Y le siguen trece monos dispuestos a colonizar el mundo.
El regreso de César Mallorquí al género fantástico era una noticia largamente esperada. Que lo haga con relatos como los de Trece monos, entre ellos los extraordinarios «El decimoquinto movimiento» y «Naturaleza humana», es, además, un acontecimiento.
Gaudí resucitado virtualmente, el señor Scrooge vendiendo juguetes sexuales durante los Juegos Olímpicos de Londres, Dios con el rostro de Hugh Laurie... pero también la humanidad del siglo xxiii, el secreto de la longevidad, una partida de ajedrez milenaria, un cartógrafo regalando una isla a su amada... y unos extraños monos que escriben novelas.
He aquí al mejor Mallorquí, al más maduro y al más vitriólico, al rey de la gran ciencia ficción.
Que se preparen los padres, que lo conocen por su trabajo en la mítica La Codorniz y por novelas como El juego de Caín; que lo hagan los hijos, que en los noventa ya le consideraban un clásico de la ciencia ficción española por libros como El Círculo de Jericó y todos los premios imaginables; y que se les unan los nietos, que han devorado sus obras juveniles, de La catedral a La isla de Bowen, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2013.
Ya lo dice Juanma Santiago en el prólogo que dedica a 13 monos: esta antología puede convertirse en toda una sorpresa para los aficionados que no saben quién es César Mallorquí. Y así ha sido en mi caso, un profano que ha leído muy poca ciencia ficción en castellano y que poco a poco intenta redimirse, ya sea gracias a Fantascy, Mariano Villarreal, Sportula o al resto de pequeños héroes que ponen la palabra en el cielo y luchan por publicar un género tan denostado en nuestro país como es la ciencia ficción.
En esta ocasión le toca el turno a César Mallorquí, que no necesita mucha presentación gracias al genial prólogo que se ha marcado Juanma Santiago y que podéis leer gratuitamente en Megustaleer. Por si fuera poco, el propio Mallorquí también firma una pequeña introducción a la antología en la que recoge su relación con los cuentos, la fantasía y la ciencia ficción, llevándola a un terreno personal que se agradece para comprender la importancia que el género ha tenido en la vida del autor y el respeto desde el que lo escribe.
Pero en fin, ¿de qué va esto de Trece monos?
De lo peor...
Trece monos como los trece relatos que componen la antología. Trece relatos entre los que encontramos un cuento mínimo y más relatos cortos de lo que me habría gustado, y es ahí donde, para mi gusto, se encuentra uno de los grandes males de esta recopilación: las longitudes de los cuentos están muy descompensadas. Hay muchos de ellos que no pasan de las diez páginas, algunos tienen unas veinte, hay un par algo más largos y por último una novela corta que conforma casi una tercera parte del volumen. Lo que tiene que haya relatos de longitudes tan dispares en único tomo es que, cuando se leen uno detrás de otro (eso es culpa mía y solo mía), dejan esa impresión de desequilibrio. Mi consejo: no leáis Trece monos del tirón e id picoteando cuando más os apetezca, que hay relatos que se leen en un suspiro.
No conocía la obra de Mallorquí hasta ponerme con la lectura de esta antología (más allá de las inevitables referencias a La isla de Bowen con las que uno se encuentra a poco que empiece a investigar un poco sobre el género en España), y me ha impresionado muchísimo lo presente que está la religión en la mayoría de relatos. No soy una persona religiosa, pero sí sé valorar su importancia simbólica y mitológica (sobre todo en España), y aun así me ha parecido excesivo y un tanto repetitivo el peso que tiene en muchos de los cuentos de la antología. Las resonancias católicas tiñen prácticamente todos los relatos que el lector va a encontrar en Trece monos. Como antes, quizá sea culpa mía por leer la antología de una sentada y haya acabado saturándome un poco en ese sentido.
... a lo mejor.
