L'imagination et l'esprit critique sont chez Borges une seule et même chose, et le fantastique naît d'une réflexion aiguë sur le monde et les ouvrages de l'esprit. On reconnaît bien, dans ces Enquêtes, la même substance dont sont faites les célèbres nouvelles de Fictions, les mêmes thèmes sur lesquels l'auteur exerce sans fin son esprit : la multiplicité du monde, ses pièges et ses détours, l'irréalité du moi, l'inconsistance du temps, l'obscurité de l'être, les paradoxes de toutes sortes de l'univers. Mais on y trouve en outre une curiosité ouverte et multiple, une intuition parfois étonnamment concrète des êtres auxquels il s'intéresse. Les épisodes les plus divers de l'histoire des empires, des philosophies ou des littératures ne sont pas seulement un prétexte à de triomphantes - et déroutantes investigations. Il arrive que Borges, sans cesser d'être Borges, éclaire d'un jour profondément sympathique une époque, une civilisation ou un auteur. Les Enquêtes, notes et méditations suggérées à un esprit sans pareil par une lecture infiniment variée, se présentent pourtant à nous comme autant d'œuvres, courtes et achevées. On y retrouve cet art allusif, cette grâce sobre et difficile qui sont le secret de Borges.
Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo was an Argentine short-story writer, essayist, poet and translator regarded as a key figure in Spanish-language and international literature. His best-known works, Ficciones (transl. Fictions) and El Aleph (transl. The Aleph), published in the 1940s, are collections of short stories exploring motifs such as dreams, labyrinths, chance, infinity, archives, mirrors, fictional writers and mythology. Borges's works have contributed to philosophical literature and the fantasy genre, and have had a major influence on the magic realist movement in 20th century Latin American literature. Born in Buenos Aires, Borges later moved with his family to Switzerland in 1914, where he studied at the Collège de Genève. The family travelled widely in Europe, including Spain. On his return to Argentina in 1921, Borges began publishing his poems and essays in surrealist literary journals. He also worked as a librarian and public lecturer. In 1955, he was appointed director of the National Public Library and professor of English Literature at the University of Buenos Aires. He became completely blind by the age of 55. Scholars have suggested that his progressive blindness helped him to create innovative literary symbols through imagination. By the 1960s, his work was translated and published widely in the United States and Europe. Borges himself was fluent in several languages. In 1961, he came to international attention when he received the first Formentor Prize, which he shared with Samuel Beckett. In 1971, he won the Jerusalem Prize. His international reputation was consolidated in the 1960s, aided by the growing number of English translations, the Latin American Boom, and by the success of Gabriel García Márquez's One Hundred Years of Solitude. He dedicated his final work, The Conspirators, to the city of Geneva, Switzerland. Writer and essayist J.M. Coetzee said of him: "He, more than anyone, renovated the language of fiction and thus opened the way to a remarkable generation of Spanish-American novelists."
Escribir un gran relato ensayístico sobre este libro sería inutilizar tiempo valioso. Bastarían algunas observaciones para transmitir tanto mis sensaciones como mis pensamientos. Como observación general, diré que ya se leen temas insoslayables por Borges siempre y ya se encuentra el estilo estiloso y lacónico, sustantivo y preciso de Borges, con muchos galicismos y latinismos ('asaz', 'en tratándose', 'haber' como 'tener') y acuñaciones siempre interesantes y siempre motivadas por etimología ('hermanía', 'justipreciar', 'leyente'), con adjetivaciones precisas y frases nominales germánicas. Llevo la convicción de que las sorpresas léxicas (verbales sobre todo) en Borges son producto de su etimológico trabajar: elabora conceptos morfológicamente o los traslada de otras lenguas buscando justeza y el lector, al perderse ese camino lógico, encuentra la sorpresa. Tema para un ensayo futuro.
El ensayo "Torres Villarroel" es una semblanza al mentado, quien según Borges es un aprendiz de Quevedo. "La traducción de un incidente" es el relato de los encuentros chez Rafael Cansinos Asséns, chez Gomez de la Serna, ambos enfrentados por sus estilos contrapuestos. "El 'Ulises' de Joyce" es un fogoso lamparazo sobre la obra del irlandés. Grandísima depiction, memorable. Ejemplo de una pequella belleza:
"Confieso no haber desbrozado las setecientas páginas que lo integran, confieso haberlo practicado solamente a retazos y sin embargo sé lo que es, con esa aventurera y legítima certidumbre que hay en nosotros, al afirmar nuestro conocimiento de la ciudad, sin adjudicarnos por ello la intimidad de cuantas calles incluye ni aun de todos sus barrios."
