Los siglos medievales fueron tiempos difíciles para las mujeres. La misoginia y los prejuicios tanto de eruditos laicos como de los poderosos hombres de Iglesia no se lo pusieron nada fácil a aquellas mujeres que soñaron con desarrollar sus dotes intelectuales o artísticas y saltar el constreñido muro de sus hogares. Para ellas solamente existían dos caminos, ser esposa y madre o entrar en un convento. En ambos casos se les exigía discreción y sumisión. Pero existieron mujeres que decidieron arriesgarse y escoger otra senda distinta. Es de estas mujeres de las que trata la obra, un libro que pretende recuperar las biografías de algunas de ellas y romper con un silencio larga e injustamente impuesto.
Escritoras, místicas, pintoras, escultoras, doctoras y comadronas. Mujeres laicas y monjas que llegaron a ser santas. Nombres más conocidos como la excepcional Hildegarda de Bingen y Cristina de Pizán, que está considerada como una de las primeras feministas de la historia, hasta otros como la iluminadora Clarissa o la escultora Sabina von Steinbach.
Es este un viaje al mundo de las catedrales, a los tiempos en los que nacen las universidades, un recorrido por un tiempo en el que Europa empezaba a despertar en sus ciudades, donde el comercio iniciaba un lento pero inexorable avance hacia el mundo moderno. Pero es un viaje hecho de la mano no de los hombres, sino de las mujeres. De aquellas que aquéllos quisieron arrinconar y que, en algunos casos, no lo consiguieron.
Interesante repaso por algunas biografías, prácticamente silenciadas, de extraordinarias mujeres que dejaron huella en el pensamiento y en la cultura de la humanidad, en unos tiempos tan poco favorables para ellas como fueron los años de la Edad Media. Aun así, su testimonio y su obra han podido perdurar hasta nuestros días, aunque vaya usted a saber de cuantas mujeres de igual importancia nunca llegaremos a conocer. Especialmente esclarecedoras para mí han sido las referencias a Hildegarda de Bingen, Cristina de Pizán, Santa Clara de Asís, y también las de las comunidades beguinas. Todas ellas auténticas pioneras en su terreno, que tuvieron que apechugar con la misoginia imperante, y, aun así, prevalecieron. Pero muchas otras acabaron perseguidas, o incluso quemadas en la hoguera, acusadas de herejía, cuando lo único que querían lograr era una igualdad de oportunidades para ejercer sus dotes. El estilo de Sandra Ferrer es sencillo, pero sabe mantener la coherencia necesaria para hacer una exposición interesante. Aunque en ocasiones se repite un poco. Debería darle otro repaso al libro y pulir este aspecto.
Llegue a este libro por medio del blog de su autora “Mujeres en la historia”, el cual recomiendo totalmente. Es un blog muy entretenido por el cual ya había tenido la oportunidad de conocer las apasionantes historias de algunas de las protagonistas de este libro. “Mujeres Silenciadas en la Edad Media” es un breve repaso a la situación social y religiosa de la mujer en la Edad Media y a las biografías de algunas de las féminas más destacadas de ese periodo histórico, mujeres que se atrevieron a ir en contra de los cánones, impuestos por una sociedad patriarcal, que las infravaloraba como seres de segunda, portadoras y culpables del pecado original y cuyo único fin es la vida, era ser madres, esposas o monjas. Escritoras, monjas, constructoras, iluminadoras, beatas, y médicos se pasearon por estas páginas, demostrando con sus existencias su capacidad en los diferentes campos en los que trabajaron.
