Jump to ratings and reviews
Rate this book
Rate this book
Trois moments de la vie du narrateur, trois ouvertures dans l’obscurité d’une existence, scandent ce récit troublant et vertigineux : les années de séminaire, celles de l’activisme politique et celles des débuts de sa vocation littéraire. Cette épopée individuelle retrace une lente et douloureuse tentative de renaissance qui puise sa vitalité dans le dérèglement des perspectives et l’obsession du franchissement des limites – autant de jeux de l’éternité susceptibles de transfigurer le monde.
Les trois expériences peuvent être vues comme trois tableaux de notre histoire récente : les années cinquante-soixante, pesantes et silencieuses, qui précèdent les explosions ; les luttes et les tumultes des années soixante-dix venues clore une époque inaugurée avec les grandes révolutions politiques des dix-huit et dix-neuvième siècles ; enfin, les années quatre-vingt et quatre-vingt-dix, fascinantes et spectrales, qui amorcent le déploiement furieux de la modernité.
Porté par une prose imagée inventive et foisonnante, presque hypnotique, ce roman apparaît d’une originalité exceptionnelle dans le paysage littéraire contemporain.

544 pages, Paperback

First published October 23, 1998

30 people are currently reading
915 people want to read

About the author

Antonio Moresco

58 books103 followers
Antonio Moresco is an Italian writer.
His first publications appeared late in his life, after he had been turned down by several publishers. In 1993, he published his first collection of short stories, Clandestinity, but his career-defining project is the monumental trilogy Games of Eternity, made up of Gli esordi (1998), Canti del caos (2009), and Gli increati (2015). He has published many other works, including short stories, children stories, and he has organized several collective marches throughout Italy and Europe, which have become the topics for some of his works.

Ratings & Reviews

What do you think?
Rate this book

Friends & Following

Create a free account to discover what your friends think of this book!

Community Reviews

5 stars
73 (39%)
4 stars
57 (30%)
3 stars
36 (19%)
2 stars
17 (9%)
1 star
3 (1%)
Displaying 1 - 30 of 42 reviews
Profile Image for Kansas.
815 reviews487 followers
September 20, 2023
https://kansasbooks.blogspot.com/2023...

“Sí, sí…, pero ¿cuándo pasó todo aquello? ¿Y ahora dónde estoy? ¿En qué estación estamos?, me preguntaba. ¿Cuánto tiempo llevo deambulando así de un sitio para otro, de refugio en refugio, de disturbio en disturbio? ¿Qué he hecho todos estos años? ¿Dónde he estado?”


No sé si realmente llamar a "Los Comienzos" novela, porque aunque es cierto que tiene una historia y unos personajes, es difícil catalogarla como tal porque Antonio Moresco construye un universo único en el que despoja a sus personajes de todo lo superficial de este mundo, dejando la esencia de lo que son, o somos. Todo nos llega a través de la percepción del protagonista, que es como una esponja que absorbe lo que se encuentra a su paso, y digiere las ráfagas de luz o de sonidos, las extrapola por medio de las palabras, transmitiéndoselas al lector en su estado más puro, sin artefactos que nos distraigan de superficialidades. El protagonista, sin nombre, pasa por tres fases en su vida, perfectamente expuestas, y mientras estaba sumergida en la lectura realmente me sentía identificada porque aunque el protagonista parece que haya pasado por tres vidas distintas, realmente son la misma a medida que iba ajustando sus estados mentales o espirituales hasta encontrarse ¿a sí mismo?, identificada en el sentido de que yo también pienso que para llegar al momento en el que me encuentro, me parece haber vivido diferentes vidas dependiendo de mis distintas etapas. En este aspecto "Los Comienzos" es una novela que me ha impresionado por cómo aborda todo esto que va más allá de nuestra realidad más palpable y directa, haciendo casi detenerse el tiempo y consiguiendo que seamos conscientes de ese más allá: la luz, el sonido, la percepción de los demás, los códigos que transmitimos si tenemos la capacidad de detenernos y observar. No parece una novela de estos tiempos.


“¿Qué son aquellos leves destellos en medio del lago?, -le pregunté.
- Son cisnes.”

[...]

Del centro del lago llegaban ligeras ondulaciones, aunque no se veía quién o qué las provocaba.
-Serán cisnes negros, me decía.”



La novela está dividida en tres partes y en cada una de ellas, el mismo personaje parece cruzar una especie de frontera mental o espiritual, que llegado un punto, no sé si en una huida hacia adelante, se embarca en una nueva vida.


La primera parte, titulada “Escena del silencio” transcurre en un monasterio y aquí el protagonista, un seminarista sin nombre se intuye que tiene voto de silencio aunque el resto de personajes sí que hablan. En esta primera parte, el protagonista es una especie de zombie desorientado, se mueve por ráfagas de luz, por momentos que continuamente le asombran, como si de un niño se tratara que no es capaz de encontrar el camino en la oscuridad. A mi tengo que reconocer que esta primera parte me ha fascinado totalmente, por todo lo que logra transmitir Moresco con las palabras, obsesionado sobre todo por la luz y el silencio… El protagonista escribe, además, a escondidas... "- Me encantaría, ya digo, que me dejaras leer lo que has escrito..."


“Yo seguía caminando en silencio, temblando ligeramente. Algunos seminaristas se a ajustaban el alzacuellos, recolocaban el puño de la camisa para que no asomara demasiado de la sotana. A pesar de que ya estaba oscuro, aun se podían distinguir las mil tonalidades de negro de las sotanas.”


En la segunda parte, “Escena de la Historia”, Moresco ha convertido a su protagonista en una especie de guerrillero o anarquista. El monasterio ha pasado a convertirse en el edificio Sede del partido, y el ritmo ha cambiado. Personajes se cruzan, ninguno, como en la primera parte, tiene nombre, a todos se les conoce por una especie de mote. En esta etapa, el protagonista sigue tan desubicado como cuando era seminarista: “¿Que habrá pasado en mi ausencia?"
Puede que volviera a cerrar los ojos. Cuando los abrí otra vez debía haber pasado mucho tiempo..."
, aunque sigue observando y seguimos viéndolo todo a través de sus ojos. Los nuevos personajes no parecen tan nuevos sino que parecen los mismos de la primera parte y sin embargo, el protagonista no es capaz de reconocerlos…


“Ponía las largas como si nada, y la carretera volvía a resplandecer de pronto. -Parece de porcelana, pensaba. Y, sin embargo, crujía bajo el peso del coche. No había forma de ver dónde acababa y dónde empezaba.
¡Pero si es nieve!, me decía, dándome cuenta de repente. ¡Eso quiere decir que otra vez es invierno!”



Y ya en la tercera y última parte “Escena de una fiesta”, reconocemos al seminarista y guerrillero, convertido en escritor, y el edificio ahora será la sede de la editorial. Aquí ya en esta tercera etapa de su vida, parece que ha encontrado lo que estaba buscando. El ritmo ha cambiado completamente y se convierte en una especie de sátira en torno a editores, escritores y lectores. El juego al escondite entre el editor y el autor se transmuta en una especie de farsa totalmente surrealista que no tiene nada que ver con las dos primeras partes de la novela. Y aquí ya vuelvo a lo de las diferentes vidas, el pasado que parece difuminarse hasta llegar al momento presente.


“¿Ves aquellas lucecitas aun encendidas aquí y allá en las crestas de las montañas? Se apagan, se encienden, las vemos solo un instante mientras tomamos estas curvas cerradas a toda velocidad…”


Yo diría que "Los Comienzos" no es una novela fácil porque hay que dejarse llevar, sobre todo por la narración y una vez dentro, no preocuparse por las respuestas sino simplemente, avanzar a medida que el protagonista avanza acompañado por estos personajes absurdos y por momentos surrealistas En un principio parece un niño perdido por encontrar sentido a lo que le rodea, por eso Moresco lo despoja de las palabras y construye un personaje envuelto en silencio, porque es la mejor manera de parar el tiempo mientras observa. Es un detalle interesante la forma en que aparece aquí manipulado por el autor el espacio y el tiempo, difícil explicar cómo lo hace, solo a través de las palabras. Una experiencia lectora inclasificable, y única. Ahora a esperar el segundo de la trilogía.


“Mi cuerpo se volvió de pronto inhabitable; durante unos segundos se me nubló la vista.”
Profile Image for Joan Roure.
Author 4 books197 followers
September 12, 2023
Como lector, no hay mayor placer que descubrir un gran escritor de forma inesperada y del que no habías ni siquiera oído hablar. Eso es precisamente lo que me ha ocurrido con el italiano Antonio Moresco y este primer acercamiento a su obra en la primera parte de la trilogía «Juegos de la eternidad», que promete ser uno de los momentos literarios más importantes de este 2023. Los Comienzos es un big bang narrativo dividido en tres partes muy diferenciadas, tres vidas en una, las que vive nuestro protagonista, alter ego del propio escritor. 
La primera se abre con la escena del silencio, donde nos encontramos con un joven seminarista. Aquí predominarán las descripciones, y en ningún momento escucharemos al protagonista pronunciar una palabra en voz alta hasta que llega la última frase de esta primera parte, entonces oiremos su voz a través de un simple sollozo, respondiendo a uno de los grandes porqués que nos hemos preguntado durante todo este arranque. 
Cambiamos de tercio en la segunda parte, donde la historia da un acelerón en cuanto a acción se refiere. Aquí nos vamos a encontrar con una narración fascinante que entraría de lleno en el género de lo absurdo y del esperpento. Esta parte, como digo, es rica en acción, pero también en hechos y personajes. En este caso, el protagonista es un activista de izquierdas que se dedica a recorrer los pueblos dando mítines y sumando adeptos a la causa.
En la tercera parte volvemos a dar otra vuelta de tuerca adentrándonos en el terreno de la metaliteratura, pues el protagonista/escritor ha dado con un editor interesado en su obra —la conformada por las dos primeras partes de la que nos ocupa—. Por un lado, este le muestra un gran interés, pero por otro le rehúye. El relato se llena de esquizofrenia y de evidentes referencias kafkianas, y sigue con las pinceladas de lo absurdo.

Durante la narración veremos aparecer elementos surrealistas como unas palomas borrachas, la bolita soplada o un pequeño coche de plástico —un Fiat amarillo después— que dan cabida a un número imposible de cosas.
Me ha parecido un elemento curioso y fuera de lo habitual en la narrativa actual que no se expresen sentimientos ni propósitos, tú como lector tienes que ir descifrando los porqués de todo e ir interpretando a unos personajes desprovistos de psicología, Moresco solo nos cuenta y en ocasiones hasta nos incomoda. Esto es algo que se repetirá durante todo el libro. Sin duda, en el contexto en el cual se mueve la literatura hoy en día, una apuesta arriesgada e interesante a la vez. Qué bueno cuando un autor te saca de tu zona confortable.