Y se acabaron las cosas que no han llegado a convencerme del todo. Ya está. El resto son todo elogios para una de las antologías de relatos de género más originales que he leído en los últimos años. Desde las primeras páginas de El decimoquinto movimiento hasta los últimos compases de Naturaleza humana, Mallorquí desborda una imaginación ejemplar que ya quisieran muchos. Me ha encantado, por ejemplo, Fiat Tenebrae (uno de los más católicos, por cierto) y la manera en que el autor da esa pequeña vuelta de tuerca a uno de los grandes iconos occidentales. Me ha parecido muy conseguida la ambientación de Umbría en El jardín prohibido, a pesar de que, como dice el escritor en el pequeño epílogo, el giro final haya perdido un poco de fuerza y sea a estas alturas un poco previsible. También me ha sorprendido muy gratamente la reflexión sobre la nostalgia que hace Mallorquí en El muro de un trillón de euros y el tono humorístico y tan desenfadado que destilan Cuento de verano, donde el autor hace un pequeño homenaje a Dickens, y Ensayo general.
Estos cinco que he nombrado quizá sean los relatos que elegiría si me preguntaran por los que me han dejado más poso, y resulta que también son de los más largos. Quizá por eso me haya dado la impresión de que a Mallorquí le falta un poco de pegada en las distancias más cortas. Hay relatos como El decimoquinto movimiento, que a pesar en tener una base muy interesante, se quedan un poco cojos. También hay otros que caen en tópicos un tanto manidos, como La isla del cartógrafo. Pero siempre parten de ideas geniales. Entre los relatos más cortos de la antología, quizá me quedaría con dos que comparten una temática parecida pero se desarrollan de manera muy diferente: Virus y Océano. También me ha parecido muy curiosa la idea de Cien monos, relato que indirectamente da nombre a la antología. Y quizá se me queden un poco atrás Todos los pequeños pecados y El regalo, que me han parecido los más planos.
En conjunto, Trece monos me ha parecido una antología muy destacable y también un volumen clave para conocer el estilo y los temas que más obsesionan a César Mallorquí. Hay relatos geniales y otros que quizá no lo sean tanto, como en toda colección dedicada a un único autor, pero también hay muy buenas ideas y un estilo muy cuidado que, nos guste más o menos lo que cuenta, mantiene el ritmo y no aburre en ningún momento. Trece monos me ha hecho querer acercarme a las obras juveniles del autor, y también desear que en algún futuro cercano haya una novela «adulta» de ciencia ficción salida de la pluma de César Mallorquí.
‘Trece monos’, el regreso de César Mallorquí a la literatura fantástica adulta, por más que el autor de ‘El Circulo de Jericó’ nunca se haya alejado completamente del género, encabezaba necesariamente muchas de las listas de obras más esperadas de este 2015. El resultado no es ni mucho menos decepcionante, aunque probablemente es difícil que esté al nivel al que lo habían elevado las expectativas. Fantascy puso fin a la espera el pasado mes de septiembre, y Mallorquí nos ha dejado una antología con un nivel general muy alto, en el que se recogen un buen puñado de grandes historias, si bien cuesta encontrar en ella algún relato verdaderamente magistral. Y no es que a ‘Trece monos’ le falten argumentos para ser una estupenda colección de literatura fantástica. Más bien lo que le resta puntos es el toque disparatado y falto de pretensiones del que dota a las mayoría de sus historias. Varios de los cuentos aquí reunidos tienen un sentido del humor muy propio, desenfadado y burlón, pero también un poco trivial, con el que Mallorquí consigue dibujarnos una sonrisa y poco más. Es lo que ocurre con los relatos ‘Cuento de verano’, ‘El Regalo’, ‘Cien monos’ o ‘Ensayo general’, por poner solo algunos ejemplos. Por el contrario, el autor de ‘La isla de Bowen’ o ‘La Catedral’ consigue sus mejores historias cuando adopta un tono más serio y cercano al suspense, como ocurre con ‘El decimoquinto movimiento’, ‘El jardín prohibido’, o ‘Naturaleza humana’. De esta manera, Mallorquí