Durante el año transcurrido desde julio de 1588, cuando zarpa de España la Gran Armada, la famosa Invencible, y julio de 1589, cuando arriban a Inglaterra los restos de su réplica inglesa, la desconocida Contra Armada, se van a consumar dos de las mayores catástrofes navales de la historia. A la primera de ellas se ha dedicado una enorme atención. A la segunda ninguna. Este libro presenta en toda su magnitud un acontecimiento celosamente ocultado durante más de cuatro siglos.
Luis Gorrochategui es graduado en Filosofía por la Universidad Central de Barcelona, donde prepara su tesis doctoral acerca de los presupuestos de la historiografía sobre España.
Ha publicado más de doscientos artículos en libros, revistas especializadas y periódicos, e impartido numerosas conferencias.
Forma parte de la Asociación de Estudios Históricos de Galicia, el Instituto Torre de Hércules, la Orden de Caballeros de María Pita, y la Asociación Gran Armada.
Actualmente es profesor de Filosofía en el Instituto de Educación Secundaria Francisco Aguiar de Betanzos, La Coruña.
Uno de los mejores libros que he leído nunca. Hace justicia a la historia olvidada y escondida de nuestro Imperio Español. Gran trabajo de investigación que se plasma en capítulos amenos y descriptivos. Quizás falten más mapas de los lugares de los hechos, para el que no los conozca, aunque al fibal de los capítulos siempre una imagen descriptiva de los lugares.
Libro que debería leer mucha gente para hacer justicia a nuestros antecesores, sobre todo a los coruñeses!
Excelente ensayo histórico. Muy didáctico. Con muchas notas y amplia bibliografía. Una completa documentación que convierte la obra en un referente histórico de lo que ocurrió entre España e Inglaterra en el periodo de 1588 y 1589. Desde los preparativos de la Gran Armada en Lisboa, su bastimento en La Coruña hasta el calamitoso retorno de la flota inglesa luego de los fracasos en La Coruña, Lisboa y las Azores.
Un minucioso relato de los acontecimientos de 1588 y 1589, escrita por un licenciado en filosofía y con una impresionante documentación que refleja la diferencia de las fuentes historiográficas sobre los hechos de una guerra que acabó con la paz de 1604. Fácil de leer y comprender.
Lo que en este libro se cuenta es uno de esos casos en los que no fueron los vencedores quienes escribieron la Historia, sino los vencidos, creando un relato tan bien difundido que ha perdurado hasta nuestros días. Y es que todo el mundo ha oído alguna vez hablar de la «Armada Invencible» y del fiasco que supuso para los planes de Felipe II, pero de lo que muy poco se ha hablado, ni siquiera por parte de l@s historiador@s, es de la enorme armada que puso en marcha la Inglaterra de Isabel I casi de inmediato y que supuso un fiasco todavía mayor. Es la llamada «Contra Armada».
Luis Gorrochategui, oriundo de A Coruña, se puso un día a investigar sobre la vida de María Pita, heroína de la ciudad, porque quería escribir un libro sobre ella. Pero empezó a ver cosas, a tirar de hilos y a hacerse preguntas, y poco a poco fue descubriendo que aquella flota inglesa que había atacado la ciudad en 1589 era una inmensa armada que buscaba no solo tomarse la revancha por el intento fallido de la Armada Invencible, sino dar un golpe al poderoso imperio español y entrar por la puerta grande en el Nuevo Mundo, vedado en aquellos tiempos a casi todo aquel que no fuese español o portugués.
Sí, es cierto, Gorrochategui no ha sido el primero en hablar sobre esta gran armada inglesa que quizá se puso unas metas demasiado grandes para su capacidad, pero hay que concederle el mérito de profundizar en el tema con el ánimo de darle la importancia real que tuvo no solo para Inglaterra y España, sino también para la Europa del siglo XVI, sacando así del ostracismo un acontecimiento que fue deliberadamente ocultado por los ingleses, que prefierieron centrar su relato en el desastre de la Grande y Felicísima Armada antes que en el suyo propio. Punto para los ingleses.
