Este libro es un testimonio extraordinario de una lucha por el reconocimiento de la diferencia y el derecho a la identidad que logró, entre otras cosas, que por primera vez en el mundo un Estado reconociera la identidad de género asumida por una niña pequeña. Esa lucha corrió los límites de los saberes y las prácticas profesionales, y también de las políticas que se despliegan sobre la infancia. Se trata de un relato que muestra los efectos indisociablemente subjetivos y políticos de toda lucha identitaria.
"Este diario de Gabriela es, sin dudas, una historia de amor y de lucha inagotables. Pero también es un ensayo y una reflexión profunda y extraordinaria sobre los prejuicios y los saberes instituidos, tan próximos muchas veces a la ignorancia y la ignominia con los que nos enfrentamos día a día. Una historia en la que el desafío, la perseverancia y una encantadora forma de inteligencia se enfrentan a los problemas de lo cotidiano, de los vínculos sociales y de nuestra relación con las instituciones", del prólogo de Valeria Pavan.
Una lectura urgente y necesaria. Es un relato voraz, recopilatorio, por momentos un respiro en el ahogo cotidiano. No es solo el relato de Luana es el relato de una madre que nunca dejó de escuchar a su hija, de la familia y las instituciones que les acompañaron y de la lucha incansable. Es admirable y conociendo el calvario que viven muchas personas trans que las llevan al exilio, la depresión y el suicidio, coincido con ella cuando dice: qué suerte Lulú que fui yo tu mamá. Ojalá haya otras mamás y otros papás que acompañen a sus hijes en la construcción de identidad sea cual fuere que elles elijan.
«Mi nombre es Gabriela y soy mamá de una nena trans»
Yo nena, yo princesa es un libro que tengo pendiente hace años. Conozco la historia de Luana y Gabriela hace mucho ya, vi entrevistas, me sumergí en el recorrido por la búsqueda de derechos y, más recientemente, fui a ver la película durante su estreno, pero nunca me animé a leer este libro. Soy una persona extremadamente sensible, tengo el llanto muy fácil, así que supongo que me daba miedo verme sola con semejante historia en mis manos, creía que me iba a angustiar mucho y me iba a costar reponerme. No me equivoqué.
Yo nena, yo princesa es un libro brutal, durísimo, desgarrador. Lloré a cada vuelta de página porque es imposible no ponerte en el lugar de una madre que no entiende qué le pasa a su hijo, que nadie le puede dar explicaciones y que, encima, profesionales de salud mental le dan instrucciones inhumanas para «curar» a su nene que dice que es nena. La violencia a la que se vio sometida genera rabia e impotencia, y se siente como una bocanada de aire fresco cuando por fin cae en manos de la CHA (Comunidad Homosexual Argentina) y una psicóloga infantil con perspectiva de género, gente que de verdad las escuchan.
Y Luana es, en sí, un tema aparte. Tan chiquita y tan segura de todo. No deja de sorprenderme que ya de recién nacida se mostraba inconforme con algo, un fantasma invisible para el resto pero que no la dejaba en paz, porque no cesaba de llorar aunque su hermanito mellizo era tan tranquilito. La fuerza que tuvo para aguantar los maltratos, la valentía que demostró tener para plantarse frente a sus padres y demandar respeto por su identidad, la inteligencia para discernir con quién podía ser Luana y con quién debía ser Manuel, y la felicidad cuando por fin la dejaron ser ella en todos lados. ¡Incluso hasta el nombre que se eligió! Luana significa «guerrera» y le hizo honor, la peleó hasta que la escucharon. Mi alma se me partía en pedacitos cada vez que Gabriela contaba cómo Luana entendía que no podía dejarse ver en pollera, que pedía salir a jugar a la calle y prometía esconderse si pasaba alguien, que en el colectivo acariciaba a su muñeca adentro de la bolsa donde la llevaba porque sabía que no podía sacarla y jugar en público, que se dejaba vestir con su ropa de varón y llevaba su vestido y peluca en un bolsa para cambiarse apenas llegaban a su lugar seguro... ¿Cómo se hace para leer todo esto y no llorar a moco tendido?
Es una historia de mucho amor, lucha y aceptación, aunque también de mucha discriminación y negligencia por parte de profesionales de salud, educación y comunicación. No la tuvieron fácil, es muy triste leer todo lo que atravesaron.