maneja dos registros en esta colección de cuentos: el de narrador socarrón que solo quiere entretenernos con una historia sencilla, y que apenas pasa de la anécdota; y el de auténtico decano de la fantasía española que sabe dotar de atmósfera, tensión y finales inesperados a sus relatos. Por otro lado, aunque los cuentos aparecen ahora recopilados por primera vez en un volumen, y algunos son inéditos en castellano, en su mayoría son historias publicadas en distintos medios durante los últimos años. De esta manera hay unas cuantas historias ‘navideñas’ que el autor ha ido publicando gratuitamente durante los últimos años en su blog ‘La fraternidad de Babel’, y que constituyen probablemente la parte más floja del volumen. Otros fueron encargos de revistas y periódicos para antologías concretas, y algunos más resultaron finalistas y ganadores de premios como el Ignotus o el Pablo Rido. Una de las historias, ‘Fiat tenebrae’, ha sido creada específicamente para esta antología. Aunque debido a estos orígenes tan diversos los relatos se mueven entre temáticas muy distintas, que van desde la fantasía urbana a la ciencia ficción o el terror, lo cierto es que la mayoría comparten la particularidad de tener a la religión cristiana y a la vida más allá del cuerpo como temáticas fundamentales. Con algunas excepciones, la figura de ‘Dios’ es una constante en estos relatos, aunque Mallorqui evita emplear un tono trascendental o moralista, y se decanta por una mirada mucho más sarcástica y sosegada.
El decimoquinto movimiento Abre el volumen uno de los mejores relatos de la colección, y que ya había sido publicado tanto en un número de la revista Gigamesh de 1998 como en la selección de Fabricantes de Sueños del año 1999. La historia, que tiene a un maestro del ajedrez como protagonista, es una de las que menos presencia tiene de elementos fantásticos pese a que nos plantea la idea de una partida de ajedrez que enfrenta desde hace generaciones a dos poderosas familias. Con todo el cuento se hizo ganador del premio Pablo Rido en 1997 y del Ignotus en 1999.
Virus Un maravilloso cuento breve con la figura de Gaudí como protagonista y una ambientación propia de la ciencia ficción, aunque el resultado se acerca más al de la fantasía. El legado de Gaudí sigue vivo muchos años después gracias a la tecnología en este relato que funciona como alegoría del genio catalán.
Cuento de Verano Mallorquí homenajea una de las obras más conocidas de Dickens, ‘Cuento de Navidad’, en este relato de tono humorístico. Se trata de uno de los cuentos más pobres de la antología, ya que Mallorquí alarga demasiado el chiste y recurre a situaciones un tanto absurdas.
El Regalo Una de las ideas que más se repiten en este antología es el encuentro de un personaje con una figura de la mitología cristiana, ya sea Dios, el Diablo o Cristo. En este caso se trata de El Maligno, y aunque el resultado pretende resultar sorprendente, lo cierto es que la premisa del cuento resulta demasiado manida.
El muro de un trillón de euros Uno de los relatos más reflexivos de Mallorquí, en los que consigue casar el tema de que una parte de la humanidad consigue una mayor longevidad con la de la inmigración y la inevitable interculturalidad. El autor habla de lo inútil que resultan las fronteras y medita sobre lo desfasada que resultará en el futuro la mentalidad xenófoba.
Fiat tenebrae Una premisa genial en la que se unen ciencia ficción y mitología cristiana. Es quizás el relato más paradigmático de la antología, ya que además de abordar casi todos los temas contenidos en el resto del volumen, también entremezcla la calidad de ambientación con el tono intencionadamente cínico de muchas historias. Se trata de un cuento escrito específicamente para esta antología, en el que lo más flojo es probablemente el giro final.
La isla del cartógrafo Otro de esos relatos en los que el elemento fantástico resulta un tanto sutil, y sin embargo la fantasía parece formar parte del tono mismo del cuento. Una bonita historia que juega con la idea de los lugares imaginarios y su búsqueda.