El objetivo de aquella Contra Armada era atacar los puertos donde se estaban reparando los barcos españoles, principalmente Santader, y luego lanzarse sobre Lisboa y las Azores con el ánimo de interceptar la flota de Indias y abrir el Nuevo Mundo a los barcos protestantes. Pero nada salió como estaba planeado, quiza porque la dirección de la empresa no estuvo a la altura y tanto Francis Drake como John Norris mantuvieron un constante enfrentamiento que lastró sus propósitos.
Prefirieron recalar en A Coruña en busca de botín, pero terminaron retirándose ante la resistencia enconada de sus habitantes. Prosiguieron hacia Lisboa y allí poco pudieron hacer más que mirar la ciudad de lejos mientras a ella acudían refuerzos casi cada día. Mientras tanto, las enfermedades se propagaron en la armada y al final se vieron obligados a retirarse de vuelta a Inglaterra, a donde llegaron apenas 100 barcos de los 180 que habían partido y menos de la mitad de sus efectivos. Por las Azores ni se les vio, aunque sí se les esperaba. Punto para los españoles.
Hecho este muy somero resumen, entremos en materia. El libro se lee casi como una novela, y no es una forma de hablar ni una exageración. Esto es bueno y es malo a un tiempo. Me explico. Yo me lo leí en apenas tres días, y eso que últimamente casi no leo nada. Reconozco que en parte porque el primer tercio, después de la introducción, habla sobre el ataque a A Coruña, mi ciudad natal, lo que me resultó más que interesante aunque ya supiese muchas cosas. Pero he de reconocer que el tono literario a veces resulta excesivo a pesar de que en ningún momento deja de ser riguroso históricamente hablando.
De hecho, casi una tercera parte del libro se basa en reproducciones de documentos de la época... cómo se valoren e interpreten ya es otra cosa, pues creo que a veces se da demasiada verosimilitud a unos y demasiada poca a otros, y aunque dedica su tiempo a diferenciar entre unas fuentes y otras y cómo se construyeron, no deja de notarse cierto tono partidista. Así que me vi a mí mismo disfrutando de su lectura pero entendiendo a un tiempo que para un estudio histórico quizá le sobraba un poco de literatura.
Y ojo, digo «un poco» porque no reniego de esta forma de contar la Historia que se acerca a la novela, de hecho, es un formato muy usado por los ingleses, como Steven Runciman, cuya «Historia de las Cruzadas» o su «La caída de Constantinopla.1453», me apasionaron. Pero Runciman es más comedido en la novelización, no abusa del artificio ni de la adjetivación, y pone cierta distancia entre él y los personajes históricos, cosa en la que creo que falla Gorrochategui.
Pero bueno, esto no debe distraernos del hecho de que se trata de una obra muy bien documentada, que se basa en los relatos e informes de primera mano de los acontecimientos y que pone el punto de mira en la investigación de un hecho que ha pasado de puntillas por la Historia de Europa y en los motivos de que esto fuera así. ¿Peca un poco se triunfalismo? Pues sí, pero por qué no serlo cuando en el siglo XVI España era la mayor potencia del mundo y no tenía rival. Punto para los españoles.
Since this is a topic that is rarely touched upon in English-language history, I sorely wanted to enjoy this book.
Unfortunately it was very excruciating to read. It seems like fifty-percent too long. It just kept going and going, often with nothing particularly interesting happening. The bulk of the book is absorbed in the sieges of Corunna and Lisbon, which I suppose is natural enough given the topic. But this stretches out to a couple hundred pages where neither side was doing much of anything.
Both sieges were, of course, failures. Perhaps that made the reading more monotonous as well, because I knew the outcome and could not wait to just get to it.
In addition, the author includes a introductory section going over the Spanish Armada, and at the end continues on to discuss Drake's attempt on Panama in 1596, the Spanish activities in Brittany and the small-scale raids against England, and then sort of just tapers off without a satisfactory conclusion.
It is hard for me to see what the point of these additions is. Perhaps I'm being ungenerous to the author, but at times it reads like a polemic and he seems to have a particularly virulent hatred against Drake. So I can't help but feel like he included Drake's death in Panama as a sort of personal satisfaction to demonstrate to the reader that the despised Drake met his end in failure.
