Después de más de un mes trabajando en el archivo del Palacio de Justicia de Colombia como infiltrada del M-19, a Yolanda —y a todo el grupo guerrillero— le llegó la hora. Sin embargo, en la madrugada del 5 de noviembre, prácticamente listos los preparativos de la toma que habría de efectuarse al día siguiente, Ramiro, su amante y uno de los que participarían en la misión, le advirtió: "Mañana no te presentes".
En esta novela apasionante y dolorosa, Marta Orrantia consigue recrear con una intensidad sin precedentes uno de los momentos más dramáticos de la historia de Colombia.
Primera novela de ficción histórica que leo sobre el Holocausto del Palacio de Justicia, ya había encontrado referencias en Ahí Les Dejo Esos Fierros de Alfredo Molano y en Historia Oficial del Amor de Ricardo Silva Romero, y una obra mayúscula ( y sin haber leído más, diría que insuperable) de no ficción, el libro de Germán Castro Caicedo El Palacio Sin Mascara.
Con Mañana No Te Presentes, Marta Orrantia busca, partiendo de la investigación y reconstrucción histórica, recorrer las zonas nubladas de los sucesos, y más allá, en Palacio el 6 y 7 de noviembre de 1985. Para ello, crea a Yolanda, una guerrillera del M-19 que habría estado infiltrada en el archivo de palacio un mes antes de la toma y que participa en esta. Con Yolanda, Marta Orrantia transita en los hechos del holocausto (in situ) y lo que pudo ser de algún desaparecido; dándole voz, historia, continuidad y rostro a esa persona que no aparece viva ni muerta; y ese personaje y sus circunstancias, representa lo que nos queda a los colombianos de ese episodio.
En la novela se refleja un trabajo elaborado de investigación, entrevistas y de creación. La narración es de un ritmo acelerado y uniforme (se lee en una tarde), la escritura es correcta y el lenguaje preciso. No obstante, en lo que se refiere a la primera parte de la novela, los momentos de la toma y la contratoma del Palacio, no logró emocionarme ni sumergirme en el escenario, tampoco me aporto nada nuevo, tengo mejores imágenes mentales (casi como mapas y películas) del Palacio Sin Mascara. Desde luego, no espero que la literatura reemplace a la historia, pero si espero descifrar o entender lo que hay dentro del otro, dentro de los otros (¡verlo!, así no me guste lo que veo), y por más que esté la fuga de la ilusión, la llegada del desencanto, el miedo, el arrepentimiento, o lo que pudo haber dentro de la cabeza de Almarales, no logré encontrarme con los personajes, y es porque Yolanda no se sostiene, es un personaje de plastilina, es un arquetipo de un guerrillero, no le creo nada a Yolanda, y más que eso, hubo momentos que me chocó verla en escena. Ya otra cosa, es lo que para mí fue la segunda parte de la novela, el después de la salida de palacio. Sentí miedo, angustia, recordé lo que vulnerable que soy. Y aunque aquí unos decidirán que la sobrevivencia de Yolanda es creíble, mientras otros dirán que no; a mi me parece que esta es la parte de la historia que la hace vivencial para el lector, al mano para mí, porque es la parte que más presente está en nuestros días.
Mañana No te Presentes, es una buena novela introductoria para los que quieren acercarse al Holocausto del Palacio de Justicia. Y, aunque cojea como ficción, considero que no disfruté mucho la novela, porque en gran parte ya conocía varios detalles y ya había leído el gran trabajo de German Castro Caicedo, El Palacio Sin Mascara.
Tenía miedo, no sólo de salir de la pequeña habitación de las cortinas de flores, sino de enfrentarme a mis miedos sin compañía. Mi cuerpo, lleno de cicatrices, es un secreto que se debe guardar. Porque cada cicatriz cuenta una historia que no estoy dispuesta a narrar.
Creo que como muchos colombianos la toma del Palacio de Justicia es uno de esos momentos históricos que son imposibles de olvidar y de dejar a un lado, sin importar cuánto tiempo haya pasado.
