«Aquel verano vi mi primer muerto, morado, hinchado, guapo aún, con los rizos revueltos. Ahogado en la laguna, aunque quizás estaba ya muerto cuando se puso de pie. Muerto antes que ahogado, esto decían los del pueblo. Yo lo sigo viendo muchas noches, hermoso, amoratado y frío. Fosforescente. Por las algas, supongo. Con el pelo apelmazado por los coágulos de sangre ya medio seca. Tumbado boca arriba con los brazos extendidos. La boca semiabierta y los ojos cerrados. Rígido como los álamos en invierno.
«Veranos eternos de inquietud y dicha, ritos de paso donde el sexo (homoerótico) es fundamental, la prosa de José Luis Serrano vuelve a sorprendernos —más allá de los encantos nostálgicos del tema— por su cabal cumplimiento de un “dictum” clásico: La difícil facilidad. Clara, sugestiva, sensual, estamos ante la cotidianeidad vuelta materia, sencilla materia de arte. Nada más.» Luis Antonio de Villena
«La memoria y el deseo vuelven a encontrarse en esta última novela de José Luis Serrano, y lo hacen de nuevo con afilada delicadeza y una punzante añoranza de la pasión. Una prosa limpia y sabia para contar un tiempo luminoso, una edad palpitante, un amor perturbador, el resplandor dolorido de los cuerpos felices.» Eduardo Mendicutti
Inmigrante con papeles, matemático sin teorema, poeta sin libro, escritor sin novela ni taller de escritura creativa, director de cine sin corto, eurofan sin bandera, católico sin iglesia, oso sin pelo ni barriga, queer sin seminario sobre teoría de género, nacido en Ciudad Real, a los dieciocho años emigró a Madrid a estudiar Matemáticas, donde descubrió a Gödel y Turing, perdió la fe en las ciencias y se dedicó a la contemplación de la perversa obra de Dios. Coautor del blog de poesía homoerótica, “La Taberna del Mar” y colaborador en dosmanzanas.com desde marzo de 2006, donde se dedica cada viernes, con la columna “Desayuno en Urano”, a comentar películas y libros de temática LGTB.
Pocos temas me resultan literariamente más atractivos que el del descubrimiento de la sexualidad, cuanto más si esto sucede durante unas vacaciones de verano en una urbanización al lado de una gran laguna. Pero, a pesar de que este libro partía con todo a su favor para que me encantase, me ha parecido flojito. El protagonista, que cuenta una serie de eventos en primera persona, es solo un espectador con el que es difícil conectar. El resto de los personajes son demasiado lineales. La situaciones que se cuentan son, en su mayoría, absolutamente inverosímiles. Y el libro (a veces demasiado pomposo, a veces demasiado pueril, siempre muy repetitivo) no acaba de encontrar su tono. Es una pena, ya que está lleno de imágenes preciosas... pero cuando falla el ritmo y el enfoque de la narración poco se puede hacer con una historia por muy fascinante que sea.
Este tipo de narración me atrapa de una manera increíble, el final tan explosivo y vertiginoso no me acabo de convencer, toca temas muy fuertes sin profundizar en ellos, lo cual le resta valor y una oportunidad de explicar mejor algo tan tabú.
Este tipo de historias suelen darme buen resultado como lector, pero en esta ocasión, me temo que me he encontrado con un libro… Digamos que falto de trabajo.
Y no sólo del autor, que quizás sea el que menos culpa tiene, sino de su editorial, lo cual resulta aún más sorprendente cuando se trata de Egales. Ojo, no porque el libro esté mal editado o publicado, sino porque es un libro que debería haberse devuelto al autor para que lo revisase y lo puliese bastante, acompañado de no pocas recomendaciones en rojo. Pero, oye, se ha vendido muy bien, las cosas como son.
Para mí ha resultado una historia bastante repetitiva y poco interesante, llena de lugares comunes, incapaz de encontrar un ritmo propio a lo largo de la novela. Alternando entre pasajes preciosistas y barrocos, y otros lineales y hasta austeros, no he conseguido conectar ni con trama ni con personajes, en especial los secundarios, que me resultaban casi intercambiables. Y el narrador, excesivamente testigo (en mi opinión), se me antojaba frío precisamente por esa característica, incluso cuando nos narraba escenas llenas de emoción.
Una novela es una obra total, no vale con escribir algunos pasajes bonitos. Hay capacidad de escritura en José Luis Serrano, de eso no tengo duda, lo que sí pongo en cuestión es que a lo mejor le faltan profesionales y amigos dispuestos a cuestionar lo que escribe. Como desconozco sus siguientes obras, que quede claro que esto sólo se refiere a esta novela.