Ensayo general Relato simpático en torno a la religión cristiana con un divertido giro argumental a mitad de cuento. En general se puede considerar poco más que una gracieta, aunque pone de manifiesto la gran imaginación del autor.
El jardín prohibido Sería un cuento perfecto si no fuera porque se la juega a un final inesperado que, por desgracia, hoy en día resulta tremendamente predecible (aunque al final del cuento el autor nos aclara el porqué de esta circunstancia). En cuanto a tono y registro es quizás una de las obras más conseguidas de todo el volumen, pero por un lado resulta una experiencia fallida, como tratar de leer hoy en día la novela de Stevenson ‘El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde’ conociendo el final.
Océano Una vez más el cristianismo es la pieza clave de un relato que gira en torno al nacimiento de una inteligencia artificial en Internet. Una historia sencilla, concreta e ingeniosa en la que Mallorqui demuestra su talento para el cuento.
Cien monos Uno de los relatos ligeros que abundan en la antología, y que nace en torno a esa antigua idea de meter a un montón de monos en una habitación, tecleando en máquinas de escribir. Mallorquí aporta su particular punto de vista a este axioma y lo acoge para dar forma, título y cierre a su antología.
Todos los pequeños pecados Una historia un poco artificiosa que prácticamente solo se salva gracias a lo simpática que resulta su última línea. Se trata de un cuento realista al que se le ha dotado de un único elemento fantástico un tanto forzado (de nuevo un encuentro con una figura del cristianismo) y que parece dar tumbos y cambiar de tono varias veces durante su desarrollo. Mallorquí explica en el texto de presentación que esto puede deberse al hecho de que se trataba de una historia abandonada que retomó un tiempo después.
Naturaleza humana La novela corta de ciencia ficción que cierra la antología padece el mismo defecto que el resto de la colección: es buena, pero no resulta brillante. En un futuro lejano la humanidad se expande por el universo enfrentándose con una raza alienígena hacia la que los hombres sienten un odio visceral, y a la que por el momento parecen estar venciendo. De nuevo Mallorquí demuestra tener ideas geniales para sus historias, pero en este caso el desarrollo de la misma resulta un tanto fallido. Los personajes son interesantes, hay varios giros argumentales y la información se dosifica con gracia, pero de alguna manera para cuando al fin tenemos acceso al secreto que se nos estaba avanzando durante todo el relato, éste resulta un poco decepcionante.
3.5/5 Un conjunto de relatos más una novela corta que me ha dejado un muy buen sabor de boca. Los relatos en sí me han parecido un poco flojos, posiblemente porque esperaba que fueron cuentos de ciencia ficción y/o fantasía, pero en realidad tenían más de reflexión sobre la naturaleza humana.
A pesar de ello, el nivel de los relatos sufre de algún altibajo según mi modo de verlos, pero son entretenidos e incluso ponen en relieve el peculiar sentido del humor del autor.
Me ha encantado la novela corta titulada Naturaleza Humana con la que termina la recopilación, una mini novela de ciencia ficción muy recomendable, si fuera solo por esta última novela corta, mi puntuación estaría próxima a las cinco estrellas.
Amparado por las buenas críticas, mi propia experiencia previa con el autor y su tan laureada trayectoria literaria, confieso que el super regreso de Mallorquí a la mesa de novedades era uno de los títulos que más codiciaba leer de los últimos tiempos. Sin embargo, supuso una pequeña decepción descubrir que la mayoría de relatos incluidos en Trece monos no son más que versiones 2.0 de cuentos que por diversos y pintorescos motivos el escritor catalán ha ido rescatando del trastero. La decepción pasó a ser mayúscula cuando, tras un primer cuento bastante notable, el resto de piezas denotaban una sistemática falta de contundencia y desarrollo de las ideas propuestas, así como un insoportable olor a rancio (consecuencia de pasar largo tiempo en el trastero, supongo). Sí, muchas premisas con potencial, muchos guiños y chistecitos que solo un público muy específico sería capaz de encontrar graciosos, mucha parafernalia posthumanista y mucha sátira endiablada contra ciertos preceptos religiosos, pero nada de innovación, nada de profundidad, nada de frescura y muy poco que medianamente se pueda rescatar. Si esto es lo mejor que ha parido la ciencia ficción española en las últimas décadas, avisadme, que me bajo del carro.
