Este señor está sobrevaloradísimo. La premisa está pero que muy bien: dos multimillonarios se enfrentan a muerte ante una multitud sedienta de sangre (naturalmente) para preservar sus fortunas. Pero, oigan, ¿dónde está el humor negro que semejante cafrada requiere? ¿Dónde la ironía, la sutileza, el ingenio? Aquí no hay más que ramplonería a manta. Todo muy burdo, hasta el dibujo, que es por momentos ininteligible, con una narrativa de novato. Las tres estrellas se las doy por el principio, que promete y mucho, pero la cosa se desinfla a velocidad de vértigo, y, por supuesto, se lee en dos segundos.
Pero son dos segundos que ya no volverán. En fin, en tantas cosas pierde uno el tiempo...