"Después de las imágenes" es la invitación a transpasar el reinado de la metáfora, centro del ultraísmo, y es también su homenaje. Borges nos recuerda que una metáfora se crea en el texto como hipótesis (espejos como agua), o se contempla una consecuencia de su irremediable verdad (pájaros que beben de espejos). Dice, hermosamente:
"Para el creyente, las cosas son realización del verbo de Dios -primero fue nombrada la luz y luego resplandeció sobre el mundo-; para el positivista, son fatalidades de un engranaje. La metáfora, vinculando cosas lejanas, quiebra esa doble rigidez"
En "Sir Thomas Browne", ensayo que apenas hojeé por desconocer la obra del discurrido, Borges afirma que el repertorio intelectual de la lengua inglesa es romance, y que los latinistas del siglo XVII se atuvieron a esta rama, para conquistar la 'claridad' y 'universalidad' - actividad inversa a los académicos de hoy, quienes se atarean con lo 'privativo del lenguaje' como refranes y idiotismos.
Los ensayos sobre Quevedo y Cansinos Asséns no los tengo presentes en la memoria, aunque recuerdo haber disfrutado mucho el primero y haber hallado insulso el segundo. De "Ascasubi" puedo citar lo siguiente:
"¿Qué diferencia va de la labor de Ascasubi a la de sus continuadores? La que de la imbelleza a la belleza. [...] Difícil cosa es que un hombre invente a la vezv la forma y la belleza de esa forma, ha discurrido Alain. Un criterio vulgar sólo concede preeminencia al profundizador; otro, diversamente equivocado, al iniciador. Muchos confunden lo asombroso y lo nuevo, siendo suceso extravagante que entrambos se presenten en una misma obra artística."
Sobre Ipuche basta recordar que para Borges su mejor libro fue "Tierra honda" y que logra todavía reproducir el criollismo, y no representarlo o hacerlo hablar conscientemente de sí mismo, como lo hace Silva Valdez. Silva Valdés, por otra parte, ya es consciente de los símbolos del gauchaje, y utiliza un fondo ya trabajado, el gauchaje, para elaborar nuevas imágenes. Según Borges, la poesía criolla no sabe de metáforas, sino de hipérboles o de vulgarismos que son metafóricos tan sólo porque la lengua de por sí es metafórica. Y observa Borges lúcidamente que
"A un sentimiento nuevo no le conviene la línea curva de la imagen y sí la derechura del cotidiano decir. En cambio ¡Qué grato es entretejer guirnaldas de imágenes alrededor de un tema ya adentrado en la intimidad de las letras!"
Contrario a Poe, quien en su ensayo 'Philosophy of Composition' afirma poder ser innovador ('peculiar') tanto en el 'tone'como en la 'anecdote' (equidistantes a 'sentimiento' e 'imagen' chez Borges). Luego remite a Schopenhauer para recuperar la idea de que todos dan con las alusiones eróticas puesto que a todos les es vivaz el asunto. Lo que mi colega Santiago Astrobbi afirma sobre el facilismo de escribir sobre el Amor y la Muerte puesto que son atajos, afirma, para lograr literatura, como 'trampa' en el juego literario. Silva Valdez poetiza sobre un camino ya pavimentado, al que accedemos al comenzar siquiera a leer su obra. Tan sólo agrega imágenes y pule viejas.
"Examen de metáforas" es el ensayo primero y último de valor en la colección, el que realmente vale la memoria retener. La idea de que el sustantivo es una fijación cognitiva necesaria de lo fugaz, una "abreviatura de adjetivos" es invencible. Las descripciones de sucesos o sensaciones casi inefables parecen canto de un rostro cuyos oídos oyen muy fino.
"El lenguaje -gran fijación de la constancia humana en la falta movilidad de las cosas- es la díscola forzosidad de todo escritor."
Tras repetir su ausencia en la lírica popular, Borges arguye que al coplista plebeyo le interesan los temas que se repiten en la vida de todos (lo individual), mientras que al literato lo que su vida lo desasemeja (lo personal; la distinción parentética, conjeturo, proviene de Unamuno). La numeración de suertes de metáforas es pedagógica y alumbradora. Mis favoritas quizá son las que trastocan espacio y tiempo. Gran ensayo.
"Norah Lange" es un prólogo a un libro suyo. "Buenos Aires", ese resumen de su contrapartida poética (su 'Fervor...'), recuerda a los textos líricos de Lugones como el que aparece en su Lunario Sentimental "Inefable Ausencia". Malos ambos.
