La publicación, en 1957, de En el camino le confirió a Jack Kerouac una fama súbita cuya administración (la administración de su brillo y la de su decadencia) lo ocuparía casi hasta su muerte. Un efecto colateral de esa fama fueron los encargos que recibió de distintas revistas. Si bien había tenido una iniciación en la crónica periodística ya antes de los veinte años, Kerouac aprovechó ahora esa demanda para justificarse a sí mismo. Los artículos, ensayos y ficciones breves incluidos en este libro, originalmente publicados en su mayoría en revistas como Esquire, Playboy, Evergreen Review o Escapade, y traducidos aquí por primera vez al español, tienen una sostenida entonación programática: la tienen ya sea porque adoptan la forma nítida del manifiesto (como los famosos escritos sobre poética y sobre la “prosa espontánea”), o porque ponen en acto ese mismo programa tanto a la hora de relatar el encuentro de Kerouac con un fantasmal cantante de blues que podría ser él mismo como en sus crónicas deportivas, en la descripción del nacimiento del bop o de las afinidades de su escritura con las fotos de Robert Frank o la prosa de Céline. Además de la justificación, Kerouac tiene en mente el ajuste de cuentas con la propia Beat Generation, y lo resuelve oscilando entre el recuerdo de sus orígenes y la crítica de su evolución. Si existía algo que pudiera llamarse “filosofía” de la Generación Beat, Kerouac era el único en condiciones de formularla. La Generación Beat fue acaso la generación de un hombre solo, el propio Kerouac, ángel profano, que no quería pertenecer a ninguna generación.
Jean-Louis Lebris de Kérouac, known as Jack Kerouac, was an American novelist and poet who, alongside William S. Burroughs and Allen Ginsberg, was a pioneer of the Beat Generation.
Of French-Canadian ancestry, Kerouac was raised in a French-speaking home in Lowell, Massachusetts. He "learned English at age six and spoke with a marked accent into his late teens." During World War II, he served in the United States Merchant Marine; he completed his first novel at the time, which was published more than 40 years after his death. His first published book was The Town and the City (1950), and he achieved widespread fame and notoriety with his second, On the Road, in 1957. It made him a beat icon, and he went on to publish 12 more novels and numerous poetry volumes. Kerouac is recognized for his style of stream of consciousness spontaneous prose. Thematically, his work covers topics such as his Catholic spirituality, jazz, travel, promiscuity, life in New York City, Buddhism, drugs, and poverty. He became an underground celebrity and, with other Beats, a progenitor of the hippie movement, although he remained antagonistic toward some of its politically radical elements. He has a lasting legacy, greatly influencing many of the cultural icons of the 1960s, including Bob Dylan, The Beatles, Jerry Garcia and The Doors. In 1969, at the age of 47, Kerouac died from an abdominal hemorrhage caused by a lifetime of heavy drinking. Since then, his literary prestige has grown, and several previously unseen works have been published.
Este libro lo ví en un Instagram de una librería de cultura pop: bendita tecnología que permite conocer dónde estarán los libros. Y así como he vuelto a releer a un autor que cambio mi forma de ver la literatura cuándo “Vagabundos del Dharma” cayó en mis manos, hace algunos años atrás. Jack, era un escritor prolífico y además parte de la corriente de escribir impulsivamente sin corrección, lo que te venga a la mente. Es así como construyó todo una vertiente de realismo y observación en torno a las letras. En este libro repasa como irguió la primera piedra de la conocida generación “beat”, que él mismo traduce cómo (...)“derrotado y marginado pero a la vez colmado de una convicción muy intensa.”(...) y es esto lo que transmite en esta serie de ensayos, relatos enviados a revistas, entrevistas y uno que otro artículo pedido para revistas en particular. Kerouac vuelve con esta reunión de escritos a preguntarse del sentido de todo, del porqué de las guerras, la comparación con la vida de un gato y sobre procesos creativos en torno a la escritura. Un libro que permite acercarse a esta corriente artística que inundó la música, el arte, las letras y la vida misma. Pero siempre teniendo presente que es una generación que vuelve a re inventarse con el paso del tiempo. Una gran lectura para el verano.
Jack Kerouac representa un valor magno para la literatura occidental. Los beat, la generación beat, abre paso a la modernidad (años 60 y 70) en la literatura latinoamericana. Son hijos de los románticos alemanes y los surrealistas. Una interpretación de estos valores que no caducan en el tiempo, sino que se reformulan. Aquellos que lo tachan quizás de superficial, no le han leído correctamente. Esta publicación de Caja Negra es un acierto y un regalo que atraviesa todas las etapas de un escritor que vivió asertivamente su destino como creador. Desde las inquietudes y la sed de la juventud, hasta las necesidades espirituales que persigue en su madurez. Todo esto queda demostrado cartográficamente en esta maravillosa publicación, de la que también resalto su inmejorable traducción.
Nunca dejará de fascinarme la mente de estas personas que tan obsesionada me tienen desde los 18 años. Aún en los momentos donde el entendimiento no me asiste para acompañarlos en el camino (jaja, "El Camino") disfruto de los vaivenes y fluctuaciones de sus mentes, pues así lo haría con la mía propia; pues así es como yo me siento muchas veces.
Un bello conjunto de registros escritos del Kerouac, contando quienes eran los Beats y que querían. Flashes de lo que él fue y como lo fue. Una lujosa colección de sus recomendados jazzeros de la época donde el Be Bop nacía. Como dice "Seguíamos en el camino, porque no existía, al fin, ningún lugar donde pudiéramos descansar". Y eso muesta el libro... la escritura que no descansa. Un poema que se escribe al vivir.
No lo recomendaría a gente que no ha leído nada sobre KEROUAC ,no creo que sea un buen libro para empezar ni con los Beat en general ni con KEROUAC en particular,pero eso si me ha encantado.