This is written heavily from the Spanish perspective, and there are innumerable instances demonstrating the national bias of the author in regards to his adulation for the Spanish, for men like Juan de Recalde and the Duke of Fuentes. By contrast the English are often referred to as cowardly and treacherous.
This is interesting for two reasons. One it is something of a reversal of the Black Legend, where the Spanish are typically depicted as having these negative traits, so it's something of a corrective. But I don't know how convincing of an argument it is to suggest that Drake failed to make a seaward attack on Lisbon because he was a coward who only fought weaker opponents and when there was gold to be had.
Secondly, it's interesting because the author makes a spirited attack on nationalist interpretations of history and on the permeation of presentism in historiography in his epilogue.
This is the best part of the work by far, to my mind. It quickly explains why the Spanish Armada is universally remembered while the English Armada has been relegated to the dustbin of history. The strongest argument is that it was because of the rise of Britain in the nineteenth century, and the concurrent decline of Spain to a third rank power.
Victorian England looked for the antecedents of British greatness in the past, and largely rewrote the histories of events like the Spanish Armada and Agincourt from a backwards perspective, seeing in them the inevitable greatness of England and the miserable qualities of her rivals.
I once read an article about Poland which stated that history views the contest between Poland and Russia for Eastern Europe backwards. Since Poland lost it is assumed that Poland's political structure was misguided and Poland's choices were wrong.
Much the same thing can be said about our view of Spain, who supposedly was mistaken in the Golden Age and who laid the seeds of her ruin in this period. As Santos argues, this can be said of any state and it is largely subjective.
The most entertaining parts of the book were highlights on Spanish culture, such as Maria Pita's inspiring story, or the drummer of El Bruc, or the Santa Compana in Galicia, things that are not often mentioned in books written from the Anglo perspective.
While there is much to be learned about the methods of warfare at the time, most of this involves the sieges but the most intriguing part of the narrative as far as warfare went was the use of galleys by Spain to cut out and capture some of the English after they left Lisbon.
This might support the argument of Armesto-Fernandez that the galleys, ultimately left behind in Spain, would have been a useful addition to the Spanish Armada in the Channel.
Another useful insight for the student of seapower is further proof of Mahan, and Nelson's, maxim that the best defence at sea is the offensive. Santos states that Philip was aware that the British were given the advantage of concentration in any attack upon Spanish America, and given that empire's enormous size, Spain could not hope to defend every point with any guarantee of success.
Ergo, he realised that the correct strategy was to strike the threat at its source, in England. As Paul Hoffman and Kenneth Andrews noted, Pedro Menendez had already hit upon this strategy for the defence of the Caribbean. Menendez proposed blockading the British fleet in the Channel, which was very farsighted and Mahanian before Mahan.
Unfortunately it appears that the nautical technology and sailing capabilities of the day did not allow it, and the strategy of controlling the sea by closely blockading or destroying the enemy fleet had to wait until the Royal Navy devised a solution in the eighteenth century.
Santos makes some strange asides such as the reign of Isabella Eugenia and Albert of Austria as 'the beginning of modern Belgium.' But can we really go so far as this?
Remarks such as these, and the avowedly pro-Spanish and anti-English bias, unfortunately diminish the value of the work in the historical sense, but it is nonetheless an interesting and rare glimpse into an almost unknown event, and from a perspective that is dominated by English-language historiography.
