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Días sin hambre
La primera novela de Delphine de Vigan, publicada en el año 2001 con el pseudónimo de Lou Delvig por razones familiares, cuenta, en una intensa e inquietante primera persona, la historia de una joven anoréxica de diecinueve años.
El relato que Laure hace en su diario de un cuerpo al borde de la muerte, un cuerpo vaciado que se hiela de frío durante sus primeros días en el hospital, con sus treinta y seis kilos de peso y su metro setenta y cinco, es verosímil y perturbador. Desde las primeras líneas de la novela el lector se sumerge en la historia sobrecogedora de una verdadera metamorfosis. Acompaña a la joven a través de su recuperación y de su aprendizaje: volver a comer es aprender a ingerir los alimentos pero, ante todo, a sentirse poseedora de un cuerpo susceptible de despertar el deseo del otro. En el hospital, Laure establece una intensa relación de transferencia con el doctor Brunel que será determinante para su recuperación. Él inventa historias sólo para ella; y la joven va desgranando detalles de su biografía que acercan al personaje a la propia Delphine de Vigan, y a Nada se opone a la noche, su fascinante biografía novelada.
Y aun pudiendo ser leída como parte de aquella turbadora, apasionante saga familiar, esta novela de trama mínima es también una poderosa bildungsroman, un despertar a la vida y al amor, donde el viaje de su protagonista es interior y se desarrolla entre las cuatro paredes de un hospital.
«Excelente narración» (Jesús Ferrero, El País).
«Pasajes emocionantes y también una buena cantidad de información valiosa» (Pablo Martínez Zarracina, El Correo Español).
«Paradigma de esa literatura que bordea los síntomas de una intimidad enferma como metáfora de una patología global... Maneja la materia autobiográfica con una contención que remite a Marguerite Duras» (Marta Sanz, Mercurio).
El relato que Laure hace en su diario de un cuerpo al borde de la muerte, un cuerpo vaciado que se hiela de frío durante sus primeros días en el hospital, con sus treinta y seis kilos de peso y su metro setenta y cinco, es verosímil y perturbador. Desde las primeras líneas de la novela el lector se sumerge en la historia sobrecogedora de una verdadera metamorfosis. Acompaña a la joven a través de su recuperación y de su aprendizaje: volver a comer es aprender a ingerir los alimentos pero, ante todo, a sentirse poseedora de un cuerpo susceptible de despertar el deseo del otro. En el hospital, Laure establece una intensa relación de transferencia con el doctor Brunel que será determinante para su recuperación. Él inventa historias sólo para ella; y la joven va desgranando detalles de su biografía que acercan al personaje a la propia Delphine de Vigan, y a Nada se opone a la noche, su fascinante biografía novelada.
Y aun pudiendo ser leída como parte de aquella turbadora, apasionante saga familiar, esta novela de trama mínima es también una poderosa bildungsroman, un despertar a la vida y al amor, donde el viaje de su protagonista es interior y se desarrolla entre las cuatro paredes de un hospital.
«Excelente narración» (Jesús Ferrero, El País).
«Pasajes emocionantes y también una buena cantidad de información valiosa» (Pablo Martínez Zarracina, El Correo Español).
«Paradigma de esa literatura que bordea los síntomas de una intimidad enferma como metáfora de una patología global... Maneja la materia autobiográfica con una contención que remite a Marguerite Duras» (Marta Sanz, Mercurio).
168 pages, Paperback
First published January 1, 2009
137 people are currently reading
4417 people want to read
About the author
Delphine de Vigan
38 books2,724 followersDelphine de Vigan is an award-winning French novelist. She has published several novels for adults. Her breakthrough work was the book No et moi (No and Me) that was awarded the Prix des Libraires (The Booksellers' Prize) in France in 2008.
In 2011, she published a novel Rien ne s'oppose a la nuit (Nothing holds back the night) that deals with a family coping with their mother's bipolar disorder. In her native France, the novel brought her a set of awards, including the prix du roman Fnac (the prize given by the Fnac bookstores) and the prix Renaudot des lycéens.
In 2011, she published a novel Rien ne s'oppose a la nuit (Nothing holds back the night) that deals with a family coping with their mother's bipolar disorder. In her native France, the novel brought her a set of awards, including the prix du roman Fnac (the prize given by the Fnac bookstores) and the prix Renaudot des lycéens.
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Community Reviews
Displaying 1 - 30 of 525 reviews
March 31, 2023
reading this book is not necessarily a good idea if you're trying to recover 🙃
December 3, 2022
3,5⭐
Doloroso y perturbador.
En esta novela, Delphine de Vigan nos narra parte de su lucha contra la anorexia a los 19 años. Comienza con su decisión de hospitalizarse, ya al borde de la muerte y el periodo que pasó en la clínica hasta alcanzar el peso requerido para el alta.
Es una novela corta, no llega a las 200 páginas, impregnada de dolor, lucha y contradicciones internas. No siempre me ha llegado toda la intensidad de las emociones que sin duda experimentó la autora. Es posible que la brevedad de la narración tenga que ver.
Destaco la tremenda lucha interna que de Vigan, mantuvo consigo misma durante los meses de hospitalización. Se internó consciente de que su cuerpo ya estaba al límite, de que se moría de no hacerlo. No quería morir. Tampoco perder el control, solo recuperarse lo suficiente para mantenerse en la cuerda floja. La realidad se impuso. No sin lágrimas y mucho sufrimiento pudo salir del pozo y volver a llevar una vida normal.
"... que recobra a su pesar: comer. Sin cesar, intenta tranquilizarse, se repite que puede mandarlo todo a paseo, que no ha perdido el control"
"...tiene miedo, miedo de no poder volver a empezar, de no poder dar ya marcha atrás. Miedo de volver a empezar, miedo de dar marcha atrás. Le da miedo salir de eso y no salir.
En conclusión. Una novela autobiográfica, que narra parte de la lucha de la autora contra esa enfermedad cruel que es la anorexia. Dura y perturbadora.
Doloroso y perturbador.
En esta novela, Delphine de Vigan nos narra parte de su lucha contra la anorexia a los 19 años. Comienza con su decisión de hospitalizarse, ya al borde de la muerte y el periodo que pasó en la clínica hasta alcanzar el peso requerido para el alta.
Es una novela corta, no llega a las 200 páginas, impregnada de dolor, lucha y contradicciones internas. No siempre me ha llegado toda la intensidad de las emociones que sin duda experimentó la autora. Es posible que la brevedad de la narración tenga que ver.
Destaco la tremenda lucha interna que de Vigan, mantuvo consigo misma durante los meses de hospitalización. Se internó consciente de que su cuerpo ya estaba al límite, de que se moría de no hacerlo. No quería morir. Tampoco perder el control, solo recuperarse lo suficiente para mantenerse en la cuerda floja. La realidad se impuso. No sin lágrimas y mucho sufrimiento pudo salir del pozo y volver a llevar una vida normal.
"... que recobra a su pesar: comer. Sin cesar, intenta tranquilizarse, se repite que puede mandarlo todo a paseo, que no ha perdido el control"
"...tiene miedo, miedo de no poder volver a empezar, de no poder dar ya marcha atrás. Miedo de volver a empezar, miedo de dar marcha atrás. Le da miedo salir de eso y no salir.
En conclusión. Una novela autobiográfica, que narra parte de la lucha de la autora contra esa enfermedad cruel que es la anorexia. Dura y perturbadora.
April 8, 2018
La narración mas fiel que he encontrado hasta el momento sobre la anorexia. Tan verosímil y perturbadora que te eriza la piel.
May 6, 2021
Gran, gran libro. Luego de leer "Un lugar guardado para algo", me dieron ganas de profundizar en esta temática y di con este libro. Muy triste, pero hermosamente escrito.
