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Aniceto Hevia #1

Син на крадец

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Hijo de ladrón es el relato de un joven de 16 años llamado Aniceto Hevia, quien cuenta sus aventuras y desventuras desde el día en que sale de la cárcel, tras haber sido acusado falsamente de un robo a una joyería. Desde este punto, Aniceto comenzará a reconstruir su infancia, ayudado por los personajes que viven en sus recuerdos y que conforman su memoria personal. Así, recorriendo su pasado nos contará su historia y los hechos que lo llevaron hasta el presente. Manuel Rojas plantea en este libro el tema de la sabiduría de enfrentar la existencia desde una situación de marginalidad y de abandono social. Los postulados que plantea Rojas frente a la existencia, frente a la vida, forman parte de la sabiduría que surge de la experiencia de la vida cotidiana.

288 pages, Hardcover

First published January 1, 1951

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1098 people want to read

About the author

Manuel Rojas

92 books57 followers
Nació en Buenos Aires el 8 de enero de 1896, hijo de Manuel Rojas Córdoba y Dorotea Sepúlveda, ambos chilenos. A pesar de pasar un par de años en Chile, su madre ya viuda volvió a Argentina en 1903. Manuel estudió hasta los 11 años en ese país.
A los 16 decidió volver a Chile, donde realizó en variados oficios como pintor, electricista, estibador, aprendiz de sastre, actor en compañías teatrales, entre otros. Se casó con María Baeza con quien tuvo tres hijos.
Luego de enviudar viajó por Europa, Sudamérica y Medio Oriente. Posteriormente comenzó a trabajar como escritor en Los Tiempos y Las Últimas Noticias. Fue profesor en la Universidad de Chile.
Murió el 11 de marzo de 1973 en Chile.

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Displaying 1 - 30 of 97 reviews
Profile Image for Arelis Uribe.
Author 9 books1,719 followers
June 29, 2023
Debe ser la tercera vez que lo leo, de una edición marrón Zig-Zag, de letra minúscula y portada ya muy raída. Lo disfruté, tiene una bella prosa Manuel Rojas, reflexiona, piensa, filosofa, en frases que son versos y párrafos que son poemas. Quiero quedarme sobre todo con esa técnica suya, de inscrustrar paréntesis con cambios de la voz narrativa (esa parte en la que un personaje dice de otro en voz alta, a propósito de la mujer del carpintero; "le gusta" y un trocito más abajo esa persona aludida, responde en una suerte de monólogo que nunca verbaliza, sino que piensa y Rojas nos muestra eso que piensa en un paréntesis). Mucha miseria, eso sí, tanta. Conventillos, ropa sucia, camas sin sábanas, gente que vive el día. La realidad de mucha gente. Ahora que vivo en Valparaíso reconocí y me vi en los parajes que narra este libro, el plan (¡¡que Rojas llama el plano!!), el cerro Polanco, la bahía, las escaleras culebreantes y ascendentes, los trolleys. Además estoy leyendo a Rubén Darío y él también, miserable y escritor, merodeó Valparaíso. Es como si habitar un lugar te hiciera estar alerta de sus cameos en la televisión, los libros o el diario. Me sucede mucho, llevo en mi cora a Valparaíso. En un sentido más crítico, me pareció que la novela no avanzaba mucho en su trama, que Rojas en realidad cavilaba más de lo que relataba. De hecho, creo que le veo las costuras y siento que esta novela está hecha a trozos, a retazos de otros escritos luego reunidos. ¿Qué autor no ha hecho aquello? No quiero olvidar que Aniceto Hevia era un hijo de ladrón fino, como no sé si realmente habrán existido. Mucho ladrón burgués, por decirlo así, pulula en esta obra, ladrones con calzoncillos de seda, que fuman puros importados y viven de buena manera. Cuando pienso en el robo, no solo temo que me cogoteen en la calle; de hecho, le temo más al robo mensual de las isapres, de las AFP, de los supermercados, de las compañías de teléfono, de las empresas de tecnología. De arriba y de abajo, nos roban. Y los peores ladrones, creo yo, son esos que ya lo tienen todo. En fin, bellísimo libro, lo releí porque hace pocó estuve danzando con las palabras de María Luisa Bombal y su obra es tan hermosa y sensible como la de Manuel Rojas, pero emplazadas en contextos político-sociales opuestos. Ella era pinochetista, él anarquista. Necesitaba releer Hijo de Ladrón para equilibrar el mundo y recordar que el único sujeto político que quiero que sea objeto de mi obra es el pueblo proletario de Chile, si no de Latinoamérica. Gracias a mí misma por robarme este libro de la biblioteca de la casa de mi mamá (le dejé a ella Los Fusileros en compensación).