Tras el fracaso de la Grande y Felicísima Armada (hay que olvidar ya el término de armada invencible que acu��aron los ingleses para burla y escarnio de la misma) que trató de invadir las Islas Británicas en 1588, y no pudiendo embarcar a los Tercios de Flandes con el objeto de derrocar a Isabel I del trono (y no como piensan muchos de incorporar las Islas Británicas a la corona española) regresan los restos de la armada para ser reparados en los astilleros españoles, principalmente en Santander. Isabel I quiere aprovechar la debilidad de la armada española para darle el toque de gracia y destruirla en su totalidad, quedando el camino libre para poder hacerse con el comercio de América. Con esa idea al año siguiente 1589, fleta una armada, conocida como la "Contra Armada", con un total de barcos un poco superior a la Gran Armada española, para acudir a los astilleros de Santander en donde se estaban reparando la mayor parte de los barcos españoles y destruirlos. Para ello nombra al Almirante Drake (pirata Drake para los españoles) como responsable de la armada y al General Norris como responsable de los ejércitos embarcados en ella, unos 27.000 soldados (muy superior a los que se pretendía embarcar en Flandes en la Gran Armada). Al parecer ambos dos no se podían aguantar y tenían contínuos puntos de vistas enfrentados. Pues bien, estos dos mentecatos, en vez de cumplir fielmente los designios de su reina, deciden atacar en primer lugar a La Coruña, fracasando en el intento. Posteriormente se dirigirán a Lisboa (en aquel momento Portugal era territorio español) en donde también fracasarán. Y visto lo visto, deciden volver a Inglaterra con el rabo entre las piernas. Este es el resumen general de los acontecimientos. En la obra están narrados de forma pormenorizada, describiendo todos los avatares de los ingleses intentando conquistar La Coruña y Lisboa. La descripción de las maniobras inglesas para conquistar La Coruña y la ferrea defensa de los coruñesas y coruñesas es magnífica (en este caso desdoblo el género para hacerlo resaltar ya que la acción de las mujeres en La Coruña fue extraordinaria y gracias a su tesón y esfuerzo pudieron resistir y rechazar al inglés). Destaca en estas lides la famosa María Pita, referente actual de la ciudad de La Coruña. He disfrutado muchísimo siguiendo todos los enfrentamiento y tratando de localizarlos en La Coruña actual. Me ha entusiasmado esta parte del relato. Pero el sitio de Lisboa no es menos espectacular. Los ingleses desembarcan su ejército a más de 100 kilómetros de Lisboa y desde allí en pocos días se desplazan hasta Lisboa para sitiarla y tomarla. Entrete tanto, la flota inglesa permanece en el mar vigilando la entrada al estuario del Tajo en vez de penetrar por el estuario y poder bombardear Lisboa desde el mar. Parece ser que Drake temía a las defensas marítimas de Lisboa, tanto desde los fortines que vigilaban la entrada al Estuario, como desde las defensas del castillo de Lisboa, así como a la escasa armada que los españoles tenían en el puerto de Lisboa, que si bien no eran muchos barcos, estaban mandado por Álvaro de Bazán, el hijo del Álvaro de Bazán que luchó contro el turco en la batalla de Lepanto. El padre es posiblemente el mejor almirante que ha tenido España junto con Blas de Lezo, y el hijo del de Bazán, no les va a la zaga. Al final a los españoles les da tiempo a presentar resistencia al ejército inglés, acosándolo desde su desembarco. Y una vez que los ingleses cercan Lisboa, los españoles realizan una de sus afamadas "descamisadas" creando el caos en el campamento inglés y viéndose avocados a desisistir y regresar a la costa para embarcar. A su vez, desde Cádiz se dirige una pequeña armada para apoyar a los españoles en Lisboa. De esta forma, Álvaro de Bazán saldrá fuera del estuario a mar abierto y atacará a la retaguardia de la contra armada que ya estaba en retirada dirigiéndose hacia Inglaterra. En fin, la contra armada fue un estrepitoso fracaso. Una armada mayor que la española, con un ejército mayor que los españoles, para atacar a España que estaba tocada de los esfuerzas de la Gran Armada, y no pudieron conseguir ninguno de sus fines. Y sin embargo esto nunca se ha publicitado en la memoria social histórica de España, y además los ingleses, grandes propagandistas, ocultaron esta derrota (al igual que hicieron con la derrota que sufrieron en Cartagena de Indias frene a Blas de Lezo) hasta el punto de que ni siquiera se estudia en las escuelas inglesas, mientras que todos los españoles conocemos por activa y por pasiva el fracaso de la Gran Armada. Ambos hechos son similares pero Inglaterra ha sabido sacar provecho de ello apuntando con el dedo a España como fracasada y a ellos como victoriosos de la Gran Armada y arropándose con los laureles de esa supuesta victoria y barriendo debajo de la alfombra sus derrotas para tratar de que la historia las olvide. Son magníficos estrategas de la propaganda, mal que me pese. En resumidas cuentas, una obra magnífica y extraordinaria que hay que leer, y además escrita en un lenguaje muy accesible y multitud de referencias relativas a los datos a los que hace mención. Un diez.
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