Moresco tiene una voz única, o tal vez sería más apropiado decir distinta, pues su detallista y envolvente prosa entroncaría más con grandes escritores de otras épocas. Gianmarco Aimi se refiere a ello de esta manera: «Antonio Moresco es un escritor atípico. O bien el mundo editorial es atípico, y él es uno de los pocos “normales”». No obstante, eso no quita que podamos encontrar elementos en su obra que nos recuerden a otras voces actuales: se le compara, por ejemplo, con Mircea Cărtărescu, y no sería del todo desacertado, si tenemos en cuenta los elementos fantásticos y la búsqueda de lo insólito en lo mundano, o el puntillismo en las descripciones, que viene precedida de esa capacidad, al alcance de muy pocos, de fijarse en las pequeñas cosas, en esos detalles que pasan desapercibidos a ojos de la gran mayoría. Bien es cierto que Moresco no compartiría en este caso el punto de barroquismo del genio rumano. ¿Podríamos hablar entonces de dos «atípicos normales» dentro del panorama actual?

«Los comienzos» es una obra monumental encajada en un universo literario muy definido, una maravilla de aquellas que aparecen muy de vez en cuando y que todo buen lector que se precie no debería dejar pasar.
Profile Image for Nathan "N.R." Gaddis.
1,342 reviews1,653 followers
i-want-money
August 4, 2018
Damn lucky Italians. [ie, Holy F****!!!![!]]

Trans LATE pLeez!!! All 2,760 pages pleeze.


_______
Meanwhile, over at The Untranslated ::
https://theuntranslated.wordpress.com...

"I do not hesitate to say that The Beginnings is the cornerstone of our literature of the second half of the century. It resolves a myriad of aesthetical problems being neither mimetic nor fantastic; it gives a definitive word on the destiny of the individual in our time, on his prospects of finding an existential posture, a mark of his calling, a space of political expression, a connection between I am and I do. It is a book that will remain a literary event, the work of a lifetime." --Tiziano Scarpa

"A 600-page novel totally devoid of character psychology and blatantly unforthcoming with the motives for their actions is an uncomfortable read, to say the least." --The UnT [I just finished a book in which the opposite description applies ;; I would totally welcome a 'totally devoid of character psychology']

"It would be easier to accept the book if it was a slim nouveau-romanish exercise in form and style, instead of an epic narrative spanning more than 20 years of Italian history in which the minutiae of everyday life and surreal episodes of brain-searing intensity are recounted in the same dead-pan, unreflective tone." --unEtc

"....heavily sacrifices the readability of his book: it’s as if he had chosen to show a sound film without the sound." --ibid

"In the same matter-of-fact manner the protagonist describes how the calluses on his uncle’s foot grow into a complex structure of ramifying calcified protuberances which are expertly cut off by a chiropodist to be later used as animal feed or how..." unT(again) [sounds like this Moresco guy is not dutifully/piously Thinking About The Reader. He's probably a Status Writer.]

"The parallels with The Castle are all too obvious. The narrator’s continuously forestalled efforts to meet the chief editor of a publishing house, who has expressed unbridled enthusiasm about the manuscript of his novel (actually, the first and second parts of the book we are reading), are only matched in their doggedness by..." ibid(again)

“truly remarkable manuscripts must burn” --The Cat

"After participating in a literary-themed variation on Walpurgisnacht that takes place in a roadman’s house and is attended by famous writers and book characters (i.e. Alexander Pushkin, Emily Dickinson, Giacomo Leopardi, Bartleby, Smerdyakov), and where he is briefly reunited with the Peach, the narrator goes for a walk with the Cat for the last time." (same guy but not The Cat)

“let us throw ourselves headfirst into the uncreated” --The Cat (again)

"...he nevertheless suggests that the writer should be the first to step off the roof of the beautiful building so that he can see “how worlds re-open” and enter “the realms where one appears and disappears at the same time”. --The UnT quot'ing TheC

"even before his mouth utters the third “yes”" --ie, if it's a literary 'yes', as it is here ; you will think of Molly. Always be thinking of Molly.

"The second novel of the trilogy came as a shock. Based on a handful of the reviews in the Italian media, I had naively believed that I was ready for it. Not only because I had read the first volume, but because I had read François Rabelais, Jonathan Swift, the Marquis de Sade, Herman Melville, James Joyce, William Burroughs, Gertrude Stein, Günter Grass, Thomas Pynchon, Robert Coover, Joseph McElroy, Carlos Fuentes, Paolo Volponi, Alexander Goldstein, Alberto Laiseca, Miquel de Palol and, more recently, Mircea Cărtărescu. So, ..." --that's The Untranslated speaking. A humbling List for certain.

"...I thought nothing could surprise me anymore, there was no weirdness left that would be too weird for me, no imagery so violent and outlandish it would be scorched into my brain to haunt me for weeks, no narrative and language idiosyncrasies that would leave me infuriated, appalled, dismayed and, at the same time, intoxicated with the unexpected exhilaration of being in the presence of something significant, albeit extremely disturbing, being synthesised right in front of my eyes. Man, was I wrong! " --continuing the previous thought.

"I am far from declaring this flower of evil the greatest work of Italian literature — God forbid! But, if Earth was invaded by aliens and I was responsible for selecting just two Italian books for their museum of human culture, I would choose without hesitation Dante’s The Divine Comedy and Moresco’s Songs of Chaos." --a little more in the same vain/vein/vane.

"...comparable to the leap from Newtonian mechanics to Einstein’s relativity." (if in doubt it's TheUnT

"Before I even start discussing this 1,000-page opus..." --that'd be volume the second. nice.

"Manuals, encyclopedic entries, scientific books and articles on astronomy, computer science, genetics, anthropology, human, pre-human and post-human biology, artificial intelligence, religion, history; travel accounts, fashion show reports and catalogues, but also first-hand investigations, inquiries, private meetings in the world of advertising, sperm banks, publishing, economics, pornography etc. … have been merged in an autonomous and unpredictable way in this adventure in the shape of a book that lasted for fifteen years." --that is The Author speaking of The Book.

"The Muse is a prostitute moonlighting as a hard-core porn actress who receives blocked authors at her home and instills in them the cherished inspiration by a variety of manipulations, not all of which are of identifiable sexual nature." [you got a problem with that?]

"He keeps a cut-out picture of the Muse’s vagina in the tabernacle alongside the Eucharist and gets to meet the fugitive Pope Elvis II whose first edict was the dissolution of the Roman Catholic Church."

"In Songs of Chaos to narrate often means to create, and once a character is mentioned he or she cannot be cancelled and might turn up at any place any time. The competition for the right to be the main narrator runs through the whole novel."

"All the fornication and violence that pour onto us also have distinct Rabelaisian undertones and could be considered as the ultimate triumph of what Russian critic Mikhail Bakhtin called “the material lower body stratum”. Sperm, blood, shit, and other bodily substances gush on the pages without restraint."

"...he selling of the planet Earth. It is God, of course, who has grown tired of his creation and wants to fob it off to somebody else."

"It’s one of the greatest surreal set pieces I have ever read. I’d put it at the same level as the story of Byron the Bulb in Gravity’s Rainbow. If only fifty pages out of the whole novel could be translated into English, it must be those containing this story, which showcases in a condensed way, as if reflecting its subject matter, all the abilities of Moresco the stylist, the story-teller, the satirist, and the innovator."

"The paradoxical statements enveloping all temporal possibilities permeate the text to such an extent as to make it extremely disorienting and difficult to understand, but far from rendering it illegible as some of the book’s detractors have complained."

"With this one, Moresco throws readability to the dogs, not at the lexical level like Joyce did in Finnegans Wake, but at the level of constantly reiterated and recycled phrases and sentences which pervade the text in such frustrating profusion as to drive nuts even the most patient reader."

"...how to describe by linear and sequential means the situation inside the uncreated dimension, in which time has lost its relevance." --ie, a question Alan Moore refused to address in his Jerusalem.

“Songs of Chaos is perhaps the only contemporary work of Italian literature that will be studied in 200 -300 years from now.” --Riccardo Dal Ferro

"The Anglophone trendsetting in innovative literature is over. If Ulysses was the pinnacle of modernism, and Gravity’s Rainbow of postmodernism, it is the Italian Songs of Chaos that is the next big thing for which we don’t have a name yet." --The Untranslated ;; and I do recommend the whole review -- one of the best books I've (knot) read this year.
Profile Image for Jorge Morcillo.
Author 5 books72 followers
October 29, 2023
Volvía al dormitorio, pero no lograba conciliar el sueño. Había quienes, aquí y allá, gesticulaban en la penumbra- Otros sacaban la mitad superior del cuerpo de las mantas y, dejando la otra mitad debajo, se descolgaban de la cama: así podían comunicarse con otra cabeza invertida, con el pelo casi a ras de suelo, dos o tres camas más allá. Me daba la sensación de que, en el cielo, el fragor de las estrellas aumentaba sin mesura: planos completos del espacio iban a la deriva, su corrimiento trituraba firmamentos, mientras Dios era presa de la angustia ante lo ilimitado. “En otros tiempos — me parecía oírlo vociferar en silencio en el espacio—. Yo era un libérrima y magmática papilla que hacía estragos en lo increado, hasta entonces intacto. ¿Qué le ha ocurrido a mi mente? Una idea jamás concebida y que, sin embargo, estalló. El límite se rebasó por primera vez, se desbordó, cuando envié a mi hijo a la Tierra. Así que esta vez me encarnaré en un bacilo”.

Lo primero que hay que decir es que siempre resulta más complicado hacer una reseña de un libro que no nos gusta. Sin embargo, cuando el libro entusiasma no hay que planificar nada. Las palabras ya salen solas y encuentran su propio camino. No se halla uno en la tesitura de tener que justificar su alegría.