PS: Como dijo la Violeta León: Miserable, una termina agradeciendo tener una cama.
Profile Image for Valentina Salvatierra.
270 reviews29 followers
March 29, 2020
Tal vez sea difícil explicarlo y quizá si más difícil comprenderlo, pero así era y así es: dame tiempo para mirar y quédate contando tu mercadería; dame tiempo para sentir y continúa con tu discurso; dame tiempo para escuchar y sigue leyendo las noticias del diario; dame tiempo para gozar del cielo, del mar y del viento y prosigue vendiendo tus quesos o tus preservativos; dame tiempo para vivir y muérete contando tu mercadería, convenciendo a los estúpidos de la bondad de tu programa de gobierno, leyendo tu diario o traficando con tus productos, siempre más baratos de lo que los pagas y de lo que los vendes. Si además de tiempo me das espacio, o, por lo menos, no me lo quitas, tanto mejor: así podré mirar más lejos, caminar más allá de lo que pensaba, sentir la presencia de aquellos árboles y de aquellas rocas. (318)

En esta novela confluyen de forma admirable dos características que tiendo a esperar de la buena literatura realista, que el mismo Manuel Rojas resume bien en un texto al final de esta edición: “Creo que el equilibrio entre el tratamiento de un asunto y el asunto mismo es lo que el escritor, el novelista sobre todo, debe buscar.” (376) “Algo sobre Hijo de ladrón” (1962) es la explicación más lúcida de una novela por su mismo autor que recuerdo haber leído, tanto que me hace sentir que este ejercicio de reseñarla es redundante.

El asunto de la novela transcurre en un mundo perdido, y su asunto es la forma en que su protagonista, Aniceto Hevia, se mueve por ese mundo y ese tiempo perdido. Si no estuviese tan bien tratado, podría sentirse totalmente anticuado y anacrónico. Es el mundo de un Chile derechamente sub-desarrollado, en contraste con el Chile “en vías de desarrollo” en que habitamos hoy. Y el contraste se nota. Es cierto que hoy existe miseria y pobreza, y sobre todo desigualdad, en nuestro país. Pero el nivel de abyección y desprotección de las capas bajas de inicio del s. XX, que magistralmente retrata Hijo de ladrón, no creo que siga existiendo. Hoy hay, al menos, un Estado más o menos funcional del que cabe exigir y esperar respuestas de algún tipo. Es difícil imaginar hoy las vidas errantes y precarias, de albergue en conventillo en calabozo, de los hombres que desfilan por estas páginas y que apenas ganan suficiente para comer ese día. Seguramente existen algunas personas aun que viven así, pero deben ser muchas menos de lo que eran en la época aquí capturada, donde se imagina que la totalidad de la clase obrera vivía más o menos en este estado de desprotección, trabajando en oficios manuales de alto riesgo o como ladrones. Además, no hay aquí ilusión siquiera de movilidad social, sino que una estricta rigidez en los roles que a cada “hombre” (porque, ciertamente, los sujetos de Rojas son principalmente hombres y las mujeres cumplen solo funciones subsidiarias) le toca cumplir:
No tenía ningún resentimiento contra el hombre cuyo nombre acababa de conocer; sospechaba que cumplía, como mi padre y como todos los demás hombres, un deber que no podía eludir sin dejar de ser lo que obligadamente era; pero nuestros planos eran diversos y debíamos mantenernos en ellos, sin pasar del uno al otro sino algunas veces, forzados por las circunstanicias y sin dejar de ser lo que éramos: un policía y un hijo de ladrón. (40)


Por otro lado, me llaman la atención ciertas dinámicas que parecen inamovibles desde el tiempo retratado de la novela hasta hoy, en particular dos. Primero, el gusto por la burocracia: “–Es la única forma: usted me trae sus papeles y yo le doy el certificado que necesita. Certificado por certificado. ¿Dónde nació usted?” (23), dice el funcionario con quien Anicento intenta conseguir un certificado de nacionalidad. Como reacción quizás inevitable al afán por tener un certificado para todo, y si es ante notario mejor, se retrata también el correspondiente desagrado que ella puede despertar en un protagonista errante y que busca desarrollar su individualidad en libertad, incluso en desapego:
(Bueno, yo nací en Buenos Aires, pero eso no tenía valor alguno; lo valioso era el certificado; nunca me sirvió de nada decirle y las personas a quienes le dije no demostraron en sus rostros de funcionarios entusiasmo ni simpatía alguna; faltaba el certificado; y los peores eran mis compatriotas…(23)