Yo no tenía ni diez años cuando pasó la toma, y siempre me han rondado las mismas incógnitas sobre los sucesos de ese día en el que la Justicia en Colombia fue asesinada.
Marta Orrantia reconstruye a través de los ojos de Yolanda, una guerrillera que estuvo en la toma, las sofocantes horas de este acontecimiento, a la vez que nos ofrece una perspectiva diferente de la historia que tenemos a medias.
El libro es un espiral vertiginoso en el que el lector no para de sorprenderse.
Novela de ficción histórica que narra los eventos de la toma del Palacio de Justicia de Colombia desde el punto de vista de una de las guerrilleras infiltradas en las oficinas judiciales.
Fue una recomendación de un empleado de la Librería Lerner en Bogotá. Un excelente manejo de la trama, te mantiene entretenido durante toda la lectura. No pude soltarlo y lo terminé en una noche. De las mejores cosas que he leído este año.
#MañanaNoTePresentes por Marta Orrantia un regalo salido de un conversatorio en la #Filbo2019
Ramiro, un militante del M-19 y su pareja Yolanda, hablan sobre el próximo plan, la toma al Palacio de Justicia; él trata de convencerla que no se presente, ella en su ideal de hacer un país mejor se va y decide asistir a la toma. El libro narra las siguientes horas de Yolanda dentro del Palacio y sus consecuencias.
Qué libro tan hijueputa, que desolador y qué dolor, a pesar de tener una historia de ficción, la periodista que es autora del libro, basa su narración en hechos contados por gente que estuvo en la toma ese día. En el libro sientes el humo, las balas, la frustración de la protagonista, el deseo de hacer un país mejor y la razón entre sus pensamientos del porque este país debiera tener una mejor historia que aquellas cicatrices que posee y que se le otorgan también a las víctimas de este hecho, no proseguir en esa absurda contienda que favorece a cuellos blancos, cobardes que han hecho pagar a otro por sus crímenes, pareciera lo más lógico, pero hablamos de Colombia.
Somos títeres de todo, de la guerrilla, del paramilitarismo, del narcotráfico y aún así no hacemos nada para cambiar esa situación.
Una excelente ficción histórica sobre la toma del Palacio de Justicia, hecho que sacudió a Colombia el 6 de noviembre de 1985. Yo no había nacido y nunca había leído otra cosa que noticias al respecto, me sorprendió mucho la forma en que la autora en pocas páginas te cuenta y te envuelve en una historia súper bien narrada: un comienzo que llama la atención, un nudo tensionante del que no sabes qué esperar exactamente, un final agridulce y adecuado para la novela. Marta Orrantia te hace sentirte parte de su libro, como si fueras Yolanda y te habla con crudeza, pero con exactitud de la violencia y las secuelas físicas y mentales que deja en quienes la viven, en este caso directamente. Te hace pensar hasta dónde debes defender tus ideales, qué pasa cuando estos se desdibujan y qué tanto vale la pena creer en el amor, de la lucha por un país y una sociedad mejor. No te deja indiferente, es fuerte, no podía y no podré dejar de pensar en esta novela en un buen tiempo. Muy, muy recomendado.
La novela, que trata sobre la toma del Palacio en Bogotá por parte del M19, tiene un ritmo narrativo que hace no soltar la lectura. El personaje de Yolanda, una joven guerrillera, nos cuenta lo que sucedió durante todo ese ataque y, aunque no se trata de un documento histórico y tiene su buen grado de ficción, presenta un amplio panorama de la situación. Lo más importante es que en la novela de Orrantia, todos tienen su grado de culpa, es decir, ninguno es el bueno, sino todos responsables. Muy recomendable.
No quería terminarlo, es una narración muy realista y angustiante de lo que pudieron sentir quienes vivieron la toma, además de revelar un trabajo muy juicioso de la autora al estudiar los testimonios que años después serían parte de la comisión de la verdad. Una novela muy bella para recordarnos que en nuestra historia de conflicto armado no hay un actor más malo que el otro y que todos los muertos fueron víctimas. Me aferro a la idea de que tal vez sí, algunos tuvieron una segunda oportunidad para vivir ❣️ y ojalá todos los que falten la tengan.
