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El desapego es una manera de querernos
Las siestas y los arroyos, los cardos y las máquinas, los caminos del litoral argentino. El calor. Compañeros, hermanos, abuelas, padres, amantes, amigos. Y, entre todos ellos, los códigos tácitos que revelan el carácter de los vínculos que los unen o los diálogos que los consienten y transforman, pero que sólo una autora de su talento permite que se escuchen cuando se los lee...
Dispersos o inhallables, estos relatos dan nuevo acceso a la literatura de Selva Almada, conocida por crónicas y novelas varias veces traducidas, elogiadas por la crítica y celebradas por los lectores.
Dispersos o inhallables, estos relatos dan nuevo acceso a la literatura de Selva Almada, conocida por crónicas y novelas varias veces traducidas, elogiadas por la crítica y celebradas por los lectores.
- GenresShort Stories
291 pages, Paperback
First published January 1, 2015
95 people are currently reading
1511 people want to read
About the author
Selva Almada
31 books927 followersSelva Almada (Entre Ríos, Argentina, 1973) is considered one of the most powerful voices of contemporary Argentinian and Latin American literature and one of the most influential feminist intellectuals of the region. Including her début The Wind that Lays Waste, she has published three novels, a book of short stories, a book of journalistic fiction (Dead Girls) and a kind of film diary (written in the set of Lucrecia Martel’s most recent film Zama, based on Antonio di Benedetto’s novel). She has been finalist of the Rodolfo Walsh Award and of the Tigre Juan Award (both in Spain). Her work has been translated into French, Italian, Portuguese, German, Dutch, Swedish and Turkish. Her most recent novel, No es un río (This is not a River) has just been published in Argentina (2020). Brickmakers is her third book to appear in English and is being published in collaboration with Graywolf Press, US.
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Community Reviews
Displaying 1 - 30 of 147 reviews
March 6, 2023
No hay personaje de Selva Almada que no se haga un cigarrillo.
September 29, 2022
Lo mejor es el título. No consiguió engancharme en general, siento que muchos cuentos existen no más por existir a lo pendejo y no hay núcleo narrativo. El primero tiene algunos buenos momentos. Le final me gusta. Y ya. No más.
http://www.neapoulain.com/2020/01/rec...
El título es lo mejor del libro. También el primer cuento me gustó (aunque no me quedó claro cuál era el núcleo) y tiene un pedazo rumbo al final que me gustó bastante. Luego, de manera técnica, diré que Selva Almada escribe bien. O sea, su prosa está bien, no le veo un sólo problema. ¿Pero? No me gustó. Hay un hilo conductor entre los primeros cuentos (la muerte) que no pinta nada en los últimos, no sé qué chingados une realmente al libro, los cuentos suelen no tener núcleo alguno o suelen dar vueltas en torno a una idea sin tener nunca una conclusión y un final. No quiero decir más porque no es un libro que haya odiado pero tampoco me gustó.
http://www.neapoulain.com/2020/01/rec...
El título es lo mejor del libro. También el primer cuento me gustó (aunque no me quedó claro cuál era el núcleo) y tiene un pedazo rumbo al final que me gustó bastante. Luego, de manera técnica, diré que Selva Almada escribe bien. O sea, su prosa está bien, no le veo un sólo problema. ¿Pero? No me gustó. Hay un hilo conductor entre los primeros cuentos (la muerte) que no pinta nada en los últimos, no sé qué chingados une realmente al libro, los cuentos suelen no tener núcleo alguno o suelen dar vueltas en torno a una idea sin tener nunca una conclusión y un final. No quiero decir más porque no es un libro que haya odiado pero tampoco me gustó.
November 30, 2020
Es lindo leer por primera vez a una autora que te gusta, sabiendo que queda mucho mas por leer. Selva Almada tiene un estilo propio que deja sentir el calor y la humedad del litoral. Y estos relatos no se bien que tienen pero me llegaron al centro. Directo.
*Niños
*Chicas lindas
*El incendio
*La camaradería del deporte
*Off side
*Niños
*Chicas lindas
*El incendio
*La camaradería del deporte
*Off side
October 27, 2020
¡Así es como se narra la provincia!
(Ay sí, ya sé que no es "la provincia", pero si digo "el campo" no es lo mismo, y "el interior", ¿qué es eso?, a ustedes les gustan las palabras, "provincia" es la que tiene que ser).
(Ay sí, ya sé que no es "la provincia", pero si digo "el campo" no es lo mismo, y "el interior", ¿qué es eso?, a ustedes les gustan las palabras, "provincia" es la que tiene que ser).
February 17, 2024
Valoración exacta: 5/10
Mi primera experiencia con Selva Almada no fue lo buena que esperaba. Había escuchado unas cuantas cosas positivas sobre esta autora, pero, lamentablemente, El desapego es una manera de querernos no me terminó de conformar. No lo odié, pero tampoco es una obra que vaya a recordar. No tiene prácticamente nada memorable, y lo digo en el sentido más literal de la palabra. Acabo de leerlo, y ya necesité repasarlo para recordar de qué hablaban algunos de los relatos. En unos pocos meses, lo más probable es que se me haya olvidado por completo, salvo quizás algún que otro cuento (como "INTEMEC", mi favorito).
