O que se pode esperar de um encontro entre um cristão e um ateu? E quando esse cristão é o representante máximo da Igreja Católica, Joseph Ratzinger? Em 2000, o então cardeal e mais tarde papa Bento XVI participou de um debate acalorado com o filósofo ateu Paolo d’Arcais em torno da provocadora questão - Deus existe?
A tentativa de dar um sentido claro e novo ao cristianismo no meio da crise da humanidade está no centro dessa discussão, que aborda desde temas polêmicos como o aborto até a fronteira, cada vez menos nítida, entre fé e razão. Um confronto de opiniões que ajudará todas as pessoas que já se perguntaram e, muitas vezes, não encontraram respostas que sustentassem verdadeiramente sua própria credulidade ou religiosidade.
Originally Joseph Ratzinger, a noted conservative theologian before his election in 2005, Benedict XVI strove against the influence of secularism during his papacy to defend traditional Catholic teachings but since medieval times first resigned in 2013.
After Joseph Ratzinger served a long career as an academic and a professor at the University of Regensburg, Pope Paul VI appointed him as archbishop of Munich and Freising and cardinal in 1977. In 1981, he settled in Rome as prefect of the congregation for the doctrine of the faith, one most important office of the Roman curia. He also served as dean of the college of cardinals.
Benedict XVI reigned 265th in virtue of his office of bishop of Rome, the sovereign of the state of Vatican City and the head of the Church. A conclave named him on 19 April 2005; he celebrated his inaugural Mass on 24 April 2005 and took possession of his Lateran cathedral basilica of Saint John on 7 May 2005.
Benedict XVI succeeded Saint John Paul II, predecessor and his prolific writings on doctrine and values. Benedict XVI advocated a return to fundamental Christian values to counter the increase of many developed countries. Relativism denied objective truth and moral truths in particular; he viewed this central problem of the 21st century. With the importance of the Church, he understood redemptive love of God. He reaffirmed the "importance of prayer in the face of the activism" "of many Christians engaged in charitable work." Benedict also revived a number and elevated the Tridentine Mass to a more prominent position.
Benedict founded and patronized of the Ratzinger foundation, a charitable organization, which from the sale of books and essays makes money to fund scholarships and bursaries for students across the world.
Due to advanced age on 11 February 2013, Benedict announced in a speech in Latin and cited a "lack of strength of mind and body" before the cardinals. He effectively left on 28 February 2013.As emeritus, Benedict retained the style of His Holiness, and the title and continued to dress in the color of white. He moved into the newly renovated monastery of Mater Ecclesiae for his retirement. Pope Francis succeeded him on 13 March 2013.
Tres estrellas porque el debate al que hace referencia el libro no está completo. Es sólo una pequeña muestra del debate que se dio en el año 2000 entre el entonces cardenal y teólogo Joseph Ratzinger y el filósofo ateo Paolo Flores D'Arcais. El resto del libro constituyen dos textos, uno de Ratzinger y otro de Flores, los cuales están en franco desequilibrio, tanto temático como de tamaño. Se nota la balanza inclinada hacia el filósofo ateo, pues su texto es en realidad varios textos sobre filosofía que tratan sobre la postura de algunos filósofos cruciales en el pensamiento occidental moderno y contemporáneo, y la base teológica de la religión católica sobre la verdad, la existencia, el ser, lo cual Flores contrasta desde la filosofía en temas como la finitud de la existencia, la sinrazón de esa existencia y la idea de que es el ser humano quien debe dar el sentido a todo y no un ser superior. Este texto es el más largo en extensión del libro, mientras que el de Ratzinger, que trata sobre la crisis de la fe en occidente de entrada al nuevo milenio, es mucho más corto y no presenta ninguna oportunidad de debatir teológica y filosóficamente al texto de Flores, que es el que cierra el libro y, con ello, espacialmente termina haciéndose con la última palabra, por lo tanto, con la pretensión de la verdad, esa pretensión que tanto critica al catolicismo, pero a la que él mismo recurre e incurre.