"La nadería de la personalidad" intenta torpemente argüir lo que se dice mejor en "La encrucijada de Berkeley", ensayo que nos ahorra leernos casi toda la "No toda es vigilia la de ojos abiertos", más redundante que extensa. De González Lanuza se dice que ha sido el mejor representante del ultraísmo. De Unamuno poeta no quise emprejuiciarme antes de leerlo directamente.
De "Acotaciones" sólo puedo decir que conocía de primera mano sólo el caso de Omar Khayyam y Edward Fitzgerald. "Queja de todo criollo" discurre sobre lo aparencial y lo esencial en todo país o toda tierra, y la brecha entre ambos; se propone dar cuenta del verdadero carácter del criollo. Sobre Herrera y Reisig no podría decir nada, sólo que quiero leerlo.
"Acerca del expresionismo" resume bien aunque, a mi entender, sesgada y simplonamente, el expresionismo alemán. Me gustan sus selecciones, sobre todo la última. Además, la diyunción entre el pensativo que trabaja con conceptos y el sensual que labura con lo concreto: ambos metaforizarán según sus hábitos mundanos (abstraer lo concreto o concretizar lo abstracto, respectivamente).
De "Ejecución de tres palabras" uno saca la idea para hacerlo con todas las palabras cuyo sobreuso nos ofusca, entre las cuales hoydía del habla cotidiana colocaría 'literal', de la poesía, casi cualquier sustantivo abstracto. Comparto, además, su invectiva contra el decir 'azul' de las cosas o el sobreuso de 'inefable', que le quita, como a 'literal', el carácter de excepción a lo descrito.
Libro para conocer cuando se quiere conocer a Borges. Libro fácilmente olvidable.
Borges ensayista es un escritor tan comprometido con la literatura y sus temas favoritos como Borges poeta y Borges cuentista, tal como queda demostrado en esta variada antología de ensayos. Los textos elegidos para conformar Inquisiciones abarcan desde ensayos sobre varios de sus autores y filósofos predilectos (incluyendo a Quevedo y Berkeley), hasta discusiones sobre la naturaleza de lo criollo en Argentina o sobre algunos de los principales creadores de la literatura gauchesca. Este libro incluye algunas críticas inusitadas, tanto al expresionismo alemán, como al modernismo latinoamericano (ninguno de los cuales parece haber satisfecho las exigencias literarias de Borges). Como todas las antologías dedicadas a recopilar sus prólogos, prefacios y otros ensayos, Inquisiciones probablemente no sea el punto de entrada ideal a su obra, pero, sin duda, es un excelente complemento que permite una lectura más profunda de sus textos netamente "literarios".
Desde los 26 años y desde sus primeros ensayos, ya era crack. Aquí está el germen de toda su obra ensayística posterior. Siempre habrá otras inquisiciones que disfrutar con Borges.
Un joven Borges lleno de soberbia intelectual y erudito hasta el hartazgo. En estas páginas es posible encontrar el lado el lado más ambicioso e inmaduro de un autor excepcional y sus ganas desmedidas de devorarse todo universo literario concebido hasta entonces.
La note reflète l'inégalité de mon intérêt suivant les sujets abordés dans ces courtes enquêtes, mais bon sang, qu'est ce que j'aime Borges ! Il a, textes après textes, cette faculté à me faire lire des choses très éloignées de tout ce que je sais ou pense savoir, à brouillonner des pans de savoirs insoupçonnés, à faire des liens touffus entre 5 auteurs, 3 temporalités et 2 concepts... et à ne même pas m'écœurer, parce qu'il émerge toujours une petite pépite de toutes ses réflexions érudites ! Ce que j'adore quand je lis Borges, c'est que je peux être complètement dépassée par la complexité de sa pensée, et avoir quand même des épiphanies. C'est toujours très pointu (au point où on se demande qui vraiment peut déguster le texte à sa juste valeur) mais aussi très "nourrissant". J'ai toujours l'impression de repartir plus intelligente, alors même que j'ai effleuré la surface de sa pensée. Enquêtes consiste en des sortes de fiches de lecture d'œuvres ou de textes, où Borges propose plein de pistes d'intertextualités qui convoquent toute son érudition : énorme risque de plonger dans les méandres de Wikipedia et de remplir sa PAL d'autres lectures ! Mention spéciale pour l'analyse des langues analytiques (John Wilkins) qui m'a fasciné. Je ne connais pas un centième des références philosophiques et littéraires de Borges, et pourtant j'ai plaisir à le lire, et à ne rien comprendre. Il a cette faculté à créer des ponts et faire des inductions élaborées en rapprochant deux références très pointues, qui me fascine. Parfois, je ne suis qu'à l'observer élaborer sa pensée, sans même essayer de comprendre ce qu'il me raconte : le voir rebondir de sujet en sujet, sans perdre de vue sa démonstration, cela suffit à me passionner.
