Cuatro individuos, igual número de historias de amor y de vida, narradas en primera persona desde cada una de cuatro mentes, de cuatro corazones. Relaciones imposibles, amores prohibidos, interconexiones que dejan vacíos en el alma. Secretos, mentiras-verdades, equívocas interpretaciones de la realidad que generan separación. Y como único testigo, un árbol solitario al centro de la plaza. Angélica Santa Olaya teje una narrativa exuberante que muestra la soledad más despiadada en la que siempre podemos caer.