Y además (antes de entrar en las razones por las que este libro de Antonio Moresco no me ha gustado) hay que aclarar que, de antemano, Los comienzos reunía todos los requisitos para que acabase siendo una gran lectura. Su autor un hombre ya mayor, consagrado cual un alquimista durante 35 años a pulir una obra que durante décadas las editoriales se la rechazaron, y él volviendo a rehacer y copiar hoja a hoja, párrafo a párrafo, a mano, como se hacía antes del advenimiento de las máquinas de escribir y de los ordenadores, con la paciencia infinita de los viejos maestros; eso ya de por sí merece todos los elogios. Encima una obra gigantesca, ambiciosa, desmesurada, anticomercial en su concepción embrionaria, dividida en tres tomos por su enorme tonelaje. Con un título global muy sugerente: “Los juegos de la eternidad”. Y, por si fuese poco, publicada en castellano por Impedimenta, que tiene ya bagaje en editar grandes tochos imprescindibles como la trilogía “Cegador” de Cărtărescu.

Todo me hacía presagiar una gran lectura. No ha sido así. Me he aburrido como una ostra. Y ni siquiera el descontrol creativo de la segunda y tercera parte de la novela consigue salvar los muebles de una primera parte que me ha resultado (salvo el párrafo con el que habría la reseña) muy aburrida.

Se no querrá vender que Moresco está intentando trascender la realidad, más concretamente que consigue romper “el esqueleto de la realidad prosística” con una (supuesta) visión múltiple que “conquista una desmesura tan constante que acaba creando sus propias reglas”. Bueno, no me hagan reír. Hay más desmesura y trascendencia en cualquier epigrama de dos versos de la Antología Palatina que lo que el señor Moresco nos ofrece en cientos y cientos de páginas. No está creando nada nuevo (ese vivir al mismo tiempo tres vidas en una: la peregrina idea de un realismo a la horizontal) y cualquier inmersión en la literatura de calidad desde los tiempos de Homero ya nos ha ofrecido (más y mejor) lo que él nos da aquí. Es más —sin remontarnos tan lejos— basta una lectura continuada y profunda de los grandes epígonos del naturalismo y el realismo, llevados a su máximo expresión, para darse cuenta de que crearon otra realidad paralela a la que intentaban reflejar.

Lo que hace el señor Moresco es modificar el punto de vista, creyendo que así amplifica la profundidad y la percepción. Craso error. El que se nos narre algo desde otro ángulo no necesariamente quiere decir que eso sea más agudo ni tampoco que esté mejor narrado. La visión desde la que los lectores percibimos lo que se nos narra es confusa adrede; pero eso no es del todo malo, Thomas Pynchon lo hace con frecuencia y a él le sale muy bien, y por si fuese poco de vez en cuando nos regala “sus epifanías de la postmodernidad paranoica” que son momentos casi mágicos. O sea que “ser raro” no es el problema. Pero en el caso de Moresco no llega tan lejos, se queda en la mofa alucinatoria, en el chiste superficial, en la anécdota vacía. Cree que vuela alto, pero me da la impresión de que ni levanta los pies del suelo. Lo terrible es que a pesar de utilizar la dimensión religiosa-filosófica- literaria (el libro se divide en tres partes: la época seminarista; la agitadora revolucionaria; la de escritor del subsuelo) no alcanza emanaciones de lo sublime, tal y como lo concebimos desde el famoso tratado de Longino. La etapa del seminario da más pena que otra cosa; la de agitador revolucionario me parece una oportunidad perdida, casi simula una road movie dialogada por los pueblos de Italia en sus primeras páginas para luego perderse de inmediato, y no nos ofrece en compensación más que momentos hilarantes. La tercera parte invita a la lástima, pero es la más lograda por su ironía. Podemos llegar a empatizar con el escritor, por lo que tuvo que sufrir para ver su obra publicada.

Estilísticamente tampoco este libro es una cosa para tirar cohetes. Cărtărescu nos ofrece su visión onírica-literaria y su esplendoroso poema gnóstico; Krasznahorkai su visión del fin del mundo y su prosa envolvente como la niebla; Fernanda Melchor su indagación en la violencia con su ritmo vertiginoso e impregnado de oralidad; Mariana Travacio su “batalla en el desierto”, su sequedad hiriente y vengativa; Lobo Antunes su barroca visión desesperanzada, riqueza para la lengua portuguesa y para la literatura universal; Gerald Murnane, un australiano loco amante de las carreras de caballos, nos contagia “su enfermedad” por la gran literatura y por la vida; hasta Jon Fosse, el reciente Premio Nobel, (que algunos envidiosos dicen que no sabe escribir) nos ofrece su oído y su mente en búsqueda de la redención personal, en el hallazgo (más que de una ortodoxia cristiana) de una mística palpable que vive encerrada en las cosas comunes y diarias, y lo hace desnudando la prosa de ornamentos hasta dejarla en su esqueleto más primario. Por no hablar de más escritores “vivos” y que me parecen muy notables como Gustavo Faverón, Fleur Jaeggy, Laure Charpentier, Horacio Castellanos Moya, Eduardo Halfon, Olga Tokarczuk, etcétera, que leo, descubro y releo, con interés y deleite. Lo que Moresco nos ofrece es un juego de espejos para vampiros.

Y al final de tanto esfuerzo, de tantas páginas, de “voy a seguir leyendo por si acaso”, al final en el espejo no se refleja nada porque hemos sido vampirizados. Hemos sido por completo vampirizados y ni siquiera, en compensación, se nos ha ofrecido un mínimo atisbo de inmortalidad, de trascendencia lectora. Un libro que aspira “a jugar con la eternidad” es lo que se debería de proponer.

Otros lectores habrá que elogien esta obra, por supuesto que sí. Alguno disfrutará de su lectura, sin lugar a dudas. Moresco ama la literatura y siente hacia ella una vocación irrenunciable. Es un auténtico escritor, esto no admite duda. Por lo tanto considero “Los comienzos” un fracaso por su ejecución, no por su ambición. Pero hay fracasos que duelen más que otros porque malogran su potencial al intentar romper el encorsetamiento narrativo.

Visiones como lectores hay muchas y muy variadas. Y es bueno que así suceda. Lo que a uno no le gusta, y viceversa, no tiene que ser lo mismo que le gusta y disgusta a otros. Certezas no hay ninguna en literatura. Pero para mí, y si dijera lo contrario estaría mintiendo, la lectura de “Los comienzos” ha sido un juego insustancial del que he obtenido muy poco.

Hasta otra.
Profile Image for Catoblepa (Protomoderno).
68 reviews118 followers
December 17, 2019
Commento del 2012

Cos'è questo che mi ritrovo fra le mani? Un romanzo, dovrebbe essere, sì, c'è scritto anche sulla copertina, là, in piccolo, sotto la scritta “gli esordi”. Non lo so, però, se è vero che questo è un romanzo, sono troppo inetto per capirlo, ma ho capito che per me, questa cosa, è stata un gabbia che mi ha imprigionato dalla prima pagina e che non ha smesso di farlo all'ultima. Non che io abbia alcuna intenzione di fuggire, intendiamoci. 
Io non ho mai letto nulla del genere, questo è pacifico, ma proverò comunque a darne una minima spiegazione, un miserucolo tentativo di misurazione dell'incommensurabile.
La storia è divisa in tre parti, tra di loro diversissime, eppure completamente identiche. L'io narrante è il protagonista del racconto ed è prima un seminarista destinato a diventar prete, poi un attivista politico destinato a diventare terrorista e infine un aspirante scrittore destinato a diventare... cosa? Uno scrittore vero e proprio? Un cadavere? Difficile dirlo. I tre “sì” che dovrebbero lasciare spazio al raggiungimento della sua vocazione, quale che sia di volta in volta, sono comunque dei sì relativi nei primi due casi, considerato il cambiamento che poi avviene nella sua biografia. Ma perché questo cambiamento? Cosa avviene che non gli permette di diventare né prete né terrorista. È qui che il genio di Moresco interviene nella più subdola delle maniere, non scoprendo nulla di quello che succede nel mezzo. Noi semplicemente non lo sappiamo, né possiamo saperlo. Così come non sappiamo come andrà a finire con la terza vocazione, data l'interruzione della storia proprio sul terzo sì; visti gli “insuccessi” precedenti il lettore potrebbe anche figurarsi un futuro a sua volta diversissimo ed incoerente con quel sì. Sono questi gli esordi del titolo, delle premesse ad una storia che non ci viene raccontata.
La trama sin qui, ma la trama, così affascinante, è solo uno dei tanti tasselli che rendono così formidabile questa cosa indescrivibile. Perché poi c'è il modo unico di dipingere le scene, in un realismo debordante che viene fatto improvvisamente scemare; ogni volta quanto sembra perfettamente verosimile si autodistrugge con dettagli tanto insignificanti quanto impossibili. Moresco non cancella il realismo (ci avevano già pensato un buon secolo prima di lui), lo sospende semmai, sospende la realtà rendendola un fatto assurdo eppure inevitabile.
E poi ci sono le riflessioni: riflessioni sottili, a volte solo accennate, ma che comprendono tutto (la religione, la filosofia, la storia, la letteratura, la politica, l'umanità); altre volte sono invece le riflessioni traumatiche, quelle che cambiano prepotentemente il punto di vista, quelle che ti fanno alzare gli occhi dal libro per guardare nel vuoto minuti interi, tentando di riflettere sulle riflessioni:

Interi piani di spazio stavano andando alla deriva, smottavano macinando firmamenti, mentre Dio si trovava in preda all'angoscia dell'illimite. "Un tempo"... mi pareva stesse silenziosamente vociando nello spazio "ero una liberissima, magmatica poltiglia che imperversava nell'increato intatto. Cos'è accaduto alla mia mente? Pensiero mai pensato eppure deflagrato. Il limite è stato sfondato, rovesciato, la prima volta, quando ho inviato sulla terra il mio figliolo. Vorrà dire che questa volta mi incarnerò in un bacillo. E potrò dirmi appagato se dopo un certo numero di anni, attraverso una serie di reazioni a catena che qualcuno potrebbe calcolare incalcolabili, così al termine di uno stesso evo che a qualcuno potrebbe persino apparire sigillo ciclico, eppure senz'altro scopo, senza alcuna pretesa di redenzione, sarò infine riuscito a suscitare in un corpo umano in illusorio movimento nello spazio un brontolio intestinale perfettamente udibile, in una notte qualunque eppure irripetibile, nel momento stesso in cui qualcun altro si ritroverà a incrociare per caso sopra lo stesso marciapiede... 
Allora potrò veramente dire che la mia opera è compiuta!" (pp. 39-40)


