibilidad, surge el humor y la autenticidad que hacen reír, enojar y sentir la pasión de Blair y Margot. La chispa de esta historia no está en idealizar a los personajes, sino en aceptar sus imperfecciones, en enamorarse de lo que son, sin adornos ni pretensiones. El resultado es una lectura que equilibra ternura, crudeza y humor, dejándonos con la certeza de que el amor más real no es el que suaviza, sino el que abraza las imperfecciones.