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345 pages, Paperback
Published April 12, 2016

























"Girl online es la novela de la famosísima youtuber británica Zoella. Una novela que está escrita fatal, que tiene una trama floja y que sencillamente no merece la pena perder el tiempo leyéndola. Porque en serio, es malísimo.
Partiendo del hecho ya conocido de que no todo el mundo puede escribir y de que ahora todxs lxs youtubers están escribiendo porque sus novelas se pueden volver virales dado a que son personas famosas, realmente cualquiera puede intentar escribir un libro. Cualquiera"
"Zoe Sugg además de escribir fatal le ha dado un argumento al libro flojo, estúpido e infantil."
"La novela parece estar escrita por una niña de ocho años por diversos motivos:
-Trama: la trama es sencilla, lo que a simple vista no es algo malo. Pero es que además de ser sencilla está escrita fatal. La autora no da argumentos que justifiquen ciertos giros que hay en la misma, giros que por tanto se vuelven incoherentes y absurdos. Yo al leerlo estaba como: ¡oh! ¡Plot twist! ¡oh, me sorprende mucho, sí, mm, sí... mm... vale.! La autora no sabe darle giros a la trama y quedan totalmente ridículos. Como si de pronto hubiera tenido una idea y la hubiera escrito en ese momento sin preparar mínimamente al lector. "
"Esther: Cmo qno? Sif ldo hacdss gnifal!"
"Esther: Magfdita! Ujng tio no puegejde serf goapo y norismal. No! Tiene queser un cambello:("
"Sandra: JAJA Pro sta weno, tu misma lo as dixo" "Esther: Osjala me beskaraa 1 tio asi. Hatsa le dejaris metserme hierb enel blsoillo"
"Emma: Si en el fondo mereció la pena"
"... No como los libros que los juveniles que ahora mismo están poblando las librerías, llenos de historia sin sentido, hechos solo para entretener y sin ningún tipo de valores. Es simple basura..."
Bueno, obviamente esa profesora debió de haber leído ESTE libro.
Hubo una frase que Emma dice: "mundo mundial" ahí casi se me arranco los ojos.
Estoy sacando todo lo que me molestó y de paso pongo mis anotaciones, porque necesito desahogo.
Comenzaré a escribirlas y ustedes juzguen:
" Odio que siempre me diga que estoy obsesionada. ¡Y encima me quita el ordenador! ¡Ni que tuviera cinco años!
¿Segura Emma que no tienes cinco? Porque tus rabietas me dicen lo contrario."Es agotador. Sé que mi padre necesita mi ayuda, pero me gustaría relajarme un poco y pensar en Eric, mi blog... incluso mi estudio y plantarme la loca idea de crearme un canal de YouTube"
"Solo quiere pasar tiempo con su hija" dice David aliviado. Sí. Pero su hija también necesita tiempo para sí misma.
¡PERO SI SOLO LO VES LOS FINES DE SEMANA Y NI SIQUIERA PASAS TIEMPO CON EL PORQUE TU VIDA ES SOLO LEER Y ERIC (EL DISQUE AMOR)! Válgame Dios, para tener hijos así, ya sí me replanteo apoyar el aborto."¿Podemos llevar hoy a mi padre un poco antes?" Él me mira confuso y mi tía, que está sentada en la mesa viendo unos catálogos de artículos de decoración de bodas, dice: "¿Por qué? Hasta donde sé siempre lo llevamos tarde los domingos. "Es que tengo deberes y he pensado hacerlos al volver. Con papá aquí no puedo hacer nada" miento. Quiero ver si está Eric en la residencia y hablar con él. Pero obviamente no voy a decirles eso.
"Lo peor es que me siento culpable porque en el fondo sí que pienso que papá es una carga"
a ver, sí o sí dan ganas de abortarla."es un intento fallido de convertir a una youtuber en escritora para explotarla y sacar dinero... no han conseguido más que una novela ridícula y que no merece para nada la pena. Es aburrida, superficial y está mal escrita.














"Una de las cosas que he aprendido estos días en España es que pena aquí se dice vergüenza."
Tengo que admitir que me ha sorprendido haber escuchado solo tres comentarios sarcásticos por parte de Eric hasta el momento. Está sentado y no me quita los ojos de encima. Bueno, no los quita de mi escote, que dejo a la vista mientras me acerco a la mesa para comer
—Que eres igual, pero diferente —me responde cuando ya no esperaba que lo hiciera.
Julio me está diciendo muchas cosas, pero en realidad no me está diciendo nada.
—No quiero volver a verte con él. ¿Te queda claro? Y olvídate de volver a saltarte las clas… —dice Anne hasta que la interrumpo.
—¡No puedes prohibirme ver a Eric!
—¡Claro que puedo! No vas a volver a estar cerca de ese tipo.
