La corte de los ilusos no es un relato histórico, sino una tragicomedia que se enriquece con la recuperación de refranes, dichos populares y evocaciones de la época.
En su primera novela, Rosa Beltrán reinventa la vida y la muerte del único emperador mexicano, Don Agustín de su fastuosa corte, sus curiosos parientes, amantes, fieles enemigos.
20 aniversario. Edición conmemorativa.
"Nadie levantó el brazo para calmar a la multitud que lo aclamaba y nadie presentó, desde el balcón, a la familia imperial. Iturbide, que a partir de su renuncia había tenido la sospecha de no saber quién era, supo, por fin, que era nadie."
En La corte de los ilusos todo esto está visto a través de diferentes personajes en una suerte de la costurera parisina, Madame Henriette, la princesa Nicolasa, hermana del emperador, ninfómana y cleptómana, la Güera Rodríguez y el obispo Antonio Joaquín Pérez que escucha las confesiones de Ana María, la mujer del Dragón.
Otros autores han
"Lejos de ser una simple aproximación histórica, La corte de los ilusos es una obra literaria cuyo valor se enriquece por medio de su deleitosa recuperación de refranes, dichos populares y evocaciones de la época. Al crear una tragicomedia de la historia mexicana Rosa Beltrán va más allá de la novela histórica. Rescata con buena prosa y el tono exacto toda una época y la transforma en literatura gracias a una imaginación y un justo equilibrio entre los datos recogidos en archivos y bibliotecas y su joven y fecunda capacidad creadora." - Elena Poniatowska
"Un retrato esperpéntico de lo que era aquella corte de opereta, un doble México con muchos reflejos de la realidad actual, escrito con un tono de ironía, de ternura y con bastante humor." - Arturo Pérez Reverte
En verdad, hubiera querido amar este libro pero no fue el caso. Confieso que compré esta novela hace cuatro años pero tenía conocimiento de la misma desde mi época universitaria y desde entonces, la premisa me fascinó: el relato de la corte fallida de Agustín de Iturbide, primer emperador de México, proclamado a los pocos meses de consumada la Independencia de España. Haber sobrevivido en mi memoria y en mi lista de libros por leer por casi diez años es una buena señal del gran interés que me generó la trama.
Y es que en México, la historia tiende a enseñarse de manera tediosa; una serie de fechas y acontecimientos que uno memoriza para un examen y que después olvida sin reflexionar en los personajes, en los hombres y mujeres detrás de la formación del país. Creo que más allá de cualquier fervor patriótico o nacionalista, la historia es una fuente interesante de anécdotas que dan un rico material para cualquier novela, llegando incluso a superar la ficción.
Así que una novela histórica sobre el intento de un imperio encabezado por mexicanos, tras la independencia, me parecía bastante prometedor. ¿Quién fue el personaje que soñó con un Imperio, el hombre que luchó con los independentistas para luego querer imitar una corte europea? ¿Quiénes lo apoyaron? ¿Cuáles fueron sus amores, escándalos, excentricidades que como buen soberano, probablemente tuvo?
Esperaba que La Corte de los ilusos planteara una trama sólida para dar respuesta a estas preguntas, construyendo una novela interesante, llena de intriga, batallas, dimes y diretes entre los personajes y conflicto para un hecho histórico que si bien fue breve -apenas 10 meses de vida de un Imperio- fue extraordinario, pensando en un país recién independizado, con luchas sociales, delirios de realeza, entre otros. Pero en mi opinión, Rosa Beltrán no da respuestas y no logra construir una historia sólida, y por ello me sentí un tanto decepcionada -porque había material, había personajes, y en donde la historia no alcanzara, podría entrar la ficción.
Con todo el potencial que daban los elementos de este hecho histórico, considero que la novela es apenas una introspección de algunos personajes sobre lo que sucedió durante el Imperio -más un diálogo interno que una interacción con los otros, con una sociedad polarizada, distinta, como lo era la mexicana a inicios del siglo XIX. En ningún momento logré sentir la presencia de Agustín de Iturbide, de conocer sus motivos, la formación que lo llevó a plantearse un Imperio como la solución deseable para un país que surgía de 10 años de guerra. Si la Corte era una Ilusión, ¿cuáles fueron los sueños de Iturbide que la alimentaron? El personaje principal me parece un tanto tibio, apenas una sombra entre la narración.