Segundo, en la memorable escena del motín (hoy, léase manifestación) en el que Aniceto se ve envuelto sin intenciones, se retrata de forma casi ominosa las mismas dinámicas que se han dado, por tirar un ejemplo, en las manifestaciones desde el 18-O-2019: por un lado, los insultos gratuitos y provocadores de quienes se manifiestan (legítimamente) hacia los carabineros; la forma en que se nubla deliberadamente la humanidad de estos últimos. Por otro, la conducta cegada por la autoridad, avasalladora y arbitraria, de los carabineros que detentan fuerzas mucho mayores que sus adversarios. Finalmente, la chispa inicial termina llevándose mucho más allá, terminando en saqueos y apedreos a almacenes, bancos, y casas comerciales de Valparaíso:
No tenían nada que ver, es cierto, con el alza de las taridas de tranvías, pero muchos hombres aprovecharon la oportunidad para demostrar su antipatía hacia los que, durante meses y años explotan su pobreza y viven de ella, robándoles en el peso, en los precios y en la calidad; la mezquindad de algunos, el cinismo de otros, la avaricia de muchos y la indiferencia de todos o de casi todos, que producen resquemores y heridas, agravios y odios a través de largos y tristes días de miseria, reaparecían en el recuerdo …( 153)

¿Hablan estos temas recurrentes (desigualdad, burocracia y, a la vez, desconfianza de la autoridad) de cierta “idiosincrasia chilena”, capturada aquí a mediados del siglo XX por Rojas pero que, se puede argumentar, se retrotrae hacia tiempos de la colonia y se extendería hasta nuestro presente y más allá? No me atrevo a hacer una afirmación de tamaño esencialismo, pero creo que es una posible lectura al menos.

En cuanto al estilo de la novela, pienso que Rojas hace un buen recuento de las diversas técnicas que aquí se ensayan, y agrega además que éstas no deben ser ni son el foco de su libro. Prefiero reproducirlo textual que tratar de hacer mi propio recuento:
El monólogo interior, el regreso en el tiempo, la digresión, la corriente de la conciencia, los pasos entre un hecho y otro, y de la primera a la tercera persona y viceversa son, sin duda alguna, preciosos recursos, pero no creo que se pueda hacer un libro únicamente para mostrar que se los domina o que hay muchos; es necesario cuidar también del asunto. (376)

Los cambios de persona gramatical, en particular, tienen un efecto acumulativo muy potente, de ir construyendo este relato tridimensional y no-lineal de la memoria de un sujeto. Quizás el capítulo más memorable, de hecho, es el que está narrado entre paréntesis, en cursiva, y en segunda persona. Reconozco que tengo debilidad por las cosas en segunda persona, pero me parece que es una buena forma de cerrar esta reseña, con el llamado a una empatía profunda con que cierra el capítulo llamado el de “la herida”. Pienso que esa herida puede ser la memoria: los recuerdos que cada uno de nosotros acarrea y que, aunque permanezcan ocultos para el resto, nos pueden provocar en cualquier momento dado dolores insospechados. La memoria que es la memoria del cuerpo, de sus heridas, y también de las heridas del “alma”, aquellas heridas que vamos acumulando solo en nuestras mentes pero que no por eso son menos reales. Esta memoria, de un sujeto particular – imaginario pero magistralmente imaginado y entretejido con la autobiografía – es el núcleo de esta novela, aunque su envoltorio “de época” es igualmente fascinante. Hijo de ladrón constituye un ejercicio de empatía tan bien logrado que permite que una lectora del siglo XXI sea capaz de encontrar puntos de encuentro con un personaje que vagabundea por un mundo desaparecido, un mundo de 100 años antes.
Y piensa que en este mismo momento hay, cerca de ti, muchos seres que tienen su misma apariencia de enfermos, enfermos de una herida real o imaginaria, aparente u oculta, pero herida al fin, profunda o superficial, de sordo o agudo dolor, sangrante o seca, de grandes o pequeños labios, que los limita, los empequeñece, los reduce y los inmoviliza.)
Profile Image for Marlen Leiva.
150 reviews50 followers
Read
April 5, 2018
Es un libro interesante, por la forma en que está contada la historia, y no es solamente una historia, sino que existe una polifonía de historias que se unen al relato principal.
Es un libro difícil de leer, porque describe muchos paisajes y personajes. Lo más interesante de esta obra son las descripciones que se realizan al puerto de Valparaiso, como también a las revueltas sociales que se producen a causa de las alzas en el pasaje.
Este libro es el fiel reflejo de nuestra sociedad chilena, de las injusticias sociales, de la miseria y la pobreza sobretodo como deben soportar y vivir el día a día las personas que han quedado a un margen de la sociedad.
Profile Image for andi.
29 reviews38 followers
June 6, 2023
uno de mis favoritos
Profile Image for sailor book ☽.
7 reviews
May 23, 2024
Debo admitir que Hijo de ladrón no es mi tipo de novela y que, si bien puede tomarse como un libro imprescindible para la literatura chilena, fue una verdadera pereza para mi por no decir otra palabra. La narrativa es muy densa, lenta y demasiado descriptiva. Es impresionante lo mucho que puedes demorarte leyendolo a pesar de tener 400 páginas, las cuales, en otras novelas, te demoras la mitad de tiempo. Personalmente, es una de las obras de la literatura chilena que más aburrida se me ha hecho, no logro contar con los dedos la cantidad de veces que casi o que directamente me quedé dormida leyéndolo. Lo que sí puedo destacar son los mensajes que da el autor y ciertos pasajes que pueden hacerte reflexionar como el famoso capítulo de La herida. No obstante y lamentablemente, me quedo con lo negativo; detesté leer esta novela y espero no tener que volver a tenerla en cuenta en mi vida
Profile Image for Francisca.
193 reviews
November 6, 2015
Me gustó mucho, creo que a todos los que se han sentido marginados de alguna manera esta novela los hará sentirse identificados. Para el año en el que fue escrito esta bastante moderno el estilo de narración.
Tiene unas frases maravillosas <3
Profile Image for Claudio Ruiz.
22 reviews53 followers
October 27, 2021
Es bien rara esa sensación de volver a un libro que leíste cuando eras alguien diferente. De hecho, pasa cuando en tu vida adulto has cambiado lo suficiente como para impactarte por una historia, una canción, una película, que en el momento equivocado no tuvo el mismo efecto.

