El corazón habitante es una novela que desafía las fronteras del tiempo y la imaginación. La historia transcurre en tres escenarios aparentemente una pareja primitiva en su caverna, un cirujano obsesionado con el misterio del cuerpo humano en el siglo XVII y un cosmonauta que flota a la deriva en el espacio profundo. A través de estos personajes, Tarazona teje una meditación inquietante sobre el cuerpo, la memoria y la supervivencia. Con una prosa hipnótica y un ritmo envolvente, esta novela es perfecta para lectores que buscan historias intensas, inesperadas y profundamente sensoriales. Un título ideal para quienes disfrutan de la narrativa que desafía convenciones y se atreve a explorar los límites de la existencia humana.
Daniela Tarazona (ciudad de México, 1975), estudió cursos de doctorado en la Universidad de Salamanca. Fue becada por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes de México y colaboradora de revistas y suplementos como Letras Libres, Renacimiento, Crítica, entre otras. Es autora de la novela El animal sobre la piedra publicada por Almadía en 2008, recibida con entusiasmo unánime por la crítica y considerada una de las mejores diez novelas mexicanas del año.
Desde la descripción inicial que se hace del libro, se toma como comparación la película 2001: A Space Odyssey de Stanley Kubrick, que si bien se puede notar la influencia, creo que este texto también genera una ventana para explorar la conexión que tienen los tres protagonistas con el cuerpo y el entorno que los rodea, y nos cuestiona cuál es verdadero límite entre ambos elementos.
“El corazón es un animal que se creó hace miles de años dentro del cuerpo de otro animal más antiguo”
No la puntúo porque para mí son 3,5 estrellas, no porque la novela no me haya gustado, sino porque siento que no está terminada. Ojalá un poquito más, tan solo un poquito.
3.5 estrellas. Llevaba años sin ir a una librería dejándome llevar por algún libro desconocido. Recuperé el acto con este en la Machado del Círculo. Pudiera ser superficial, pero soy de esas que del objeto libro se dejan camelar descaradamente por la portada cuando no hay otra referencia. Al pasar el iris por encima de este ejemplar sentí un algo poco definible: era creativo y estético pero a la vez desagradable. Sin embargo no podía dejar de mirarlo porque parecía querer decir algo, querer decir una otra cosa.
Y justo el libro es así: prosa tajante, creativa, llena de imágenes incisivas que si las levantas un poquito el filamento desprenden vapores de sentimientos crudos humanos, de humanos crudos. Se siente en el cuerpo, no es agradable, al principio casi lo abandono por frío, por flotante, por lejano a pesar del anhelo de que fuera resonante. Sin embargo tal vez trata de esconder (muy escondido, como todas las cosas que están en el fondo, que en el fondo están) un mensaje universal como la ilusión, la insignificancia, la ternura o el devenir.
Mi libro se llenó de esquinas de páginas dobladas sólo muy al final, cuando la víscera del corazón empieza por fin más ágil a calentarse, a entretejerse, a vivificarse, a habitar las instancias del corazón histórico: un pequeño puntito en movimiento(s).
“Tu mente se encuentra vacía de sentido. Por eso ninguna emoción te alcanza.”
“…creyó que el alma era el principio de los motivos del cuerpo. Si el corazón late…es por la voluntad del alma.”
Bookquotes
Tres protagonistas diferentes que habitan distintos tiempos en la historia de la humanidad y que pese a no poder tener realidades más alejadas entre sí, de alguna manera, están unidos por la pulsión de la sangre, la vida y el corazón, literal y simbólicamente. En la prehistoria una mujer aprende a vivir en un mundo aparentemente despoblado, en el que descubrirá que puede pintar. En el siglo XVII, el afamado anatomista William Harvey, explora el funcionamiento de la circulación en la sangre a través de la disección de animales y humanos. Por último, en el futuro contemporáneo, un cosmonauta prepara su regreso a la tierra tras un viaje de exploración.
Una novela llena de simbolismos que logra manejar de gran manera la correlación espacio-tiempo entre sus tres protagonistas. El salto entre una historia y otra resulta en una experiencia interesante en la que se invita a continuar con la lectura para saber más acerca de cada una de las historias. Aunque el estilo de la autora es más que agradable, la prosa fluida y la estructura diferente, hubo algo que faltó o sobró en esta ocasión. Se seguirán buscando otros de sus títulos ya que el primer acercamiento a ella resultó una grata experiencia.
Híjole, qué despropósito. Le tenía fe; de alguna forma me imaginaba esos tres arranques de historia congeniándose distinto, pero todo terminó rápido y mal, muy mal. Te amo, Tarazona, pero no voy a justificar este mugrero que acabo de leer.
Seguí leyendo para saber qué pasaba, a dónde me llevaba, que podía yo inferir y de repente acabó. Seguí leyendo porque la manera de escribir me llevó de la mano, pero no atino a entender.