Inquisizioni reca dentro di sé il marchio della violenza. È la violenza del «rogo e dei cappucci», quella storica, evocata dal nome. Ma è anche una violenza veicolata dalla particolare vicenda che vede coinvolto questo testo, unico assieme ad altri due su cui è pesata per lunghi anni l’autocensura di Borges. Salto mortale che inquisisce l’inquisitore, dunque? Miscellanea di brevi scritti energici, e qui sta la violenza intrinseca, Inquisizioni ci presenta un giovane Borges alle prese con le passioni che lo terranno impegnato per l’arco della sua vita. Vi scorgiamo la sua incessante ricerca nei territori delle avanguardie letterarie, con la sicura consapevolezza di poter mantenere anche all’interno di esse la sua matrice tradizionalmente e pienamente argentina; una matrice che è radicata nella sua terra madre, prima ed inesausta origine della lettera e della parola. Sono piccole schegge di luce quelle che vengono custodite all’interno del volume, dove i saggi di ordine letterario vengono sapientemente mescolati a considerazioni di più ampio respiro. Non si tratta solo del faro sul «Faust». Borges disegna una costellazione frastagliata dove le nebbie siderali avvolgono gli astri della letteratura. Cela e rivela, mostra e nasconde senza posa. Lo fa con la magia della scrittura, che alle volte nella sua espressività quasi plastica, riesce ad essere scrittura sulla scrittura. È effettivamente difficile di tanto in tanto orientarsi e, scorrendo le frasi che si susseguono come un flusso di coscienza estetizzante, capire se Borges parlando di ciò a cui si riferisce non rimandi invece a qualcos’altro. Qualcosa di più profondo ed intimo.
È il talento, forse in questi scritti ancora acerbo ma sicuramente risaltante, di questo immenso scrittore. La parola porta il lettore lontano, oltre la coltre di nubi che avvolgono la pampa, oltre il cielo e lo spazio. Ci ritroviamo in un vis-à-vis, seduti in questo treno immaginario, dove la persona che siede di fronte a noi è Borges narratore. Ma pure in mezzo alla polvere degli asteroidi, sono troppo potenti i richiami alla terra natia, alle sue multiformi culture, ai suoi personaggi deliziosamente mitici. Non sono solo scrittori. Condividono con le favole quell’aura misteriosa ed affascinante che può rivestire soltanto i maghi, condividono con la storia il marchio riservato ai banditi, ai fuggiaschi. Nella pampa, un gaucho ed il diavolo hanno suonato assieme.
I riferimenti ai personaggi che lo hanno guidato e che ne hanno determinato stile e interessi sono sempre accompagnati da una scrittura fiorente, in cui le parole sbocciano letteralmente dal foglio. Toccanti in modo particolare le note che riserva a Quevedo, commentando alcuni dei suoi più bei versi:
«Alma, a quien todo un Dios prissón ha sido, Venas que humor a tanto fuega han dado, Médulas que ha gloriosamente ardido, Su forma dejarán, no su quidado Serán ceniça, mas tendrá sentido Polvo serán, mas polvo enamorado»
Ritrovo in questi scritti di Borges la sua attitudine, permettetemi il termine, «alchemica». Non mi riferisco qui a veniali trucchi volti alla ricerca della pietra filosofale. Niente alambicchi e provette ricolmi dei più strani umori. È un’alchimia spirituale, quella borgesiana, che lascia il mondo del puro pensiero e concretizzandosi si fa carne nelle lettere, in quanto le lettere non sono solo «cogito» ma si trovano in quell’indistinto luogo a metà tra esso e la sarx. Non è il reame del solo noumeno quello di Borges, sebbene ne comprenda il senso e il significato. Il Borges autore si confonde con le sue parole e, dopo aver dissolto il logos stesso, produce l’annullamento della dualità:
"La perfección de dejadez y huraño vivir que en todo arrabal porteño me agrada y la nerviosa perfección de codicia que alborota las calles céntricas"
"...y sin embargo sé lo que es, con esa aventurera y legítima certidumbre de la ciudad, sin adjudicarnos por ello la intimidad de cuantas calles incluye"
"una novela de catedralicio grandor"
"(No he dicho muchas siestas)"
"El vates y el gramáticas, para expresarlo con latina fijeza"
"la quietación de la siesta"
"el origen de la metáfora fue la indigencia del idioma"
"El idioma es un ordenamiento eficaz de esa enigmática abundancia del mundo. Lo que nombramos sustantivo no es sino abreviatura de adjetivos y su falaz probabilidad, muchas veces. En lugar de contar frío, filoso, hiriente, inquebrantable, brillador, puntiagudo, enunciamos puñal; en sustitución de ausencia de sol y progresión de sombra, decimos que anochece. Nadie negará que esa nomeclatura es un grandioso alivio de nuestra cotidianeidad. Pero su fin es tercamente práctico: es un prolijo mapa que nos orienta por las apariencias, es un santo y seña utilísimo que nuestra fantasía merecerá olvidar alguna vez"
"Buscarle ausencias al idioma es como buscar espacio en el cielo."