E poi c'è il linguaggio, così colloquiale ma sempre proiettato oltre al linguaggio stesso, come una nuova definizione di linguaggio. E ci sono i linguaggi nei linguaggi, specie nella prima parte (non a caso intitolata al silenzio). Qui il linguaggio viene di volta in volta sostituito da micro-linguaggi del silenzio, delle specie di limbo che non sono né linguaggio né silenzio.
E poi ci sono le turpi descrizioni del trattamento riservato agli animali (nella prima parte) e ad agli uomini (nella seconda). Che sia per necessità o per svago che viene inflitto dolore, queste descrizioni sono stoccate al cuore di rarissima e finissima precisione. Fanno male.
E poi c'è il tempo, sfigurato, velocissimo e lentissimo, con mesi che passano senza che ce ne si renda conto e altri che non finiscono mai, e gli sbalzi, e gli avanti-indietro, e le persone che invecchiano nel giro di attimi e quelle che rimangono identiche per anni. Ed il continuo evidenziare il passaggio delle stagioni, che è invero poco importante se rapportato ad una dimensione temporale che pare non curarsene affatto.
E poi c'è l'estrema girandola di personaggi, presentati di volta in volta e che sembrano non voler finire mai; a volte non sono altro che mere comparse, eppure tutti, nessuno escluso, perfettamente caratterizzati, con picchi geniali nel Gatto, nel cieco, in Sonnolenza, nel Gagà e nella Pesca.
E poi, e poi c'è il metatesto, il testo che ti spiega il testo o, meglio, ti spiega che il testo non può, non deve essere spiegato. Ed è nella terza parte questo ricorso alla metatestualità diviene palese: 

«Ma ci si può ancora gettare allo sbaraglio fino a tal punto?» riprese a dire un istante dopo. «"Non erano questi i patti!" si metteranno tutti quanti a gridare. Gettare all'improvviso questa cosa sul banco, mentre se ne stavano tutti quanti per rincasare, ed erano lì con le carte allentate, l'occhio addormentato... Non ci sono più neppure i passaggi. E poi come uscirne? "Che cos'è questa roba, d'un tratto?" si metteranno a sbraitare. 'Ci pareva assodato che le parole dovessero stare dentro se stesse, al proprio posto!'» 
[…] 
«"Le parole devono fare ciccia!" mi diranno indignati. "Devono fare linguaggio!"» (p. 582)


Nella prima parte, invece, in linea con l'idea del silenzio che la descrive, la metatestualità è nascosta e sembra parlare d'altro. Un uso più arguto che io preferisco:

A me pareva di non parlare, eppure capitava che gli altri si comportassero come se lo facessi. 
[…] 
"Fino a che punto la capacità di tacere si può perfezionare?" mi chiedevo. "Non più parlare e neppure essere parlati, ma scorrere semplicemente altrove, ma in un altrove che non si possa neanche più chiamare altrove, e lasciare dietro di sé un nulla che a qualcuno possa apparire come la coda della lucertola che fugge..." (pp. 190-191)


E poi c'è la feroce satira dell'editoria, quella che mette in piedi farse nazionali e internazionali e ci fa credere che siano veramente prodotti dell'innovazione culturale quando in realtà sono libercoli retrogradi di poco conto, e intanto rigettano le vere opere rivoluzionarie, come questa cosa che sto cercando di recensire, che dovette aspettare otto anni per essere pubblicata la prima volta, ed era il 1998, e che solo con questa ristampa, ampiamente riveduta, risalente al 2011, ha raggiunto la giusta notorietà:

Passano la vita a fare catenaccio, lo fanno ormai quasi senza neanche volerlo, senza più saperlo. Scagliano la loro immagine fuori di sé, la fanno andare attraverso lo spazio, ritornare, se la scagliano l'uno attraverso l'altro, non si capisce più chi sono gli scagliatori, gli scagliati, cercano di progettarsi persino la posterità, stabiliscono taciti accordi l'uno con l'altro, le letterature, le storie, le enciclopedie... hanno fiuto solo per quelli che bisogna tenere a tutti i costi a distanza, vivono nel terrore che dall'orda degli esclusi venga fuori un giorno o l'altro qualcuno... che riesca a balzare fuori da un asterisco, per qualche contrattempo epocale, che li riduca a loro volta e per sempre ad asterisco... (p. 583)

E poi ci sono le sottigliezze, quelle cose di cui ti rendi conto solo molto in là con la narrazione, come il fatto che il protagonista dorme quasi sempre, nelle prime due parti, entro confini istituzionalizzati (che siano il seminario o le sedi di partito). Egli non riesce a trovare una propria vita al di là di quella offertagli (impostagli?) dagli altri, a sminuire quella che appare come un'esistenza estremamente libera. Ma questo è solo uno degli esempi di un uso finissimo della macchina narrativa, ce ne sono tanti altri, e chissà quanti me ne sono sfuggiti.
E poi ci sono io, povero lettore che ancora non è riuscito ad interiorizzare questa cosa del tutto, e forse mai ci riuscirà.
E poi, e poi, e poi. E poi c'è tutto il resto, che non sono in grado di dire.
Profile Image for Héctor Genta.
401 reviews87 followers
July 31, 2017
È un piacere e un privilegio entrare nella creazione di Moresco in punta di piedi, lasciando che le cose si svelino un po’ alla volta, seguendole con lo sguardo meravigliato, quasi da bambino, del protagonista, che osserva il mondo e le sue dinamiche come fosse la prima volta. Il mondo, i mondi. Tanti mondi differenti: quello del seminarista sordomuto e delle sue api, quello misterioso del Gatto… quelli di tutti i personaggi che via via appaiono, scompaiono e a volte si ripresentano sulla scena e che sembrano venire da altre storie. Mondi che il protagonista attraversa come una pallina che rotola su un piano leggermente inclinato, assecondando le curve del percorso spinta da una forza inerziale che sembra prescindere dalla sua volontà. Scivola lentamente nel mondo e descrive quello che vede, senza cercare di interpretare, ma semplicemente raccontando. Un ritorno all’origine, un tentativo di ripulire la narrazione da tutte le costruzioni che nel tempo si sono stratificate appesantendola e portandola sempre più lontano dal suo scopo originale: Moresco rimette al centro l’osservazione e cerca di farlo nella maniera più onesta possibile, evitando giudizi o eccessive spiegazioni, sforzandosi di restituire al lettore persone, fatti e comportamenti nella loro essenza. Un’osservazione dal basso ma non un’osservazione di basso livello, tutt’altro. Perché Gli esordi non è una piatta esposizione di avvenimenti, ma un percorso ricco di sfumature (la mano intravista e le caviglie immaginate della suora nera, gli esercizi del Gatto, gli spostamenti della Pesca…) e soprattutto metafore, vere o apparenti (penso, ad esempio, al volo irregolare dei piccioni ubriachi e alla pallina su cui soffiano il protagonista e il Gatto nella prima parte, a quella strana corte dei miracoli che lo accompagna nella seconda e al biografo che invecchia a velocità impressionante nella terza), che rappresentano fessure nelle quali il nostro occhio e la nostra fantasia possono infilarsi per trasformare il mondo di Moresco nel nostro mondo, il suo libro nel nostro libro: porte che aprono infinite possibilità per immaginare altre storie. Il mondo de Gli esordi è lo specchio del nostro mondo, ma uno specchio deformante, che restituisce all’occhio una realtà alterata. Magari non in maniera evidente fin da subito, ma solo in qualche particolare (il viso diviso in due del padre priore, Ziò che spara all’albero…), come se Moresco ci invitasse a rallentare e a soffermarci su quello che di solito diamo per scontato. Per tutta la prima parte del romanzo il protagonista non dice parola e nella seconda si aggira per le pagine del libro come un sonnambulo incapace di mettere a fuoco quello che accade intorno a lui, eppure nessuno degli altri personaggi sembra farci caso. Un protagonista senza nome che vive in uno stato di perenne spaesamento: fatica a capire in quale città si trova, in che giorno, in che stagione. Va avanti senza punti di riferimento, galleggia nella realtà senza decidere nulla, eseguendo gli ordini che altri gli impartiscono, facendo quello che gli viene chiesto. Lui osserva, ascolta, aiuta, gli altri parlano e non sanno più guardare. Il mondo disegnato da Moresco è un mondo nel quale le dinamiche dell’Io sembrano aver definitivamente sbaragliato quelle del Noi e dove dominano l’indifferenza e l’anaffettività. Un mondo che probabilmente ci è abbastanza familiare.
Profile Image for Gerardo.
489 reviews33 followers
April 26, 2016
E' un testo che mi ha messo a dura prova. Ogni strumento critico che cercavo di utilizzare per capirlo si arenava contro un testo estremamente sfuggente a qualsiasi inquadramento. Questo romanzo non solo lo si legge, ma lo si impara anche a leggere.

Il protagonista delle vicende è anche il narratore. Bisogna considerare questo narratore come un occhio sul mondo. Tutto ci viene descritto come se l'occhio che guarda fosse un occhio meccanico: le immagini non ci appaiono subito nitide, ma vengono messe a fuoco con lentezza. Non si afferra subito il contesto, non si viene immersi nella scena in maniera immediata. Però, a considerare questo occhio come 'meccanico' si compie un errore: infatti, in questa precisione descrittive non vi è nulla di oggettivo: tutto avviene secondo il punto di vista del narratore, con tutti i suoi limiti: la miopia, la confusione, la sbadataggine, le sue derive immaginifiche. Il narratore non è rappresentato nella sua psiche: è un puro occhio sul mondo, che contempla quanto avviene.

Il romanzo sembra fare proprio questo: contemplare gli eventi. Il personaggio si ritrova all'interno di una serie di eventi che il più delle volte assumono tratti grotteschi.Il quotidiano viene rappresentavo sotto una nuova luce, che ridona verve alla noiosa banalità dei gesti semplici. Questi eventi, però, non formano una trama: sono immersi all'interno di uno spazio temporale privo di qualsiasi movimento cronologico. La confusione temporale è estrema: spesso i personaggi domandano che ore siano e nel giro di poche frasi ci si ritrova dall'estate all'inverno o viceversa. I numerosi dettagli climatici, anziché definire, confondono il contesto temporale, rendendolo estremamente vago. Tutto è immerso in uno spazio 'eterno', come se ogni evento avesse valore di per sé e non perché è inserito all'interno di una cronologia.

Questo viene chiarito nelle ultime pagine del libro: la vita è quella cosa che si trova oltre il senso (almeno questo è ciò che io ho capito). Se per secoli si è andati alla ricerca del senso della vita, Moresco sembra dirci che la vita è proprio ciò che resta al di là del senso. Di fatto, il termine 'oltrepassare' si ripete molto spesso all'interno del testo. E molti altri termini, appartenenti al campo semantico dell'oltrepassare si susseguono nella lettura: è come se i corpi di questa storia si espandessero, uscissero sempre dai loro confini, non facessero altro che occupare quanto più spazio possibile. Questo è, contemporaneamente, il punto di originalità e di difficoltà del testo.