Se que a veces se hace uso de la repetición para dar énfasis, pero esto es excesivo. Empezó bien, pero luego parece que no había un rumbo claro y se confunde
2.7* Una novela que me prometía mucho y que me dio poco, la verdad. Tiene un estilo delicioso de escritura,. una poesía bravísima, un homoerotismo que me caló un par de veces..., pero creo que se quedó en eso. Fue una novela en la que, coincidiendo con varias otras reseñas, hasta sentí al prota como un mero testigo, un espectador de un hecho que le marcó mucho pero del que fue un mero observador. Tengo que confesar que el final me sorprendió de cierta forma, aunque ya me lo veía venir un par de páginas adelante. De todas formas, este tampoco se explica muy bien y rompe con todo lo que venía pasando, es un final medio acelerado y bruto para lo que la novela venía exponiendo. me duele que no me fascine porque ingresé a ella con muchas ganas de salir enamorado y salí..., algo cansado de leer tantísimas veces cosas como "Carlos, el aburrío; u Olivier, el subnormal". Entiendo las licencias creativas que esto representaba y por qué se hacía, pero se excedió el recurso. Es un libro fácil, el narrador del audiolibro es increible y para dos viajes de bus (como yo lo leí) está perfecto.
Sebastián, es un jóven de descendencia Noruega que disfruta de las tardes frente a la laguna leyendo libros en francés mientras es observado a la distancia por un adolescente que nos narra esta historia.
Todos los veranos el complejo de casas de Laguna Beach se llenaba de familias, y el narrador nos cuenta un verano en particular, aunque no esté seguro de si los hechos en general se dieron así o no. Pero si de algo está seguro es que Tadeo el hermano de Sebastián está más muerto que vivo, igual que el cuerpo helado que vió en la laguna.
Una historia que nos lleva a un verano en particular o a cualquier verano. En donde los jóvenes despiertan pasiones y el "fantasma" desconocido como también estigmatizado del SIDA, envuelve esta narración de misterio y amores platónicos.
El autor refleja la incertidumbre y la ignorancia de la época, ante la enfermedad "rosa" desde la visión inocente de un adolescente. Una historia cautivadora y distinta.
Durante el verano se reunen estos jovenes en una zona de lagunas. Estan en la etapa del descubrimiento sexual El protagonista nos cuenta esos sentimientos hacia sus amigos y todo lo que sucede.
Opinión
Esta muy bien retratado el tema del despertar sexual. Con escenas muy eroticas.
Los sentimientos adolescentes, donde se enamoran de personas sin siquiera haberles dado un beso o incluso tener una amistad profunda. Las reflexiones que hace el protagonista acerca de sus amigos.
Se toca el tema del VIH y cuando empezo esa pandemia. El temor y la incertidumbre de no saber mucho de la enfermedad y el temor al contagió por parte de personas cercanas.
Tiene un buen inicio pero poco a poco la historia decae un poco. Me fallo que empieza con un tema despues se va a otro, aunque los temas son buenos a mi no me funcionó que se mezclarán. Incluso meten temas de ovnis que nunca entendi eso.
Me ha costado mucho meterme en la historia, quizás por esa forma repetitiva y machacona de narrar la historia. A mitad de libro lo tuve que dejar porque me costaba bastante seguir con la lectura, tras varios meses decidí acabarlo. Le falta algo de profundidad, como si estuviera por pulir
Todos tenemos memorias de aquellos veranos de cuando éramos pequeños y veranébamos con la familia y a todos se nos agolpan varios veranos en uno y acabamos por confundirlos en un único verano interminable en el que somos alternativamente un poco más jóvenes y un poco más adolescentes. Y aunque seguramente hoy nos parecerían un tostón, entonces no nos lo parecerían, éramos felices y guardamos unos maravillosos recuerdos que nos durarán para siempre.
Esto es "Sebastián en la laguna", esto y mucho más. Recuerdos entremezclados de (uno o varios ?) veranos en familia en unos apartamentos al borde de una laguna, en el que el protagonista aprenderá muchas cosas, entre ellas muchas palabras, alguna experiencia sobre la vida, primeros experimentos y experiencias homoeróticas y será testigo de algo que pasa en la laguna y con lo que empieza y termina el libro.
Escrito en capítulos breves, de lectura rápida pero intensa, es una pequeña delicia que oculta entre sus páginas varios temas interesantes como los primeros casos de SIDA en los 80, el descubrimiento de la orientación sexual y el sórdido (o no) mundo de la inasución de la propia en el mundo rural. Muy recomendable !
Maravilloso y crudo libro en muchos momentos, en los que se nos habla del despertar Sexual de su protagonista, y al mismo tiempo, del despertar y la adolescencia de varios chavales que cada año veranean juntos en la Laguna. Aborda temas como el descubrimiento de la homosexualidad, el despertar del erotismo, las hormonas, los enamoramientos, la diversidad funcional, el VIH, los abusos... Todo contado en primera persona con una escritura rápida que te atrapa y que te hace imaginarte cada una de las situaciones con una vivacidad impresionante. Completamente recomendable.