Hijo de Ladrón es de esos libros que los buenos profesores de castellano (¿"Lenguaje" se llama ahora?) preparaban lentamente su aterrizaje; y que malos profesores obligaban a leer en castigo. Por las mismas razones.

El libro tiene una técnica que, supongo, debió haber sido confusa y medio avant-garde en us época. Saltos temporales, cambios bruscos de hablante y personajes, capítulos enteros en letra cursiva, qué se yo. La historia tiene pulso firme, frases que enganchan, un par de historias y personajes entrañables. Me gustó más ahora, apostaría, a la lectura adolescente. Y resiste el paso del tiempo con dignidad.
3 reviews
April 24, 2023
la historia no es mala, pero el tipo cada vez q cuenta un recuerdo se pega mil vueltas para contar algo corto
Profile Image for Pedaleo Librería.
45 reviews50 followers
October 31, 2025
Primero no existe el Estado y da lo mismo si el destino queda en Argentina o Chile. Luego la familia se quiebra y ya no queda nada. Termina la infancia en un soplo y el desamparo queda entregado a la suerte, el azar como forma de vida y experiencia. Echar a andar en un viaje donde las coincidencias con personajes son las grandes enseñanzas. Ser hijo de ladrón, cargar con el estigma como si el oficio se heredara en la sangre y no. Aniceto busca un destino distinto, porque su propia ética quiere el desapego a lo poco que pudo conservar; una vaga y corta historia familiar, códigos con los que relacionarse con el resto y manos dispuestas a trabajar para cubrir lo básico. El hambre, luego el frío y ya con más suerte aspirar a cosas calientes y la amistad como único bastión de quien queda solo en el mundo
Profile Image for Tarafa Shuraiki.
34 reviews4 followers
May 18, 2017
ابن لص: أبناء اللصوص نوعان، نوع يقضي وقته بين المطاعم والنوادي ورحلات الخارج، يستقبلهم الجميع باحترام أو خوف لا فرق، سياراتهم ولبسهم وحاجياتهم هي الأغلى ثمناً، وشهاداتهم العلمية معدة سلفاً إن احتاجوها. النوع الآخر وهو محور رواية مانويل روخاس سبولبيدا: أبناء اللصوص الصغار، النشالون، الأشخاص الذين لم يعرفوا من الحياة سوى الفقر، والتشرد، والذل: إنهم موسومون بأنهم أبناء لصوص، وعليهم أن يعيشوا كأبناء لصوص، يتشردون في الشوارع، يسرقوا أو لا يسرقوا – غير مهم – ولكن عليهم زيارة السجن بين الحين والآخر، الحياة عندهم يوم بيوم، صراع من أجل لقمة العيش. يصف مانويل روخاس بدقة لحد الألم حياة هؤلاء الحاضرين بيننا في كل حال والذين لا نراهم او لا نرغب برؤيتهم. تمسكنا هذه الرواية بيدنا لنعيش معهم ونحاول أن نفهمهم. ربما علينا أن نحترمهم أو نخافهم أيضاً – لا فرق-. المهم بجب علينا أن نعرفهم: هم في كافة الأحوال أنقى من النوع الأول. الرواية متبعة للقارئ لناحية تنظيمها وهنا لن أجد أفضل مما ورد في مقدمتها لبيان ذلك واقتبسه حرفياً: "إن الزمن في روايات مانويل روخاس، ليس منطقياً، أي أن التتالي فيه غير موجود، فالزمن عنده هو زمن الفكرة، وهو ما يمكن أن نسميه بالزمن الفالقي، نسبة إلى الفوالق الجيولوجية، فما يروى هنا يخنقه آخر يبرز وبأخذ مكانه، لكن لا يلبث أن يعود ويظهر من جديد في مكان آخر." انتهى
Profile Image for Fran.
90 reviews23 followers
February 28, 2015
4'5/5

Esta opinión no contiene spoilers, y de tenerlos, son debidamente avisados.