"...la hipérbole ya es la promesa del milagro."
"He mentado hace unos renglones las casas. Ellas constituyen lo más conmovedor que existe en Buenos Aires. Tan lastimeramente iguales, tan incomunicadas en su apretujón estrechísimo, tan únicas en puertas, tan petulantes de balaustradas y de umbralitos de mármol, se afirman a la vez tímidas y orgullosas. Siempre campea un patio en el costado, un pobre patio que nunca tiene surtidor y casi nunca tiene parra o aljibe, pero que está lleno de patricialidad y de primitiva eficacia, pues está cimentado en las dos cosas más primordiales que existen: en la tierra y el cielo."
"No hay tal yo de conjunto. Basta caminar algún trecho por la implacable rigidez que los espejos del pasado nos abren, para sentirnos forasteros y azorarnos cándidamente de nuestras jornadas antiguas."
"Las palabras que empleo no son resabios de aventadas lecturas, sino señales que signan lo que he sentido o contemplado."
"Yo siempre fui yo; es decir, tods aquellos que dijeron yo durante ese tiempo, fueron yo en hecho de verdad."
"¿qué decir, por ejemplo, de la sucesión de placenteros, ecuánimes y dolorosos sentires cuyo eslabonamiento forma mi vida?"
"Enderecemos el silencio a los playos escritorzuelos malévolos"
"el del criollo que intenta descriollarse para debelar este siglo"
"La poesía no es para mí la expresión de aquel azoramiento ante las cosas (...), sino la síntesis de una emoción cualquiera"
"Con este brusco empellón lírico doy fin a las apuntaciones presentes, encomendando a algún estudiantón de mal humor, buenos odios, breve inventiva y voluntad berroqueña la escritura de un libro que podría intitularse 'Hospicio de palabras desahuciadas'. Para compaginarlo basta enristrar en orden alfabético todas las palabras que ha escrito en el decurso de su vida Rafael Lasso de la Vega y remacharles notas puntiagudas".
Últimamente he realizado algo de “arqueología literaria” de cierto autores, que no es más que acudir a sus primeras obras para descubrir sus orígenes. Ha sido el caso de Hesse, Bolaño, Padura y ahora Borges. La sensación que me deja es de impacto. Mientras los primeros tres tienen un estilo distinto al de sus obras más famosas y cúlmenes en las que se nota que apenas iban descubriendo y que posteriormente irían madurando; en el caso de Borges es apabullante descubrir que la pluma densa y poética está ahí desde el principio, ¡y todo esto escrito a los 25 años!
Supongo que lo que quiero decir es que en las formas leo a un Borges mucho más parecido al Borges de siempre; si bien en cuanto al fondo, el libro pueda tener capítulos de mayor o menor interés dependiendo la experiencia lectora de cada quien.
Y hablando de fondo, retomo algo que escuché por ahí de alguien más. Ante este libro (y seguramente aplica para todos los demás de nuestro autor) el lector se siente frente a Borges como un pequeño vaso que está apunto de recibir todo el líquido que contiene un bidón de 5 galones. Es decir, demasiado contenido para tan poco continente.
Lo anterior, pues aborda y critica un sinnúmero de autores muchos de los cuales por primera vez escucho de su existencia y es quizá ahí donde disfruté menos del libro por mi propia ignorancia. Pero también muchos otros que he tenido fortuna de conocer e hicieron de esos pasajes los mejores de todos estos ensayos en lo que a mi experiencia se refiere.
Bien decía Borges que prefería ser recordado por lo que había leído y no por lo que había escrito. Cuestión que queda establecida desde el prólogo cuando dice: “Yo no sé si hay literatura, pero sé que el barajar esa disciplina posible es una urgencia de mi ser”.
Este conjunto de ensayos nos regala no solo la crítica aguda y erudita en clave literaria de todos los títulos que aborda; sino que, en el camino nos deja frases hermosas y reflexivas como estas pocas que coleccioné:
“La amistad une; pero también el odio sabe juntar”.