June 14, 2018
"Dejó de comer para controlar en sí misma ese exceso de alma, vació su cuerpo del ansia indecente que la devoraba, que había que acallar."
En forma de diario nos adentramos en los pensamientos, sentimientos, angustias y triquiñuelas de una joven anoréxica durante su estancia en el hospital. Es la crónica de una joven que lucha para renacer de nuevo y recuperarse. Realmente estremecedor. Es corto pero cala hondo.
En forma de diario nos adentramos en los pensamientos, sentimientos, angustias y triquiñuelas de una joven anoréxica durante su estancia en el hospital. Es la crónica de una joven que lucha para renacer de nuevo y recuperarse. Realmente estremecedor. Es corto pero cala hondo.
March 15, 2021
La muerte ronda a Laure, el estado en el que la anorexia ha dejado su cuerpo la obliga a aceptar la hospitalización. Los días internada transcurren entre recuerdos que arrojan pistas sobre la enfermedad; las visitas del doctor Brunel, faro al que se aferra; y el microcosmo conformado por profesionales y pacientes que, con sus propios padecimientos, la acompañan en la difícil estancia.
Lo más valioso de la historia es el componente autobiográfico, al igual que Laure la autora padeció anorexia y vivió en un hospital una larga recuperación. Como leí antes“Nada se opone a la noche”, libro que la consolida como escritora, el listón quedó muy alto y difícil de alcanzar, especialmente por esta que es su primera novela. La distancia en estilo y calidad es notoria. No significa que “Días sin hambre” sea una obra desdeñable, pero Delphine de Vigan mejoró mucho después de escribirla.
Sigo el consejo de Joyce Carol Oates: “Sumérgete en un escritor que amas y lee todo lo que ha escrito, incluido el trabajo más antiguo. Especialmente el primer trabajo. Antes de que el gran escritor se hiciera grande, o incluso bueno, buscaba a tientas un camino, buscando a tientas una voz”.
Lo más valioso de la historia es el componente autobiográfico, al igual que Laure la autora padeció anorexia y vivió en un hospital una larga recuperación. Como leí antes“Nada se opone a la noche”, libro que la consolida como escritora, el listón quedó muy alto y difícil de alcanzar, especialmente por esta que es su primera novela. La distancia en estilo y calidad es notoria. No significa que “Días sin hambre” sea una obra desdeñable, pero Delphine de Vigan mejoró mucho después de escribirla.
Sigo el consejo de Joyce Carol Oates: “Sumérgete en un escritor que amas y lee todo lo que ha escrito, incluido el trabajo más antiguo. Especialmente el primer trabajo. Antes de que el gran escritor se hiciera grande, o incluso bueno, buscaba a tientas un camino, buscando a tientas una voz”.
August 16, 2022
Súper interesante, porque además es un caso real, pero reconozco que pensé que me iba a gustar mucho más. Es raro porque realmente no encontré ninguna falla en este testimonio, es dulce, es detallado (dentro de lo necesario), es duro y a la vez esperanzador, pero simplemente a mí no me gustó tanto. De hecho, me costó ene terminarlo.
Aun así lo valoro, porque testimonios reales de trastornos de alimentación hay muy pocos. Y creo que, siendo objetiva, es bastante bueno.
Una cita que destaqué:
"
Encuentra su habitación como la había dejado. Dice “mi habitación” cuando habla - ven esta noche a mi habitación a tomar algo -, una habitación como mil otras, amarilla y limpia. Es en cierta medida su casa, sabe dónde están las cosas, cómo están organizados los armarios, en el estante de abajo se apilan los pantalones, encima las camisetas, las bragas y los calcetines, arriba de todo los jérseis.
Guarda en la mesita de noche los Kleenex, los cuadernos, los bolis, la cartilla alimentaria. La desnudez de ese espacio la tranquiliza, como si sus únicas posesiones fueran unas camisas y dos o tres libros. Le da miedo la abundancia, lo que la espera en su casa, los armarios repletos de ropa, de cartas, de papeles, la vajilla. Le da miedo el apego que siente, a su pesar, por esas cosas, su dependencia. Le dan miedo esos objetos que arrastra consigo como ruidosas cacerolas. Le gustaría ser capaz de tirarlo todo, no poseer nada. Ese excedente dentro y fuera de ella con el que no sabe qué hacer.
“
Aun así lo valoro, porque testimonios reales de trastornos de alimentación hay muy pocos. Y creo que, siendo objetiva, es bastante bueno.
Una cita que destaqué:
"
Encuentra su habitación como la había dejado. Dice “mi habitación” cuando habla - ven esta noche a mi habitación a tomar algo -, una habitación como mil otras, amarilla y limpia. Es en cierta medida su casa, sabe dónde están las cosas, cómo están organizados los armarios, en el estante de abajo se apilan los pantalones, encima las camisetas, las bragas y los calcetines, arriba de todo los jérseis.
Guarda en la mesita de noche los Kleenex, los cuadernos, los bolis, la cartilla alimentaria. La desnudez de ese espacio la tranquiliza, como si sus únicas posesiones fueran unas camisas y dos o tres libros. Le da miedo la abundancia, lo que la espera en su casa, los armarios repletos de ropa, de cartas, de papeles, la vajilla. Le da miedo el apego que siente, a su pesar, por esas cosas, su dependencia. Le dan miedo esos objetos que arrastra consigo como ruidosas cacerolas. Le gustaría ser capaz de tirarlo todo, no poseer nada. Ese excedente dentro y fuera de ella con el que no sabe qué hacer.
“
January 17, 2018
This is a heart-breaking account of what it is like to be anorexic and living through the different stages of painful recovery in hospital. The author portrays the dilemma between the addictive feeling of wanting to 'fade away' and the agony of 'starting to feel yourself again' poignantly. It's a short read but dense and it did take me a while to get through because it is so real and emotionally wrenching.
April 24, 2025
The subject of anorexia is far from my b – is far from me. However, it is Delphine de Vigan who wrote this novel about it. I have six of her novels at home, five of which I have read, ‘Ondergrondse uren’ still to go. I have had good to excellent reading experiences with all of them. That is why it was no punishment to read this novel. In this case, as a reader I was immediately carried away into the head of protagonist Laura, who is admitted to hospital due to anorexia. The reader experiences everything at its closest. On the one hand, you live along in the moment, on the other hand you quickly see that Laura weighs up the pros and cons and cooperates in a reasoned manner with the treatment. The reasoning is, however, ambiguous; although she gives the impression of being complete and honest towards her treating physician – and she does indeed freely confess that she has more difficulty mentally coping after the hospital treatment than physically – she still holds back thoughts for a short time. You also notice that the physician not only addresses the somatic symptoms, but is also a person who recognizes the psychology behind the disease and deals with it tactically. In this way, mutual understanding arises between the doctor and Laura that works in favour of recovery.
It is this psychological side of the story that makes the novel extra strong, gives it a backbone, along which the fears emerge and are then countered. That also makes it compelling and lifelike. On that last point, I started to wonder during reading how closely the author is familiar with the described symptoms. On the internet, after reading it today, I discovered that the story is autobiographical. How lived-through do you want it to be … JM
It is this psychological side of the story that makes the novel extra strong, gives it a backbone, along which the fears emerge and are then countered. That also makes it compelling and lifelike. On that last point, I started to wonder during reading how closely the author is familiar with the described symptoms. On the internet, after reading it today, I discovered that the story is autobiographical. How lived-through do you want it to be … JM
November 16, 2019
«Laure desgrana a sus pies, a pequeños retazos compactos,
esa hambre de vivir que la ha hecho enfermar, ahora lo entiende, entiende ese apetito desmesurado que la invadía, la trastocaba, ese abismo tan insaciable que la volvía tan
vulnerable. Era como una boca enorme, ávida, dispuesta a engullirlo todo, quería vivir deprisa, segura, quería que la amaran hasta la muerte, quería llenar aquella llaga
de la infancia, aquel hueco nunca colmado.
