Consumidos por las tinieblas. Devorados por el fuego. Yo soy el fuego es un vertiginoso viaje hacia lo más sombrío de la miseria humana. Sus personajes se embarcan en ruines empresas ignorando que son marionetas de seres superiores. Beatriz y el Dragón portan la luz imperecedera del fuego, único elemento capaz de combatir la oscuridad; ese fuego que calcina y carboniza, pero que también sana y purifica
«Mientras, la mirada del Dragón se pierde en una gran masa pirotécnica, que parece penetrar con sus pupilas abriendo en el medio de ella un enorme orificio. Y allí está otra vez el aro mágico iluminando la noche, un gran cerco incandescente que parece aguardar al gigantesco tigre que lo atravesará de un salto, perforando el centro del aro con su cuerpo brillante».
Reseñ «Con una prosa impecable y un manejo virtuoso de los distinto puntos de vista, Oscar Vela nos introduce en el mundo de personajes que queremos conocer de inmediato. Difícil dejar de leer su novela hasta no responder a ciertas ¿Qué será capaz de hacer Ramiro Leone? ¿Quién es ese joven que salvó su vida gracias a la biblioteca de El Tata? ¿A quién le habla el narrador en segunda persona? Pero sobre todo, ¿qué representa el fuego para todos ellos?». Claudia Piñeiro
Es escritor, doctor en Jurisprudencia y abogado. Ha publicado varias novelas. Ha sido articulista de la página cultural del diario La Hora y conductor del programa de radio y televisión Ni pico ni placa.
Diferentes historias, cada personaje con sus propias pasiones y desventuras. Óscar Vela da un sin número de saltos en el tiempo y un final inesperado en esta obra. Algo que me encanta de esta obra es lo presente que está Ecuador, más que nada Quito; su dialecto; sus escenarios; la idiosincrasia de su gente. Me encantaría que hubiera traducciones de este libro, tiene mucho que ofrecer a los lectores.
Diferent stories and characters, each one with passion and misadventures. This book is a no lineal narrative and an unexpected end. What I loved about this book was how present was the dialect and ways that belong to Quito, the capital of the author's country that is my country too. I would love to know that this book will be translated to another languages it has so much to offer to good readers.