Lo ripeto: il testo ha una trama debolissima e per 650 pagine è molto strano. M. ci pone di fronte alla contemplazione di diverse scene che acquistano valore perché accadono e non perché vengono messe in concatenazione con altri eventi. In questo, M. contravviene con tutta la tradizione romanzesca che cerca nella costruzione della trama la possibilità di produrre un senso. Qui si va oltre le avanguardie che hanno cercato di sfilacciare questo senso: qui, il senso, non c'è. C'è un'assoluta fede nella bellezza della vita al di là del senso. E' come se la vita fosse bella prima ancora di ottenere un senso.

Per questo è onnipresente il tema della luce: numerosi sono riferimenti alle condizioni della luminosità, alle stelle, al fuoco, ai lampioni, ai fari delle auto, agli occhiali, alle luminarie urbane. E il termine che più si ripresenta è 'abbacinare', il quale significa 'abbagliare', ma con una connotazione più dolorosa, più fisica. Questa luce, illuminando, duole: attraverso questo estremo sentire, ci si sente reali e presenti.

MA. E lo scrivo grande, perché il 'ma' è bello grosso. Tutto questo non lo salva da una pesantezza di fondo che accompagna la lettura nel corso dell'intero romanzo. Il romanzo sembra chiedere tanto al lettore, ma in realtà non chiede proprio niente: il lettore deve leggere e contemplare. Non c'è nulla da capire o da decifrare, ma tutto da vivere attraverso gli occhi della mente. Il lettore deve partecipare alla meraviglia di questa essenza che viene posta davanti ai suoi occhi. Non c'è un perché si debba andare avanti con la lettura, non c'è nessuna forma di suspense: si legge e si va avanti come ogni mattina ci si sveglia e si vive. Quindi il romanzo procede per accumulo di immagini. La divisione in tre parti dà un, seppur minimo, ritmo alla lettura.

La prima parte è la vita in seminario del protagonista: egli si rifiuta di parlare, quindi è il momento più contemplativo del libro. Qui le descrizioni predominano, rendendola la parte più pesante.

La seconda parte è la più ricca di eventi e personaggi: il protagonista è un attivista di sinistra durante gli anni Sessanta-Settanta. Queste cose, però, si accumulano, senza creare alcuna trama, anche se questa sembra stare sempre sul punto di delinearsi: quando si crede che una storia stia prendendo piede, si viene subito disillusi. Qui, però, è presente l'unico pezzo con una trama: è un racconto messo in bocca a un moribondo. Qui, M. sembra citare Benjamin: solo i morti possono acquisire un senso, quindi, solo un moribondo può costruire un racconto con una trama. Racconto che è parodia delle famose 'teorie del complotto' tanto care al postmoderno: ma qui quello che si svela non contribuisce a chiarire, anzi confonde, mette in ridicolo, non ci insegna proprio nulla. E' l'ennesimo evento bello in quanto tale.


La terza parte è la più riflessiva e la più ricca di dialoghi: qui il narratore è diventato uno scrittore e un editore si è interessato a lui. L'editore, però, da una parte lo avvicina e da una parte lo allontana: anche se è la parte più ricca di senso, quest'ultimo è schizofrenico: è contemporaneamente due cose contrarie, tutto acquista un ritmo frenetico ed eccitato.


IL FINALE

Il finale è ambientato in una festa con numerosi personaggi letterari e scrittori: M. sembra dirci le sue fonti, i suoi punti di riferimento. Ma sembra dirci anche che egli si sta muovendo all'interno di un mondo squisitamente letterario, in cui si racconta per il semplice amore di raccontare. Appaiono: il 'viaggiatore incantanto', eroe di un romanzo di Leskov che racconta la sua vita straordinaria; appare Bartleby lo scrivano, colui che resiste nella sua nullafacenza, appare Emily Dickson, la poetessa rinchiusa in casa che è riuscita dal suo piccolo mondo interiore restituirci versi di grande bellezza. Sono personaggi e autori che non hanno ricercato il senso di quello che facevano, ma lo facevano e basta: il primo racconta, il secondo si barrica nel suo posto di lavoro, la terza scrive.

Alla fine di ogni parte, M. conclude il testo con un 'sì': nel primo caso afferma di voler diventare un prete, nel secondo un terrorista. Però, si capisce che ogni sì verrà disilluso, ogni tentativo di costruzione di identità arena nella parte successiva: i due primi sì sono seguiti da una parte in cui il protagonista NON diventa ciò che dice di voler diventare. La terza parte, invece, si conclude con un sì che non viene pronunciato dal protagonista: infatti, il suo editore preannuncia quel sì, senza che questo venga di fatto pronunciato dal narratore. Ma la terza parte ci fa capire che si è immersi all'interno di un 'increato': qualcosa che è, eppure non è stata voluta, non è stata creata. Non ha una forma che risponde a una volontà, ma è e basta.

C'è un creatore? O non c'è? Non si sa, come non si sa chi sia il padre del bambino della donna incinta della terza parte, così come non si sa se il narratore/Moresco dirà di sì a voler diventare scrittore: cioè il creatore del suo romanzo.
Profile Image for Luis Sánchez.
Author 3 books23 followers
December 5, 2023
Este libro es claramente un 5 estrellas. Los tres comienzos de un narrador que es el trasunto del propio Moresco, primero como seminarista, luego como militante de izquierdas y, por último, como escritor aspirante a ser publicado.

La novela renuncia a cualquier tipo de convencionalismo; el cómo y el qué se difuminan en lo experimental de su planteamiento. El autor, como él mismo dice, intenta romper y traspasar el espejo de lo realista, y vaya que si lo consigue. En este aspecto es un transgresor. Si me preguntas de qué va, más allá de lo que ya he comentado, no sabría explicarte. Antonio se sirve mucho de lo visual, su escritura se vuelve más y más ágil a medida que avanza, una escritura repleta de simbolismos e imágenes oníricas. Los toques de realismo mágico y, en mayor medida, el absurdo que destila cada una de sus situaciones y personajes (sobre todo del segundo tercio en adelante), convierten a la novela en algo casi caricaturesco. También, y esto me ha gustado mucho, hay constantes referencias intertextuales: lo que antes aparecía aquí de esta forma y bajo estas circunstancias, ahora aparece acullá en un contexto diferente. El Gato, la Melocotón, el número dos, el Dandi, el jefe de los emplumados, el biógrafo, todos conforman una historia caótica en la que a veces es tan fácil perderse como encontrarse, pues el hilo argumental es lo de menos. Es cierto que recuerda al Cartarescu de Cegador y Solenoide, e incluso a García Márquez en el seminario y la villa de Ducale en la primera parte, pero a la vez no he podido dejar de pensar en Kafka, en la trilogía de Molloy de Beckett, o incluso en El otoño en Pekín de Boris Vian.

El único pero que puedo ponerle es su extensión, para mi gusto excesiva teniendo en cuenta lo radical de su propuesta, es un texto difícil; aunque quizá sea parte de la gracia, quizá me falte bagaje y punto. Por eso la novela, aunque ya he dicho que objetivamente se merece un 5, para mí es sobresaliente, pero no perfecta. Leeré como un loco mientras llega su segunda parte (todavía más larga...), a ver si consiguiera sacarle toda la chicha para entonces.
Profile Image for pierlapo quimby.
501 reviews28 followers
April 10, 2015
E se avessero tutti ragione? sostenitori e detrattori, simpatizzanti e scettici...
E se Antonio Moresco fosse davvero il più grande scrittore italiano vivente e il peggior imbrattacarte, l'autore universale, completamente ripiegato su se stesso?
Profile Image for Alessandra.
166 reviews26 followers
August 26, 2022
Geniale, metaforico, visionario.
Eppure così realistico.
Profile Image for Lorena Téllez Quezada.
242 reviews86 followers
August 29, 2024
Este libro es una locura, definitivamente nunca había leído algo así.

Comenzaré recomendándote que si lo quieres leer, te juntes con un par de amigos para hacerlo en conjunto pues la comprensión y sobre todo la discusión se convierte en un verdadero deleite.

Este libro vale todos los años que tardó en ser escrito y publicado, es autobiográfico y muestra tres grandes etapas, tres comienzos en la vida de Moresco: Comienza por la religiosa-espiritual, cuando el autor estaba estudiando para ordenarse como sacerdote, luego pasa a ser un revolucionario y por último a la etapa creativa, donde vemos su etapa como escritor y el viacrusis para publicar su obra.

Es una narrativa súper robusta, súper compleja, cargada de simbolismos, en algunas partes realismo mágico en otras onírica. Elementos como la luz, el flujo de conciencia, hasta situaciones descriptivas que se tornan desagradables hacen que vivas y respires esta obra. Se siente un ambiente sombrío, nostálgico, sumamente abstracto.

Si te gusta Borges, Cărtărescu, incluso Rulfo, si quieres leer algo totalmente distinto, que te rete, que incluso de repente no entiendas, pero que al final te deje maravilladx, entonces te invito a conocer a Moresco a través de este libro.
¡WOW!
Profile Image for Ramzi Ghadban.
45 reviews1 follower
June 24, 2024
Los comienzos de Antonio Moresco es, fácilmente, mi decepción literaria del año. La mística alrededor del libro es inescapable: que los años que se tardó en escribir, que los años que se tardó en publicar, los diagramas de Moresco para mapear su novela, sus métodos para llevar control de sus ideas... No has abierto el libro, y el Internet ya se ha encargado de que vayás con la idea de que esta es la obra cumbre producto de la mente de un genio torturado por su propia brillantez.

Y luego están las comparaciones: que Pynchon, que Proust, y, de importancia para esta reseña, Cărtărescu. Tanto este libro de Moresco como la obra de Cărtărescu han sido editados por Impedimenta, y la casa editorial se ha dedicado a compararlos como argumento para su venta. Muchos serán de la idea de que es injusto criticar una obra en la medida en la que esta no logre marcar todas las casillas para ganarse su comparación con otra obra querida, pero ya que estos han sido precisamente los términos en los que esta novela se ha elogiado —anzuelo que admito piqué con toda voluntad—, yo digo que comparemos, pues.