Por otro lado, es interesante el tratamiento del tema del new age, las religiones orientales y de la India como el budismo y el hinduismo, tan en boga desde la entrada del nuevo milenio. No obstante, lo interesante de todo esto y el motivo por el que quise leer este libro no está: el debate. Así que lo busqué en Youtube y lo vi pero en Italiano y con subtítulos en inglés, lo cual no facilitó mucho la empresa. En este debate, no podría determinar un ganador, pues frente a una audiencia no creyente o atea en su mayoría, las palabras de Ratzinger podrían no alcanzar la relevancia de lo que contienen sus ideas, sin embargo, se llevó varios aplausos, aunque a Flores le llovían las ovaciones en cada intervención, no obstante, creo que en este caso la balanza, a mi criterio, estuvo más del lado de Ratzinger, puesto que se limitó casi a exponer sus ideas basadas en la teología católica y en la observación de la realidad contemporánea, mientras que la postura de Flores era un franco ataque, lo cual representa perfectamente la posición del pensamiento contemporáneo frente a la Iglesia católica. Pero, como leí en una entrevista a los autores de otro libro: una cosa es creer en la existencia de Dios y otra es tener fe en Dios. Me quedo con esta idea muy profunda en la que poco reparamos en la actualidad, y que tiene todo que ver con el debate entre Ratzinger y Flores. Para Flores, el problema es que el católico quiere convencer a otros de su verdad, mientras que al ateo no le interesa convencer a nadie de su verdad ni que nadie pierda la fe, y que ese es el mayor error de la Iglesia, sin embargo, durante todo el debate, más bien el ateo fue quien quiso convencer a todos de tener la verdad y la razón de su lado, cuestionando el origen del cristianismo como "la religión de la razón", que es una idea teológica defendida por Ratzinger y muchos teólogos desde Tomás de Aquino, (pues entre otras cosas el verbo es el logos, la encarnación es Dios manifestándose en el hombre a través de la razón) mientras que para Flores, el cristianismo es la religión de la locura y la sinrazón, basándose en una frase de San Pablo en una de sus cartas, en la que dice que "la fe es escándalo". Esto, refiriéndose sobre todo a la encarnación y más específicamente a la resurrección, ya que en el tiempo en el que San Pablo predicaba en el templo, cuando habló de la resurrección, muchos de los que le escuchaban, saduceos y fariseos entre ellos, abandonaban el templo al escuchar aquello pues creían que era una locura. "La locura de la cruz". Con este argumento Flores invalida al catolicismo, mientras que Ratzinger sostiene que desde la misma creación del hombre, según la tradición judeocristiana, Dios dotó al hombre de la razón, y de ahí el libre albedrío y el problema del bien y del mal. Y porque, según la teología católica, es a través de la razón humana que Dios llega al hombre, por el verbo, y luego se encarna en Cristo, el verbo encarnado, porque es la única vía de llegar a la razón humana, ya que la razón divina es inentendible, inabarcable e inaccesible a la razón humana. Creo que esta es la base y la idea más importante del debate.
O livro é divido em três partes. A primeira um pequeno artigo sobre a fé e razão escrito pelo Papa Bento XVI seguido de um debate entre este e o ateu Paolo D'arcais e depois um artigo mais extenso deste último. O que vale a pena aqui é só os dois primeiros (em parte ainda, pois o debate foi mal organizado e o tema do debate nem chegou a ser discutido). A última parte, bem extensa por sinal, foi umas das coisas mais mal escritas que já li. O autor em cada parágrafo colocava de três a quatro travessões para incluir adendos no próprio texto, quebrando totalmente a coerência e continuidade do texto. E em seu texto ainda objeta contra a razoabilidade do Cristianismo com argumentos do tipo: Se existe o mal e Deus é onipotente então Deus não pode existir. A pergunta que fica é: Por onde se mede este mal se não há nada além do mundo físico? Que mal é este de que falas?
