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240 pages, Paperback
First published January 9, 1981
“Él, que hizo fantasía de los demás, ahora es fantasía de los demás.”Nuevamente nos las vemos aquí con un Nathan Zuckerman envuelto en un juego metaliterario y autorreferencial en el que el autor sigue dándole vueltas, de forma muy divertida, eso sí, a la repercusión que tuvo en su vida la publicación de «El lamento de Portnoy» («Carnovsky» en la novela), sus problemas por la supuesta lealtad y responsabilidad debida al pueblo judío y las implicaciones de esta supuesta autorreferencia sobre las personas de su entorno, rápidamente identificados por críticos y público con personajes de la novela.
“Deslumbrante, pero no profundo. Es algo que tenía usted que escribir, para volver a empezar de cero. Y, por consiguiente, es incompleto, le falta refinamiento, se queda en fuegos de artificio. Pero lo comprendo. Incluso lo admiro. Intentar hacer las cosas de otro modo es la única forma de ir mejorando.”El caso es que sí, Nathan Zuckerman se sentía desencadenado cuando escribió «Carnovsky», o pretendía estarlo, pero ahora se descubre añorando las cadenas. Es su sino, estar siempre entre dos polos, queriendo estar en uno inmediatamente después de llegar al otro.
“Ni siquiera es la virtud de Laura lo que te aburre a morir: es tu propio rostro respetable, responsable, lóbregamente virtuoso. Y con razón…no te cuadra en absoluto la mafia de la virtud…Lo de Laura es la causa de la rectitud, lo tuyo es el arte de la descripción.”Así le echan en cara sus editores las ganas que tenía de cambiar su vida, de dejar de escribir esas novelas correctas y responsables mientras que ahora…
“…estás sintiendo más que nunca tu propia aniquilación. Lo que es más: ahora te saca de quicio que todos ignoren lo correcto, responsable y pavorosamente virtuoso que eres en realidad.”Vapuleado por el mundo judío, sin la mujer que ama y asfixiado por su fama (los momentos más divertidos son los que Nathan comparte con Alvin Pepler, protagonista de un escándalo de concursos televisivos amañados, sí, el Herb Stempel de la película Quiz Show que también funciona aquí como reflejo de lo ocurrido a Nathan, y supuesto admirador del autor que acaba acusándole de robarle para su novela todos sus traumas y chantajeándole por ello), Nathan se tiene que enfrentar a las trágicas repercusiones que su novela ha tenido en su familia.
'... You have to have a plot, like in Hamlet or anything else first-class....Does Hamlet get up from the stage and say I don't want to die at the end of the play? No, his part is over and he lies there. That is the difference, in point of fact, between schlock and art. Schlock goes every which way and couldn't care less about anything but the buck, and art is controlled, art is managed, art is always rigged. That is how it takes hold of the human heart.'