“Confieso no haber desbrozado las setecientas páginas que lo integran, confieso haberlo practicado solamente a retazos y sin embargo sé lo que es, con esa aventurera y legítima certidumbre que hay en nosotros, al afirmar nuestro conocimiento de la ciudad, sin adjudicarnos por ello la intimidad de cuantas calles incluye”. A propósito del Ulises.
“…la vida real y los sueños son páginas de un mismo libro, que la costumbre llama vida real a la lectura ordenada y ensueño a lo que hojean la indiligencia y el ocio.”
También nos regala grandísimas citas de otros autores como esta de Quevedo: “Yo tengo ira, miedo, piedad, alegría, tristeza, codicia, largueza, furia, mansedumbre y todos los buenos y malos afectos y loables y reprehensibles ejercicios que se puedan encontrar en todos los hombres juntos o separados. Yo he probado todos los vicios y todas las virtudes, y en un mismo día me siento con inclinación a llorar y a reir, a dar y a retener, a holgar y a padecer, y siempre ignoro la causa y el impulso destas contrariedades. A esta alternativa de movimientos con trarios, he oído llamar locura; y si lo es, todos somos locos, grado más o menos, porque en todos he advertido esta impensada y repetida alteración.”
O qué tal está de Unamuno: “Nocturno el río de las horas fluye desde su manantial, que es el mañana eterno...”
Descubrir, como suele suceder en las óperas primas de los escritores, que muchas de sus obsesiones ya están plantadas desde el inicio, es un ejercicio siempre placentero. Por ejemplo, cuando critica a Berkeley con su realidad únicamente en cuanto es percibida, da pie a recordar las famosas “ruinas circulares” de Borges. O ver ya menciono el Alef (así escrito). También ya está referida Babel pero aún no como biblioteca.
Este libro da para mucho, pero me detengo solamente en un par de temas más. Su lapidaria pero bella reflexión sobre la muerte: “Morir es ley de razas y de individuos. Hay que morirse bien, sin demasiado ahínco de quejumbre, sin pretender que el mundo pierde su savia por eso y con alguna burla linda en los labios.”
Y el gusto que da todo lo que elabora respecto de las palabras INEFABLE y MISTERIO. O figuras retóricas o gramaticales como la Metáfora y la hipérbole; su crítica es tan filosa como atinada. Sin olvidarnos por supuesto de sus ensayos netamente filosóficos en donde realiza lecturas sorprendentes de grandes exponentes, sin ser él propiamente filósofo (ahora entiendo el porqué del alto contenido filosófico de su posterior obra).
Finalmente, a manera de recopilación, dejar establecido que por sus páginas desfilan:
Cervantes - Quijote Goethe - Fausto Torres Villarroel Quevedo Kemois Bacon Strindberg Rousseau Montaigne Góngora Juvenal Séneca Gómez de la Serna Cansinos Cocteau Mauriac Virgilio (siempre Virgilio) James Joyce - Ulises (leído en inglés y profetizando que en unos 10 o 15 años iba a ser muy comentado en habla hispana) Jonathan Swift Voltaire Kant Schopenhauer Dostoyevsky - Crimen y castigo Shakespeare De Quincey Homero Martín Fierro Huidobro Jorge Manrique (en realidad menciona a Rodrigo su padre) Milton Diego de Saavedra Fajardo Lope de Vega Norah Lange Whitman Apollinaire Garcilaso González Lanuza Unamuno Hegel Rimbaud Swinburne Reissing Browning Almafuerte Eduardo Talero Manuel Maples Arce Ramón Gómez de la Serna Max Jacob Renard La celestina (sin mencionar a Fernando de Rojas me imagino por no estar comprobada su autoría) Rabelais Robert Burton Ortega y Gasset Gutierrez Solana Julio Antonio Alberto Guillén Omar Jaiyám E. Fitzgerald (traductor de Jaiyám) Sófocles Dickens Baltazar Gracián Herrera y Reissig Hólderin Heine Nietzsche Karl Vollmoeller Rilke Hugo de Hofmannsthal San Agustín (in verbis verum amare non verba) Macedonio Fernández
Y hasta artistas de otras disciplinas como: Diego Rivera y Picasso.
Algunos para ser duramente atacados y otros ensalzados. De todos los anteriores ante el cual se rinde más sin duda fue a Quevedo y a Joyce.
Es claro en este libro la diferencia del joven Borges, con el que vendría después. Siento que en muchos de sus ensayos se escribe mucho pero se dice poco. Es a veces un reto descifrar lo que está intentando decir por la rimbombancia que usa, pero las ideas que se tratan son, sin duda, admirables. Ya hacia los ensayos finales se siente una mayor sobriedad y claridad de las ideas, que a la larga terminarían por caracterizar la erudición de Borges.