È la trascrizione di un confronto tra l'allora cardinale Ratzinger e Paolo Flores D'Arcais, Direttore di Micromega. C'è tutta il pensiero forte Ratzingeriano: l'inclusione della ragione nella fede, l'idea di Dio ragionevole, la sottomissione della scienza alla religione. Flores controbatte con un pensiero laico chiaro e debolista. Non si arriva mai ad un vero scontro, si affrontano un po' ai fianchi, mai direttamente.
'¿Dios existe?' recopila tres textos, 'La pretensión de la verdad puesta en duda' de Joseph Ratzinger (Papa Benedicto XVI), '¿Dios existe?' que corresponde a la transcripción del debate que sostuvieron Joseph Ratzinger y Paolo Flores D'Arcais, filósofo ateo, en el año 2000, y finalmente el texto 'Ateísmo y verdad' de Paolo Flores D'Arcais.
'La pretensión de la verdad puesta en duda'
'La crisis del cristianismo en los comienzos del tercer milenio'
Ratzinger afirma que el cristianismo en Europa atraviesa una profunda crisis como consecuencia de la crisis de su pretensión de la verdad. El ex Papa revela un gran conocimiento de su tiempo afirmando que las causas de esta crisis se deben a que se cuestiona si sea oportuno aplicar el concepto de verdad a la religión, esta cuestión se apoya en la ciencia moderna quien plantea su propia narrativa sobre los orígenes del hombre (darwinismo), poniendo en duda, además, la figura de Jesús.
Ante esto, Joseph Ratzinger realiza su apologética diciendo que «sin duda, la teología cristiana deberá examinar cuidadosamente las distintas instancias que se han alzado contra la pretensión de la verdad del cristianismo en el ámbito de la filosofía, las ciencias naturales, la historia, y tendrá que enfrentarse a ellas». En ese sentido, el ex Papa realiza un recorrido histórico desde la concepción del cristianismo desde sus orígenes, apoyándose en san Agustín: «Lo sorprendente es que, sin vacilar, Agustín adjudica el cristianismo un puesto en el ámbito de la “teología física”, en el ámbito del racionalismo filosófico.» y continúa más adelante «[san] Agustín identifica el monoteísmo bíblico con las ideas filosóficas sobre el fundamento del mundo que se han formado en sus distintas variantes en la filosofía antigua. A ellos se hace referencia cuando, desde el sermón del Areópago de Pablo, el cristianismo se presenta con el propósito de ser la religio vera. Así pues, la fe cristiana no se basa en la poesía ni en la política, esas dos grandes fuentes de la religión; se basa en el conocimiento. Venera a ese Ser que es el fundamento de todo lo que existe, el “Dios verdadero”. En el cristianismo, el racionalismo se ha hecho religión y no es ya su adversario».
Completamente diferente es lo que señala Paolo Flores D’Arcais, quien en el texto “Ateísmo y verdad” señala que la fe es una locura de la razón y que no se puede demostrar racionalmente la existencia de Dios. Pero su desarrollo se limita a lo finito, negando el camino de trascendencia.
En ‘Dios o la nada’ Flores cuestiona «¿Por qué o Dios o la nada? Si acaso, o Dios o lo finito. Pero Dios es lo que debe ser demostrado, más allá de cualquier duda razonable, dado que lo finito “existe”. En cambio, en la intimidación existencial, lo finito —es decir, la existencia mismo— se ve devaluado anticipadamente como nada, desde el punto de vista de un infinito hasta ahora hipotético y enteramente por demostrar. De hecho, solo asumiendo a priori el punto de vista de Dios, es decir el rechazo del posible valor y sentido de nuestra existencia finita como tal, lo finito no es nada, y el aut aut es entre Dios y la nada. Fuera de ese apriorismo lo finito puede ser el sentido de sí mismo, es más, puede ser el ámbito donde, exclusivamente, es posible encontrar un sentido que no sea ilusión, fuga, divertsissement.»