El libro habla del antes, durante y después del holocausto de la toma del palacio de justicia. Yolanda, un personaje ficticio creado a través de testimonios nos sumerge en lo que vivía el M-19, jóvenes creyentes en poder hacer un mejor país que entraron al palacio con ideales que fueron opacados por intereses monetarios.
Lloré todo el final de libro porque sientes que te quedas con las dudas en las manos.
Interesante la forma de volver novela un momento de la historia de Colombia tan importante. Te da perspectivas desde las miradas del M19, el ejército y las víctimas.
Sin duda es una novela que te abre la curiosidad y necesidad de seguir investigando sobre el suceso de la toma del palacio de justicia, sus hechos y también sus conspiraciones.
Ir leyendo y poco a poco irse sumergiéndose en ese suceso tan triste de nuestra historia y que refleja lo que fue, pero que en cierto sentido sigue siendo, nuestra sociedad.
Es la segunda vez que leo este libro y sigo anonadado por su riqueza. Es una montaña rusa de emociones, con una finura al narrar y una cantidad de detalles que me hacen sentir ahí, dentro del baño lateral del Palacio de Justicia de Bogotá durante la toma del 5 y 6 de noviembre de 1985. Marta Orrantia logró construir una historia absolutamente emocionante con personajes y situaciones reales, meternos al lado de la acción que no se ha visto mucho en libros (ni en ningún lado) y ofrecernos el lado guerrillero, lo que sucedía con el M-19 mientras el Palacio se derrumbaba a pedazos.
Estoy casi seguro que esto tiene poco de ficción y mucho de realidad: aunque la autora reconozca en una nota final que sus personajes principales no existieron y muchos de los vacíos de su investigación los llenó con especulación, hay un agradecimiento a los comandantes con los que habló y de quienes juró no revelar sus nombres. Por cosas de trabajo yo también tuve que hacer una investigación sobre este tema, y es extremadamente cercano (por no decir igual) a todo lo que yo encontré.
A través de la narración de una historia real vemos las fallas de ambos lados de la toma: el M-19 y sus deseos de un país en paz, el ejército con una obsesión de mantener el orden y la democracia a costa de lo que fuera, y en el medio los civiles: magistrados, trabajadores, visitantes de Palacio... Gente totalmente inocente que se haya en medio de la violencia y termina muriendo por los ideales de otros... Como sigue pasando en la realidad colombiana.
Este debería ser un libro obligatorio para todos. La toma de Palacio es uno de los eventos históricos más dolorosos, desordenados y sospechosos de las décadas de violencia que ha enfrentado Colombia. La ficción hace que se tome un poco más "fácilmente", entre comillas, a la vez que da para construir una historia con suspenso y acción, que sigue dando giros en cada página y despierta todos los sentimientos posibles: el lector puede pasar por la sorpresa, el dolor, la tristeza, la rabia, la desesperanza... Y ya no me acuerdo por qué más pasé, solo tengo claro que no podía soltarlo, el día pasaba pero yo estaba encerrado en el Palacio de Justicia de 1985, sufriendo con todos ellos.
Lástima que el personaje principal es endeble, gelatinoso, no convence. La novela relata la tragedia del Palacio de Justicia desde la mirada de esta pequeña guerrillera cliché del M19 que terminó, en medio de su inocencia, sumergida en una violencia absurda, generada por esa inequidad, que lleva a la iniquidad en que hemos vivido por siglos. El relato deja ver a una guerrilla inocente y egoísta y a un gobierno malvado y déspota, como siempre lo hemos percibido, pero no aporta mayor cosa a la verdad. La trama es sosa y el desenlace me resultó frustrante. No decepciona del todo pero entra en la categoría de "una más del montón".
Esta novela que nos relata la toma del palacio de justicia a través de una guerrillera del M19 nos deja con muchas cosas que pensar, por ejemplo, que en el conflicto todos podemos ser buenos y malos al mismo tiempo si no conocemos el equilibrio entre deber, ideales y razón.