Otros dos personajes tenían potencial pero también me quedé esperando conocer más de ellos -la Emperariz, Ana María, y la hermana de Iturbide, Nicolasa. La introducción del libro describe a esta última como anciana, nifómana y cleptómana y pensé "bueno, ésta será tremendo personaje"... y la realidad es que no pasa nada. Entendemos que está loca, que intenta seducir a jovencitos -el propio Antonio López de Santa Ana, conocido más como el infame dictador que vendió la mitad de México a Estados Unidos, al parecer fue acosado por Nicolasa- pero vuelve a pasar lo mismo que con Agustín -apenas son pinceladas de personalidades complejas, al borde de la locura, que terminan perdidos en una especia de ensoñación que a mi parecer, no funciona dentro de una novela histórica.
La Emperatriz ama a su marido, le ha dado 8 hijos, y recuerda brevemente como se conocieron en la ciudad de Valladolid (hoy Morelia) y a pesar de los 17 años de matrimonio, sigue respetándole aunque sabe de los amores del marido con otro personaje que no fue aprovechado al máximo -la Güera Rodríguez, descrita como una belleza en la época y partícipe de las luchas de independencia del país. Pero más allá de esta descripción, la novela no nos aporta mucho.
Es lo primero de Beltrán que leo y no dudo del talento de la escritora; de hecho, la reconstrucción de la ciudad de México es fiel y uno puede sentirse transportado al lugar, pero creo que como novela histórica -y como he mencionado, considerando el gran potencial que tenía, esta corte queda debiendo al lector.
Confirmo mi calificación que le di a este libro hace siete años.
Debo decir que en esta releectura encontré más cosas que no vi la primera vez. Más simbolismo, menciones históricas, estructura de su creación e incluso la intención detrás de la autora.
Hay un enorme debate entorno a este libro y si es una novela histórica o no. En lo personal yo creo que la mejor manera de denominar a este libro, aunque realmente no es muy importante, como una sátira histórica.
He leído críticas sobre la ridiculización de Iturbide pero para esta novela es parte de su propósito. Se debe exagerar rasgos o estereotipos para una crítica histórica. No es el trabajo de este libro ser fiel a los personajes sino cuestionarlos desde el humor.
Creo que está muy bien escrito. Es muy fácil de leer ya que todo es fluido y sencillo. Rosa crea una amena lectura para cualquier lector.
Claro que es recomendado tener un bagaje histórico para el Contexto de menciones de personajes o sucesos de la historia mexicana.
En general me gusta mucho esta lectura y la recomiendo si te gusta la historia de México.
He leído diversos libros sobre la época de Iturbide y este me parece genial. Poder describir a una sociedad que se creyó construir un imperio mientras que los ciudadanos comunes morían de hambre. Hay un párrafo al final de la novela que es fenomenal. Como pudo haber pensado Iturbide en sus últimos minutos... No había leído a Rosa Beltrán y la recomiendo ampliamente.
Leído para el maratón #GuadalupeReinas2018. Hay maneras de llegar a un clímax, pero la forma en la que Rosa Beltrán nos transporta a ese momento en el que los personajes se desdibujan y los pensamientos se entrelazan indefinidos con las acciones, me pareció precioso. Siento que el libro es demasiado rápido y en algunas partes da saltos sorpresivos que no me terminaban de convencer, pero más que darte una clase de historia, esta novela usa a la historia para expresar una acumulación de sentimientos. No es la historia del imperio de Iturbide, es la historia de un país en desorden, una sensación muy actual en México, en donde no aprendemos y seguimos creyendo en salvadores milagrosos que de un día para otro arreglen todo lo malo. Las cinco extrellas son puro sentimiento porque tal vez siendo objetiva le daría menos. Pero me apoyo en la escena de Rafaela y Fray Servando, y en la fusión Nicolasa-Agustín del final. Son mis dos partes favoritas y lo valen.
La parte de ficción está escrita magistralmente, pero la parte histórica falla irremediablemente y Agustín de Iturbide se ve más como un bufón que como lo que era realmente. Es entretenida, pero no informátiva.
Este es uno de esos libros que me cuesta puntuar. Mi vacilación se deriva de la dualidad del texto que es a la vez ficción y a la vez histórica.
Como ejercicio literario y estético la novela es bastante buena. La narración es una gozada: amena, divertida y humorística. Los personajes están excepcionalmente perfilados, siendo habitantes todos de un rico microcosmos propio e individual que puede ser realmente difícil de desarrollar en tan pocas páginas, pero que la autora logra conjuntar de forma excelsa con el resto del texto si llegar a perder el enfoque de la novela.