Al dar una sinopsis rápida del libro, Los comienzos suena como una novela que a mí me encantaría. Dividida en tres partes, vemos al personaje principal como seminarista, revolucionario y, finalmente, como escritor. ¿Qué podría salir mal? Pues que el grueso del libro se va en puras descripciones. Descripciones con un léxico sumamente adornado, sí, pero que no son particularmente poéticas o reveladoras de alguna belleza que se oculte en lo mundano y que solo por la gracia del escritor se haga evidente para el lector. Yo las he sentido muy frías y endemoniadamente repetitivas.

La descripción de algún día en la vida del personaje principal, que usualmente se contiene dentro de un capítulo, muchas veces no es más que la descripción sistemática de su entorno. Cada tantas páginas pasará algo que sugiere que la trama tornará hacia lo metafísico, solo para regresar a un estricto régimen de descripciones de pliegues de ropa y luces a la distancia o sobre superficies.

Es por aspectos como este que las comparaciones con Cărtărescu tienen poco sentido para mí. Cărtărescu se asegura en sus libros más extensos (recuérdese que Los comienzos consta de casi 700 páginas) de que cada párrafo esté cargado de valor estético, tanto en sus descripciones como en los eventos que describe.

La segunda parte, la del revolucionario, tiene la ventaja de ser genuinamente cómica, pero está plagada de capítulos en donde, por ejemplo, el protagonista se dispone a salir a la calle en busca de determinada persona: sale, la busca, no la encuentra, y se acabó el capítulo. El libro sí tiene sus momentos de inspiración creativa, sobre todo acercándose al final, pero estos son tan escasos en una novela tan larga que el interés no consigue sostenerse.

Mi intención era darle a esta novela una calificación de ★★, pues, la mayor parte del tiempo, su lectura se sintió meramente como una tarea, pero, habiéndola terminado, admito que he quedado con ganas de comentarla con otras personas, que es más de lo que se puede decir de otros libros.
Profile Image for Lucas Sierra.
Author 3 books602 followers
April 2, 2025
Romper un universo para crearlo (Comentario, 2025)

Una de las ventajas de dejar dormir las impresiones es que en la oscuridad del sueño consiguen madurar quimeras que iluminan. Leí Los comienzos en un trance no exactamente placentero: empecé entusiasmado, continué extrañado, terminé aplastado. La filigrana alegórica que sostiene el entramado de esta novela es una sobrecarga al espíritu simbólico que nos habita, y mi prosaica materialidad le berreaba a la portada, cada noche cuando me vencía el sueño en la lectura, "¡¿Pero cuántas malditas páginas más antes de que pase algo con sentido?!". La hipérbole cómica anterior revela un detalle no menor: la mala literatura incluso mal escrita se lee rapidísimo; la buena literatura incluso bien escrita nos toma tiempo.

En Los comienzos asistimos a tres escenas de la vida del personaje narrador: sus años de formación en un seminario, sus años de peregrinaje como parte de un grupo político clandestino, sus años de prédica como un autor aún no publicado. Entre las tres cosas tenemos un catálogo de personajes absurdos, una crisis clara del mundo fracturado por la alucinación, un aire cargado de sin sentido y patetismo. La fórmula funciona para mostrar la burlesca pesadilla de una crisis espiritual, y si como lectores nos lo permitimos podremos sentir también el crujido con el que nuestros ideales intentan mantenerse en su sitio mientras el lenguaje los bombardea.

Para entrar en Moresco recomendaría no leer la contraportada, donde la comparación con Cartarescu genera extrañas expectativas. Pese a que ambos hacen alegoría de la historia social y política de sus tiempos, en términos de tono y técnica siento a Moresco más cercano a Italo Calvino, aunque ambos pueden coincidir en los ecos de Kafka que son, claro está, ecos de Borges (no confundo las fechas).

Mencionaba lo del reposo en la lectura porque terminé la obra decepcionado. Sin embargo, cada vez que vuelvo a pensar en ella consigo entrar en su mundo particular. Son pocas, raras, y poderosas las obras capaces de crear un universo aparte: su propio aire, su propio fuego, su propio lenguaje, su propia gramática. En Los comienzos eso ocurre, y lo celebro, claro, porque cuando el empeño humano es capaz de romper el universo existente para armar otro, propio, compartible por el don de la palabra, vale la pena dar las gracias y hacer una fiesta, pequeña, por lo menos.

Sea: mientras el aeroplano piloteado por el cadáver de un ratón siga volando, que esta obra alcance su horizonte y nos lleve con ella. Sea.
Profile Image for Tyrone_Slothrop (ex-MB).
843 reviews113 followers
September 24, 2024
Imperversare e sconfinare

E' francamente deprimente e sconfortante che Antonio Moresco non sia riconosciuto tra i 2-3 massimi (se non il massimo) scrittori italiani viventi - Moresco dovrebbe essere un monumento nazionale riconosciuto come Cartarescu, Pynchon o Tokarczuk. Invece la piattezza e l'ignoranza del discorso pubblico "letterario" nazionale promuove imbrattacarte tutti uguali capaci solo di "raccontare storie" piene di luoghi comuni, frasi fatte, pensieri fotocopiati e parole stantie.
Io, invece, sono ben convinto che la letteratura è questa e ben felice di non sprecare più neppure un minuto per l'iper-produzione libresca midcult di massa - per fortuna ce ne sono ancora tanti, in giro (sapendoli cercare) di libri come questo.

Un libro indescrivibile ed indefinibile che frantuma e devasta ogni "regola" commercial-libresca: un protagonista muto senza emozioni o pensieri, ma solo una gelida ed asettica descrizione di un mondo strano con personaggi incomprensibili in un realismo surreale che mostra solamente, disinteressandosi totalmente alle "spiegazioni" (Alleluia! Basta con questa ansia di "capire"!)
Come ben argomenta Voltolini nel breve saggio in appendice: una caratteristica di tutto il libro, quella cioè di aumentare il peso della descrizione e di sottrarre quello della spiegazione... []...un libro dal peso specifico assai grande, ma leggero come il polistirolo. È un libro formidabilmente complesso, ma espanso come una schiuma .
una concrezione visionaria, dettagliata ma allo stesso tempo decontestualizzata, iperfocalizzata e quindi scontornata dallo sfondo storico

Questo è il miracolo unico di Moresco, aver raggiunto uno stato espressivo originalissimo già nella prima parte, dove il protagonista è bloccato in un mutismo totale e sembra solo capace di osservare e percepire. Mentre nella seconda parte, pur parlante (o così viene detto), sembra però non avere percezione del proprio corpo: un comiziante che non sa che dice ma solo sente le sue parole. E' una scissione delle capacità umane che assume una valenza quasi filosofica e immediatamente scaraventa il lettore in uno spazio inaudito, sconfinato, straniante:

Non capivo bene se stavo parlando oppure no. A me pareva di non parlare, eppure capitava che gli altri si comportassero come se lo facessi

Non più parlare e neppure essere parlati, ma scorrere semplicemente altrove, ma in un altrove che non si possa neanche più chiamare altrove, e lasciare dietro di sé un nulla che a qualcuno possa apparire

Da qui prende le mosse una evoluzione sempre più vertiginosa ed incontrollabile di una narrazione che non narra nulla, di descrizioni che descrivono l'impensabile, di percezioni che rappresentano l'ineffabile - la seconda parte sembra una corsa in uno spazio-tempo deformato ed illogico, surreale e enigmatico con personaggi-epitome come il cieco, Sonnolenza, l'uomo senza volto. E la cosa migliore è che il lettore (se ha un minimo di intelligenza letteraria) capisce che non ci sono domande da farsi, ma solo percezioni da provare.
Forse, per rendere la dimensione artistica e creativa di Moresco l'immaginario pittorico di altri geni artistici può servire: davanti a frasi del tipo La luce pulsava leggermente, usciva di tanto in tanto da se stessa , le strade si scremano , l’aria era tutta graffiata forse il Dalì de "La persistenza della memoria" o il Magritte di "L'impero della luce" servono più che altre parole.
E quando si parla dei corpi e della materia, il lessico di Moresco diventa forte e devastante, portando l'immaginazione creativa in spazi simili, forse, a quelli di Francis Bacon:
gli ossicini dei capelli si spezzano
un piede da poco saltato, maciullato. Me lo ritrovavo vicino molto tempo dopo, in un luogo diverso, in una città diversa. “È ancora quello stesso piede tutto pieno di ossicini sbocciati, ricamati

Vi sono infatti parole ricorrenti nel vocabolario di Moresco (sbudellati, maciullati, imperversare) ed un largo uso di diminutivi inattesi e fuori contesto - questa attentissima scelta lessicale unita ad un periodare breve, semplice e secco, creano una litania straniante e a tratti onirica. Una dimensione di sogno particolarissima e davvero unica che assume tratti sconvolgenti, ma al tempo stesso materiali e "concreti" - ecco, un altro miracolo di Moresco è stato quello di essere riuscito a rappresentare con le parole quella sensazione indescrivibile che a volte si prova in sogno: il percepire una insensatezza delle situazioni che, però, accettiamo e viviamo come normali dentro lo spazio onirico.
Sono come un uomo svegliato di soprassalto mentre è sprofondato nel sonno e ancora sogna...

