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156 pages, Kindle Edition
First published August 31, 2012
Lo curioso es que no existía un ensayo pensado para jóvenes. Los adolescentes pueden escuchar música, leer novelas, ver películas, filmadas y compuestas pensando en sus intereses, pero no podían leer un ensayo sin sentir a cada página el aliento de un adulto, posado sobre su hombro como un cuervo, con el propósito de indicarles lo que tenían que pensar en cada momento. No existía un libro que pudieran abrir y avanzar tranquilamente por los razonamientos como si fuese una novela de Stephen KingAmbos libros resultaron bestsellers y fueron utilizados como textos o lecturas complementarias en instituciones de educación media y educación superior en todo el mundo hispano-parlante. Universidades como la Universidad Simón Bolívar en Caracas, le otorgó el doctorado honoris causa en 1998, destacando en sus considerandos :
Que en FERNANDO SAVATER concurren además excepcionales méritos al representar tan dignamente al intelectual consciente, autónomo, defensor a ultranza de los valores democráticos, de la libertad de creación y de pensamiento en todas sus manifestaciones, al humanista a plenitud con una conducta cívica y vital siempre inquebrantable;[...]Posteriormente recibió doctorados honoris causa de otras universidades latinoamericanas como la Universidad Nacional Autónoma de México (2009), la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (2010) y la Universidad de Colima (2010), además del Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2012).
Que en el área de los Estudios Generales de nuestra Universidad y en diferentes programas, sus reflexiones en torno a los valores y al crecimiento humano expresan curricularmente un objetivo importante y que particularmente en el Curso del Ciclo Básico “Venezuela ante el Siglo XXI”, que se imparte a más de un millar de jóvenes alumnos, sus libros sobre la ética constituyen lecturas esenciales del mismo, sembrando con ellas una reflexión crítica y trascendente verdaderamente positiva y enriquecedora;
Durante buena parte del día vivimos como si nos hubieran dado cuerda [...]No hay demasiados momentos conscientes en nuestro día a día, pero de vez en cuando, algo ocurre e interrumpe nuestra somnolencia, nos obliga a pensar: "¿Y ahora qué hago? ¿Le digo que sí o le digo que no? ¿Voy o no voy?". Estas preguntas señalan distintas opciones éticas, nos exigen una buena preparación mental, nos interpelan para que razonamos hasta alcanzar una respuesta deliberada.De partida se podría objetar que Savater confunde el proceso de toma de decisiones racionales con la toma de decisiones éticas (¿esta mañana tomo el autobús o el tren?), pero lo cierto es que, en el contexto de un libro de inducción a la ética, tal objeción luce pedante, y quizás subestime el trasfondo ético que subyace muchas preguntas cotidianas que los jóvenes sienten que "los hace pensar". También plantea muy oportunamente preguntas relacionadas con la preocupación de los jóvenes que la educación no es más que un adoctrinamiento sectario, que es la sociedad quien "te encierra en su manera de pensar". Las respuestas de Savater son lúcidas y honestas y bien vale la pena leerlas.
Ahora la realidad virtual está por todas partes y la frontera se ha desdibujado, es bien fácil confundirse.Llamativamente, Savater plantea entonces que:
El principal problema moral que plantea Internet es la veracidad.Este es un salto tan fascinante como un triple salto mortal, pero Savater, no solo relaciona lo veraz con la frontera de la realidad sino que define:
La realidad es lo que nos ofrece resistenciauna afirmación que clama por una discusión más profunda -¡sobre todo si se estudia en el contexto de la llamada "economía sin fricción" que pregonan los promotores de transacciones electrónicas! Como buen polemicista, hará rabiar a más de uno cuando insiste en su tesis de que quien descarga ilegalmente de Internet incurre en una comodidad tan inmoral como el político que acepta sobornos.
Con la religión pasa algo parecido, el soborno del cielo será santo, pero también es un sobornoposición absolutamente incompatible con el calvinismo, el judaísmo o el budismo, por citar sólo tres ejemplos. Para rematar, en Democracia y participación se muestra poco plural cuando afirma que:
La idea de que la religión puede ser fuente de moralidad la introdujo el cristianismocomo si, entre otros, el judaísmo o el budismo, una religión que para rematar es no teísta y que fue creada cinco siglos antes del nacimiento de Cristo, no hubiesen desarrollado la misma idea. Asimismo, ante la protesta de que "...no pueden pretender que la gente pague cinco a diez euros por un disco si lo encuentra gratis en Internet", Savater comienza con mal pie:
Yo sólo sé que los libros y los discos nunca habían estado tan baratospues tal afirmación podrá ser cierta para el autor pero sencillamente no es cierta para muchos estudiantes latinoamericanos, para quienes el costo del libro requerido por un curso universitario puede fácilmente sobrepasar el sueldo semanal completo de su padre obrero, sueldo que dicho sea de paso, nisiquiera alcanza a comprar la canasta básica de bienes.y pasa ya por insensible, o por estarse limitando a fustigar a un público español clase media acomodada, cuando culmina afirmando:
La cultura jamás había estado tan accesible, y justo entonces alguien descubre que, pese a todo, sigue siendo demasiada cara. Hay que tener jeta.A veces, las tremenduras son más pedagógicas. Así, a la pregunta "¿La libertad debe supereditarse a los intereses generales de la sociedad?" responde:
Sí, y es lógico que sea así.Alcanzado este punto, el lector descuidado puede sentirse tentado a salir corriendo gritando que Savater defiende el totalitarismo, pero hay que seguir leyendo. Para Savater la libertad no debe confundirse con "hacer todo lo que me dé la gana de hacer", pues es confundir libertad con irresponsabilidad. Fustiga la pereza intelectual y moral de quien cree que ser libre es no participar en la política, recordando que los antiguos griegos acuñaron el término de idiota para referirse a este tipo de individuo y precisa que:
Una sociedad funciona cuando se permite a cada individuo ser él mismo y desarrollar su personalidad siempre que cumpla con aquello con lo que tenermos que cumplir todos para que la sociedad no se colapse. Uno puede ser él mismo siempre que asuma que hay una serie de deberes y responsabilidades que son para todos, nos gusten más o nos gusten menos.Sin duda, una distinción delicada para un tema álgido.