En el debate ente un católico quien cinco años después sería elegido como Papa y un filósofo ateo director de la revista MicroMega, es muy interesante de seguir. Me quedo con la afirmación de Joseph Ratzinger: «La primera cuestión es que san Pablo está convencido de que la fe cristiana apela a la razón, pero también está convencido de que va más allá de las cosas evidentes para la razón porque, así entiendo yo a san Pablo, está en juego el amor, el amor que no es antirracional, sino que excede de mucho a la razón. »
«Ese es el Dios que es logos, como dice después san Juan, que es la razón creadora, que es palabra —porque logos no es simplemente razón, sino que es una razón que ya habla, es decir, un relacionarse, un acercarse, y en ello tenemos ya una renovación del concepto de razón que va más allá de la pura matemática, de la pura geometría del ser— y no obstante logos, y también hablando y también yendo más allá de esa pura matemática, sigue siendo logos a pesar de todo, es decir, razonable… pero lo que aquí se anuncia es el hecho de que este logos es amor —se aproxima— y ese amor efectivamente realiza cosas locas. Porque parece absurdo que un Dios, desde su condición de eterna felicidad, se ponga en juego por esa diminuta criatura que es el hombre, se ponga en juego en este mundo hasta muerte.»
«Eso en realidad contrasta con el concepto puramente filosófico de Dios, y pablo es bien consciente de ese contraste, pero nos da a entender que , en resumidas cuentas, la libertad y grandeza más elevada de la razón es ser también amor, y por tanto sobrepasar el límite que nuestra especulación filosófica podría determinar para esa divinidad».
Creo que la edición que leí estaba recortada porque apenas tenía una introducción del debate, pero no su desarrollo. El debate está en YouTube así que al menos podré revisar más a fondo los argumentos a través de ese medio. Lo que sí estuvo a mi alcance fueron los dos textos, tanto de Joseph Ratzinger como de Paolo Flores d'Arcais. Así que mi opinión va en base a esos dos textos.
Creo que este tipo de lecturas son necesarias, más allá de las opiniones, convicciones o creencias personales de cada uno, porque nos permiten cuestionar, indagar, profundizar y reflexionar en nuestras posturas, nuestras formas de ver el mundo, y nuestro entendimiento de ciertas cosas.
No me considero alguien que da por sentado sus creencias, me gusta revisarlas y repensarlas, y este libro me ha permitido hacer eso. En ese sentido, creo que tiene mucho aporte. También me acercó a un debate que aborda temas relevantes y fundamentales en muchos sentidos en mi vida, así que me siento agradecido con esta lectura por ello.
Tres estrellas porque si bien es un debate muy interesante desde los dos puntos de vista, se diluye la discusión hacia temas más contemporáneos que a la pregunta atemporal de si existe Dios, perdiendo el centro. Además que hacía el final las preguntas y respuestas de los expositores se centran únicamente en refutarse mutuamente y no en seguir argumentando en pos de la pregunta base. Eso hace que hacia el final el lector se sienta perdido y como que no ha logrado comprender cuál era el argumento angular de cada uno de los autores. Aún así, un libro muy interesante y con preguntas que nunca está de más hacerse.
El amor y la razón son verdaderos pilares de lo real, la razón verdadera es el amor, y el amor es la razón verdadera, su unión constituye el verdadero fundamento y el objetivo de lo real.
A la luz de Dios se puede, se debe decir sencillamente toda la verdad, hay que decir también cosas que pueden parecer y a lo mejor son peligrosas, en la convicción de que si se dicen con sinceridad ante Dios y con una profunda apertura de conciencia Dios hará el bien con ello y nos purificará. Y asi podemos decir que el efecto con todos los peligros que impliquen no pueden no ser positivos.
El problema de tener altas expectativas con un libro es que te puedes enfrentar a grandes desilusiones. Una parte del diálogo es interesante, lo demás no me aportó gran cosa.
Existe?, puede ser una historia que se narró una y otra vez hasta que se quedó en las mentes de la humanidad, pero que se pierde con creer que existe? no se pierde nada. y que se gana creyendo? se gana mucho.. así que si lo ponemos en una balanza, me quedo creyendo, pero creo en Dios, no en la Iglesia, pues la Iglesia es del hombre y manipulada por el hombre. A Dios nadie lo manipula