bueno desquiciante tener que pasar por más de 200 páginas de slop y cuentos rancios solo pa llegar al último relato y que sea una SÓLIDA novela corta de sci-fi...... nunca juzgues un libro por su portada, ni por su primer capítulo, ni su segundo, ni su tercero, ni su
4,25/5 No es tan redondo como El Círculo de Jericó (que acaba de reeditar Alamut), pero sigue siendo César Mallorquí, con lo que la media es de notable alto. Me sobraría cierta insistencia con la religión, concretamente la cristiana, pero eso es algo personal. Debo darle una mención especial a la novela corta que cierra esta antología, Naturaleza humana, que gustará especialmente a les fans de Stargate SG-1 (yo me entiendo).
Para ser una recopilación de relatos de estas en las que los escritores desempolvan cosillas publicadas en blogs, suplementos de periódicos, etc., el nivel medio es más que aceptable, aunque por supuesto hay grandes diferencias entre unas historias y otras, y sobre todo la novela corta que cierra la colección deja con ganas de ver a Mallorquí desarrollar más su evidente afición por la ciencia-ficción.
Extraordinario libro. Enormes cuentos de los que te hacen explotar la cabeza. Situaciones imposibles, cuadros de partida llenos de imaginación y vértigo intelectual, desarrollados con maestría y tramas llenas de misterio que te atrapan. César Mallorquí es un grande de la ciencia ficción.
Destacaría el último cuento, La naturaleza humana, una mini novela de ciencia ficción que te atrapa desde la primera página. La visión de un planeta en guerra contra los Skorpys, unos odiosos alienígenas, es espeluznante. También el primero, El decimoquinto movimiento, desarrolla una idea de Borges con maestría, en el mundo del ajedrez. El cuento de verano, con Scrooge en apuros, es pura diversión. El regalo, un cuento de navidad muy malvado y muy especial. El muro del trillón de euros parte de una idea muy atractiva, una sociedad donde la gente vive más de 150 años pero carece de la fuerza de otros cuentos. "Fiat Tenebrae" es una pequeña maravilla pseudoreligiosa, igual que "ensayo general", otra pieza de orfebrería.
En conjunto es un buen libro de recopilación de relatos, aunque hay algunos cuentos más flojos que otros, pero se ven contrarrestados con el buen sabor de boca que deja la novela corta, premio UPC.
Si tengo que poner por orden los relatos, en función de cuánto me han gustado, sería: - El muro del trillón de euros (5*) - Ensayo General (5*) - Naturaleza humana (4,75*) - El jardín prohibido (4*) - Virus (4*) - Todos los pequeños pecados (4*) - Cien monos y su epílogo (4*) - Cuento de verano (3,75*) - «Fiat Tenebrae» (3,5*) - La isla del cartógrafo (3,5*) - Océano (3,5*) - El decimoquinto movimiento (3*) - El regalo (3*)
Colección de diversos relatos de César Mallorquí, conocido autor del fandom hispano al que yo he descubierto con este librito. Mi favorito, sin duda, el último, más una novela corta que un relato, una space opera cuyo argumento creo que daría para una novela de mucha más extensión.
Son cuentos más o menos malos y superficiales. Algunos son algo mejores y se dejan leer. Otros son un chascarrillo con una pequeña historia como excusa. Me cuesta creer eso de que esta es "la mejor ciencia ficción española".