Si hay tiempo para leer, entonces es necesario, por un poco de cultura, proponerse conocer un poco de las obras hechas por los autores nacionales. Es por esta razón que este mes, y gracias a que una amiga me prestó su libro, que me decidí a leer una de las novelas del chileno Manuel Rojas.

Para que sepan un poco, Manuel Rojas, si bien nació en Buenos Aires, se instaló en Chile desde joven, adoptando la nacionalidad de sus padres (chilena). Fue un autodidacta más bien pobre y ejerció en su juventud una gran cantidad de oficios: anotador de teatro, pintor, vendedor y profesor que se condice además con una vida errabunda, la misma que lo llevó a recorrer varios países de América, Europa y Asia; una experiencia que finalmente terminarían por reflejarse en sus obras: El delincuente, Hijo de Ladrón, Mejor que el vino, Sombras contra el muro, entre otras.

"La miseria y el hambre no tienen olfato, más aún, el olfato estorba al hambriento. ".
La trama de esta novela inicia cuando Aniceto Hevia sale de la cárcel, después de permanecer en ella un tiempo, luego de ser acusado de aprovechar los disturbios generados durante unas protestas para robar una joyería (cosa que en realidad no es cierta). Luego que lo dejan en libertad, su suerte no parece mejorar, dentro de la cárcel contrajo pulmonía y no tiene nada más que la ropa sucia y descolorida que lleva encima. De ahí en adelante, Aniceto comienza a contarnos trozos de su vida, de su presente, uno en el que conoce a Cristián y el Filósofo, con los cuales aprende a recoger metal en las arenas de la playa. De su pasado, hijo de una familia numerosa, caracterizada por sus continuos desplazamientos de una ciudad a otra; con un padre, de oficio ladrón, serio y amigable, y una madre cariñosa y cómplice de su marido. Y finalmente, del pasado de todos los demás personajes que de una forma u otra, viven - y sobreviven - alrededor de Aniceto, una suerte de micro-tramas que nacen y mueren cientos de veces a lo largo de sus páginas y que obligan al lector a permanecer en constante vigilia.

"En unas horas, en menos de un día, la casa era otra y otros éramos nosotros; otro también, con seguridad, nuestro padre. Todo cambiaba y todo cambia terriblemente. Lo sentíamos en nuestra inmovilidad. Debería pasar días, meses quizá, antes de que pudiéramos- si es que podíamos - recuperar el movimiento".
El personaje principal en este libro es el único del que me atrevo a hablar con algo de propiedad, ya que la cantidad de personajes que son descritos, en mayor y menor forma, es muy superior a la que estamos acostumbrados en los libros más juveniles y sería imposible para mi (y enredoso para ustedes) que yo intentara agregarlos en esta parte. Aniceto Hevia es un Argentino hijo de ladrón: 'El Gallego' le llaman sus compañeros, y a diferencia de lo que pasaba en otras familias igual de pobres que la suya, su padre no era una mala persona, no era alcohólico o pegaba a su mujer, pero su oficio deshonroso lo obligaba a pasar grandes temporadas fuera de su casa. Por esta razón, era su madre la que mantenía el orden en la casa, le daba de comer y él y sus hermanos y procuraba que nunca les faltara nada y fue la misma razón la que lo obligó a partir a otras tierra cuando ella muriera trágicamente y dejara a la familia desamparada: La pérdida de una madre, no importa del lugar que sea, siempre será el mayor golpe para una familia.


La personalidad de Aniceto es la de un viejo. Aún siendo joven en edad, son los constantes vaivenes de la vida los que han calado hondo en su alma y lo han transformado en un tipo introvertido, tímido ante el sexo opuesto e incluso sus mismos compañeros de oficio y en el mejor de los cuentistas y filósofos.

Sus continuos viajes por Mendoza, Valparaíso o Buenos Aires, lo llevan a conocer el modo como se vive en algunos de los lugares más precarios impuestos por el hombre: las cárceles, los conventillos de paso, las playas atestadas de vagabundos, en las casas de ladrones y proscritos. Es posiblemente, la naturalidad con que Aniceto pone sobre la mesa temas como la pobreza, el inconformismo popular, la burocracia y la dureza de la vida en prisión, que lo hacen un libro tan moralmente desgarrador e inolvidable, como si de pronto, ya no estuvieses leyendo un libro, sino que comiendo un poco de pan y tomando un mate al lado de la estufa una tarde de domingo, escuchando a tu abuelo contar sus historias de cruda juventud.