Por otro lado, como ejercicio histórico, en el más libre de los casos, no creo-sin ser un experto- que se ciña mucho a lo que se espera de una novela histórica, y mucho menos a la Historia con hache mayúscula. Siento que la autora se tomó muchas licencias (incluso más de las habituales para este tipo de ficción) en su representación de los hechos.
Aun así pienso que la novela es destacable, y que quizá se debería tomar - o al menos así lo hago yo-, más cómo parodia y caricatura de uno de los múltiples capítulos tragicómicos de nuestra historia nacional.
- ¡Cómo! - dijo Joaquinita sorprendida - ¡Un imperio de pacotilla! . Me gusta volver de cuando en cuando a esta novela porque a veces me duelen tanto el presente y el futuro de mi país que lo único que me queda es pitorrearme de un pasado en el que quisimos ser imperio [el primero] solemnísimo y terminamos siendo una farsa cuyo eco se extiende hasta nuestros días. La batuta de esta farsa la lleva Madame Henriette, la única que - me parece - entendió a esa nación que sin aprender a gatear quería correr, de la mano de un Dragón de Hierro que se daba abrazos en Acatempan y le gustaba reproducirse: tuvo 10 hijos. Pero el Dragón no estaba solo, y Rosa Beltrán nos presenta a la corte que orbitaba en torno a él, desde su siempre embarazada esposa con todo y damas, pasando por Nicolasa, gordinflona y enamoriscada de Santa Anna, hasta sus generales y uno de mis personajes predilectos, Fray Servando Teresa de Mier. . No busquen en esta novela un documento histórico riguroso, pero sí un retrato amable y risueño de quienes fuimos, quienes somos y quiénes seremos.
Un libro en el que me encantó que se usaran frases y refranes muy mexicanos que ya había olvidado y otros que no conocía. Casi me pareció que salió al rescate de algo que es muy nuestro. Durante su lectura tuve algunos flashazos de nuestra realidad, desde que yo he sido conciente de ella: héroes que dejan de serlo por sus propias decisiones, un pueblo que ve lo que quiere ver, una corte que se piensa “hecha a mano”, dispendio, conveniencias, religión, mencionando también el nulo papel de la mujer que en la novela se representa, aún cuando Madame Henriette prácticamente abre y cierra la novela. En momentos me pareció que estaba bien escrita, pero sólo al principio logró engancharme.
Esta novela escrito Por Rosa Beltrán nos lleva en una forma bastante interesante a conocer sobre el único imperio Mexicano de la mano de Agustín de Iturbide, presentándonos personajes como su costurera parisina, su hermana Nicolasa, la Güera Rodríguez y el obispo que es confesor de su esposa Ana María. Nos encontraremos con refranes y dichos populares de la época que nos harán transportarnos a aquel México que empezaba a formarse ya libre de la corona Española. Sencillo de leer con una prosa ligera. A mí en lo personal se me dificultaba la voz de la princesa Nicolasa por eso le doy ⭐⭐⭐⭐. Por lo demás se me hace una historia digna de leerse.
Lo bueno: la recreación del lenguaje, los dichos y las consejas de la época. Se nota que hubo un gran trabajo de investigación. También el humor es muy disfrutable por momentos. Lo malo: los personajes se sienten descafeinados, diluidos, sin gran profundidad, lo que hace pensar en una representación callejera con marionetas; además, los episodios históricos parecen trazados a lápiz, tímidamente, sin nada que los ligue a sus antecedentes o a la influencia que tendrán en los acontecimientos futuros.
A mi me encanto la forma de escribir de la autora, el sarcasmo con que cuenta la historia haciendo ver a los personajes como humanos, un gran acierto el Inicio de los capítulos con textos de esa época que para mi eran bastante graciosos, le doy 5 estrellas porque a mi así me gustan las novelas históricas, entretenidas y donde los héroes y villanos caen en la escala de grises normal en la que caemos todos
En momentos me reí, en otros la verdad me perdí. Más probable es porque mi conocimiento de esta época (y del Imperio Mexicano en general) es bien escaso. Sin embargo, Beltrán muestra en cada página su inteligencia y su humor, jugando con el idioma, las situaciones y personajes. Es una autora astuta e ingeniosa. Me gustaría leer más de ella, sobre todo si se trata de un contexto que entiendo yo mejor para poder apreciar su habilidad mejor!
creo que es mi peor decepción, respecto a ficción histórica. Yo se que un libro de ficción histórica es bueno, porque me hace emocionar en momentos cumbres, cuando menciona a cierto personaje, o cuando se enfrentan dos bandos; aquí hay muchos de esos momentos y pasaron sin pena ni gloria. 2.5/5 aburrido y no recomendado
Excelente historia novelada sobre Agustin de Iturbide, su efimero imperio y su tragica muerte frente a un peloton de fusilamiento. Al inicio de cada capitulo se encuentran frases, oraciones y recetas de la epoca de la gaceta imperial y finalmente una coda impresionante. Esta novela es una joya de mi biblioteca.
