El imperio azteca se desmorona ante la violenta invasión de los españoles y su líder, Moctezuma, no parece oponer ninguna resistencia. Tizoc y Yolatl, los dos sacerdotes encargados del tzompantli del Templo Mayor, se dedican, entre arrebatos carnales y momentos de éxtasis, a realizar sacrificios humanos para evitar el enojo de los dioses. En un viaje en el tiempo inesperado y delirante, Pedro Chimalli, uno de los sicarios más abominables y sangrientos de México, entra en contacto con ellos para cumplir uno de sus más siniestros deseos: dejar los restos de sus víctimas en el altar de este emblemático lugar sagrado con el afán de ostentar su poder. Los oscuros secretos del templo de Tenochititlan guían este fascinante thriller histórico, donde lo grotesco y lo espledoroso de nuestro país se unen en una trama trepidante.
Nació en 1944. Novelista, cuentista, ensayista, guionista de cine y editor de varias colecciones de literatura mexicana contemporánea, ha publicado 38 libros, entre los que destacan sus novelas Gonzalo Guerrero (Premio Gran Medalla de Plata de la Academia Internacional de Lutece, Parí s, 1983), Pasos de sangre (Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares, 1986) y La loterí a (finalista del Premio de Novela Innovadora Americana, España, 2000); así como los volúmenes de cuento Cosas de ángeles y Los perros de Angagua. Varios de sus libros han sido traducidos al francés y al portugués; sus cuentos al francés y al alemán.
Este libro es excelente, la novela trata sobre los acontecimientos sangrientos que suceden con los cárteles de la droga y el culto a la muerte pero con orígenes en el México antiguo con el culto a los dioses aztecas y sacrificios humanos, en cierto momento ambas historias se entremezclan de una manera un tanto extraña pero el resultado de la combinación es muy interesante.
La idea me pareció asombrosa, la historia buena, la ejecución meh y la prosa pésima. Aunque mi principal problema y lo que saca de disfrute es el como todo está sobeexplicado, los diálogos de algunos personajes terminan propios de la rosa de Guadalupe que es ridículo ¿Porqué alguien explicaría algo que es obvio para él a una persona para la que también es obvio diciendo que " para alguien de otra cultura en otro tiempo (presuntamente el lector) no entendería" en una conversación privada?