Micah es un cupido con demasiada fe en el amor… y demasiada torpeza para cumplir su misión sin meter su corazón en el proceso. Su intención de ayudar a un abogado testarudo a volver a creer en los finales felices lo lleva a hacerse pasar por su cita a ciegas. ¿Qué tiene de malo una pequeña mentirilla si es por un bien mayor?
Aarón Scott es un abogado de divorcios que se ha especializado en romper lo que otros sueñan con construir. El amor dejó de ser un refugio para convertirse en una broma cruel. Y, sin embargo, el chico que aparece en su mesa —demasiado sincero, con piropos anticuados, y una puntería sobrenatural— comienza a derribar sus defensas una a una.
Entre ferias iluminadas, peluches horribles y antros de dudosa reputación, Aarón descubrirá que incluso alguien como él puede volver a sentir.
Lo que ignora es que Micah guarda un secreto: Un cupido no puede enamorarse de un humano sin arriesgarlo todo, incluso su esencia divina.