—Tía, por favor. Yo… estoy… Tía, yo le quiero. Estoy enamorada de Eric.
—¿Cómo estás, hermanita?
—Bien. ¿Y tú? ¿Has adelgazado?
Lys no dejó de ir al psicólogo a pesar de superar la anorexia. Logro que, por cierto, según ella, fue gracias a mí.
—Ey, hola de nuevo. Verás, quería… pedirte perdón por lo de antes. He sido un imbécil.
Me habla con una voz ronca y sexi. Me quedo muda. Eso no me lo esperaba.
—Yo… —empiezo a decir, cuando, de repente, se acerca todavía más a mí y me atrapa contra la pared que hay al lado de las escaleras que suben a la biblioteca.
Ahora sí que estoy paralizada.
—¿Pero qué…?
—Estate quieta y sígueme la corriente. Por favor, llevo algo de hierba encima y…
Entonces se acerca a mí y me besa. (...) Yo estoy tensa e incómoda. (...) Me siento violenta y me muevo bruscamente para apartarlo.
—Yo…, eh…, Gabriel…, no… —balbuceo de manera incoherente.
Me muevo debajo de él para que me deje levantarme y bajarme de la cama. Pero él atrapa mis piernas entre las suyas y se acerca más.
Intento zafarme de Gabriel, pero nota que no quiero ir más lejos y se pega aún más a mí.
—Emma.
—¿Eres inglesa?
—Medio francesa
—¿Por qué, Emma? ¿No puedes dejarme tranquilo? ¿Es por lo de la hierba? Ya te dije que lo sentía.
Está tan guapo con esa camiseta azul oscura que se ajusta a su cuerpo… Por no hablar de que conjunta con sus ojos.
Mientras todas las niñas jugaban con muñecas, yo siempre estaba haciendo puzles o compitiendo con mi madre a juegos de mesa.
Me identifico bastante con la protagonista, que tiene una situación difícil en casa, como yo; además, vive en un pueblo pequeño también… Y no sé, es una chica muy especial. Al igual que el protagonista masculino, que me encanta. Y luego todo eso de los caballos que surgen (...)
—¡Emma!, ¿quieres ir de una vez a ayudar a tu padre? Hace veinte minutos que te dije que bajaras.
—Ya voy, tía, no me había dado cuenta de la hora.
Qué rabia tener que dejar lo que estoy haciendo. ¡Quiero seguir viendo vídeos!
Me levanto después de cerrar el portátil y salgo de mi habitación bajo la mirada enfurecida de Anne.
A veces odio tener tantas obligaciones familiares.
—Tu padre está muy nervioso. David y yo llevamos un rato intentando tranquilizarlo, pero no entra en razón. ¿Puedes ir tú con él?
¡Aggg!
Es agotador. Sé que mi padre necesita mi ayuda, pero me gustaría relajarme un poco y pensar en Eric, en mi blog…, incluso estudiar y plantearme la loca idea de crearme un canal de YouTube.
Mi tía me sigue escaleras abajo y ya desde aquí escucho los gritos de mi padre.
(...)
—Papá, tranquilízate. Estoy aquí contigo
—Solo quiere pasar tiempo con su hija
Sí. Pero su hija también necesita tiempo para sí misma.
Dejamos a papá con cuidado dentro de la bañera y él hace esa mueca que parece una sonrisa. Le gusta bañarse. (...) Pero hoy no pone de su parte, solo se ríe. No se deja lavar bien y empiezo a ponerme nerviosa.
—¡Papá! Ayúdame un poquito.
—Emma, no pasa nada, no hay prisa.
Sí que hay prisa, quiero cruzarme con Eric en la residencia.
—Emma —me llama David.
—¿Sí? —le contesto mientras continúo buscando a Eric por la estancia.
—¡Em! Tu padre está agarrándote de la manga sin parar y tú no le haces ni caso.
Bajo la vista y veo cómo me sonríe cuando le miro. (...)
—Sí, papá. Estoy aquí.
Pero no puedo evitar volver a mirar a todas partes, sobre todo a la puerta por la que espero que de un momento a otro entre Eric.
—Emma —vuelve a llamarme David—. Aparta, anda. Ya le seco yo la boca. ¿En qué demonios estás pensando?
Me levanto y me aparto mientras observo cómo papá sigue sin apartar la vista de mí.
(...)
—Perdone, pero ¿dónde está Eric Romero? —le pregunto al que supongo que es el director de la residencia.
—Precisamente eso queríamos contarte… —responde mi tía en su lugar—. Ya no va a hacer falta que vengas acompañada.
—¿Qué pasa? —digo preocupada.
—Tranquila. Solo es que Eric ya no va a trabajar aquí —me contesta el director.
—¿Qué? ¿Pero por qué? —le digo incrédula.
—No puedo decirte la razón porque es confidencial.
—Vale —le corto de manera tajante marchándome de allí rápidamente.
No me despido del director, ni siquiera de mi padre.