Los relatos del Circulo de Jerico aun me acompañan al dia de hoy, pese a que ha pasado una buena temporada desde que la lei. Por eso recurri a Cesar Mallorqui para desacerme de mi bloqueo lector y ahora que termine el libro puedo decir que fue una muy buena decision, por que concuerdo con Juan Manuel Santiago de que fue una enorme perdida para el famdon su retirada del genero, la que por suerte no fue total y nos regalo esta antologia.
Y ahora a mi labor, que ya siento una obligacion, porque mas gente deberia conocer a este autor que es un verdadero monstruo en el genero fantastico, y que no importa que leas te mantiene pegado a las paginas.
Mis relatos favoritos fueron y recalco todos son buenos, pero lo gustos son subjetivos y sugiero estos para que vean lo mejor de el:
1. "Fiat tenebrae" me dejo con la con la boca abierta, y me rei como no pense que podia y el final fue lo mejor. Es por relatos como estos que yo leo ciencia ficcion.
2. "La isla del cartografo" fue hermoso. Altamente recomendado para los amantes del romance. No te arrepentiras.
3. "Todos los pequeños pecados" fue redentor y su tono humoristico fue de grandioso. Le recomiendo a cualquier tipo de lector.
4. " Naturaleza humana" me dejo absorto por la cantidad de informacion que me metia, y las implicancias de ella. Fue grandioso. Gran final para esta antologia.
Recopilatorio de historias de ciencia ficcion, entretenido para leer a ratos. Si se lee de seguido, la trama y los argumentos a veces se hacen repetitivos ya que el autor usa recursos parecidos en sus cuentos, algo normal por otra parte al ser cuentos escritos con años de diferencia para diferentes concursos. Recomendado como lectura ocasional para pasar un buen rato.
Es muy buena antología, pero va dando tumbo entre "¡Ble!" y "¡Vaya, que genialidad, vea!" Hubo cuentos que me la pasaba mirado la última página para ver cuaderno acababan por fin, y otros tanto que lamenté que no fueran una novela.
Para empezar no conocía al autor, el titulo me llamó la atención y ese fue el motivo por el cual compré el libro. Creo que me dejo un muy buen sabor de boca, sobre todo el último cuento “naturaleza humana”, tiene un muy buen ritmo y no es predecible.
Empeze el libro porque era novela fantástica, aunque no me gusta el relato corto. He hecho una excepción y ha merecido la pena. Hay algunos relatos, sobre todo la última novela corta que no quieres que terminen. Un 4,5 muy alto
Nunca había leído nada de este autor y ha sido una grata sorpresa. Es cierto que a lo largo de los 13 relatos algunos temas se repiten y hace que en algunos casos el desenlace sea bastante previsible, pero en conjunto me ha resultado una lectura muy amena y entretenida. El libro incluye, como he dicho, 13 relatos, aunque más bien son 12 cuentos y una novela corta. La novela corta es uno de los relatos que más me ha gustado, especialmente el final.
Recopilación de relatos cortos. Un autor con una fantasía desbordante. En el primer relato no conseguí empatizar con el protagonista, pero a partir de ahí todos los demás han sido una lluvia de pompas brillantes surgidas de la imaginación. A destacar en particular la última historia (el último de los trece monos) y el epílogo. Muy recomendable.