Consciente de que la transformaba en una presa ofrecida al mundo, abandonó el
deseo de vivir en un cuerpo desecado, constriñó ese delirante afán de vivir, esa
búsqueda absurda, voraz, dejó de comer para controlar en sí misma ese exceso de
alma, vació su cuerpo del ansia indecente que la devoraba, que había que acallar.»
Laure y la anorexia. Laure es una joven atípica para el entorno comúnmente apabullador de la postadolescencia. Sus diecinueve años y su tendencia a leer y escribir literatura han embalsamado su prematura «pseudomuerte» mental. Son los pasillos con olor a muerte del hospital mental, y Laure. Son Laure y sus ganas del no estar hambrienta, al contrario, la mente se le ha contraído al pensar en llevarse alimento a la boca, a sus intestinos, a sus medianamente dolores.
La mente obliga a desconfiar: «Laure engorda. Va echando grasa, poco a poco. No obstante, resulta aterrador. No
se opone, pero el proceso ha de ser lento. Si el cuerpo va más aprisa que la cabeza, la
cabeza se niega, se defiende, ordena al cuerpo que pare. Le ordena que se amotine.
Durante unos días, el peso se estanca.»
esa hambre de vivir que la ha hecho enfermar, ahora lo entiende, entiende ese apetito desmesurado que la invadía, la trastocaba, ese abismo tan insaciable que la volvía tan
vulnerable. Era como una boca enorme, ávida, dispuesta a engullirlo todo, quería vivir deprisa, segura, quería que la amaran hasta la muerte, quería llenar aquella llaga
de la infancia, aquel hueco nunca colmado.
Consciente de que la transformaba en una presa ofrecida al mundo, abandonó el
deseo de vivir en un cuerpo desecado, constriñó ese delirante afán de vivir, esa
búsqueda absurda, voraz, dejó de comer para controlar en sí misma ese exceso de
alma, vació su cuerpo del ansia indecente que la devoraba, que había que acallar.»
Laure y la anorexia. Laure es una joven atípica para el entorno comúnmente apabullador de la postadolescencia. Sus diecinueve años y su tendencia a leer y escribir literatura han embalsamado su prematura «pseudomuerte» mental. Son los pasillos con olor a muerte del hospital mental, y Laure. Son Laure y sus ganas del no estar hambrienta, al contrario, la mente se le ha contraído al pensar en llevarse alimento a la boca, a sus intestinos, a sus medianamente dolores.
La mente obliga a desconfiar: «Laure engorda. Va echando grasa, poco a poco. No obstante, resulta aterrador. No
se opone, pero el proceso ha de ser lento. Si el cuerpo va más aprisa que la cabeza, la
cabeza se niega, se defiende, ordena al cuerpo que pare. Le ordena que se amotine.
Durante unos días, el peso se estanca.»
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April 21, 2017
Durísimo y bello.
March 14, 2024
La contratapa exagera, como siempre. No me pareció duro ni punzante, pero sí una narrativa muy honesta, interesante y alejada el patetismo. No tiene una estructura tan tradicional, no reduce la experiencia anoréxica a un principio, desarrollo y final. Más bien parece ser el despliegue de una memoria con recovecos, desviaciones y puertas cerradas. Definitivamente una experiencia que no es lineal, como nunca lo es el camino hacia la cura, ni los duelos, ni los traumas.
Lo más interesante, para mí, fue leer sobre el estoicismo de la protagonista. Su resolución, medida, calculada, inamovible, de solo salvarse la vida, pero no entregar más kilos de los que quiso dar. Esta es la vida que eligió. Esa línea entre el autoengaño y la afirmación de independencia me pareció bakán y me hizo pensar en las autonomías de los cuerpo. No puedo negarlo, creo que hay algo admirable en elegir uno mismo la forma de dañarse, en diseñar uno su desaparición.
Lo más interesante, para mí, fue leer sobre el estoicismo de la protagonista. Su resolución, medida, calculada, inamovible, de solo salvarse la vida, pero no entregar más kilos de los que quiso dar. Esta es la vida que eligió. Esa línea entre el autoengaño y la afirmación de independencia me pareció bakán y me hizo pensar en las autonomías de los cuerpo. No puedo negarlo, creo que hay algo admirable en elegir uno mismo la forma de dañarse, en diseñar uno su desaparición.
March 21, 2021
Was treibt einen Menschen soweit, dass er / sie sich praktisch zu Tode hungert? Mit "Tage ohne Hunger" versucht sich Delphine de Vigan an einer emotionalen Erklärung. Die Geschichte um die junge Laure und ihren Aufenthalt in der Klinik ist voller intimer Gedankengänge, die ihre ungewohnte Umgebung abzeichnen, sowie der Vergangenheit auf die Schliche kommen wollen. Psychische Störungen der Eltern, projizierte Unsicherheiten und Momente der Einsamkeit - alles verdichtet sich im Körper zu einer Extremreaktion.
Ohne zu viel Schwermut, sondern mit von Beginn an festgeschriebener Hoffnung, zeichnet de Vigan ein mögliches Leben nach und beschreibt dieses mit viel Feingefühl. Trotzdem ein tragisches Buch, das einem mit intelligenten Formulierungen die Krankheit Anorexie näherbringt.
Ohne zu viel Schwermut, sondern mit von Beginn an festgeschriebener Hoffnung, zeichnet de Vigan ein mögliches Leben nach und beschreibt dieses mit viel Feingefühl. Trotzdem ein tragisches Buch, das einem mit intelligenten Formulierungen die Krankheit Anorexie näherbringt.
January 7, 2023
Una lástima pero no me ha convencido. La narración en tercera persona me ha parecido distante y no he llegado a conectar con esta historia tan personal y tremenda. Por otro lado creo que la autora evita entrar en materia y no aborda la complejidad del tema. Para mí esta novela se queda bastante en la superficie y está un tanto desaprovechada.
September 24, 2019
3'5
No opone resistencia, pero tiene miedo, miedo de no poder volver a empezar, de no poder ya dar marcha atrás. Miedo de volver a empezar, miedo de dar marcha atrás. Le da miedo salir de eso y no salir.
No está segura de ser capaz. Sin embargo, sabe que ha de ser ahora o nunca.
No opone resistencia, pero tiene miedo, miedo de no poder volver a empezar, de no poder ya dar marcha atrás. Miedo de volver a empezar, miedo de dar marcha atrás. Le da miedo salir de eso y no salir.
No está segura de ser capaz. Sin embargo, sabe que ha de ser ahora o nunca.
January 21, 2022
Piccolo e breve libro in cui l’autrice racconta del suo ricovero per anoressia, durato tre mesi, quando aveva diciannove anni.
Non è stato facile decidere di leggere questo scritto - anche io sono stata ricoverata per anoressia, sempre per tre mesi, quando di anni ne avevo diciotto - ma mi è arrivato come regalo e ho voluto testarlo. Ha superato il test.
La storia è autobiografica, ma è raccontata in terza persona, con Laurie come protagonista. Il mondo dell’anoressia è spiegato molto bene - il freddo, le ossa, il digiuno, il movimento, la paura - così bene che è stato un attimo che mi sono ritrovata di nuovo immersa in quel dolore. Mai mi era successo con un libro che l’avesse come protagonista. Mai.
Non so, però, se consigliarlo. Per una persona che ne soffre ancora potrebbe essere troppo vicino, troppo esplicito, anche se nelle ultime pagine la guarigione si intuisce e non fa mai male, leggersi dall’esterno. Per chi, invece, ha curiosità verso questo mondo, dico: leggetelo. Ogni parola qui racchiusa è vera quanto il pane.