La terza parte aggiunge poi il tocco finale, l'apice del capolavoro letterario, in cui questa dimensione creativa originalissima sconfina nel mondo "reale" di Milano, nella vita dello scrittore, nell'incontro epico e ctonico con il Gatto - l'elemento metaletterario diviene quindi la chiave fondamentale di lettura di questo testo: la scelta finale di un protagonista afasico e sconfinato per la letteratura (Il Terzo sì). Lo scrittore assume un'identità più precisa e "concreta" ma resta la stessa dimensione di tempi e spazi deformi, di insensatezza e di ripetizioni, di assenze e mancanze. Ma la letteratura diviene l'istanza fondamentale, la spinta vitale dello scrittore, pur nel magma paludoso.
non hanno neanche più in mente i parametri fissati per la valutazione dei manoscritti, non capiscono neanche più dove sono, cominciano piano piano a sognare, a sconfinare..
“Allora Dio si è incarnato davvero in un bacillo intestinale!” mi ricordai all’improvviso. “Come aveva promesso in quell’altra notte di Natale, lontana, in seminario, in mezzo a quel fragore di firmamenti e di piani di spazio smottati, macinati... Ecco, adesso il cerchio si è chiuso, il ciclo è compiuto!”

in tutto questo nuovo ed a tratti insostenibile spazio letterario-creativo che Moresco ha creato c'è comunque un senso di futuro, di speranza e di spinta a creare ancora, a scrivere di più, a leggere oltre.

tutto questo possa trovare ancora organi di senso adeguati, per mutazioni successive degli stessi codici mentali e addirittura genetici, per uno spazio di tempo impensabile, insuperabile, forse, prima di ritornare a esprimersi infine in forme tali da non poter essere da noi neppure lontanamente sognate, immaginate..

gettiamoci a capofitto nell’increato... Fa’ un ultimo passo in avanti, va’ più avanti, come hai sempre fatto, da solo. Facci vedere come si riaprono i mondi. Facci strada..

e quindi, la conclusione unica possibile per un anonimo, indefinito, evanescente lettore come il sottoscritto è quella di ringraziare Moresco per la fiducia che mostra nelle possibilità della creazione artistica e letteraria - ci ha fatto strada e io continuerò a seguirlo.
Profile Image for Marta.
53 reviews2 followers
July 21, 2024
lo que no puede ser es que un libro de más de 650 páginas empiece a ser aburrido en la página 150
Profile Image for Nicola Vavassori.
127 reviews3 followers
June 21, 2025
Antonio Moresco ha capito qualcosa che noi non abbiamo capito. È il Kafka del nuovo millennio.
79 reviews40 followers
October 26, 2023
Una de las apuestas de la temporada es Los comienzos de Antonio Moresco. Resulta imposible resistirse cuando en El confidencial nos habla de un libro escrito a mano en el excusado. Como podemos suponer, y como el proceso de escritura se prolongó durante 15 años deduzco, oh Sherlock, que el Confi se ha quedado con lo anecdótico del tema para forzar un titular engañoso. Algo tan dilatado debe haberse escrito en otros escenarios, sopena de sufrir un episodio desagradable de hemorroides aparte de otras lesiones.

En el prólogo el mismo autor omite la escatológica referencia, en cambio, nos cuenta, fue escribiendo como toda la vida, a mano, en notas, cuadernos, papeles sueltos y luego mecanografiando el tema para enviar a las editoriales, durante, eso si, sus 15 años. Que usase esa tecnología en 1984 cuando comienza a escribirlo con 36 años no tiene nada de mágico, era lo que había, digo por no fliparse, igual ya mucha gente mecanografiaba directamente, pero el proceso tenía un alto componente de artesanal como cualquiera que le haya dado a la olivetti sepa. El uso de editores de texto y ordenadores no llegaría de manera masiva (y fiable)hasta unos años después. Por otro lado, que escribas en el retrete, en una bicicleta estática o haciendo el pino puente no añade o quita nada a lo que hagas, ni es un factor diferencial respecto a escribir tranquilamente en una silla escuchando los grandes éxitos de Britney Spears. Al final lo único que importa es lo que quede en el papel.

Otra cosa interesante sería analizar porque ahora, que el proceso de escritura se ha simplificado notablemente sobre todo en lo que es la edición del autor, ir para detrás, para delante, cambiar cosas, mover párrafos, etcetcetc la producción general es notablemente peor, más pobre que antes. Posiblemente la tecnología no tenga mucho que ver, pero no deja de ser algo curioso que grandes obras que siguen en pie se escribiesen a mano en condiciones a veces de mierda, de manera lenta y farragosa y sin posibilidad de moverse a lo largo un texto largo de manera inmediata, no digamos ya cambiar un término o una frase.

Realizo mis búsqueda porque estamos hablando de una trilogía cuyo primer volumen va por sus 600 páginas y claro, uno tiene que tener sus referencias para ver si merece la pena el esfuerzo. Por desgracia me encuentro una y otra vez las mismas frases en todos los medios, big bang narrativo, autor de culto, clásico moderno (que odiosa y gastada está esa expresión), Joyce Proust y Cărtărescu, eso una y otra vez. Doscientas paginas culturales, tiendas de libros y todas se copian unas a otras cuatro miserables líneas además tópicas y deshuesadas de puro abuso para hablar de un libro. O dicho de otra manera, ni dios, al menos de quienes escriben esas reseñas o entradas, parece haberse leído una mierda, desde luego, no para ir más allá del cortapega. En fin.

Otra constante es la del rechazo. Lo que nos gusta la historia de libros y autores rechazados que al final por una u otra razon acaban encontrando el reconocimiento. De nuevo tampoco es que eso añada mucho a la narración en si, aunque si a su mística. La conjura de los necios hubiese tenido otro recorrido por ejemplo si su autor no hubiese comprado un ticket de ida antes de que su madre se empecinara en publicar el libro. Al fin y al cabo solo nos dice que las editoriales en cualquier momento buscan cosas que creen que se pueden vender, sin más. Cien años de soledad también fue rechazado, son o eran modas y tendencias del mercado, y gente que miraba más las listas de ventas que los manuscritos claro, porque su trabajo era tratar de ganar dinero.

Los comienzos es, como decimos, la primera novela de una trilogía que en general a mi me suelen parecer las mejores o interesantes. En ella nos descubrimos en la piel de un joven seminarista del que no se nos da mucha cuenta, sus rutinas diarias, sus pequeños gestos cotidianos su relación con sus compañeros y sus escaramuzas, los curas. El protagonista es, no se menciona, alter ego del propio autor que también fue seminarista y suponemos vivió cosas parecidas. De hecho en entrevistas si reconocerá que entre la nebulosa de la narración se colará media familia y suponemos peripecias.

Aqui se puede decir que no es una novela donde sucedan grandes cosas, ni graciosas, ni dramáticas, ni que causen un intenso impacto. Tampoco es que tengamos muy claro donde va la trama. Al contrario, lo que Morasco propone es el placer del viaje, aunque no me gusta mucho la expresión sensorial, creo que aqui la aplicaría. Los personajes y las situaciones se van sucediendo, entrando y saliendo sin que ya digo, se adivine el camino, ni parezca importar demasiado.

Dicho eso y en general debo decir que a mi me entretiene, la voy leyendo y si, me lo voy pasando bien, si no tuviese nada que hacer, sería una novela para irte a un parque soleado y echar la tarde, la prosa tiene una cierta cadencia hipnótica que hace que la acción sea secundaria. Yo al menos la sigo y eso es bastante, porque en general soy reacio a que me suelten el chorrazo asi sin conmiseración como desahogo, espero, del autor. Cierto es que no hay mucha introspección, la propuesta es justo esa, las peripecias del seminarista, su circuncisión, la melocotones, personajes entrando y saliendo, todo en un ambiente indefinido, a veces fantasmal pero sin asideros como para, al menos al inicio encajarla en un contexto concreto.

Dicho eso la única conclusión es que te gustará si tienes el día de abandonarse al placer de una narración con regusto atemporal. A mi me ha gustado, aunque tampoco negaré que flotaba la sensación que de no poder seguir por premuras de tiempo tampoco la echaría de menos. Si lo que buscas es planteamiento, nudo y desenlace, o buenos y malos, o misterios o traumas, pues bueno, no es tu rollo o no es su momento. Para todo lo demás diría que responde a las manidas y repetidas reseñas si no nos flipamos mucho con Proust o Joyce, es más, no debieramos dejarnos asustar por las mismas porque es una lectura amena y sencilla (desde luego no es el Ulises) y sin duda te puede dar un buen rato de lectura.
Profile Image for Lorenzo Patriarca.
16 reviews1 follower
November 22, 2022
'Penso che dovremmo domandarci, ad esempio, com'è stato possibile che un'opera di inossidabile perfezione, uno degli autentici romanzi italiani del Novecento com'è definitivamente Gli Esordi, non abbia trovato non solo quei riconoscimenti ufficiali che ha meritato come forse nessun'altra opera del suo tempo, ma anche soltanto un numero di lettori sufficiente per restare stabilmente in catalogo'. - Simone Barillari, Nazione Indiana.
Profile Image for Aleksej Nilič Kirillov.
88 reviews21 followers
February 23, 2016
Un libro immenso, in uno stile da me mai visto prima, così immaginifico che si va oltre il semplice leggere le parole. Moresco le parole le fa vedere. L'unica altra definizione che mi viene in mente per descrivere 'Gli Esordi' si rifà ad un concetto del testo stesso: leggere questo libro è un gioco dell'eternità.
Profile Image for alessia.
8 reviews6 followers
April 17, 2022
non si capisce di cosa parli, un libro terribile. se sei la mia professoressa di letteratura italiana contemporanea per cui ho dovuto leggere questo libro no non lo sei.
Profile Image for Donato.
182 reviews18 followers
May 19, 2022
Let's talk about so-called "elegant variation", that cancer that afflicts so much writing. Variety is the spice of life, they say, but is it the spice of good prose? I say no. It leads to thesaurus words that hinder the meaning and flow, the music and magic, of a literary text. I've read that translators will use "elegant variation" even when the source text does not have it; an even graver sin, I'd say. OK, you may say, I'll give you your "poetic license", but what about journalism, non-fiction, business writing, or whatever "utilitatarian" writing you might think of? My position would be the same: use it if it makes sense (it usually doesn't), otherwise just write clearly.

In this book, we thankfully do not have "elegant variation". Instead we have what I'll call "insistent invariation": the same words repeated over and over and over again, to describe a face, a place, a sound, a smell, a movement, a feeling, the very world we are in ("testa arrovesciata", "controluce", "infinito stupore", "sfalsato", "poltiglia", "occhi sbarrati", "schegge scheggiate" [1]). And it's a beautiful thing, really it is. It makes you want to read it out loud, and it makes you feel like you're there [2].

Where? Inside the narrator's head, of course. Outside of time, inside experience. Is it possible to write about time and one's experience of it? Is it possible to describe one's inner experience (however repetetive it may be)? Yes, if you manipulate language and the way it is used to tell a story. Here, there is something about the acuity of the reality described, clear the way shrooms make it clear, however strange it may seem to a so-called "objective observer". There is something about the way the imperfect verb tense is used to manipulate not just time, but the experience of it. The prose itself, like our very own reality, is open to possibilities.

While reading this peculiar book, I couldn't help but note stylistic similarities with other books: Kafka, Beckett (the trilogy), Gombrowicz, Rodari [3], Flann O'Brien, László Krasznahorkai, Cesar Aira, Bolaño; and with cinema: Fellini, Godard, Kim Ki-Duk, Sorrentino; it even, at times, felt like a cubist graphic novel but without the graphics. When I had finished it, I felt tired: it's long; it's tiring being inside someone else's head. I wasn't sure what to think, except about the first part of the book, which is so good, and a completed thing in-and-of-itself, it could simply be read on its own. So I picked up the John Ashbery I had at my bedside. The bookmark was at "As You Came from the Holy Land", and I leave it here, for your contemplation.