César Mallorquí es simplemente excelente. Si bien quizá el primero de los monos fue el que menos me desagradó comparándolo con el resto, 'El decimoquinto movimiento' despertó en mí una angustia y unas sensaciones que me han dejado frío en comparación con la montaña rusa de emociones del resto de relatos. Con 'Virus' me desternillaba y llegué incluso a cerrar los ojos e imaginarme el mundo desde el punto de vista de Gaudí 2.0, se me hizo incluso corto, me dejó con ganas de más. 'Cuento de verano' es mi preferido con diferencia. Con el final me quedé anonadado por la caída libre que sufre la historia en pocos párrafos, pero era genial y maravillosa la vuelta de tuerca del clásico dickensiano que todo el mundo conoce bien. Por otro lado, con 'El regalo', 'El muro de un trillón de euros' y 'La isla del cartógrafo' no sentí demasiado. Sus tramas son increíbles y todas ellas te inducen a una introspección severa de dónde vamos y dónde venimos, y con 'La isla del cartógrafo' te hace revivir Peter Pan y creer en lo imposible, pero desconozco el motivo porque el que su lectura no supuso nada nuevo. 'Fiat Tenebrae' también se acerca a ser de mis preferidos, pues llegué a conectar con la trama, imaginarme esos mundos y plantearme demasiados aspectos de la religión. Increíble, simplemente, pensar en cómo podría llegar a ser la Iglesia del futuro... 'Ensayo general' me ha encantado. Simplemente. Es cortísimo y no pude reírme más. He comenzado a recomendarlo a todo el mundo y spamear con el enlace del blog del autor y el cuento para que todo el mundo lo lea, porque simplemente es genial. 'El jardín prohibido' me ha enamorado. Como bien dice al final el autor, me recordaba constantemente a la estética de las citadas películas y aunque diverge mucho de ellas, en mi opinión, simplemente el relato me parece fantástico. 'Océano' y 'Cien monos' me dejaron con la miel en los labios. Me sentí impotente al pasar la página y ver que se habían acabado y que ya no habría más. Necesitaba más, tuve el síndrome de abstinencia tras acabarlos. 'Todos los pequeños pecados' no me gustó. Dios me cayó genial, no me malinterpretéis, pero el lenguaje usado para designar a los personajes con diversidad funcional hizo que me repulsara la simple idea de conectar con el protagonista. Sé que el autor no usaría ese vocabulario y que es el protagonista quien lo usa, pero precisamente por eso, no conecté con él. ¿Y qué decir de 'Naturaleza humana'? Me parecía estar reviviendo Yo, robot de Asimov, haciendo paralelismos entre la doctora Álvarez y la doctora Susan Calvin, cuyas personalidades se me asemejaban (y hasta ahí su parecido, pues una era exopsicóloba y la otra robotpsicóloga) y es el relato - novela corta - que más me ha hecho reflexionar de todos. He cerrado la contraportada tras acabar este relato y he estado mirando al techo diez minutos pensando y asimilando qué acababa de leer, qué suponía eso para mí y en qué me convertía. Simplemente: sorprendente.
Realmente agradable la lectura de esta antología, Mallorquí toca diferentes géneros (intriga, ciencia-ficción, fantasía, incluso humor en un homenaje a Charles Dickens...) y en relatos de diferente longitud, excepto el último 'Naturaleza humana' una mezcla de thriller con ciencia ficción futurista que es casi una novela corta. Además de este último relato me encantó 'El muro de un trillón de euro' magnífica especulación del envejecimiento en el futuro y que me hizo recordar un poco la película 'Coccon', aunque solo un poco... No hay conexión entre ellos y se pueden leer desordenados, recomiendo ir picoteando e incluso alternar con otras lecturas. La imaginación del autor desborda en muchos de los relatos y cuentos, lo que los hace francamente interesantes y fáciles de leer; fáciles pero los leí con muchas ganas. Sin duda es un libro que recomiendo leer a los amantes de los relatos, de los cuentos y de cualquiera de los géneros que el autor toca. Unos me han parecido mejor que otros sin duda, pero todos de una excelente calidad. No he leído su anterior antología 'El círculo de Jericó' pero os aseguro que ya la tengo en mi lista de espera.
No soy muy de relatos, me suelen saber a poco, pero esto no me ha pasado con el señor César Mallorquí. La mayoría de los relatos de «Trece monos» me han gustado y la novela corta que cierra esta antología ha sido mi favorita.
Puntuación desglosada
El demicimoquinto movimiento — 2 Virus — 4 Cuento de verano — 2 El regalo — 4 El muro de un trillón de euros — 4 Fiat Tenebrae — 3.5 La isla del cartógrafo — 2 Ensayo general — 5 El jardín prohibido — 3 Océano — 3 Cien monos — 2 Todos los pequeños pecados — 3.5 Naturaleza humana — 5