Non è stato facile decidere di leggere questo scritto - anche io sono stata ricoverata per anoressia, sempre per tre mesi, quando di anni ne avevo diciotto - ma mi è arrivato come regalo e ho voluto testarlo. Ha superato il test.
La storia è autobiografica, ma è raccontata in terza persona, con Laurie come protagonista. Il mondo dell’anoressia è spiegato molto bene - il freddo, le ossa, il digiuno, il movimento, la paura - così bene che è stato un attimo che mi sono ritrovata di nuovo immersa in quel dolore. Mai mi era successo con un libro che l’avesse come protagonista. Mai.
Non so, però, se consigliarlo. Per una persona che ne soffre ancora potrebbe essere troppo vicino, troppo esplicito, anche se nelle ultime pagine la guarigione si intuisce e non fa mai male, leggersi dall’esterno. Per chi, invece, ha curiosità verso questo mondo, dico: leggetelo. Ogni parola qui racchiusa è vera quanto il pane.
Read
July 12, 2023Roman très immersif dans la vie de Laure aux prises avec l’anorexie. On l’a suit à l’hôpital dans un traitement pour reprendre du poids après en avoir perdu énormément.
On suit son parcours difficile. On découvre son milieu familial complexe. On découvre sa relation toxique avec ses parents. (Cette autrice met toujours? en scène une mère aux prises avec un enjeu de santé mentale)
C’est un roman poignant. On sent le jugement des gens autour de Laure. On entend les commentaires bienveillants et ceux maladroits et méchants.
On voit les parcours des autres personnages autour qui sont parfois difficiles ou très difficiles.
Le seul hic que j’ai c’est l’absence d’un suivi psychologique. Je ne sais pas comment ça fonctionne “dans la vraie vie”, mais outre un accompagnement médical, je crois définitivement qu’il faut un accompagnement psychologique. Ce n’est pas nécessairement la faute de l’autrice. Elle a peut-être écrit sur ce qu’elle a connu? Ou entendu.
On suit son parcours difficile. On découvre son milieu familial complexe. On découvre sa relation toxique avec ses parents. (Cette autrice met toujours? en scène une mère aux prises avec un enjeu de santé mentale)
C’est un roman poignant. On sent le jugement des gens autour de Laure. On entend les commentaires bienveillants et ceux maladroits et méchants.
On voit les parcours des autres personnages autour qui sont parfois difficiles ou très difficiles.
Le seul hic que j’ai c’est l’absence d’un suivi psychologique. Je ne sais pas comment ça fonctionne “dans la vraie vie”, mais outre un accompagnement médical, je crois définitivement qu’il faut un accompagnement psychologique. Ce n’est pas nécessairement la faute de l’autrice. Elle a peut-être écrit sur ce qu’elle a connu? Ou entendu.
October 4, 2021
Intelligent, glaubwürdig und hoffnungsvoll geschrieben. Ich glaube aber, dass Menschen, die in keiner Art und Weise von dieser Krankheit betroffen waren oder sind, es schwer haben, diese gefühlvolle Geschichte nachvollziehen zu können.
April 14, 2021
Otro maravilloso libro de Delphine. Deseando leer "Las lealtades", de todas sus novelas me quedo con "Nada se opone a la noche".
October 18, 2024
En mayo de este 2024 me inicie con una de las autoras actuales que más ganas tenia de leer, la francesa Delphine de Vigan, y lo hice por la puerta grande con una lectura que de momento se encuentra entre las mejores que he hecho este año. “Nada se Opone a la Noche” es un ejercicio duro y visceral por la sinceridad que su autora plasma entre sus páginas, por la manera en que desnuda los entresijos de su familia materna y el impacto que supuso en su vida los problemas mentales de su madre y la compleja relación que con ella tuvieron tanto la propia Delphine como hermana. es una novela que apabulla por su lirismo y sinceridad, pese a dureza de su testimonio, la manera en que de Vigan busca cerrar heridas de su pasado y perdonar. Y en el cual la autora hace mención de pasada a su anorexia y como está influyó en su primera novela “Días Sin Hambre” , en la cual habla de su paso por un hospital para tratar de superar esta enfermedad. Un testimonio que al igual que “Nada se Opone a la Noche” desarma por su crudeza y su impúdica y Sanadora desnudez emocional.
Bajo el nombre de Laure, e intercalando algunos capítulos contados en primera persona con otros narrados en tercera, Delphine de Vigan nos habla de su día a día en el hospital durante el tratamiento, los pacientes con los que va estableciendo algún tipo de relación y los sentimientos que le inspira el médico que se ocupa de su caso. De la lucha interna que siente entre recuperarse y dejar que la enfermedad siga su curso, de sus deseos de desaparecer y mantener a la vez su identidad, y de recuperar, de alguna forma, su poder de decisión sobre su propio cuerpo.
Es curioso que mientras que “Nada se Opone a la Noche” el tema central era la crónica de su familia y de su desajustada relación emocional con ellos, mencionándose, muy de pasada, la problemática de la anorexia, en “Días Sin Hambre” pasa lo contrario. La anorexia es el tema central de esta novela corta, en la cual se habla de forma contundente, pero de pasada, de como las problemáticas familiares son la raíz de la enfermedad que padece Laure-Delphine. Esto hace que obras beban una de la otra, gracias a que son ejercicios de meta-biografía por parte de de Vigan.
He leído esta novela con otras dos compañeras en lc y las dos compañeras, que han leído más libros de esta autora, coinciden en que se nota mucho que este es el primer trabajo de la escritora. Al ser la segunda lectura que hago de de Vigan todavía no me atrevo a afirmar si esta novela es inferior a otras suyas. Pero lo que sí tengo muy claro es que, pese a su brevedad, me ha costado mucho conectar con “Días Sin Hambre” , y no por el tema (aunque sea muy duro) sino por la manera en que el libro está narrado y lo abrupta que es toda la lectura. Y es que, realmente estamos ante una obra que no tiene un argumento propiamente dicho. Toda la lectura se siente como un vistazo a un diario íntimo, en el cual no pasan cosas, sino que la escritora va contando sus sentimientos, sus encuentros con los trabajadores del hospital o los otros pacientes, su lucha, por ganar peso y el rechazo, que, al mismo tiempo, esto le genera, sus recuerdos de sus experiencias familiares, como poco a poco fue metiéndose en esa espiral autodestructiva y de rechazo hacia sí misma que la ha llevado a pesar poco más de 30 kilos con su 1,75 de altura. La obra es profundamente intimista, su columna vertebral es la enfermedad y como esta repercute en Laure. Y esto hace que sea una lectura parca en recursos estilísticos o narrativos, en la que lo que se lee es lo único a lo que el lector puede aferrarse. Y por eso, cada vez que cogía esta lectura, me costaba adentrarme en el texto y conectar con el mismo. Tampoco ayudaba que al estar narrado de esta manera, cueste mucho ahondar en la personalidad de Laure más allá de su enfermedad, de cómo ésta le afecta y de todo lo que surge de la misma o en lo cual tiene sus raíces. Al final te queda la impresión de que “Días Sin Hambre” cojea en cuanto a que necesita más contexto, y que es una narración que va a bandazos, que se siente como escrita por partes sin que haya un nexo de unión sólido entre ellas. También he echado en falta que se hable más de la familia, quizás porque vengo de la lectura de “Nada se Opone a la Noche” donde las relaciones interfamiliares eran en núcleo (uno de tantos) del texto. Pero imagino que esto se deberá a que de Vigan publicó en el libro bajo pseudónimo, con el fin de no perjudicar a su propia familia.
