El invisible director de orquesta estira sus piernas y extiende sus brazos; abre y cierra las manos, las agita suavemente como si fueran alas... Y ahora, sólo falta elegir una batuta. A ver, a ver... ¡Una vara de sauce llorón, liviana, flexible y perfumada! El director la prueba, golpea su atril minúsculo y transparente... ¡Y comienza el concierto!
Llevaba un tiempo queriendo leer este libro, pues el título y la portada me sugerían un texto a mi gusto, y así fue. Una serie de historias preciosamente orquestadas, que dotan al personaje del Director de Orquesta de una personalidad omnipotente al inicio, pero humana al culminar, pasándole la batuta a otra criatura y a otras historias. Preciosa para irse a dormir, con un pequeño cuento desde otra perspectiva, más allá de lo cotidiano~