"Invierta sin pecar...", una irónica consigna que los Legionarios de Cristo establecieron al crear un instituto para la ética de los negocios.
En El imperio financiero de los Legionarios de Cristo Raúl Olmos detalla cómo durante décadas los Legionarios de Cristo forjaron estrechos vínculos con personajes clave del poder político, empresarial y mediático.
Una rigurosa investigación periodística que busca adentrarse en esta maraña conformada por cientos de compañías, fundaciones, asociaciones y escuelas de multimillonarios ingresos ocultos en paraísos fiscales.
Ya se sabe que Marcial Maciel, fundador de la congregación, dedicó su vida a tareas poco espirituales, pero poco se conoce la habilidad que tuvo para crear una auténtica mafia financiera. Al establecer los cimientos del imperio, arrebató con engaños herencias de viudas, constituyó decenas de empresas fantasmas, cazó donativos con supuestos fines humanitarios e hizo negocios con príncipes, archiduques y barones de la realeza europea.
En cualquier caso, estamos ante una congregación multimillonaria de alcance trasnacional, cuyos recursos serían suficientes para subsidiar al Estado Vaticano sólo con lo que recibe de donativos. Sin embargo, ante las autoridades se muestra como una organización pobre con una sola propiedad registrada a su nombre.
Por medio de datos, fechas y nombres, Raúl Olmos desenmascara una red con intereses en ámbitos tan diversos que van desde las armas, la pornografía o los anticonceptivos, hasta programas sociales como Un Kilo de Ayuda o el cada vez más controvertido Teletón.
Este libro/investigación es: 1. Brillante en su trabajo a profundidad y nivel de detalle. 2. Tristemente preocupante y alarmante. 3. Revelador para todo el mundo. 4. Fuente de ira, des motivación, dolor para la Iglesia entera, y sobre todo para todos aquellos que de alguna u otra forma están todavía o estuvimos en algún momento involucrados en alguna de las organizaciones de los Legionarios. 5. Sin embargo, también puede ser liberador y esclarecedor para muchos que intentamos de alguna y otra forma trabajar por los principios éticos que se promovían, y encontramos en alguna u otra institución fundada y dirigida por ellos, bloqueos o decisiones que no tenían sentido, que quedaban como preguntas abiertas a evitar, olvidar, ocultar.
Alguna vez mencioné con algún compañero de trabajo (miembros directivos de instituciones educativas de los Legionarios de Cristo) al enfrentarnos con frustraciones financieras para poder hacer nuestro trabajo de la forma en la que los alumnos merecían, de la forma en la que se los vendían (y siguen vendiendo) y al nivel que nos exigían (y siguen exigiendo): “Los números no me cuadran, X cantidad de alumnos pagan X cantidad cada mes, de los cuales X% tiene beca, que es muy poco, y las becas no son pérdidas, sino que se tienen equipos totales contratados para conseguir donativos para cubrir dichas becas; es decir, la institución recibe el dinero completo de la colegiatura, aunque el alumno tenga beca, por X cantidad de alumnos por grupo, por x grupos por grado, por x grados, más inscripción de todos, más colectas, más rifas, más donativos, por x número de escuelas, planteles, planes, etc, donde muchas de estas instituciones consiguieron infraestructura donada, y los sueldos del personal son muy marginales….. y se nos dice que no hay fondos para mejorar planteles, desarrollar programas educativos, promover tal o cual necesaria innovación, apoyar a alumnos en necesidad. LOS NÚMEROS NO ME CUADRAN.”
Al leer este libro, uno puede simplemente decir, ya por fin me cuadran. Ya todo cuadra. Triste, pero liberador.
A unos meses del próximo capítulo general, con grandes presiones mediáticas que han vuelto a poner en la mesa toda la historia rota de la congregación y todas sus obras, con una profunda crisis de identidad, verdaderamente esperamos por una reforma tan renovadora que cambie todo el sistema, o que ayude a cerrar el caso por completo, en caso de que Dios decida que es momento.
Desnuda cómo una congregación religiosa construyó un emporio económico con prácticas empresariales y financieras propias de una red mafiosa: uso de paraísos fiscales, empresas fantasma, triangulación de recursos y opacidad patrimonial. La obra retrata a los Legionarios no solo como un grupo religioso, sino como un conglomerado con poder económico y político de alcance transnacional, cuya influencia se sostuvo más en el dinero y la protección institucional que en la fe.
Lavado de dinero: triangulación de recursos mediante empresas pantalla y paraísos fiscales. • Evasión fiscal: ocultamiento de activos y operaciones para minimizar o eludir impuestos. • Fraude corporativo: uso de fundaciones y asociaciones civiles como vehículos para desviar donativos. • Administración fraudulenta: manipulación patrimonial en perjuicio de feligreses o donantes de buena fe. • Encubrimiento institucional: tolerancia de jerarquías eclesiásticas y políticos frente a estos esquemas. Los abusos sexuales cometidos por Maciel y otros legionarios no se analizan en términos forenses en el libro, pero aparecen como la cara criminal que fue encubierta gracias al andamiaje económico y empresarial de la congregación.
• No todos los miembros son responsables, pero en la congregación hubo delitos sexuales y financieros cometidos por individuos concretos. • Sí existió un encubrimiento institucional: la Iglesia —a distintos niveles— protegió, minimizó o retrasó investigaciones, lo que favoreció la impunidad. • El poder financiero y político de los Legionarios fue clave para blindar a los responsables, posponer sanciones y mantener su prestigio pese a los testimonios.
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aquí se conoce lo que realmente era el carisma de la Legión: Las propiedades
El libro expone con datos objetivos la realidad de la Legión de Cristo. Es un negocio que se aprovecha de la religión buscando prestigio, privilegio y poder.
Un libro interesante y muy bien documentado acerca de cómo los Legionarios de Cristo se han dedicado más a los negocios, las empresas y las inversiones que a los ejercicios espirituales que se supone deberían estar practicando. Esto sin mencionar los miles de niños y adolescentes que han sido abusados desde la fundación de la congregación bajo la tutela de Marcial Maciel, quien según el libro, no ha muerto: dejó su semilla maldita entre sus devotos y sucesores, que a su vez perpetúan su innoble obra disfrazada de piedad.