"Ahora se me ocurre que en aquel tiempo vivíamos allí, en relación con el tiempo, como en compañía de un león, al que estuviéramos acostumbrado a ver, pero al que teníamos siempre, de día y de noche, sobre todo de noche, cuando, en la oscuridad, no se le podía ver y él no podía ver a nadie".
La narrativa marca un cambio para Chile en la literatura de esos años. El desenfado y la libertad con que Rojas narra es sumamente extraña para la época, cambiando las historias rurales por las de personajes viviendo la crudeza del sector urbano-no-burgués. Es por todo esto - y algunas cosas que dejo en el tintero - que Hijo de ladrón, aparecida en 1951, se considera la mejor de las novelas de Manuel Rojas y una de las más significativas dentro de la literatura chilena.

"En resumen, Hijo de Ladrón es la obra con que Manuel Rojas se consagró como escritor en Chile hace más de medio siglo atrás. Contando la historia de Aniceto, un pobre nómada medio argentino-medio chileno que buscará suerte por las afueras de Valparaíso, Rojas pone en evidencia un sin número de temas sociales que son finamente revelados en las diversas historias de vida de las que nos hace parte el personaje."
Profile Image for Geraldine.
36 reviews7 followers
March 15, 2023
Hermoso. Este libro es arte.
No se me ocurren las palabras para transmitir todo lo que me produjo este libro. Simplemente podría decir que es uno de mis favoritos y que de seguro volveré a leerlo más de una vez.
Tengo varios párrafos marcados con fragmentos muy bellos que me hacen pensar en la vida, en la melancolía, en la pobreza, en el amor, en la crudeza que viven muchas personas.
Ojalá todos tuvieran la oportunidad de leerlo.
Profile Image for Mis Lecturas.
300 reviews25 followers
April 22, 2019
Puede ser un poco intimidante acercarse a estos relatos tildados de clásicos, históricos, que han marcado época, porque tantos no han pasado bien la prueba del tiempo y cuesta quedarse con la manera de escribir de entonces, las descripciones de sitios inimaginables, las señoras de largo y los señores de sombrero.

Pero Manuel Rojas escribía maravillosamente bien. Con una simpleza que hace pensar que cualquiera de nosotros podría hacerlo igual o mejor que él (en sueños...).

Con una mano que describía de una forma directa pero literaria a la vez, aunque lo último no molesta, solo mejora.

En la primera de las cuatro novelas que protagonizó Aniceto Hevia, el autor ya deja ver como siempre se mezclaría su vida, su niñez pobre, de niño que dejó de ir al colegio en cuarto básico, con las historias que salían de su cabeza.

Aniceto del libro termina en la cárcel como su padre, reconocido ladrón de joyas, primero de niño y luego, muchos después de la muerte de la madre, y con toda la familia desperdigada, por la mala suerte del que estuvo en el lugar equivocado. Recorre y recorre mundo, se quiere embarcar y primero no puede (por los famosos papeles. Toda una excelente sección dedicada a los famosos papeles), pero después sí. Por lo general, esos recorridos los hace acompañado de personajes tanto o más miserables que él, que arman una historia de ritmo vertiginoso, que cambia de narradores y da saltos en el tiempo como si el autor hubiera ido cambiando de lápices, y con cada cambio hubiera venido un espíritu distinto que le indicaba el camino. Un maestro.

El Aniceto de verdad era un vecino de Rojas, y algunos de los otros personajes fueron personas que
el autor fue encontrando en los trabajos que comenzó a ejercer desde niño hasta su paso desde Argentina a Chile a pie, encaramado en un tren a la mala, a los ¡14 años!

Solo me queda recomendar este libro como la joya que es. No queda mucho más por decir de él. Lo mejor es leerlo.
Profile Image for Felipe Fuentealba.
Author 3 books19 followers
January 20, 2022
De no ser el libro que es lo hubiera abandona por la mitad. La prosa de Rojas es áspera, lenta (se toma páginas en sólo describir el sabor de un pescado frito), fanática de las disgresiones, y hay cientos de páginas meramente descriptivas en las que la historia no avanza hacia ningún lado. De hecho, el hilo que abre la historia se retoma como 200 páginas más adelante. Hay una delincuencia elegante, que ya no existe, imágenes de una pobreza extrema, elegías al anarquismo, bostas de vaca, y de vez en cuando licencias poéticas en forma de monólogo que me han parecido lo mejor del libro.
Profile Image for Katherine Verdugo.
6 reviews
December 4, 2024
"No pueden pensar en otra cosa que en subsistir y el que no piensa más que en subsistir termina por encanallarse; lo primero es comer y para comer se recurre a todo (...) No podía reprocharles nada, pues no tenían la culpa de ser lo que eran o como eran, pero les temía, como un animal criado en domesticidad teme a otro que ha sido criado en estado salvaje."

