Vaciar a la canción de su música se parece mucho a ese logro de los físicos oceanográficos que para medir las mareas recurren a una serie de cálculos hechos considerando la existencia de siete lunas. El procedimiento puede parecer arriesgado, pero el resultado no puede ser más certero. Martín Kohan desviste las canciones encontrando sentido en los lugares comunes de la melancolía amorosa del bolero y la física invertida del tango, donde nada se transforma y todo se pierde. O mejor dicho por Kohan: donde “todo se pierde porque todo se transforma”. Sin la melodía y esa constante sensación de estar subiendo y bajando, las letras de las canciones son la narración que del amor hace la cultura de masas. El bolero solicita, el tango reclama. Lo cierto es que tanto una expresión como la otra representan las únicas poéticas, en el sentido que le damos a esa rara mezcla de imprecisión y verdad como no existe en ninguna otra música del mundo. Oír y descifrar. De eso, por otra parte, se trata escribir. Guillermo Piro
Quizás como solo David Viñas, es decir como nadie en la actualidad, Martín Kohan viene llevando a cabo una reflexión sobre lo popular y los mitos argentinos, sin dejarse atrapar jamás por ellos. Kohan no piensa lo popular como un entomólogo, sino al contrario, como alguien que se fascina con enchastrarse en el barro de lo nacional. Su obra vive en ese mundo, sin tener un ápice de populista. Hay en él una bienvenida enseñanza sobre qué significa ser hoy de izquierda en Argentina. Antes fueron la pelea Firpo-Dempsey, la dictadura, las guerras argentinas, el Nacional Buenos Aires, la estancia de Esteban Echeverría, la iconografía de Evita, San Martín. En Ojos brujos es el bolero y sobre todo el tango: nada de lo nuestro escapa a su sensibilidad de intelectual, que en un mismo movimiento cruza a Walter Benjamin con una prosa de estilista, a la autobiografía solapada con un conocimiento riguroso. Damián Tabarovsky
Martín Kohan es un escritor argentino y profesor de Teoría Literaria en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de la Patagonia.
Sus obras se publican en editoriales como Einaudi (Italia), Serpent’s Tail (Reino Unido), Seuil (Francia) y Suhrkamp (Alemania). Ciencias morales (2007) es su novela más popular y ha sido llevada al cine con el nombre "La mirada invisible", bajo la dirección de Diego Lerman. En la película Kohan interpreta el breve papel de empleado de una tienda de discos. También con Ciencias morales ha ganado el Premio Herralde de Novela 2007.
En 2014 recibió el Premio Konex - Diploma al Mérito como uno de los 5 mejores novelistas del período 2008-2010 de la Argentina.
La lectura es interesante por el tono que usa Kohan, pero el análisis es escaso y parece más bien una enumeración de los tópicos de tangos y boleros. Me gustó más escucharlo leer la versión reducida y con soporte audiovisual en el CeLeHis ya que en el libro no profundizó mucho.
No se dejen guiar por mi puntaje. La verdad empecé a leerlo sin tener idea de qué trataba. Y no me gustó, no es mi género. Me aburrió bastante. Pero porque el libro no es para mí ni me interesa el tema. Perdón.
Martin Kohan siempre escribe bien, quizás todos sus libros estén muy bien escritos... y de eso no hay que dudar en ningún momento. Lo que uno tiene que encontrar es qué tipo de libro que escribió te puede llegar a interesar a vos. Porque claro, tenemos todos gustos diferentes, y más con la literatura. Sé que a unos cuantos no les gustó este libro, pero a mí sí. Me voló la cabeza con la temática? La verdad que no, pero sí puedo decir que me gustó. De hecho, cuando se pone a analizar a la amistad dentro de letras de tangos, eso me pareció excelente y precioso.
Pero bueno, este libro sigue un poco la misma estructura y lógica que utilizó en su libro "Hola?", solo que ese hablaba sobre el fin del teléfono de línea como lo conocemos, y este libro habla sobre el amor, la amistad y el desamor en su mayoría dentro de letras de canciones, boleros, tangos, etc.
"Por eso el desamor, drama de ausencia y de presencia, de invocación y de renuncia, se cuenta mejor que nunca en las canciones. Porque en las canciones las palabras, eso que dicen, lo están haciendo también." Martín Kohan