Cuando Baltazar Durán, un famoso escritor chileno, se suicida en una lujosa suite de un hotel en Nueva York, todos parecen ansiar un pedacito de su fama. Pero ¿quién era realmente Baltazar Durán? Junto al cadáver aparece su autobiografía, un manuscrito inédito para el que su editorial ya prevé unas ventas astronómicas. Susana, la hermana de Baltazar, por el contrario, siente una mezcla de curiosidad y vergüenza, temerosa de lo que puedan develar esas páginas. Pero el único que tendrá acceso a ellas será David, su viudo, quien descubrirá que el único amor de su difunto marido fue Emilio Ovalle, novio de la adolescencia de Susana y con quien Baltazar pasó su última noch. En una intriga donde ficción y realidad se mezclan y nada es lo que aparece, Los amantes caníbales es un retrato apasionante del Chile de los años ochenta, del despertar a la vida adulta, al sexo y a las drogas y del descubrimiento de una gran pasión: el cine.
Empecé con grandes expectativas pero, reconozco que me fue bastante tedioso el inicio de cada capítulo, fue bastante pesado. No descarto que el tema principal es bueno, pero fue demasiado con las películas, escenas ante cada capítulo, supongo que alguien verdaderamente apasionado al cine lo amara.
Llevo dos años con este libro en pausa. Creo que es momento de aceptar que no lo voy a terminar. No porque sea malo. Pero es muy tedioso y me da flojera retomarlo.
Si eres cinéfilo te va a gustar. Aunque la historia principal es buena, yo que no soy cinéfila puedo decir que se me hizo tedioso ya que trae mucho relleno, de igual manera hay algunos capítulos que son demasiado largos y eso hace muy tediosa la lectura.