De ahí que todo lo relevante que te aporte el libro sea la forma de escribir de la autora y como te mete de lleno en su vorágine emocional. De Vigan nos habla con sinceridad apabullante en ese pozo que es la anorexia y en lo difícil que es escalar por él para conseguir huir de su negra influencia. Y lo hace con una pluma concisa, breve y potente, carente de florituras, pero forjada en frases contundentes que resuenan; pero que aún así tiene cierto sencillo y melancólico lirismo que es la marca de la prosa de esta escritora. Consigue que el lector se meta de lleno en los sentimientos de su trasunto novelístico, una Laure que se enfrenta al duro proceso de volver a tomar las riendas de su salud y de su vida, que tiene recaídas, que va conectando con el dolor de otras personas, que se aferra a la amabilidad que le muestra su doctor dandole a su conexión una patina romántica; mientras lucha contra los pensamientos lúgubres y trata de olvidar la disfuncional relación que tiene con un padre violento y una madre con serios problemas psicológicos y los remordimientos, por haber abandonado a su hermana menor mientras se recupera de su enfermedad. Quiere volver a sentirse poseedora de su cuerpo, mientras algo en ella se niega a aceptar esos kilos de más que poco a poco va recuperando, mientras la rondan los pensamientos que la incitan a querer desaparecer, fundirse en la nada. Y a la vez quiere volver a descubrir lo que es estar viva. Su periplo es crudo, duro y amargo. La autora no es escatima en detalles y en palabras lúgubres para demostrarnos su alma, para desnudarla con la con la que un cirujano puede hacer una operación. Y lo hace de una manera brillante, que de alguna manera impacta en el lector. “ De aquí que esta novellete sea una lectura un tanto complicada, especialmente a nivel emocional, quizás no adecuada para todo tipo de lectores, ya no solo por los temas que trata, sino por lo intimista que resulta este relato.
“Días Sin Hambre” es un relato autobiográfico que tiene tintes oníricos. Leyendo uno se siente sumergido en una pesadilla caleidoscópica, en una alucinación de la que no tienes control y que surge de quien se supone que debería ser tu mayor aliado, tu propio cuerpo. Y para salir de ella, Delphine de Vigan
Emprende este ejercicio sanador, se ubica a recorrer lo que para ella supuso un infierno con el fin de purgarse de todas las heridas que su pasado aún le ha dejado, y así poder seguir adelante. La crónica de su enfermedad está contada de una manera carente de dramatismo y verosímil, pero con mucha pasión y dolor. De manera libertadora y directa recorre cada herida, cada pensamiento hiriente, cada parte del proceso de aprendizaje, de sentirse de nuevo poseedora, de su cuerpo y de su vida. y solo por la manera tan generosa con la que se demuestra asimismo, tanto por sí misma como por el lector, hace que uno cierre esta lectura con mucho en lo que pensar.
Bajo el nombre de Laure, e intercalando algunos capítulos contados en primera persona con otros narrados en tercera, Delphine de Vigan nos habla de su día a día en el hospital durante el tratamiento, los pacientes con los que va estableciendo algún tipo de relación y los sentimientos que le inspira el médico que se ocupa de su caso. De la lucha interna que siente entre recuperarse y dejar que la enfermedad siga su curso, de sus deseos de desaparecer y mantener a la vez su identidad, y de recuperar, de alguna forma, su poder de decisión sobre su propio cuerpo.
Es curioso que mientras que “Nada se Opone a la Noche” el tema central era la crónica de su familia y de su desajustada relación emocional con ellos, mencionándose, muy de pasada, la problemática de la anorexia, en “Días Sin Hambre” pasa lo contrario. La anorexia es el tema central de esta novela corta, en la cual se habla de forma contundente, pero de pasada, de como las problemáticas familiares son la raíz de la enfermedad que padece Laure-Delphine. Esto hace que obras beban una de la otra, gracias a que son ejercicios de meta-biografía por parte de de Vigan.
He leído esta novela con otras dos compañeras en lc y las dos compañeras, que han leído más libros de esta autora, coinciden en que se nota mucho que este es el primer trabajo de la escritora. Al ser la segunda lectura que hago de de Vigan todavía no me atrevo a afirmar si esta novela es inferior a otras suyas. Pero lo que sí tengo muy claro es que, pese a su brevedad, me ha costado mucho conectar con “Días Sin Hambre” , y no por el tema (aunque sea muy duro) sino por la manera en que el libro está narrado y lo abrupta que es toda la lectura. Y es que, realmente estamos ante una obra que no tiene un argumento propiamente dicho. Toda la lectura se siente como un vistazo a un diario íntimo, en el cual no pasan cosas, sino que la escritora va contando sus sentimientos, sus encuentros con los trabajadores del hospital o los otros pacientes, su lucha, por ganar peso y el rechazo, que, al mismo tiempo, esto le genera, sus recuerdos de sus experiencias familiares, como poco a poco fue metiéndose en esa espiral autodestructiva y de rechazo hacia sí misma que la ha llevado a pesar poco más de 30 kilos con su 1,75 de altura. La obra es profundamente intimista, su columna vertebral es la enfermedad y como esta repercute en Laure. Y esto hace que sea una lectura parca en recursos estilísticos o narrativos, en la que lo que se lee es lo único a lo que el lector puede aferrarse. Y por eso, cada vez que cogía esta lectura, me costaba adentrarme en el texto y conectar con el mismo. Tampoco ayudaba que al estar narrado de esta manera, cueste mucho ahondar en la personalidad de Laure más allá de su enfermedad, de cómo ésta le afecta y de todo lo que surge de la misma o en lo cual tiene sus raíces. Al final te queda la impresión de que “Días Sin Hambre” cojea en cuanto a que necesita más contexto, y que es una narración que va a bandazos, que se siente como escrita por partes sin que haya un nexo de unión sólido entre ellas. También he echado en falta que se hable más de la familia, quizás porque vengo de la lectura de “Nada se Opone a la Noche” donde las relaciones interfamiliares eran en núcleo (uno de tantos) del texto. Pero imagino que esto se deberá a que de Vigan publicó en el libro bajo pseudónimo, con el fin de no perjudicar a su propia familia.
De ahí que todo lo relevante que te aporte el libro sea la forma de escribir de la autora y como te mete de lleno en su vorágine emocional. De Vigan nos habla con sinceridad apabullante en ese pozo que es la anorexia y en lo difícil que es escalar por él para conseguir huir de su negra influencia. Y lo hace con una pluma concisa, breve y potente, carente de florituras, pero forjada en frases contundentes que resuenan; pero que aún así tiene cierto sencillo y melancólico lirismo que es la marca de la prosa de esta escritora. Consigue que el lector se meta de lleno en los sentimientos de su trasunto novelístico, una Laure que se enfrenta al duro proceso de volver a tomar las riendas de su salud y de su vida, que tiene recaídas, que va conectando con el dolor de otras personas, que se aferra a la amabilidad que le muestra su doctor dandole a su conexión una patina romántica; mientras lucha contra los pensamientos lúgubres y trata de olvidar la disfuncional relación que tiene con un padre violento y una madre con serios problemas psicológicos y los remordimientos, por haber abandonado a su hermana menor mientras se recupera de su enfermedad. Quiere volver a sentirse poseedora de su cuerpo, mientras algo en ella se niega a aceptar esos kilos de más que poco a poco va recuperando, mientras la rondan los pensamientos que la incitan a querer desaparecer, fundirse en la nada. Y a la vez quiere volver a descubrir lo que es estar viva. Su periplo es crudo, duro y amargo. La autora no es escatima en detalles y en palabras lúgubres para demostrarnos su alma, para desnudarla con la con la que un cirujano puede hacer una operación. Y lo hace de una manera brillante, que de alguna manera impacta en el lector. “ De aquí que esta novellete sea una lectura un tanto complicada, especialmente a nivel emocional, quizás no adecuada para todo tipo de lectores, ya no solo por los temas que trata, sino por lo intimista que resulta este relato.
