Tras quince años sin aparecer por el pueblo donde pasó su infancia, Laura vuelve a Espinar de la Jara por motivos profesionales. El reencuentro con un viejo amor de la adolescencia y los recuerdos sobre su niñez y la violenta muerte de su mejor amiga, hacen a Laura replantearse su vida actual y la tormentosa relación que mantiene con un hombre dominante.
El asesinato de una joven, similar a los ocurridos hace años, hará dudar sobre si se condenó al verdadero asesino, que ahora ha vuelto al pueblo y su presencia amenaza con sacar a la luz secretos que hace quince años quedaron ocultos y que nadie quiere que se desvelen.
Todos parecen interesados en no remover el pasado, pero Laura está empeñada en averiguar la verdad, aunque eso suponga desvelar sus propios secretos.
El paisaje bucólico del pueblo se ve alterado de forma dramática y los fantasmas del pasado amenazan con convertir, nuevamente, a Espinar de la Jara en un lugar marcado por la tragedia, un lugar donde los cuentos infantiles se transforman en pesadillas, las princesas duermen un sueño eterno y las hadas no tienen corazón.
Desde siempre me han gustado las historias de suspense en las que se investigaba un crimen por parte de personas de a pie pero nunca había leído una que pudiera considerar de entre mis favoritas hasta que la he encontrado.
La portada ya enamora. A mí, que me encanta el color verde, ya me llama la atención y refleja muy bien una parte de lo que te vas a encontrar en su interior. Me ha gustado muchísimo.
Tiene un montón de ingredientes que hacen que en ningún momento pierdas el interés durante las más de 600 páginas que tiene la novela. Todo lo que va sucediendo te mantiene en tensión.
Lo mejor de todo es que no paré de pensar, de darle vueltas a la trama y a todo lo que va sucediendo. Eso es precisamente lo que busco y adoro de estos libros, intento encontrar la solución antes de que acabe. La autora, con gran maestría, va desvelando detalles para lograr que lo hagas. En ocasiones se te revelan cosas antes de que los protagonistas den con ello pero, aún así, no pierdes ni pizca de atención y ganas de llegar al desenlace.
En esta historia, aparte de la trama central que es el crimen, hay otras paralelas a cuál más interesante. Hay luchas psicológicas muy bien expresadas, recuerdos de la infancia, amor, acción, maldad y un cuento, con una princesa, un príncipe, unas hadas y una bruja, que no es precisamente para niños... No hay tiempo para aburrirse.
La mayor parte de la novela se desarrolla en un pequeño pueblo de montaña en el que Laura, una de las protagonistas, vuelve después de muchos años sin estar allí. Concretamente desde su infancia y a raíz del asesinato de su mejor amiga. Se reencontrará con Álvaro, hermano de la fallecida y del que estaba enamorado. Juntos empezarán a investigar sobre el motivo por el que ocurrió ése y otro asesinato en el mismo lugar.
En esta historia, las autoridades no ven más allá de lo que tienen delante suyo cosa que sí harán los protagonistas. Hay muchos personajes, todos ellos muy bien trabajados, con personalidades muy diversas y que en algunos casos llegas a odiar. Las escenas de acción, misterio y también de situaciones más comunes son brillantes. He disfrutado mucho con cada página.