Agua es uno de esos libros que deberían ser lectura obligatoria. No solo porque nos obliga a tomar conciencia de las consecuencias que tienen cada producto que consumimos, cada moda que seguimos e incluso cada minuto que pasamos generando actividad digital. Todo, absolutamente todo, tiene un coste, y uno de los más invisibles (y vitales) es el del agua.
El libro arranca con la investigación del secuestro de Homero Gómez, trabajador del Santuario de la Mariposa Monarca El Rosario. A partir de este hecho, Szymon Opryszek va tirando del hilo hasta llegar a las plantaciones de aguacate y al descomunal consumo de agua que exigen, impulsado por una demanda global que no deja de crecer.
La investigación es impecable; la traducción al español, delicada y precisa; y la edición, cuidadísima.
Este párrafo ♥️:
“Cuando dices que quieres salvar a la madre tierra, vuelves a pensar desde el «yo». La pregunta es: ¿la madre tierra nos necesita a nosotros o nosotros la necesitamos a ella? Debemos comprender esta distinción fundamental: no protegemos a la madre tierra. Somos la madre tierra procegiéndose a sí misma.”
Una lección de periodismo, un recorrido apabullante por las grietas por las que se escapa el agua, por los desiertos literales y figurados que la avaricia humana ha permitido que se formen, por problemas que tenemos tan cerca aunque cerremos los ojos a ellos. Szymon me dijo que su libro es “un grito por la moderación”, y ese grito sobrecoge, sacude y demuestra la urgencia de echar el freno, por el planeta, por el agua. Kapuscinski estaría orgulloso. Aquí una entrevista con el autor, un periodista con mayúsculas: https://efe.com/euro-efe/2025-11-24/a...
Un proyecto colosal de periodismo, inusual. Sólo en eso resulta extemporáneo. Partiendo de una concepción del reporterismo abandonada, revitaliza su oficio como corneta de 300 páginas. Homero es asesinado en México que el mismo brazo criminal que coloca a los Nabil en manos de Putin en Bielorrusia. Un Babel -la película- del agua, los afluentes que se entrecruzan sin fronteras, donde fluye la historia en cauce seco. No hay mayor pretensión que un abran los ojos, modérense, si no quieren conocer el final. La mariposa como símbolo del secuestro y del efecto que... Como periodista, no hay envidia, sino admiración; como lector, gratitud a quien lo trajo de Polonia a las librerías de aquí.