Es una historia interesante, de lectura ágil y que engancha desde el principio, la idea de una detective privada un poco antihéroe ( se mueve por superar sus propios miedos, más que por avanzar en su trabajo) resulta muy atractiva. A pesar de ser una historia dura , tiene momentos que te hacen sonreír, por ser un poco cómicas algunas situaciones , y el carácter de Hazel un poco irónico y sarcástico. La historia tiene algún giro en la trama , pero es bastante predecible e incluso el final es algo forzado, lo que resulta poco creíble. Me ha resultado muy entretenida y por todo la doy 4 estrellas 💫.
Un thriller entretenido y rápido de leer, pero a mí me ha parecido bastante predecible y el final un poco fantasioso.
La verdad es que me esperaba más y, aunque sí que tiene algún giro en la trama, eso de acertar quien es el culpable desde más o menos la mitad del libro hace que no me haya gustado demasiado. Está bien, pero, en mi opinion, un poco sin más 🤷🏻♀️
No es una gran obra literaria pero no engaña a nadie. Es un producto digno: un thriller bien planteado, bien escrito, de lectura absorbente. Está narrado en primera persona por la detective de origen coreano Hazel Cho, que recibe a una misteriosa y riquísima cliente (Madeline) que le encomienda la búsqueda de su desaparecida ahijada Mia, una niña adolescente que vivía internada en el orfanato que da título a la novela. El tono de la narradora es desenfadado y desenvuelto salpicado de humor e ironía. Para mí, eso es un mérito y un punto a favor. La parte negativa es que parece que hemos leído muchos libros muy parecidos a éste: está trufado de tópicos del género policial. Un botón de muestra: detective con vida desastrosa de la que puede salir si resuelve este caso. Aquí es una joven treintañera coreana que vive en el barrio neoyorkino de Chinatown compartiendo piso con un improbable aspirante a policía. A favor: la fluidez narrativa, el tono ligero salpimentado con un humor soterrado siempre presente. Es evidente que el autor tiene oficio. Sabe graduar la emoción y utiliza una técnica clásica del folletín decimonónico: finales del capítulo en punta, que te impelen a seguir leyendo adictivamente, lo que los anglos llaman "cliffhanger". No es una obra original, pero se lee muy bien y se pasa un buen rato con las andanzas de la detective Cho. Eso se agradece. No es "alta literatura" no es Cervantes, no es Shakespeare (como diría el gran Andrés Amorós), pero dentro de su género está bastante bien, le pongo un 7,5.
Esta historia muestra la podredumbre que desprende la élite. Y, aunque ha sido un libro adictivo, el delito que se comete ya se puede deducir en los primeros capítulos, así como el 50% del final. No obstante, creo que es una buena manera de empezar con los thrillers y ADORÉ a Hazel, que es una luchadora nata (es la primera protagonista asiática que he visto en este género) y a la que el miedo no le ha impedido avanzar. Se merece un amor bonito, y ya sabemos con quién…
Me ha parecido un libro muy entretenido y ágil. Justo lo que se necesita para cambiar de aires entre libros. Está escrito de una forma muy coloquial y con un toque de humor en algunas zonas. No es un thriller oscuro sino más bien ligero, pero se lee rápido y al final entretiene mucho.