Hay un pequeño temita que me da vergüenza traer a colación ya que es un comentario mundano que nada tiene que ver con el eje principal del libro, que es narrar la travesía de una madre y su hija trans para aceptarse y conseguir un DNI acorde a la identidad de género de Luana, pero no puedo no mencionarlo. El libro tiene unas fallas de redacción que me molestaron de a ratos. Hay oraciones larguísimas que bien podrían haberse dividido en tres o cuatro más cortas, se usa la coma de manera incorrecta (particularmente para marcar pausas de respiración) y en un punto hasta llegué a leer un «y repetía en vos baja». Repito que es un tema muy menor para el punto al que busca llegar el libro, pero a las personas que leemos constantemente o que sentimos pasión por nuestro idioma nos puede resultas más molesto que a las demás. Me habría gustado que hicieran un mejor trabajo de revisión y corrección. Por supuesto que esto nada cambia las sensaciones que tuve con esta lectura tan profunda.
«Somos un montón luchando y qué bueno que se pueda luchar»
"Somos un montón luchando y qué bueno que se pueda luchar".
Por más derechos conquistados para todos los colectivos LGBTQ+. Por más Luanas que sean dignificadas con su identidad, por más Gabrielas que escuchen a más Manueles. Por mejores infancias para niñes trans y LGBQ+. Por una sociedad más justa.
Es un desgarrador y esperanzador recuento de la vida de una familia con una niña trans, desde el descubrimiento , el reconocimiento , la lucha por la educación , la legalidad y la inclusión social, La necesidad de que profesionistas , ciudadanos, humanos nos impliquemos en una sociedad solidaria
Magnífica forma de empapar al lector en la vida de una nena que siempre fue consciente de quien era pero como no correspondía con la percepción binaria tuvo que luchar junto a su madre para mostrar que el género no es algo biológico,es autopercibido. Y que falta mucho para que no se ejerzan violencias. Narrativa sencilla y precisa que logra que todos sintamos las sensaciones de Luana.
Siempre es difícil calificar un libro que ha sido escrito por una persona que ha pasado por situaciones complejas, porque quiere ir a abrazarle y mostrarle tu apoyo, porque las estrellas de una app no cambian realidades.
Este viaje de Gabriela de comprender a su hija y el proceso que le lleva sensibilizarse a la existencia real y diversidad de las niñas trans, niños trans y niñxs trans.
Me dolió un poquito que le misgenderea al inicio del libro, pero comprendo que lo hace para explicar los pasos en esa línea de tiempo.
Quisiera que comentara más ampliamente de el uso de sanitarios, porque de ahí se cuelga la gente transfóbica para negar accesos y derechos básicos a infancias y personas trans.
En fin, que a veces quiero que se explique tanto y todo, para hacer espacios seguros que lo pido en cada oportunidad, libro, conferencia, charla, etc.
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"La salud es también aprender a compartir los deseos"
Me tuve que tomar unas horas desde que terminé de leer el libro para poder venir a escribir algo acá. Es hermoso. Y más allá de lo que (al menos para mi) es obvio sobre el respeto a la identidad, quiero remarcar dos cosas que me encantaron de la historia: el deseo y la compañía. Luana tiene un deseo muy claro, pero también tiene gente a su alrededor que la acompaña en ese deseo. Y dentro de esa compañía, los profesionales de la salud mental. Qué importante tener esa red de contención para cualquier situación difícil. Una familia que te contenga, amigues que te banquen y profesionales que te den herramientas.
Reitero, hermoso. Ya conocía la historia porque vi la película antes de leer el libro e igual me fue inevitable llorar en el colectivo y pasarme de parada. Altamente recomendado
muy bueno, tremenda historia de vida constantemente al borde de las lágrimas.¿cuánto dolor puede soportar una persona?¿y una niña?
pasada la mitad lo sentí un poco repetitivo, como que perdía el orden de narración que planteaba al principio. pero, como leí en otra reseña, "este libro está escrito desde el amor de una madre que no es escritora"
me encantó que no es "perfecto". no es un ensayo feminista. no no, es un relato real de una madre aprendiendo constantemente
Que historia de vida más emocionante!! Creo que todos necesitamos leerla aunque sea una vez en la vida, como te cambia la manera de pensar, como te abre la cabeza.