El lenguaje y dichos coloquiales utilizados por Rosa Beltrán hace que esta novela sea fácil de comprender y te ayuda a conocer un poco sobre Agustín de Iturbide, único emperador de México. Da un buen contexto histórico, sin embargo es apenas un esbozo de lo que sucede durante su mandato. Me quedo con la intriga de leer una novela con más contenido sobre este breve imperio.
Se me hizo interesante el uso del lenguaje de aquella época, el libro es ameno pero me quedé con ganas de saber más de los personajes. Estoy de acuerdo que no es un libro de historia pero hay personajes como la hermana, la esposa, la prima y el mismo emperador daban para más,
Se me hizo una novela histórica tan lenta y aburrida. Trata sobre la coronación de Iturbide como emperador el 21 de julio de 1822 hasta su fusilamiento el 19 de julio de 1824. Lo único interesante fueron los datos históricos.
La historia es cíclica y se repite de manera increíble. El único que no se da cuenta de lo que sucede es el protagonista. Me quedo con la respuesta de Josefa Ortiz de Domínguez cuando la invitan a la corte: “la que es reina en su casa no puede servir en otra.”
Interesante forma de relatar los sucesos del primer imperio en Mexico. Se vuelve más real, menos de libro y más del México que todos conocemos. Me gustó.
El libro está bien escrito y la trama histórico era totalmente novedosa para mi; incluso tiene bastante humor. No obstante, no me agarró y me daba algo de pereza leerlo pero terminé.
Una novela histórica escrita con tono irónico y divertido que nos permite conocer de manera divertida las costumbres, personajes y escenarios del efímero imperio de Agustín de Iturbide. A través de voces femeninas y escenas llenas de detalles cotidianos, la autora reconstruye una época poco tratada en la historia mexicana, mostrando a Iturbide no como un héroe, sino como un personaje frágil, vanidoso y a veces ridículo. Aunque se toma libertades históricas que no tengo la certeza de que sean reales, la ambientación está cuidadosamente elaborada, lo que convierte a la novela en una forma entretenida de explorar la vida privada y social del México posindependiente.
Con un estilo fluido (a pesar de estar repleta de nombres), Rosa Beltrán recrea en esta novela algunos sucesos dentro de lo personal de Agustín de Iturbide y su esposa Ana María Huarte durante el Primer Imperio Mexicano. Con algunos toques de humor, la voz narrativa suele prestar la palabra al pensamiento de sus personajes. El "rescate" de la figura de Iturbide sirve para dar vida –aunque sea sólo en la ficción- a un personaje histórico de quien lo que más se conoce es que consumó la Independencia y estableció un Imperio al que abdicó.
Gran parte de los desastres se debían a que el pueblo había dejado de creer. Creer en que las cosas pudieran ser distintas, creer en sí mismo, en sus héroes. Un bien día y sin que hubiera razón para ello, quienes habían luchado por la liberación del yugo español, igual que quienes siguieron la guerra de cerca, habían dejado de sentir el fervor patrio de los tiempos de revuelta y poco a poco lo habían ido sustituyendo por la crítica acerba y por ciego ensañamiento contra el gobierno.
Estoy interesado en conocer más a fondo la vida, obra y familia del único emperador mexicano de la historia. Por eso me agradó leer este libro, aunque debo decir que fue demasiado invento histórico para mi gusto. Pero para empezar a conocer a Iturbide es un buen comienzo. Les recomiendo leer el "Último príncipe del Imperio Mexicano" de C.M. Mayo. Es mi libro favorito sobre la monarquía mexicana.
Es el tipo de novela histórica que hace posible imaginar a los personajes que en la primaria trataban como héroes y villanos de una forma más humana; me encantó el folklor mexicano presente en el alta sociedad del Imperio. Fue una lectura ligera, divertida y adorable.