Se escuchan los acordes de una guitarra; el escenario se ilumina y el público explota, enloquece. Al terminar el concierto queda sólo un recuerdo, y la estrella de rock vuelve a ser un hombre, con virtudes y defectos, con un pasado y un presente lleno de anécdotas.
En este libro, Alejandro Marcovich, el legendario guitarrista de Caifanes, uno de los grupos más influyentes del rock en español, reproduce su andar a través de la música, recuerda su infancia y sus primeras canciones.
En esta autobiografía, el músico nos relata la vida y cómo se convirtió en uno de los pocos guitarristas con un sonido propio, identificable desde las primeras notas, capaz de hace hablar a la guitarra desde lo más dulce hasta lo más desgarrado y extremo, para transformarse en una inspiración para varias generaciones.
Alejandro Marcovich ha dedicado su vida a la música en general (y al rock en específico) y sus contribuciones a la cultura popular mexicana (o su exploración creativa) son innegables. Ésos son ejes principales de su autobiografía, un recuento apasionante de su infancia en Buenos Aires, su adolescencia en Puebla y sus años adultos en la Ciudad de México y en diversas partes del mundo. Por supuesto, parte esencial de su historia es su participación en Caifanes, uno de los principales y más populares grupos de rock mexicano. Más allá del recuento de encuentros creativos y desencuentros personales, el libro deja en claro la visión de Marcovich de que los seis años en que formó parte del grupo (y los años previos en Las Insólitas Imágenes de Aurora) fueron años decisivos para el desarrollo del rock mexicano y de su propio viaje de descubrimiento y desarrollo personales. Ciertamente, el énfasis que hace el autor sobre sus propios dotes musicales resulta repetitivo y egocéntrico, pero está sustentado en el recuento que el mismo hace de sus años de estudio y experimentación. En resumen, este libro es indispensable para la historia de la música mexicana popular contemporánea y una apasionante ventana a la vida profesional y personal de un músico más comprometidos con su arte.
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En vista de las recientes revelaciones de la periodista Lydia Cacho, no puedo sino agregar un vínculo al artículo sobre la violencia que ha ejercido en contra de su esposa y sus hijos, al menos para equilibrar mi reseña.