Con buen criterio, el propio Borges abjuró de este libro y no permitió su reducción en vida. En sus páginas, un escritor aún inexperto se afana en aventar su erudición a través del ensayo, en plena efervescencia ultraísta. Pese al empacho que provoca lo anterior, varios de sus hallazgos son notables y ya hay retazos geniales de "borgismo". Además, es interesante identificar con claridad, en intereses y estilo, al Borges maduro e inmenso que vendría después.
He leído prácticamente todos los ensayos de Borges , desde Discusión, el Hogar, Sur, Multicolor, hasta en textos recobrados. Creo que este libro es el que menos me ha gustado. Un estilo altanero, rebuscado. Es el Borges inmaduro, un genio, pero mucho menos brillante que lo que escribió después.
En este estilo algo pedante y juvenil ya alentaba el genio. Entiendo que Borges no quisiera que se publicara, pero gracias ,María Kodama, por no hacerle caso.
Éste era el último libro que me faltaba para leer la real obra completa de Borges. No la de Emecé, a quien puso como condición que omita sus tres primeros libros y que por eso la mayoría ignora: tengo los tomos de esa y la leí hace años pero me faltaban “El tamaño de mi esperanza”, “El idioma de los argentinos” y este libro; los leí este año como quien completa el álbum de figuritas. Nota de color es que se reeditaron por iniciativa de María Kodama luego del fallecimiento del autor (probablemente en vida no lo hubiese permitido).
Debo admitir que es el libro de Borges que más me costó y tiempo me llevó leer. No por difícil sino por cómo está escrito. Entendí cuando en un prólogo decía “de joven fui vanidosamente barroco y el tiempo me volvió modestamente complejo”. Si bien ya está el germen de su estilo yace todavía enterrado en un lenguaje que por momentos se vuelve ilegible. Si bien no es tan grave en los otros dos libros bastardos, es claro el criterio que utilizó para hacer ese corte y considerar su obra a partir del libro de poemas “Fervor de Buenos Aires”. Por eso no lo recomiendo demasiado y menos como primera lectura del autor, sino sólo a los fanáticos que ya releyeron “El aleph”, “Ficciones”, “Historia universal de la infamia” y “La otra inquisición” varias veces y necesitan nuevo material para seguirlo disfrutando como la primera vez.
Dicho eso, encontré varios chispazos de genialidad: en este joven de veintiséis años ya están presentes sus características inteligencia, humor e ironía. Algunos de mis fragmentos preferidos:
“Difícil cosa es que un hombre invente a la vez la forma y la belleza de esa forma.” (Alain)
“Todo arte es una prefijada costumbre de pensar la hermosura.”
“El idioma es un ordenamiento eficaz de esa enigmática abundancia del mundo.”
“El lenguaje -gran fijación de la constancia humana en la fatal movilidad de las cosas-.”
“El yo es un punto cuya inmovilidad es eficaz para determinar por contraste la cargada fuga del tiempo.”
“Yo soy un punto muerto en medio de la hora / equidistante al grito náufrago de una estrella.” (Maples Arce)
“(...) una adjetivación laudable no ha de atenerse al prestigio de los vocablos aislados, sino a la conjunción feliz de ambas voces.”
“El error del poeta (y de los simbolistas que se lo aconsejaron) estuvo en creer que las palabras ya prestigiosas constituyen de por sí el hecho lírico. Son un atajo y nada más. El tiempo las cancela y la que antes brilló como una herida hoy es oscurece taciturna como una cicatriz.”
“La poesía no es para mí la expresión de aquel azoramiento ante las cosas, de aquel asombro del Ser que todos hemos sentido tras de un suceso excepcional o sencillamente después de una disputa metafísica, sino la síntesis de una emoción cualquiera, que si es clara y precisa no ha nunca menester vocablos inhábiles y borrosos como misterio, enigma y otros semejantes.”
El primer libro en prosa de Borges, publicado cuando salía de sus 25 años, ya tiene mucho que ver con sus temáticas y formas de ver posteriores. Inquisiciones es un libro abandonado y condenado, junto a El tamaño de mi esperanza; ambos volvieron a ver la luz muchos años tras la muerte de Borges, para incorporarse, un tanto a hurtadillas, a un canon imborrable. La distancia que hay de este libro de ensayos literarios, en el doble sentido de la palabra, con Otras inquisiciones, uno de sus libros más sugestivos e influyentes, del que le separa 27 años, es abismal. Pese a que los intereses de ambos textos coinciden, Borges sigue en este muy influído por el ultraísmo, pese a que ya desdeña de este movimiento; y su escritura se oscurece tan gratuita como torpemente por neologismos y extrañezas que traban el texto. Tampoco sus argumentos son tan certeros y sorprendentes como en Discusión o el libro citado. Pero sin este libro, no habría existido el resto de la obra de Borges, que sabía dar a los ensayos la emoción de un relato y a los cuentos la visión paradójica de un ensayo.