Un relato de una madre de una nena trans, donde relata sus miedos, sus descubrimientos, su lucha y su apoyo incondicional. Y lo mejor de todo es que se trata de una historia real que pasó en Argentina
Fue el libro que hasta ahora más me hizo llorar. Espero que llegue a más personas y les sirva como un cachetazo a sus formas y pensamientos retrógrados. Y a la vez ayude a muches niñes que quieran elegir su propio nombre.
Bueno bueno.... No puedo explicar lo que me encantó, me conmovió y me enamoró esta historia. No pienso hablar ni juzgar lo que leí como un libro, porque esto va más allá de las palabras, ESTO ES UNA HISTORIA.
Me angustié, cuando Luana expresaba lo que ella era y por prejuicios no la dejaban ser, me alegré cuando ella empezaba su transición y dejaba la tristeza que sentía de lado y pasaba a ser una niña feliz, lloré cuando Gabriela la empezaba a entender y hablaba sobre quererla tal y como es, me puse feliz cuando ella iba a patín y la aceptaban y la amaban, también cuando iba a la escuela y la apoyaban, me emocione con las cartas que las personas que la querían habían escrito para ella.
Pasé por un montón de emociones, leer en palabras de Gabriela la historia de su familia me conmovió y me llenó el corazon, me dio muchas esperanzas para un futuro en el que las infancias puedan estar libres de prejuicios y los niños y niñas puedan crecer y vivir sin ataduras.
Es un libro muy interesante y una historia muy bonita. Es un libro que muchos deberían leer para que puedan aprender sobre el tema y paren de discriminar y hablar tonterías. Muy valiente Luana y su familia. Y además queda perfectamente reflejado que los niños no nacen con prejuicios, son los adultos los que implantan esas ideas en sus cabezas inocentes. Solo le doy cuatro estrellas porq me pareció muy largo en algunos momentos y que tenía algunos errores narrativos. En realidad este es un libro escrito con el cariño de una madre que no es escritora y está muy bueno si se tiene eso en cuenta.
Inspiradora. La vida de Luana y la fuerza que tiene es sumamente inspiradora. Muchas personas tendrían que leer este libro y para darse cuenta de que la infancia trans existe y tiene que ser respetada y cuidada.
Este libro lo debería leer todo el mundo y todas las edades. Muestra la lucha de una madre que lucha por los derechos de la identidad de su hija en un país de gente con mente cerrada. Realmente admiro a Gabriela por saber escuchar a su hija(cosa que muchos padres no hacen)y dejarla ser. Léanlo.
Yo nena, yo princesa (Luana, la niña que eligió su propio nombre) es el diario en el que Gabriela le cuenta a su hija cómo fueron las cosas desde su nacimiento hasta que -finalmente- le otorgaron el DNI que la identifica legalmente como Luana. En él relata cronológicamente el nacimiento de sus hijos mellizos, su búsqueda cuando da cuenta de que a uno de ellos lo angustia -y enferma- no verse cómo se quiere ver. Habla de sus dudas, de la vida intrafamiliar, del proceso de aceptación, de no aceptación, de los prejuicios, de la burocracia, de los miedos, de los logros.
También de cómo buscó ayuda -una y otra vez hasta encontrarla-, de cómo buscó herramientas, de cómo buscó respuestas… de su lucha. La lucha para acompañar el desarrollo de esa criatura que a los cuatro años afirmó ser una nena y llamarse Lulú.
Gabriela publicó también Mariposas libres y Yo nena… tiene película (que no vi) pero una amiga que la vio me dijo que se angustió y comparto el sentimiento: fue una lectura que me indignó, me entristeció (y también me alegró cuando leía que Luana era feliz) muchas veces tengo la sensación de que los derechos están expuestos en una vidriera a la que admirar, pero intentar hacer uso/ejercicio de ellos resulta bastante dificultoso (por no decir imposible) igual me quedo con la idea última del libro que ayuda a visibilizar diferentes realidades. Me quedo con las palabras de amor y de apoyo que Gabriela le dedica a Luana para que no se dañe a sí misma, se acepte, se valore, se quiera.