Mi favorito del año, me encantó de principio a fin.
Profile Image for Cristopher :D.
28 reviews
October 25, 2025
Manuel Rojas se vale de todos los recuersos estilisticos posibles para crear esta historia; este retrato de un Chile sub-desarrollado de principios del siglo XX.
Una narración no-lineal, llena de digresiones para crear el cosmos de una clase isocial invisible, que esta ahí, porque les toco estar ahí.
Profile Image for Daniela.
88 reviews19 followers
September 30, 2020
Relato desde la marginalidad, vivir fuera del sistema, intercalando alusiones a la concepción de trabajo y libertad.
La importancia de la experiencia en la conformación del personaje.
Que gran novela!

"Existir era barato y el hombre era duro; en ocasiones, lamentablemente duro."
Profile Image for cami.
97 reviews7 followers
November 10, 2025
Nada hacía presagiar que terminaría llorando, pero por la generosidad esa de los que menos tienen. Tenía tantas reflexiones mientras leía, pasé por varias emociones, pero ahora solo quedé con un nudo en la garganta. Tal vez después escriba algo más elaborado.
18 reviews
January 19, 2024
Es un tremendo libro, muy interesante como va construyendo una historia desde relatos más pequeños y tiempos que se mezclan. Cómo describe cierta marginalidad errante, el mundo del ladron y todas las complejidades que afectan cualquier vida
Profile Image for Valentina.
32 reviews2 followers
April 20, 2025
48% (2025)
VOLVERÉ A TI CUANDO TENGA MÁS TIEMPO LO PROMETO ANICETO HIJO MIO
Profile Image for Alvaro.
184 reviews5 followers
February 15, 2017
Buena adaptación, aunque sea superposición de fragmentos de la obra original sobre dibujos, faltan secuencias de acción, diálogos... Es algo de lo que adolecen muchas adaptaciones. El desafío de plasmar en un centenar de páginas una obra de esa magnitud no debe ser sobrevalorado, pero creo que las soluciones estéticas elegidas privan al lector (y a los autores) de una obra bien lograda.

Mala elección del estilo de dibujo: lo que se ofrece en esta edición corresponde básicamente a los bocetos, por lo que faltan varios pasos del trabajo, sobre todo el ENTINTADO. Todo esto hace muy confusa la lectura, con páginas muy negras, llenas de borrones y líneas que recargan las páginas y distraen en demasía.

Aunque no tengo claro si alguien que no haya leído la novela entenderá de qué se trata esta historia, parece una buena aproximación a la obra del enorme Manuel Rojas. ¡¿Qué pena que se quedaran a medio camino?!
5 reviews
October 7, 2018
OPINIÓN
Si bien tengo una preferencia hacia los libros cuyos personajes se mantienen presentes durante toda la historia, y temas más juveniles, este libro me hizo llenarlo de post-its. En un viaje - enredado, por cierto- con Aniceto Hevia, es posible reflexionar sobre hábitos humanos que más de una vez nos han hecho lamentar nuestra esencia como humanos. Los personajes poseen un carácter fuerte, que no se reduce con la inmensa cantidad de situaciones que viven y que a cualquier persona atormentarían. El sarcasmo utilizado en el relato, lo hacen una lectura entretenida y amena, sin embargo, se debe disponer de tiempo y disposición para no perder el hilo de la historia :)
Profile Image for Enelopezawad.
122 reviews3 followers
September 7, 2025
No recuerdo exactamente cuándo fue la primera vez que leí esta novela. Sé que fue para el colegio y que lo hice en la misma edición Zig-Zag que usé ahora, esta vez como profesor. Así son las cosas: la edición escolar más accesible de una de las novelas más importantes de nuestra tradición está hecha por una empresa privada con un (des)criterio editorial absurdo. La letra es enana, los márgenes ínfimos y la separación entre capítulos y partes se reduce al mínimo necesario. No hay una sola página en blanco: todo el espacio ha sido aprovechado. Una obra que en su primera edición —que tuve en mis manos gracias al abuelo de una estudiante que se la prestó para que la mostrara en el colegio—ocupaba 366 páginas, se publica en 280.

Casi cien páginas de dieta para que el negocio de los señores Zig-Zag sea rentable. Como si la tarea de leer una novela fragmentaria, narrativamente intrincada y filosóficamente densa en plena adolescencia no fuese suficiente desafío. ¿Qué podemos esperar como profesores de la tarea de enseñar este libro si eso es lo que se permite considerar una "edición escolar"?