Um livro difícil. A prosa de Borges é densa, mastigada, com ligações sutis que guardam uma surpresa ao leitor ao perceber o conteúdo revelador daquelas palavras. Mesmo se tratando de crítica literária (a saber, a tradição ibérico espanhola), não faltam concepções filosóficas e teológicas em suas análises. Borges, ainda que discretamente, é um cultor da metafísica e o espanto diante do vislumbre do ser, tão caro ao filósofo, se manifesta no leitor de suas páginas (ainda que ele não concorde com este espanto na poesia).
A leitura desta obra terá serventia àqueles que conhecem os autores que Borges analisa aqui, e, não podemos esquecer, têm em seus repertórios a noção dos conceitos filosóficos que ele lança mão.
Me pareció un libro lleno de riqueza en expresiones y palabras nuevas, justo para agregar a mi vocabulario, bajo el riesgo de sonar pedante. Definitivamente pensaré dos veces antes al utilizar la palabra inefable 😊. Creo que habría disfrutado y entendido más el libro si hubiese conocido más obras y autores de lo que menciona.
Me tomé 2 meses para intentar aprender lo más mínimo de los autores que menciona Borges en estos ensayos porque me estaba sintiendo muy estúpido por no conocer su obra y me rindo. Este hombre es el más sabio de todos y no puedo competir con él. Ojalá algún día posea una infinitésima parte del conocimiento Borgeano.
4.5 Si no te gusta la filosofía es probable que no disfrutes de este libro. Le baje 0.5 porque en alguno de los ensayos sobre literatura se me escapaban algunas cosillas (no habiendo estudiado el tema). Por lo demás, tan increíble como siempre (por más que no comparta sus ideas políticas)
In gran parte tratta di personaggi e fatti dell'Argentina di inizio '900. A differenza degli altri scritti di Borges manca di attualità, nascendo da pensieri e osservazioni che appartengono al tempo in cui sono stati fatti.
El Borges ensayista es sin dudas muy bueno. En esta obra se exponen la mayor parte de las ideas clave del universo borgeano de los primeros años y es, por tanto, un complemento inescindible para comprender el camino del maestro hacia su cúspide.
Lo mejor del libro es que te reconforta de que incluso Borges no fue tan genial desde el principio. "Discusión" es como una versión mucho más realizada que este.
Durante el estudio de estos breves estudios, sentí una pequeña incomodidad constante: el innecesario carácter público de los mismos (aunque esto se puede aplicar a todo, sin pretensión de caer en un culturalismo simple). En cada sección, vemos a ese Borges que tanto conocemos y que ostenta una profunda pasión y erudición sobre la poesía, sin limitaciones lingüísticas. Por lo tanto, recomiendo este pequeño libro a aquellos/as que quieran conocer sus opiniones respecto a varios sujetos y movimientos, y gusten de imaginar cada estudio como una "mini clase" con Jorge Luis; pues hay algo indiscutible a reconocer: ha sido (a mi parecer) uno de los filósofos de la poesía mas gratos de leer y escuchar. De todo lo expuesto en esta obra, solo me gustaría rescatar tres secciones que me complacieron: - La nadería de la personalidad: Como el titulo lo dice, el joven Borges sospechaba de la inexistencia del Yo como sustancia. Reflexiones entretenidas que hoy, luego del psicoanálisis, nos parecen hegemónicas (Tengo entendido que su padre enseñaba psicología, aunque aquí se ve mas una reflexión metafísica y no propiamente psicológica). - La encrucijada de Berkeley: Aquí vemos que sus sospechas sobre la nadería de la personalidad, han sido causadas por sus estudios del empirismo e inmaterialismo. - Ejecución de palabras: Borges sentencia ciertas palabras que considera controvertidas (en un sentido filosófico) en la poesía. Son reflexiones muy entretenidas.
A decir verdad, no ha sido una lectura muy amena para mi (me confieso un poco hater de la poesía). En fin: 4/10
"L’alba è una cosa infame e subdola perché copre la grande congiura tramata per rimettere in piedi tutto ciò che era fallito dieci ore prima, e procede ad allineare strade, a decapitare luci e a ridipingere colori negli stessi identici luoghi della sera precedente, fino a che noi […] dobbiamo arrenderci all’insensata pienezza del suo trionfo e rassegnarci a farci piantare un altro giorno nell’anima." (Buenos Aires, p. 71)