Escritor y profesor de filosofía además de ser el autor de numerosas agrupaciones laureadas del Carnaval de Cádiz. Su obra artística es extensa y se caracteriza por la lírica y la crítica audaz ambas regadas con dosis de ironía que se han convertido en santo y seña de cada una de sus agrupaciones. Autor prolífico y comprometido con sus ideales consiguió traspasar fronteras y elevar sus coplas a nivel nacional (podríamos decir internacional).
En el ámbito literario dejo como legado los poemarios, La risa que me esconde, 2010 y Los últimos versos del Capitán Veneno, 2015 y también fue el autor de las obras ensayísticas, El Carnaval sin apellidos, 2010, El Carnaval sin nombre, 2012, y El pasodoble interminable, 2017. Antes de su muerte dejo escrito El Carnaval sin mí, que verá la luz en otoño 2024. En cuanto a sus agrupaciones tiene en su haber una amplia trayectoria que comprende desde chirigotas hasta comparsas y un sinfín de premios.
Apodado por el pueblo como el Capitán Veneno su muerte dejo una herida abierta en su ciudad natal y en muchos otros corazones de múltiples lugares de la geografía española y un extenso legado que continúan siendo cantado por sus seguidores. Juan Carlos Aragón elevo el carnaval de Cádiz hasta ser considerado un arte mayor y exquisito y consiguió transmitir la emoción a través de sus letras.
Juan Carlos Aragón defiende que el Carnaval es un arte mayor para la chusma selecta para seguidamente soltar bombazos que dejan al Carnaval actual a la altura del betún, o al menos al estado actual del Concurso. Honestamente, el libro comenzaba con unos aires idealistas que, habiéndome leído primero El carnaval sin nombre (con un contenido mucho más crítico y analítico), me estaba dejando patidifusa. Pero poco a poco, Aragón va soltando opiniones mucho más contundentes, con las que puedes estar de acuerdo o no, pero no te dejan indiferente. A pesar de no tener mucha idea de Carnaval, este libro trasciende el arte y habla de temas sociológicos y antropológicos que inevitablemente te hacen pensar. No digo que esté de acuerdo con todo lo que defiende, pero sí que ha conseguido que, como gaditana, comience a apreciar un poco (bastante) más este acto de expresión de mi tierra. Quién sabe. Quizás en un futuro me vean por El Falla.
La obra de Juan Carlos Aragón se entiende mucho mejor con este libro. El eterno Capitán le daba un sentido a los Carnavales como nunca nadie lo ha hecho. Filosofía hecha Carnaval, nada más.
Sus análisis dentro del mundo del Carnaval son tan perfectos que esta fiesta gaditana cobra otro sentido después de haber leído el libro.
Muy recomendable para los amantes del Carnaval, pues sabrán valorar este libro, y para los que menosprecian el Carnaval por mera ignorancia, también muy recomendable porque estoy seguro que lo verán con otros ojos, y a ver si se enganchan a esta locura...
En su primera parte dignifica el carnaval como un mito y por qué lo considera un arte mayor.
La 2° parte denuncia los males que asolan el carnaval actual; Autores poco comprometidos con repertorios insulsos, concurso eterno, semana de carnaval convertida en botellón, poco futuro en cuanto a nuevos autores...etc.
Es un libro que después de 15 años se puede seguir viendo los problemas de entonces y algunos se han agravado. Un libro crítico, que hace reflexionar sobre el rumbo del carnaval.
Nos metemos de lleno en la fiesta más típica de Cádiz: su Carnaval. Juan Carlos Aragón, escritor, filósofo y profesor (no solo de escuela, como podemos comprobar), que con pocos miramientos nos hace conocer los entresijos de esta fiesta. Un análisis bastante profundo que nos hace reflexionar sobre lo que está bien, lo que está mal y lo que está peor hecho en la Tacita. Un arte mayor que necesita que lo refloten (o, al menos, que no lo terminen de hundir). Pero es que la miel no está hecha para la boca del asno… Una crítica mordaz a las malas formas de la actual (¡y eso que el libro tiene ya 15 años!) forma de celebración del Carnaval de Cádiz, pero que se puede incluso extrapolar a otras normativas sociales actuales. Una alabanza a los defensores del verdadero carnaval. Una lectura gustosa para todo tipo de chusma.