Es un relato altamente necesario, igual hubo momentos cargados de mucha repetición pero se entiende: es un diario de recuentos, lo que sí se tornaba a veces confuso era al comienzo la cronología de cada suceso, aún así la historia se entiende, uno puede empatizar con Luana y su lucha, con el dolor de Gabriela y su transformación en la búsqueda del respeto de los derechos que por ley le correspondían a su hija. Realmente me emocioné mucho cuando leí el contexto en donde Luana por primera vez anuncia “Yo nena, yo princesa”, es imposible no sentirlo, no sentir escalofríos y tampoco es imposible no enojarse con el sistema judicial, que Gabriela haya tenido que pedir y rogar por algo que ya era por Ley un Derecho… ufff no me alcanzan las palabras. Si no le pongo 5 Estrellas es porque siento que desde la edición debieron de cuidar ciertas cosas y en algunos momentos sentí de lejos páginas escritas con mucha bronca hacia el progenitor de Luana, que en cierta forma es merecedor, pero… fue como adentrarse en esa crisis de violencia doméstica que a veces los hijos cuando somos más chicos no debemos siquiera enterarnos, especialmente de cuestiones íntimas que siento que en algún punto tanto a Luana como a Federico le debieron de haber dolido leerlas, y esto lo digo como hija que creció con padres disfuncionales y VD. Eso sí, me encantaron las cartas de apoyo de cada familiar es algo que me da esperanza para las infancias trans que cómo Luana desde pequeños han ido expresando su identidad a los cuatro vientos.
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Creo que si todo el mundo leyera este libro lograríamos vivir en un mundo más justo. Sólo con enterarse de los sufrimientos de esta familia, de cómo una madre encara una situación no solamente nueva para ella, sino que se encara con una situación tan especial que queda en desventaja y a merced de dificultades que otras personas ni tienen que considerar. Además, y lo más doloroso, el dolor deben soportar ante los prejuicios de la ignorancia ajena, omnipresente. A nivel estilístico el libro me parece excelente, la dosificación de la información me parece un trabajo de edición logradísimo. Y también me gusta mucho el estilo en segunda persona. Este libro es mucho más que recomendable, como dije al principio considero que éste es un libro esencial para toda la humanidad.
<3 Este libro lo leí el año pasado si no mal recuerdo, lo ame y esta re lectura hizo me volvió a emocionar como la primera vez.
Ante todo es un libro de amor y de lucha. Amor a sus hijos, de amor a su hija Lulu, una nena que nació con pene pero que desde los dos años se planto al mundo y le dijo a todo quien quisiera escucharle que ella era una nena, una princesa. Y de lucha, una lucha por un DNI que refleje su verdadero ser, que se respete su derecho a ser.
Hermosísimo, auténtico, honesto, a carne viva. Libro para mapadres, para docentes, para personal de salud. Nos adentra en el mundo de Luana, una nena trans que a los 4 años pudo comunicar su nombre, su género, su deseo. Historia de Gabriela, una madre coraje, una mujer luchadora por los derechos y deseos de su hija. Maravilloso y emocionante libro, no se lo pierdan ❤
lloré muchísimo leyendo esta historia, el relato de una madre que aprendió a escuchar y a luchar por su hija. leyéndolo pasas por sentimientos de bronca, orgullo, felicidad, tristeza. pero lo que más haces es cuestionarte, a vos mismo, la sociedad, el poder, las creencias, todo. una historia hermosa y fuerte <3
Libro que todes deberíamos leer para despertar un poco más la empatía, sobretodo lo recomiendo para gente que trabaja con niñes y adolescentes. A mí me abrió la cabeza, me hizo llorar más de una vez y me cuestionó tanto hasta hacerme sentir parte de su lucha por las infancias libres (todas)
Una historia increíble de lucha y decepciones, pero también de triunfos y amor. Un libro necesario, no así el único, para entender una porción de realidad que no vemos o que muchas veces nos negamos a ver.
Merece 5 estrellas por la historia, por la lucha, porque lloré muchas veces mientras lo leía. Este libro habla del amor de una madre a una hija y de un entorno de contención y acompañamiento que hicieron posible lo que parecía imposible.
vi la película el año pasado, me emocionó muchísimo y el libro superó la película como suele pasar casi siempre. Amo los libros en forma de cartas y como es contada la lucha, la bronca, los momentos buenos y malos, en primera persona por la mamá de luana
Leerlo me cambio la forma de comprender las infancias trans. Como profesional de la salud mental agradezco haberme encontrado con esto desde los inicios de mi práctica profesional. Le cambio la vida a muchas familias.