“Días Sin Hambre” es un relato autobiográfico que tiene tintes oníricos. Leyendo uno se siente sumergido en una pesadilla caleidoscópica, en una alucinación de la que no tienes control y que surge de quien se supone que debería ser tu mayor aliado, tu propio cuerpo. Y para salir de ella, Delphine de Vigan
Emprende este ejercicio sanador, se ubica a recorrer lo que para ella supuso un infierno con el fin de purgarse de todas las heridas que su pasado aún le ha dejado, y así poder seguir adelante. La crónica de su enfermedad está contada de una manera carente de dramatismo y verosímil, pero con mucha pasión y dolor. De manera libertadora y directa recorre cada herida, cada pensamiento hiriente, cada parte del proceso de aprendizaje, de sentirse de nuevo poseedora, de su cuerpo y de su vida. y solo por la manera tan generosa con la que se demuestra asimismo, tanto por sí misma como por el lector, hace que uno cierre esta lectura con mucho en lo que pensar.
October 30, 2022
3.5
Esta fue la primera novela de la escritora y bueno es que después de Nada se opone a la noche me he quedado con ganas de leer más de ella. Su narrativa es fina, leal y concreta. Pero en esta ocasión la historia como tal no me termina de convencer, lo que si reconozco es la excelencia en cómo narra el tema de los desórdenes alimenticios (anorexia)
La protagonista Laure es una chica que ingresa al hospital con 36 kilos de peso, como sabemos las personas que sufren estas enfermedades siempre se ven como enemigas, mienten y hacen todo lo posible por no engordar.
Se centra muchísimo en cómo es para ella estar enferma. Si buscan un libro que hable de como es vivir con anorexia, este libro es la mejor opción.
Esta fue la primera novela de la escritora y bueno es que después de Nada se opone a la noche me he quedado con ganas de leer más de ella. Su narrativa es fina, leal y concreta. Pero en esta ocasión la historia como tal no me termina de convencer, lo que si reconozco es la excelencia en cómo narra el tema de los desórdenes alimenticios (anorexia)
La protagonista Laure es una chica que ingresa al hospital con 36 kilos de peso, como sabemos las personas que sufren estas enfermedades siempre se ven como enemigas, mienten y hacen todo lo posible por no engordar.
Se centra muchísimo en cómo es para ella estar enferma. Si buscan un libro que hable de como es vivir con anorexia, este libro es la mejor opción.
September 27, 2022
Laurie es una adolescente de 19 años, tiene anorexia, y está en el límite donde tiene que decidir si se entrega a una muerte segura o si lucha por recobrar la voluntad de vivir, para lograr esto conoce al doctor Brunel que la comprende, que la entiende, al cual ama de una forma platónica y en secreto, Laurie nos cuenta sus días de internación, su relación con sus padres, con su hermana sus sensaciones al no comer... una historia triste como puede serlo la de cualquier enfermedad, pero también una historia de superación y de amor por uno mismo y por la vida.
July 29, 2019
Leí "Nada se opone a la noche" en enero y me fascinó completamente.
Esta es la primera novela que publicó Delphine de Vigan. En ella cuenta como Laure, su protagonista, lucha por sanar, por dejar atrás la anorexia y sobrevivir.
Los capítulos, los párrafos y las frases son cortos pero están llenos de confesiones, reflexiones duras y directas que me han sorprendido y dolido por igual.
Es un libro muy íntimo escrito en primera persona que habla de una enfermedad de la qué poco se sabe, o al menos de forma tan sincera.
No lo quiero comparar con "Nada se opone a la noche" ya que son historias completamente diferentes y además, en este libro Delphine es mucho más visceral y directa, mientras que en "Nada se opone a la noche" su escritura ha madurado.
Lo recomiendo y voy a seguir leyendo a esta autora. Me encanta, pero mucho.
Esta es la primera novela que publicó Delphine de Vigan. En ella cuenta como Laure, su protagonista, lucha por sanar, por dejar atrás la anorexia y sobrevivir.
Los capítulos, los párrafos y las frases son cortos pero están llenos de confesiones, reflexiones duras y directas que me han sorprendido y dolido por igual.
Es un libro muy íntimo escrito en primera persona que habla de una enfermedad de la qué poco se sabe, o al menos de forma tan sincera.
No lo quiero comparar con "Nada se opone a la noche" ya que son historias completamente diferentes y además, en este libro Delphine es mucho más visceral y directa, mientras que en "Nada se opone a la noche" su escritura ha madurado.
Lo recomiendo y voy a seguir leyendo a esta autora. Me encanta, pero mucho.
November 22, 2023
"Il dit se battre contre soi pour comprendre un jour qu'on se bat pour soi"
October 4, 2024
Nota: 4 sobre 5
Premisa:
Laure no se valora. Su cuerpo le produce rechazo, aversión. El hecho de tener que alimentarse es como una tortura infinita, y encima ha de hacerlo varias veces al día. Pero veremos cómo se enfrenta a su proceso de recuperación, de aprendizaje, de aceptación. Eso sí, dentro de las cuatro paredes de un centro, controlada y regulada.
Opinión:
Delphine es una de mis autoras favoritas. Después de leer tres de sus libros, sé que todo lo que caiga en mis manos que tenga su sello me va a gustar. La intensidad de mi fervor ya dependerá de muchos factores, pero la línea base la tengo clara. Puede que sea por la conexión que siento con su forma de escribir o que emocionalmente siempre consigue estrujarme un poquito, pero cada vez que escucho su voz a través de su discurso agradezco haberme topado con ella en el camino.
En este caso, me he adentrado en su ópera prima, y he de decir que se nota. Evidentemente, la autora deja su huella, ya solo con leer la primera página puedes intuir que el libro es suyo. Pero también creo que si esta historia fuese escrita hoy en día el resultado sería bastante distinto. Con esto no quiero decir que no me haya gustado, ni mucho menos, pero que, en comparación con otros de sus libros, en este hay aspectos que podrían estar un poco más pulidos.
El hecho de que sea una suerte de diario tiene sus luces y sus sombras. Cómo no va a ser positivo encontrarte con un relato en primera persona que refleja tan bien un trastorno tan escalofriante como la anorexia. La pérdida de control, la obsesión con el cambio corporal, el rechazo a la comida y a su efecto en el organismo, el autoestima devastada. Todas estas cuestiones están a flor de piel en el relato, entras en contacto con ellas sin filtro y a bocajarro.
Pero por otro lado al leerlo a uno se le queda la sensación de que falta algo, que los personajes secundarios están muy desdibujados, que la contextualización es escasa. Es cierto que, a pesar de que estos elementos no estén demasiado presentes, el resultado no es malo, ya que el relato es lo suficientemente potente para brillar por sí mismo con los pocos componentes que tiene. Pero es inevitable pensar qué tipo de novela tendríamos si todos los elementos estuviesen desarrollados al mismo nivel.
Es cierto que al ser un relato que es autobiográfico y teniendo en cuenta que la autora lo publicó bajo seudónimo para no comprometer a sus familiares, se entiende mejor la razón de estos desequilibrios que he mencionado anteriormente.
También creo que es importante resaltar que, en el caso de que estés pasando por un proceso similar o lo hayas vivido, quizá no todos los momentos sean los adecuados para aproximarte a su lectura. Podría remover demasiado, sin piedad. El reflejo producido podría ser tan vívido que refleje lo distorsionado del propio.
En mi caso, me ha estimulado a nivel personal y cómo no, también a nivel profesional, como todas las temáticas que tienen relación con la salud mental. Además de esto, me genera deberes, porque no puedo evitar buscar hueco al siguiente libro de la autora, y la agenda no está demasiado disponible. Pero claro, por ella se hacen estrecheces donde sea necesario.