Respecto al libro que nos ocupa, está bastante bien, se lee rápido y es muy entretenido. La prosa de Sandra Ferrer es muy dinámica y la obra se articula en capítulos cortos, cada uno enfocado a un tipo de mujer, a alguna profesión o a alguna cuestión de la sociedad o ideología medievales. Todo está organizado de una manera muy clara, por lo que se lee muy fácilmente. Además, todo el texto está plagado de personajes muy interesantes y curiosidades históricas, por lo que es una lectura muy entretenida y didáctica. Pero echo en falta que la autora haga algo más novedoso, que aporte algo a la historia de la mujer en la Edad Media. La obra simplemente es una recopilación de datos recogidos de otros libros ya publicados. Esto se nota en que las partes dedicadas a Hildegarda de Bingen y Cristina de Pizan sean la más amplias. Las formas esto se justifica porque son, posiblemente, dos de las mujeres de las que más se sabe por haber tenido la suerte de que sus aportaciones fueran más reconocidas que las de otras féminas. Además, en algunos momentos, siento que la autora se repite mucho, habla de cosas en las que ya se había enfocado antes.
No obstante, es un buen ensayo, plagado de información muy interesante, en el que se visualiza bien como de ocultas estuvieron las mujeres en la Edad Media y sus aportaciones a diferentes campos como la medicina, la arquitectura o la literatura. Sandra Ferrer da su pequeño hueco en la historia a muchos nombres que la misma ha silenciado, A vidas, tan ricas, interesantes, como las de muchos de los hombres cuyas aportaciones, que durante siglos han sido reconocidas por la historiografía. En un mundo tampoco favorable para la mujer, las protagonistas de esta obra fueron ejemplos de valentía, constancia y capacidad. Como bien señala la autora de la obra, fueron pioneras en el camino que muchos siglos después las mujeres aún estamos recorriendo.
El contenido es bastante interesante pero tiene capítulos que se solapan y repite la misma información, como si lo hubieran escrito a ratos y no hubieran repasado todo el libro. No obstante, creo que es una buena aproximación para conocer estas historias tapadas durante muchos siglos.
“Quisiera pensar que ellas se sienten orgullosas, estén donde estén, de las mujeres que han tomado su mismo camino, el de la lucha por su respeto y reconocimiento dentro de la sociedad. Un camino heredado que aún no ha llegado a su fin”.
Este libro es un compendio de biografías de mujeres europeas que vivieron durante la Edad Media y que tuvieron una contribución importante en la literatura o cualquier otra disciplina artística de la época, mostrando en todo momento las dificultades o la imposibilidad para obtener reconocimiento alguno por ello. Según la autora, las más importantes fueron Hildegarda de Bingen y Cristina de Pizán. Debido a que la moral cristiana imperaba en las sociedades europeas del momento, la religión tiene una gran presencia en la vida y obra de estas mujeres silenciadas, y en consecuencia, de este libro. El texto tiene en todo momento un tono didáctico y no es muy difícil de seguir, aunque también es un poco monótono. La estructura de la obra es un tanto particular: consta de cuatro capítulos, siendo los dos primeros y el cuarto bastante cortos, mientras que el tercero consta la inmensa mayoría y núcleo de la misma. Pese a abordar distintos temas por epígrafes, pienso que hubiese sido más claro compartimentar más los contenidos. Tampoco he entendido muy bien el orden que ha elegido la autora. Primero parece ser que empieza por las más importantes, las dos arriba mencionadas, luego sin previo aviso desarrolla por bloques temáticos. A veces me ha costado seguir en qué etapa de la Edad Media se situaba. Una lectura interesante pero correcta sin más.
Creo que su virtud es a la vez su punto débil: la brevedad. Demasiados nombres con poco espacio para cada uno de ellos: si te llegan a despertar la curiosidad ampliarás la búsqueda pero la mayoría se pierden en la lectura de un párrafo a otro. Bien para emprender, justamente, una búsqueda. Escueto para profundizar.
supongo que está bien, como introducción al tema. aunque es difícil argumentar que la mayoría de estas mujeres fueron silenciadas cuando están literalmente santificadas.
un libro extraordinario que nos muestra un mundo femenino que fue largamente silenciado y recorre muchas épocas medievales donde mujeres se enfrentaron a todo y todos para poder ser escuchadas y respetadas. Mujeres que hicieron grandes aportes, que ayudaron a los más necesitados y que trataron de pensar en un mundo diferente donde las mujeres pudieran ser escritoras, poétisas, musicas, historiadoras, sanadoras, sin ser consideradas herejes ni la razón de todo el mal en el mundo.
