Después de cuatro años desde la noche Amarilla, Rebecca ha rehecho su vida en Paris junto a Patricio, un diplomático, mano derecha del Alcalde. Juntos han logrado crear una ciudad modelo de integración con los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial bien diferenciados. Las comunicaciones internacionales se han restablecido. El Louvre se ha convertido en un símbolo al haber sobrevivido a la gran guerra y al de progreso. El alcalde y otros diplomáticos deciden organizar una cumbre internacional para la integración criatural en el museo, a la que acuden diplomáticos y políticos de muchos países, entre ellos Adán y Ángel. Mientras Adán y Rebecca están hablando, unas bombas estallan en el Louvre destrozándolo todo y a la vez varios diplomáticos de diferentes países desaparecen, entre ellos Ángel, Alejandra (ex del sargento Marín) Patricio y el alcalde de Paris. A partir de aquí comienzan unos juegos por la supervivencia, una lucha entre el supremacismo contra el integracionismo. Este final de distopía me ha sorprendido muchísimo, tiene muchos giros y se cierra la historia abierta en la primera novela. Una historia llena de mensajes que nos enseñan, sobre todo, valores. Unos personajes que han evolucionado de manera perfecta, que son más maduros y las relaciones entre ellos tienen mucha más relevancia. Noelia ha creado una historia muy bien construida que nos lleva de vuelta a ese futuro distópico mezclado con ciencia ficción, que te atrapa y te mantiene en tensión hasta el final.