Premisa:
Laure no se valora. Su cuerpo le produce rechazo, aversión. El hecho de tener que alimentarse es como una tortura infinita, y encima ha de hacerlo varias veces al día. Pero veremos cómo se enfrenta a su proceso de recuperación, de aprendizaje, de aceptación. Eso sí, dentro de las cuatro paredes de un centro, controlada y regulada.
Opinión:
Delphine es una de mis autoras favoritas. Después de leer tres de sus libros, sé que todo lo que caiga en mis manos que tenga su sello me va a gustar. La intensidad de mi fervor ya dependerá de muchos factores, pero la línea base la tengo clara. Puede que sea por la conexión que siento con su forma de escribir o que emocionalmente siempre consigue estrujarme un poquito, pero cada vez que escucho su voz a través de su discurso agradezco haberme topado con ella en el camino.
En este caso, me he adentrado en su ópera prima, y he de decir que se nota. Evidentemente, la autora deja su huella, ya solo con leer la primera página puedes intuir que el libro es suyo. Pero también creo que si esta historia fuese escrita hoy en día el resultado sería bastante distinto. Con esto no quiero decir que no me haya gustado, ni mucho menos, pero que, en comparación con otros de sus libros, en este hay aspectos que podrían estar un poco más pulidos.
El hecho de que sea una suerte de diario tiene sus luces y sus sombras. Cómo no va a ser positivo encontrarte con un relato en primera persona que refleja tan bien un trastorno tan escalofriante como la anorexia. La pérdida de control, la obsesión con el cambio corporal, el rechazo a la comida y a su efecto en el organismo, el autoestima devastada. Todas estas cuestiones están a flor de piel en el relato, entras en contacto con ellas sin filtro y a bocajarro.
Pero por otro lado al leerlo a uno se le queda la sensación de que falta algo, que los personajes secundarios están muy desdibujados, que la contextualización es escasa. Es cierto que, a pesar de que estos elementos no estén demasiado presentes, el resultado no es malo, ya que el relato es lo suficientemente potente para brillar por sí mismo con los pocos componentes que tiene. Pero es inevitable pensar qué tipo de novela tendríamos si todos los elementos estuviesen desarrollados al mismo nivel.
Es cierto que al ser un relato que es autobiográfico y teniendo en cuenta que la autora lo publicó bajo seudónimo para no comprometer a sus familiares, se entiende mejor la razón de estos desequilibrios que he mencionado anteriormente.
También creo que es importante resaltar que, en el caso de que estés pasando por un proceso similar o lo hayas vivido, quizá no todos los momentos sean los adecuados para aproximarte a su lectura. Podría remover demasiado, sin piedad. El reflejo producido podría ser tan vívido que refleje lo distorsionado del propio.
En mi caso, me ha estimulado a nivel personal y cómo no, también a nivel profesional, como todas las temáticas que tienen relación con la salud mental. Además de esto, me genera deberes, porque no puedo evitar buscar hueco al siguiente libro de la autora, y la agenda no está demasiado disponible. Pero claro, por ella se hacen estrecheces donde sea necesario.
January 26, 2024
Una novela de auto-ficción escalofriante sobre los trastornos alimenticios de una chica adolescente.
Durante su estadía en la clínica conoceremos partes de su pasado, la relación con sus padres y sus amigos. El largo proceso de recuperación y de enfrentarse an ella misma en una enfermedad que la consume lentamente.
Volvemos a encontrar a Louise su madre que siempre viene en los flashbacks. El trauma que generan las dificultades familiares. Imposible no tener empatía ante el recuento de enfermedades tan crueles como la anorexia.
Durante su estadía en la clínica conoceremos partes de su pasado, la relación con sus padres y sus amigos. El largo proceso de recuperación y de enfrentarse an ella misma en una enfermedad que la consume lentamente.
Volvemos a encontrar a Louise su madre que siempre viene en los flashbacks. El trauma que generan las dificultades familiares. Imposible no tener empatía ante el recuento de enfermedades tan crueles como la anorexia.
September 24, 2025
Me ha gustado bastante y me parece muy importante que existan narraciones del TCA que sepan ser honestas sin ser tremendamente triggering y agoreras. Me parece importantísimo poder leer sobre la anorexia sin que se pinte como "esa locura de niñas tontas y egocéntricas", y también poder leer sobre la anorexia de manera no romantizada. Me ha gustado mucho cómo se trataba el tema y me ha dejado buen sabor de boca. Me ha parecido un libro que tenía tacto pero era honesto, y es muy difícil combinarlas tratando un tema tan complicado. No romantizaba pero tampoco demonizaba a la protagonista, no era triggering pero tampoco pintaba el tema como algo sin importancia. Muy muy impresionada con la capacidad de de Vigan de encontrar el equilibrio preciso.
Lo recomendaría mucho mucho, aunque TW por supuesto porque todo el libro gira en torno a la anorexia.
Lo recomendaría mucho mucho, aunque TW por supuesto porque todo el libro gira en torno a la anorexia.
Read
September 27, 2025Dnf 78%
No pensé que abandonaría un libro de Delphine de Vigan. Amé Las gratitudes y Nada se opone a la noche, pero este libro se me hizo tan deprimente, aburrido y plano. Tiene tan pocas páginas pero para mi perfectamente parecía tener mil que no llevan a nada.
No me pareció crudo, solo triste y aburrido, con una protagonista insoportable, me pareció horrible esa manía de ponerle sobrenombres a los otros pacientes.
En fin, ni quiero saber como termina.
No pensé que abandonaría un libro de Delphine de Vigan. Amé Las gratitudes y Nada se opone a la noche, pero este libro se me hizo tan deprimente, aburrido y plano. Tiene tan pocas páginas pero para mi perfectamente parecía tener mil que no llevan a nada.
No me pareció crudo, solo triste y aburrido, con una protagonista insoportable, me pareció horrible esa manía de ponerle sobrenombres a los otros pacientes.
En fin, ni quiero saber como termina.
June 26, 2017
Titel: Dage uden sult. Forfatter: Delphine de Vigan. Sider: 149 sider. Forlag: People’s Press. Udgivelsesår: 2017. Anmeldereksemplar: People’s Press ★★★★
“Anorektisk. Ordet starter som en anorak, men slutter som problematisk. Efter sigende dør 10 procent af det. Måske på grund af uagtsomhed. Uden at de lægger mærke til det. Helt sikkert på grund af ensomhed. Det tænker hun af og til på. Hun kunne ikke fortsætte på denne måde, især på grund af kulden, men også trætheden. Nu ved hun, at med den vægt kan man ikke leve”.
Delphine de Vigans debutroman fra 2001 er en barsk og gribende fortælling om anoreksiens grimme magt over mennesket.
I Dage uden sult følger vi den 19-årige anorektiker Laure og hendes kamp for at komme tilbage til livet igen, og ikke mindst fortællingen om, hvorfor hun i første omgang endte på hospitalsstuen døden nær, og hvordan hun gradvis bliver sulten ikke kun efter mad men livet. Hos Laure bliver madvognen på hospitalsgangen til en skildpadde, der kan høres på lang afstand, når den kommer skramlende på pibende hjul og bliver utålmodig, når den kommer tilbage for at hente hendes fyldte bakke med mad. Men Laure har underskrevet kontrakten. Med sig selv og med dem, der skal redde hende. Man må ikke skylle mad ud i toilettet, man må ikke give det til sine venner, man må ikke tage afføringsmidler, og man må bestemt ikke kaste op efter et måltid. “Hun sluger uden tårer den angst, der ledsager hver eneste mundfuld“. For Laure er anoreksien forbundet med en angst, der ligger så dybt i hende, at hun ikke kan skelne de to ting ad, en angst der bunder i barndommen og det komplicerede forhold til forældrene.