La documentación de la autora para escribir el libro es una maravilla.
Me ha encantado reencontrarme con nombres archiconocidos para mí y descubrir otros cuantos nuevos.
Sin embargo, en muchas ocasiones, me ha parecido (debido al ritmo de la narración) que la autora descargaba cual metralleta nombres y datos escuetos que se me quedaban algo cortos en cuanto a información y algo descolgados.
La edición de este libro, que podría haber sido excelente, ha sido bastante descuidada en cuanto a cuestiones gramaticales, ortográficas y tipográficas. No puede ser que un libro tenga más de una docena de errores en tan pocas páginas. Decepcionante.
Sandra Ferrer, intenta sacar a la luz a un grupo de mujeres de la Edad Media que, en su momento, abandonaron las reglas establecidas (casarse, tener hijos y arrumbarse en el hogar para no salir jamás) e ingresaron (casi todas) a un convento para llevar al cabo lo que se proponían en la vida, ya fuese enseñar a sus congéneres a leer y escribir, a dar consejo, practicar la medicina empírica y fabricación de medicamentos a base de hierbas. La mayoría fue reducida al silencio por la misoginia que no se acaba. El ejemplo clásico se dio algunos siglos más tarde, cuando se les confunde con brujas. De este grupo sobresalen Hildegarda de Bingen, Eloísa la de Abelardo. Clara de Asís, entre otras. Hasta aquí todo bien, en cuanto a la investigación. Sin embargo, noto con desagrado que, habiendo pasado 2 generaciones desde los años sesenta en que empieza abiertamente el movimiento de liberación femenina, al parecer muy poco se ha avanzado. Por lo general, no leo los agradecimientos ni dedicatorias, a menos que sean muy obvias. Sandra Ferrer, la autora, es una mujer joven, Sandra es una mujer europea, Sandra es una mujer estudiada, Sandra es, aparentemente, una mujer que festeja la libertad de las mujeres, si no es así no hubiera hecho esta investigación. Ahora lean este agradecimiento: "Agradezco a mi marido la infinita paciencia que ha tenido al "aguantarme" (el entrecomillado es mío) a su lado todas estas largas noches (¡Ay, pobrecito!) en las que tras acomodar a mis hijos en sus camas (o sea, no ayuda) me he sentado ante... la pantalla del ordenador..." ¿Qué les parece? Susan Sonntag y Helen Ready se estarán revolcando en su tumba.
Una propuesta que parece interesante de partida, pero que describe más que analiza y acaba funcionando como un listado de mujeres medievales carismáticas y poco conocidas para el público general en quienes el adjetivo de "silenciadas" difícilmente podría ser adjudicado con la misma intensidad en todos los casos. Mucho menos, en el de algunas como Clara de Asís, reconocidísima en el ámbito católico hasta el punto de recibir veneración por parte de muchos católicos y, por supuesto, de las creyentes que ingresan en la orden religiosa que ella fundó. Resulta comprensible la predominancia de referentes cristianos al centrarse en la Europa medieval y se agradece la inclusión de algunos referentes andalusíes. Pero resulta muy difícil de entender la alusión a las hagiografías más o menos míticas de diferentes santas y santos como "respaldo histórico" y, aun más difícil, que, paradójicamente, se dedique una mayor extensión a aquellas mujeres que, por procedencia social u otros motivos, lograron destacar jugando bajo las estrictas reglas de la Iglesia de Roma y, por contra, apenas se hable de las verdaderas silenciadas: los millares de mujeres que fueron torturadas y asesinadas acusadas de brujería.