[1] I could go on, and on, and on. The last example ("schegge scheggiate") appears only once in the book, but is still a great example of repetition. Google will translate this as "chipped splinters" (poor Google, somebody taught it elegant variation!). I prefer "sharded shards".

[2] Perhaps like a Hou Hsiao-Hsien film that repeats the same framings?

[3] Yes, almost like a fabulous and fantastic children's story...
Profile Image for dylan.
3 reviews10 followers
October 29, 2025
“...as if it were nothing”

I had the great honour and pleasure of proofreading Max Lawton’s forthcoming English translation of this wondrously bizarre book, and am so excited for everyone to experience it. Enough has already been said about its unusual grammar (the frequent use of the imperfect tense in particular), so I want to give more of a subjective, metaphorical sense of what reading the book feels like. I don’t think the book can be discussed in any kind of straightforward way, but it creates and sustains an atmosphere I’ve never experienced before… and to me this is what all cool, compelling literature does.

First, it is nearly impossible to visualize almost anything that happens in this book. This isn’t a shortcoming. I’d love to look through Moresco’s mind’s eye to see how he pictured things—the way objects smear, foam, pullulate, crepitate, pulsate… everything seems to have a life of its own, functioning like pieces in a surreal Rube Goldberg machine. The book repeatedly called to mind a VHS tape of short CGI “films” from 1992 that I saw several times when I worked at Radio Shack in the 90s, called Beyond the Mind’s Eye. I think a similar unsettling essence might be captured in these:

https://www.youtube.com/watch?v=8_KDA...

Terry Gilliam’s Brazil might be another apt reference, in terms of overall mood.

Especially in Part 1 of the book’s three parts, it feels as if you’re sitting beside a man who's asleep and somehow recounting his weirdass dream to you in real time, in painstaking detail. With a narrative that is so internal, it frequently felt like Moresco was attempting to turn a sphere inside out and show you the results. Another way I could articulate this: if you imagine a novel as a beautiful mosaic, Moresco wants to ignore the tiles and only talk about the grout between them.

Max himself described this book to me as “a book that’s about the impossibility of its own existence”—killer line, and I couldn’t say it better myself.

Here are a few words of praise I heaped on him about the translation:

it's incredibly rendered. i can't imagine trying to translate a text like this. and like a lot of books i admire and enjoy, it has a style that's unique unto itself, and asks you to sit with it to learn its rhythms. as you and francesco say [in the beyond the zero podcast], the book isn't baroque to any degree of impenetrability. it just asks you to give in and go along for the ride (in a strange way that feeling is similar to my experience of reading invidicum). anyway, i think you've captured the book's loops and swoops so well, the way time speeds up and slows down... i get the impression that the original gives the reader the sensation of being stuck in a fast-moving vehicle, and someone's trying to pump the brakes and you're just watching everything zoom past. and i can tell you're all about capturing sensation.

I’d highly recommend everyone check out that pod before the book comes out—it’ll elucidate some important things about its style and grammar, and many of the choices Max made. In the conversation, they describe the three parts of The Beginnings as Boards of Canada, Aphex Twin (specifically “Come to Daddy”), and Autechre. I mean, come on! Slam it in me gob!!
14 reviews
September 22, 2023
Una obra excelente. "Un auténtico clásico moderno".

Conocí este autor ojeando el catálogo que sacó impedimenta para el 2023. Y desilusionado, tras ver que no había una nueva traducción de Cartarescu, me fijé en este libro. Googleando "Antonio Moresco", descubrí su parecido físico con Miguel de Unamuno, y tras investigar más sobre esta obra decidí comprarla en cuanto saliera a la venta. ¡Enrique Redel ha descubierto a la mismísima reencarnación de Unamuno, menudo jugón el calvo, tiene mis dineros! - pensé.

Los comienzos es la entrada ideal a lo que espero que sea una gran trilogía. Con influencias claras en la novela decimonónica, Moresco trasciende este género literario con elementos propios de una grotesca y sentida literatura de "Fairy Tale". En una vida que parecen tres, personajes sin rostro aparecen y desaparecen en un entramado de comunidades, pueblos, y carreteras congelados en ningún espacio y en ningún tiempo. Un ciego que parece verlo todo. Un seminarista apodado "el gato". Un misterioso hombre con gafas de sol. Y un activista con un icónico tatuaje en el pecho. Forman parte de esta amalgama de funambulescos personajes que dan un carácter único a la obra.

Este fragmento, sin pretenderlo, es el que mejor explica la novela:

"La palabra se expande cada vez más, levanta papeluchos, reúne ondas sonoras llegadas de todas partes, abarca pequeñas y grandes transferencias de energía, desplazándose de un punto a otro del espacio, y de ese modo empiezan a formarse frentes meteorógicos vocales. Ya ni siquiera se sabe si arrastra o es arrastrada. Sus límites se extienden de manera irresistible, estableciendo en un instante las conexiones necesarias, mientras su fuerza centrífuga aumenta más y más, desbordándose sobre otros planos que a su vez se desbordan. Su superficie empieza a quemar, atrae vastísimas colonias sonoras, se repliega sobre sí misma como una avalancha que sigue avanzando, cada vez más irradiada e irradiante. Erradica, arranca todo lo que encuentra a su paso, y al final no puede sino adoptar, poco a poco el inconfundible aspecto de una inmensa y destructora esfera de fuego..."

Y así se suceden las páginas. Una vorágine de sucesos que se desocultan de todo lo increado para formar una novela excelente.
Profile Image for isuhefu.
78 reviews2 followers
October 12, 2023
Una experiencia única hasta el momento. Creo que es el libro que más ha jugado con mi mente. No me esperaba algo así, la verdad. Creía que iba a acabar diciendo que no llegaba al nivel del marketing que han hecho, pero no puedo decirlo. Lo de este libro no lo puedo comparar ni con su campaña de publicidad ni con nada. Intuyo influencias, por supuesto, pero también su originalidad.

Poco a poco te va llevando donde realmente está y te vuela la capacidad de razonar. Flipante.

No he querido leer nada antes, ni sinopsis, ni cubierta trasera, ni prólogo, ni introducción, ni reseñas, nada. Tampoco he visto entrevistas. Lo dejo para ahora que ya lo he acabado. ¿Lo recomiendo? Creo que sólo a quienes se atrevan a salirse de lo conocido y adentrarse en lo increado, usando uno de los términos clave de Los comienzos.
Profile Image for Reader Ignacio.
123 reviews
January 7, 2024
He leído “Los comienzos” de Antonio Moresco, editorial Impedimenta. 662 pags.
Una sorpresa positiva de autor italiano para mí desconocido que a través de una manera envolvente, detallista al maximo, elabora un relato en el que aúna religión, revolución y arte.
No es un libro que te mantenga en una zona de confort. Si te gusta el surrealismo y los autores que dominan el idioma te va a sorprender.
Para el autor ha debido de suponer 35 años de escritura.
En el primer capítulo sobre el silencio el personaje sin nombre es un seminarista mudo hasta que al final se plantea si ha sentido o no la llamada.
En el segundo capítulo el personaje es un revolucionario que organiza mítines por lo pueblos. La acción de una road movie y lo fantasioso juegan a la par.
En el tercer capítulo el personaje sin nombre es un artista.
Profile Image for Emiliano Bussolo.
Author 6 books7 followers
February 13, 2025
Moresco, come un senzatetto che giri con un logoro carrello pieno di ammennicoli inspiegabili, ha sempre con sé l'armamentario col quale dà forma alle sue parabole. I tic stilistici, i chiodi narrativi ai quali si torna in modo ossessivo, i costrutti sempre identici e sfiancanti. Gli aggettivi feticcio, i personaggi sempre in bilico tra realismo e grottesco, le ambientazioni oniriche. Tutti questi elementi, e altri ancora, dei quali Moresco si serve in tutti i suoi lavori risultano evidenti già in questa opera, ma il complesso risulta ancora imbozzolato e privo di quel mordente ipnotico che verrà raggiuto nei Canti del Caos, o che, viceversa, tenderanno a diventare maniera nelle sue opere meno riuscite (tipo Canto di D'Arco...), dispiegando una certa macchinosità sia stilistica che narrativa che alla fine ne preclude almeno in parte la capacità di coinvolgimento.
Profile Image for Paolo Latini.
239 reviews69 followers
September 25, 2018
Una mini-trilogia che poi diventerà la prima parte di una trilogia piuttosto pretenziosa. Qui in modo altamente simbolico si passano in rassegna gli anni '60, trasfigurati nelle vicende di un giovane studente in seminario che non riesce a parlare, gli anni '70, dove lo stesso giovane diventa politico militante di estrema sinistra e gira l'Italia in una macchina di plastica, e gli anni '80, quando da politico il protagonista decide di diventare lo scrittore irredento che poi innescherà gli altri due capitoli della trilogia de L'Increato. Alcune metafore bellissime, alcune idee visionarie, altre francamente un po' infantili per una struttura che non sempre tiene e spesso mostra segni di carenza logica. My two cents: Moresco non tornerà più a questi livelli.
Profile Image for Alfredo Suárez Palacios.
121 reviews22 followers
October 26, 2023
Tenía muchas ganas de este libro desde que leí comentarios y recomendaciones y se me ha quedado en nada. Está bien escrito, sí, pero eso no es suficiente. Es como si no pasara nada pero en el mal sentido de no pasar nada, es aburrido y parece siempre que hay algo detrás que no hay. Me ha decepcionado bastante porque esperaba algo revelador y solo he leído muchas descripciones así como poéticas de todo lo que le pasa al protagonista pero sin llegar a mucho más. Da la sensación de que estás leyendo un libro que es lo que consideran bueno personas como Víctor Lenore o Rafael Narbona, es lo que me imagino que le gustaría a la gente a la que le gusta Azorín.
Profile Image for Carlos Gamez Perez.
236 reviews
August 21, 2025
La novela que más me ha sorprendido últimamente. Un relato autobiográfico ficticio del autor contado como si el protagonista fuese un personaje de Kafka. No me refiero a Kafka escribiendo a su padre. No me refiero a Kafka escribiendo su diario, ni nada que tenga que ver con su producción testimonial. Me refiero a contar tu vida como si fueras el protagonista de 'El proceso' con un toque naif. Un texto de sublime originalidad que al parecer no ha tenido mucho éxito en España, por lo que no se vislumbran traducciones futuras de un autor que me ha despertado mucho interés.
Displaying 1 - 30 of 42 reviews

Can't find what you're looking for?

Get help and learn more about the design.