Aunque la verdad no me puedo quejar. Tengo una suerte ambigua con el tema de la lectura en mi colegio. Un porcentaje alto de los estudiantes lee los libros que tienen que leer. Lamentablemente, la principal razón es que les importan demasiado las notas más que el placer de la lectura. Una motivación extrínseca más que intrínseca, que es la que buscamos promover. Eso me hace sentir mucho peor cuando dicen que un libro no les gustó o que no lo entendieron: quiere decir que los obligué a leer algo que los alejó de la lectura más que acercarlos.

Tenía mucho miedo con este en particular. No recuerdo haberlo disfrutado especialmente cuando lo tuve que leer yo por primera vez. Me había gustado, pero lo recordaba difícil. Y en efecto lo es: esta vez también fue un desafío atravesarlo con tan poco tiempo, apenas abriendo los ojos en la madrugada porque esa es la única hora en la que un profesor puede leer. Y en ese esfuerzo matutino no dejaba de sentir culpa imaginando a mis niños con la corteza prefrontal todavía más atrofiada que la mía de tanto tik-tok intentando leer la misma novela que me estaba costando a mi, mientras van al preuniversitario, estudian para otras materias, preparan el baile de septiembre, practican para las alianzas, se enamoran, pelean con sus amigos de toda la vida, salen del closet...y entre todas esas tareas tener que leer Hijo de Ladrón con una letra enana, sin márgenes y pensando en qué tan difícil será la prueba.

¿Pero saben qué? No fue tan terrible. Algunos no la leyeron, como siempre. Pero los que sí la leyeron me dijeron que les gustó. Que era difícil sí, pero que si uno se dejaba llevar te enganchaba. A mí también me pasó, les respondía ilusionado.

No hay mejor testimonio de la potencia de una obra que su resistencia a las condiciones más adversas.
Profile Image for Francisco Olivares.
6 reviews
January 29, 2022
Por lo general no me gustan mucho las novelas en las que no existe un objetivo o “fin” perseguido por los personajes, ya que me cuesta encontrar la motivación para leer divagaciones y acontecimientos con un trasfondo filosófico que no es de mi gusto. Sin embargo, en hijo de ladrón, estos pensamientos y vivencias del protagonista están dotados de la característica de la simpleza y la humildad: ya sea a través de los recuerdos de la infancia de Aniceto -una fase inocente por cierto, que contrasta y explica con su perspectiva del mundo cuando ya es adolescente- o las desventuras que vive en su vida de nómade, la novela transmite la filosofía de la sencillez y solidaridad como piedras angulares en la vida. Males como la hambruna, la enfermedad, la insalubridad de los lugares en los que transcurre la
novela, la represión policial y la hostilidad del ambiente en que se desarrolla el personaje, descritos por Rojas con una destreza y vividez que sólo pueden provenir de quien se ha encontrado en situaciones similares, revelan una realidad marginal que inundó mi corazón con imágenes de una cotidianidad que ignoro, pero que ha existido y lo seguirá haciendo siempre en este sistema capitalista que aliena a las personas con respecto a ellas mismas, a su trabajo, y los frutos de él. El robo como manera de vivir, totalmente válida ante los ojos de quienes no tuvieron la oportunidad de conocer
una manera de “ganarse” la vida, se muestra como
una realidad de la que el protagonista intenta desprenderse, explorando las alternativas que le quedan en un mundo hostil y burocratizado, donde las puertas se cierran ante quienes no poseen las habilidades ni oportunidades para abrirlas.
Profile Image for Melvin Clau.
58 reviews
October 26, 2025
4.5⭐ Lo primero que hay que decir de esta novela es su estructura narrativa no lineal, característica que anticipa el narrador y protagonista Aniceto Hevia en sus primeros párrafos al describir que su relato puede ser confuso y estár lleno de lagunas e idas y vueltas, saltando de la actualidad a la infancia para después al relato de un amigo. Dicho esto, destaco lo moderna que me pareció el libro publicado en 1951 pero que llevó cerca de 15 años en salir a la luz.
Pocas veces antes se había relatado el mundo de la pobreza, precariedad, marginalidad y desamparo infantil como aquí se hace, donde el lector acompaña al protagonista en su miedo y dolor al perder a su madre y en la indefensión en que queda a los 12 años cuando su padre ladrón cae a la cárcel y tendrá que valerse por si solo, sin familia, hogar ni cariño.
El hambre, el frío y la miseria son compañeros de viaje de Aniceto , que sin embargo encuentra a otros seres en el camino que entran y salen de su vida errante y que pueden ser ladrones, borrachos o mendigos, pero sin ser juzgados y hasta se puede vislumbrar una luz de solidaridad, compañerismo y lealtad en ese mundo de los que nada poseen.

"...en esa casa había vivido, hasta unos pocos días atrás, una familia, una familia de ladrón, es cierto, pero una familia al fin; ahora no había allí nada, no había hogar, no había padres, no había hermanos; sólo quedaban dos colchones, dos frazadas, dos sábanas sucias y un muchacho afligido."
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