Este volúmen contiene la Obra Completa de Álvaro Cepeda Samudio, compuesta por los libros de cuentos Todos estábamos a la espera y Los cuentos de Juana y por la novela La casa grande. Por su originalidad, por la fuerza de sus diálogos, por los recursos técnicos que despliegan, por la riqueza y precisión de su lenguaje, entre otras muchas razones, estas páginas se ganaron la admiración de sus contemporáneos y un lugar privilegiado en la historia de la literatura colombiana y latinoamericana. La presente edición se ciñe con rigor a los originales existentes, de manera que ofrece los textos tal como fueron concebidos por el autor, con todas sus particularidades tipográficas, estéticas y lingüísticas.
Escritor y periodista costeño, cuentista y novelista, Álvaro Cepeda Samudio hizo los estudios secundarios en el Colegio Americano de Barranquilla, y en 1949 viajó a Estados Unidos a estudiar periodismo en la Universidad de Columbia, en Nueva York. En 1951 regresó a Barranquilla, y trabajó como corresponsal de The Sporting News. En 1955 se casó con Teresita Manotas. Como periodista y gran apasionado de los deportes, cubrió eventos deportivos para el periódico El Nacional; en 1951 tuvo una columna en la página editorial de El Heraldo, titulada "La brújula de la cultura"; y fue director del Diario del Caribe. Participó, como guionista y actor, en el cortometraje La langosta azul, al igual que en otras películas cortas y en un noticiero de cine, y organizó el Cine Club de Barranquilla.
Cepeda Samudio perteneció al Grupo de Barranquilla, tertulia de intelectuales de la que formaban parte Gabriel García Márquez, Alfonso Fuenmayor, Germán Vargas, Ramón Vinyes y José Félix Fuenmayor, entre otros; publicó varios cuentos en la revista del grupo, llamada Crónica. Su novela "La casa grande", su obra narrativa más importante, fue el último libro publicado por Ediciones Mito.
Acerca de "La casa grande", García Márquez dijo: "Es una novela basada en la matanza de los peones bananeros en huelga, realmente efectuada por un comando del ejército en 1928, La casa grande no exhibe muertos, y el único soldado que recuerda haber matado a alguien "no tiene el uniforme empapado de sangre sino de mierda [... ]". Esta manera de escribir la historia, por arbitraria que pueda parecer a los historiadores, es una espléndida lección de transmutación poética. Sin escamotear la realidad [...] nos ha entregado su esencia mítica, lo que quedó para siempre más allá de la moral y la justicia y la memoria efímera de los hombres". Sobre su cuento más conocido, "Todos estábamos a la espera" (Barranquilla, 1954), el crítico Eduardo Pachón Padilla dijo: "Posee recursos tomados de la imaginación, estilo pulcro, nítido y mesurado. Todos los asuntos son examinados por un único aspecto: el individuo sumergido en el vórtice de la multitud. En su afán renovador, Cepeda incorporó a la narrativa, técnicas periodísticas norteamericanas.
Es un tres que puede ser engañoso. Lo correcto es calificar a 'La casa grande' con cinco estrellas, en el pedestal de las mejores novelas latinoamericanas, y los cuentos con puntuaciones entre una a tres estrellas.
3.5/5.0 Siempre he sabido de la existencia de Alvaro Cepeda Samudio por medio de las historias del Grupo de Barranquilla en La Cueva, del cual, el miembro más representativo era Gabo. Sin embargo, nunca había leído nada de él (aunque en un principio ni siquiera sabía que fue escritor). Por medio de muchas entrevistas de Gabo pude conocer la cercanía y el cariño que se tenían, y finalmente, por medio del más reciente libro de Plinio Apuleyo Mendoza, Retazos de una vida, pude tener la sensación del personaje que era Cepeda Samudio (un bacán). Este personaje representa, quizás, una importante parte de la historia de Barranquilla, y conocer sus escritos me llenó de intriga, sobre todo, por el más común comentario al respecto de él: Un gran escritor que desperdició su talento. En esta recopilación de sus cuentos pude ver completa su obra, y mi conclusión es que era un buen cuentero, pero su gran talento como inventor de literatura no lo puedo discutir porque me faltan argumentos. Pude notar cierta semejanza con algún estilo de Gabo, en lo que quizás, no me resulta descabellado por su cercanía, sin embargo, un gran estilo particular se puede resaltar. Sin duda, una lectura divertida pero no diría que indispensable.
Esta colección de la obra literaria de Álvaro Cepeda Samudio reúne el estilo particular de este autor, más conocido por ser íntimo amigo de Gabriel García Márquez, que por cualquier otra cosa. Los primeros cuentos, "Todos estábamos a la espera", son de una variedad en la forma y en los temas, pero no todos ellos son buenos. Incluso son más los malos, que los buenos, y aún más lo que no se entienden siquiera. La novela corta de La Casa Grande me pareció fantástica porque narra desde diferentes perspectivas y formas la masacre de las bananeras en el Caribe Colombiano, destacando el uso genial de los diálogos como instrumento narrativo que además crea una imagen cinematográfica del evento. De los cuentos de Juana, no puedo dar una opinión porque me parecieron francamente indescifrables.
Muy buena la novela La Casa Grande; los primeros cuentos de “Todos estábamos a la espera” no fueron totalmente de mi agrado, aunque me quedo con escenas como la perdida de un bebé en “nuevo intimismo” y la atmósfera californiana de “un cuento para Saroyan”. De la novela el capítulo que más me gustó fue el de Los Soldados. respecto a los “Cuentos de Juana” mucho mejores que los primeros, más fáciles de leer, pero siento que fallan en que son contemporáneos a la época en que fueron escritos, algunos nombres no se recuerdan ya; muy bueno el cuento de “desde que compró la cerbatana ya Juana no se aburre los domingos”
Se siente algo de García Márquez. Tal vez el aire de Macondo y Ciénaga son muy parecidos. Me perdí en algunos relatos pero aún así lo disfruté. La casa grande me pareció corta y algunos cuento me sacaron un suspiro
Este libro incluye la obra completa de ficción de Cepeda: Todos estábamos a la espera (cuentos); La casa grande (novela); Los cuentos de Juana (cuento). Imperdible.
Álvaro Cepeda Samudio no fue de ésos escritores diligentes que se sentaban a parir por días, meses y años enteros las historias de sus imaginarios, al contrario, sus historias se iban gestando entre casualidades, pero más que todo vivencias, las cuáles si no fueran por las mismas y por sobretodo sus buenos amigos, de seguro muchos de sus pocos cuentos hubieran terminado perdidos en la guantera de un carro vendido como de segunda; pero ésto no quiere decir que su calidad sea endeble, sino todo lo contrario, ya que sus historias no salieron a la luz pública hasta que estuvieron listas, mientras que las que nunca lo estuvieron terminaron juzgadas por la luz de la hoguera.
La Obra literaria de Álvaro Cepeda Samudio es una recopilación de historias que debería ser leída de forma obligatoria en el plan lector de todos los colegios así como lo es exigido Cien Años de Soledad; en este libro se encuentran una infinidad de estilos de escritura que desafían al lector a leer entre líneas, a releer y buscar el subtexto que une a todos los cuentos en una misma línea narrativa, con situaciones que se repiten y despliegan tramas, y personajes que son los mismos siendo diferentes, y otros que se llaman igual, pero que no son los mismos.
Simplemente recomendado: el estilo de Cepeda Samudio es único sin verse influenciado al de García Márquez, más bien diría que es totalmente complementario, como en la vida misma.