Den stærke roman er ikke kun et indblik i livet for de mange unge piger, der lider af anoreksi, men også en kritik af omgivelserne, der kommenterer og forarges. Højlydte fornærmelser og lavmælt medfølelse, som de Vigan skriver. Da jeg læste den kunne jeg ikke lade være med at tænke på afdøde Maria Gerhardts sidste bog, Transfervindue, der var et lige dele humoristisk og sørgeligt indblik i den måde, de raske opfører sig overfor de syge på. Delphine de Vigan har erstattet Gehardts kræftsygdom med anoreksi, men det gør ikke emnet mindre alvorligt eller mindre vigtigt at sætte ord på. At begge forfattere så har en evne til at gøre det, så det rør sig i marv og ben og hjerte på læseren, gør kun værkerne endnu mere universelle.
Delphine de Vigans beskrivelser af livet på en hospitalsstue og de mennesker, der ufrivilligt bliver sat sammen minder mig på mange måder også om Dea Trier Mørchs klassiker om kvinderne på svangregangen i 1976. Laure fascineres og tiltrækkes fx af Fatia, der ser Dallas og skælder J. R. Ewing ud, ryger fra morgen til aften og er en rigtig rebel. Samtidig udvikler Laure en stærk forelskelse i lægen Dr. Brunel, der har indlagt hende og hver dag hjælper hende videre i kampen over hendes krop og sind: “Hun venter på ham. Hun lytter efter hans stemme, når han går forbi på gangen eller er inde på nabostuen. Hun har nedlagt våbnene“. Provokationen og modpolen til Laure er Den Blå Dame, hun slæber sig rundt i sine gemakker i tøfler med kvaster, og hun ønsker bare at nyde livet fuldt ud og synes det er en mystisk sygdom, Laure har: “Du er ny her, ikke? Jeg ved det, for jeg så, da du kom i mandags. Ærlig talt, jeg har aldrig set noget lignende, ikke så alvorligt som hos dig. Der er en anden ung pige som dig, altså.. du ved, hvad jeg mener. Og også en kvinde, lidt ældre end dig. Har du set hende? Og fik du courgetter til aftensmad?“. Hun suser rundt, udspionerer og sladrer for at have noget at udfylde sin rekonvalescenstid ud med, og samtidig formår hun at stikke til Laure, så hun bliver tvunget til at reflektere over sin sygdom.
Dage uden sult er de Vigans debutroman, der med god grund kan læses som en forløber til den autofiktive megabestseller Alt må vige for natten, og den opmærksomme læser vil også opdage, at Laures angst og psykiske sygdom kommer sig af problematiske familieforhold til både moren og faren, og en stigende dårlig samvittighed over for lillesøsteren. Jeg kan kun anbefale, at man starter med Dage uden sult, nu hvor den nu er udkommet på dansk, og så fortsætter med Alt må vige for natten, som er de Vigans litterære forsøg på at fortælle sin mors livshistorie, og efterfølgeren Baseret på en sand historie, der beskriver de Vigans udfordringer ved at have skrevet om og udleveret familiemedlemmer og sig selv.
“Anorektisk. Ordet starter som en anorak, men slutter som problematisk. Efter sigende dør 10 procent af det. Måske på grund af uagtsomhed. Uden at de lægger mærke til det. Helt sikkert på grund af ensomhed. Det tænker hun af og til på. Hun kunne ikke fortsætte på denne måde, især på grund af kulden, men også trætheden. Nu ved hun, at med den vægt kan man ikke leve”.
Delphine de Vigans debutroman fra 2001 er en barsk og gribende fortælling om anoreksiens grimme magt over mennesket.
I Dage uden sult følger vi den 19-årige anorektiker Laure og hendes kamp for at komme tilbage til livet igen, og ikke mindst fortællingen om, hvorfor hun i første omgang endte på hospitalsstuen døden nær, og hvordan hun gradvis bliver sulten ikke kun efter mad men livet. Hos Laure bliver madvognen på hospitalsgangen til en skildpadde, der kan høres på lang afstand, når den kommer skramlende på pibende hjul og bliver utålmodig, når den kommer tilbage for at hente hendes fyldte bakke med mad. Men Laure har underskrevet kontrakten. Med sig selv og med dem, der skal redde hende. Man må ikke skylle mad ud i toilettet, man må ikke give det til sine venner, man må ikke tage afføringsmidler, og man må bestemt ikke kaste op efter et måltid. “Hun sluger uden tårer den angst, der ledsager hver eneste mundfuld“. For Laure er anoreksien forbundet med en angst, der ligger så dybt i hende, at hun ikke kan skelne de to ting ad, en angst der bunder i barndommen og det komplicerede forhold til forældrene.
Den stærke roman er ikke kun et indblik i livet for de mange unge piger, der lider af anoreksi, men også en kritik af omgivelserne, der kommenterer og forarges. Højlydte fornærmelser og lavmælt medfølelse, som de Vigan skriver. Da jeg læste den kunne jeg ikke lade være med at tænke på afdøde Maria Gerhardts sidste bog, Transfervindue, der var et lige dele humoristisk og sørgeligt indblik i den måde, de raske opfører sig overfor de syge på. Delphine de Vigan har erstattet Gehardts kræftsygdom med anoreksi, men det gør ikke emnet mindre alvorligt eller mindre vigtigt at sætte ord på. At begge forfattere så har en evne til at gøre det, så det rør sig i marv og ben og hjerte på læseren, gør kun værkerne endnu mere universelle.
Delphine de Vigans beskrivelser af livet på en hospitalsstue og de mennesker, der ufrivilligt bliver sat sammen minder mig på mange måder også om Dea Trier Mørchs klassiker om kvinderne på svangregangen i 1976. Laure fascineres og tiltrækkes fx af Fatia, der ser Dallas og skælder J. R. Ewing ud, ryger fra morgen til aften og er en rigtig rebel. Samtidig udvikler Laure en stærk forelskelse i lægen Dr. Brunel, der har indlagt hende og hver dag hjælper hende videre i kampen over hendes krop og sind: “Hun venter på ham. Hun lytter efter hans stemme, når han går forbi på gangen eller er inde på nabostuen. Hun har nedlagt våbnene“. Provokationen og modpolen til Laure er Den Blå Dame, hun slæber sig rundt i sine gemakker i tøfler med kvaster, og hun ønsker bare at nyde livet fuldt ud og synes det er en mystisk sygdom, Laure har: “Du er ny her, ikke? Jeg ved det, for jeg så, da du kom i mandags. Ærlig talt, jeg har aldrig set noget lignende, ikke så alvorligt som hos dig. Der er en anden ung pige som dig, altså.. du ved, hvad jeg mener. Og også en kvinde, lidt ældre end dig. Har du set hende? Og fik du courgetter til aftensmad?“. Hun suser rundt, udspionerer og sladrer for at have noget at udfylde sin rekonvalescenstid ud med, og samtidig formår hun at stikke til Laure, så hun bliver tvunget til at reflektere over sin sygdom.
Dage uden sult er de Vigans debutroman, der med god grund kan læses som en forløber til den autofiktive megabestseller Alt må vige for natten, og den opmærksomme læser vil også opdage, at Laures angst og psykiske sygdom kommer sig af problematiske familieforhold til både moren og faren, og en stigende dårlig samvittighed over for lillesøsteren. Jeg kan kun anbefale, at man starter med Dage uden sult, nu hvor den nu er udkommet på dansk, og så fortsætter med Alt må vige for natten, som er de Vigans litterære forsøg på at fortælle sin mors livshistorie, og efterfølgeren Baseret på en sand historie, der beskriver de Vigans udfordringer ved at have skrevet om og udleveret familiemedlemmer og sig selv.
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