Pues está bien en términos de divulgación histórica, Sandra Ferrer hizo su tarea en cuanto a los matices y precisiones para caracterizar el escenario medieval, sin embargo lo hace superficialmente y apenas notando la diferencia entre la baja y alta edad media y la antigüedad. Está bien el libro para un primer acercamiento a mujeres medievales, especialmente para aquellas que dejaron un legado escrito. Me gustó su apartado sobre las beguinas. Es de fácil acceso e hilada en sus descripciones, sí lo recomendaría a alguien interesada en la historia y las mujeres del pasado. No se escapa de la lógica dominada/dominador que abunda en miradas feministas al pasado que omiten las diferencias históricas vitales y de género, o sea que aplica criterios actuales al pasado. También creo que confunde un poco el papel de la inquisición y lo cita como el gran perseguidor de mujeres, pero bueno, supongo que son precisiones que sólo un ojo historiador notaría entonces no creo que sean problema para la lectura.
Un libro del que aprendí mucho. Fue el libro elegido para el mes de noviembre de mi club de lectura. Ya el título me llamó la atención. Me pareció un muy buen libro. Aborda el contexto histórico de la edad media y como era la situación de las mujeres en ese momento para entender bien cómo es que estas mujeres terminaron silenciadas, enterradas en la historia a pesar de que fueron importantes en su momento. El estilo de escribir de Sandra me pareció muy lindo, fácil de leer, me dio la sensación de estar leyendo una conversación con una persona llena de conocimiento, que me encantó. Estos libros me suelen parecer aburridos si son muy académicos, pero este no lo fue. Me quedé con ganas de saber más sobre algunas mujeres, pero el libro sería eterno si nos tuviéramos que centrar detalladamente en cada una de ellas. Me parece muy loco como nunca escuché la mayoría de los nombres de estas mujeres y sin embargo muchas sentaron precedentes en la historia. Libro súper recomendado y ya quiero leer más cosas de la autora.
Me alegro de haberlo leído, aunque me gusta más el de Regine Pernoud de "Las mujeres en tiempo de las catedrales" porque me parece que Sandra Ferrer pone el acento en la misoginia medieval mientras que Pernoud no la niega, pero parte de la premisa de que la misoginia tiene su raíz en la tradición romana, de manera que para ella no es un fenómeno inevitable, y para Ferrer da un poco la impresión de que sí lo es. También echo de menos una línea del tiempo. En cualquier caso es un libro interesantísimo e inspirador.
Interesante. Me parece un buen libro en el que poder encontrar nombres de mujeres relevantes de la Edad Media que no aparecen habitualmente en los libros. No obstante, creo que la forma de estructurar los capítulos en función de los diferentes oficios no ha sido acertada. Hay mujeres cuya historia se solapa y aparece en varios capítulos distorsionando la lectura. Me hubiera gustado más que dedicase un capítulo por cada mujer en el que poder conocer más acerca de la vida de esas mujeres como hizo en el capítulo de Hildegarda de Bingen.
Me ha gustado bastante, puesto que he podido conocer a mujeres que hicieron algo importante en la Edad Media, pero que, como pasa habitualmente, no se nos ha hablado de ellas. De otras a las que ya conocía, he podido saber más gracias a este libro. Punto negativo? Que vuelva a nombrar una y otra vez a algunas de esas mujeres, y a repetir a veces cosas que ya ha contado. Pero a pesar de esto, merece la pena.
Es un libro muy interesante, y funciona muy bien como primer encuentro y referencia a nuevas lecturas. Sin embargo, me hubiese gustado leer más sobre Cristina y no tanto de monjas y santas. La edición se queda un poco corta pero sigue siendo una lectura muy recomendable para enterarse de importantes pero escondidos detalles históricos.
El título te llama la atención y el libro es interesante, pero al final se te hace pesado porque la explicación de algunas mujeres ocupa solo un par de párrafos y en algunos capítulos se vuelve a mencionar a las mujeres del principio ya que se habla de medicina o sanadoras.
Como punto de partida para comezar a coñecer figuras femininas destacas da Idade Media está ben. Agora este libro quédase na superficie, tomándose certas labores literarias e sobre todo cun falta clara de estudo historiográfico.
Es hermosa la didáctica usada para la divulgación historiográfica. Aunque las referencias son breves, nos permiten ubicar dentro del espectro de personajes relevantes de la Edad Media a una gran cantidad de mujeres que rompen el paradigma eclesiástico que las relega al ámbito doméstico. Un verdadero agrado de lectura.