La mayoría de los relatos que componen este libro fueron publicados previamente en otras colecciones. En total, consta de cuatro relatos extensos, que habitan en esa frontera difusa entre el cuento y la nouvelle (o novela corta), y nueve cuentos más breves.
Cuando se trata de relatos breves, tengo un gusto bastante tradicional. Es algo que ya he podido corroborar a lo largo de múltiples lecturas: me gusta que una historia tenga -al menos en cierta medida- esa estructura tradicional de introducción, nudo (con un conflicto) y desenlace que nos enseñan en la escuela. Y ese fue mi problema principal con los relatos de este libro, en especial con los más extensos: rara vez respetan ese formato; generalmente suelen carecer de algo que podamos identificar claramente como un conflicto, y parecen limitarse a un conjunto de anécdotas, ni demasiado divertidas, ni demasiado interesantes. Están bien escritos, no podría decir lo contrario. El estilo de la autora es bastante depurado, pero: ¿eso es suficiente para que un libro te guste? En mi caso, la respuesta es que no.
Su principal virtud -que generalmente es lo que suelen mencionar las reseñas más elogiosas de esta obra- parece ser su carácter regional: los relatos nos pintan un sencillo cuadro de la vida en una ciudad pequeña de Entre Ríos. Para quienes conocen este mundo, es evocador, y para los habitantes de una gran ciudad, como es mi caso, lo pintoresco de esa forma de vida le agrega un cierto interés. Pero lo que me pasó a mí, es que ese interés inicial se evaporó rápidamente ante la falta de atractivo de los relatos.
De los relatos más largos, el que más disfruté es "INTEMEC". Es el único cuya trama no se pierde en la anécdota, sino que presenta una especie de conflicto. No es que me haya parecido maravilloso ni mucho menos, pero comparado al desencanto que me dejaron sus antecesores, fue suficiente para convertirlo en mi favorito.
“Niños”, el primero, narra la amistad entre una niña y su primo, a quien se refiere como Niño Valor. No me gustó. No solo la mayor parte de las anécdotas son intrascendentes; ni siquiera está narrado desde el punto de vista de la niña, sino del de la mujer adulta que hoy recuerda esos hechos, con lo que se pierde ese toque de inocencia que suelen tener los relatos infantiles.
Algo muy similar pasa con el segundo de los relatos, “Chicas lindas”. Además, este relato va acompañado de otro: “La muerta en su cama”, que narra el caso real de Andrea Danne, una joven de veinte años que fue asesinada en San José, un pequeño pueblo de Entre Ríos, en 1986. La presencia de esta crónica en una obra ficcional como esta se siente, como mínimo, rara.
El tercero, “En familia”, comienza prometedor: Denis, el tío de la narradora, se acaba de suicidar. Luego el relato desarrolla las reacciones de cada miembro de su familia al tomar conocimiento de este hecho, a la vez que en sucesivos flashbacks nos cuenta la vida previa del suicida. Pero se queda en eso. El problema de este relato es que no hay un progreso, y como empieza termina: el final, totalmente abierto, que no es final. El punto final podría haber llegado en cualquier otro momento, y daba exactamente lo mismo.
Respecto a los relatos cortos, algunos adolecen de los mismos problemas que los anteriores: anécdotas intrascendentes y finales demasiado abiertos. Sin embargo, algunos me gustaron, como “La mujer del capataz”, “La camaradería del deporte” y “Alguien llama desde alguna parte”. No es que sean grandes obras, pero tenían algo que me enganchó.
Una particularidad de los relatos es que en algunos casos están relacionados entre sí. Por ejemplo, “El regalo” aparece como cuento aislado, pero podría ser un capítulo de “En familia”, ya que narra un episodio de esa historia. Y los cuentos “La camaradería del deporte” y “Off side”, además de la temática futbolística comparten un personaje, que aparece en ambas historias.
Sobre el libro: no sé si puedo recomendarlo. Ciertamente, habrá lectores a los que les encante y otros para quienes sea el colmo de lo aburrido. Depende de los gustos de cada cual, de lo que esperes encontrar en un relato.
En lo que a mí respecta, quizás lea alguna otra obra de la autora. Tengo ganas de conocer más de ese mundo. Pero si veo que el estilo se repite, seguramente no vaya por una tercera.
Mi primera experiencia con Selva Almada no fue lo buena que esperaba. Había escuchado unas cuantas cosas positivas sobre esta autora, pero, lamentablemente, El desapego es una manera de querernos no me terminó de conformar. No lo odié, pero tampoco es una obra que vaya a recordar. No tiene prácticamente nada memorable, y lo digo en el sentido más literal de la palabra. Acabo de leerlo, y ya necesité repasarlo para recordar de qué hablaban algunos de los relatos. En unos pocos meses, lo más probable es que se me haya olvidado por completo, salvo quizás algún que otro cuento (como "INTEMEC", mi favorito).
La mayoría de los relatos que componen este libro fueron publicados previamente en otras colecciones. En total, consta de cuatro relatos extensos, que habitan en esa frontera difusa entre el cuento y la nouvelle (o novela corta), y nueve cuentos más breves.
Cuando se trata de relatos breves, tengo un gusto bastante tradicional. Es algo que ya he podido corroborar a lo largo de múltiples lecturas: me gusta que una historia tenga -al menos en cierta medida- esa estructura tradicional de introducción, nudo (con un conflicto) y desenlace que nos enseñan en la escuela. Y ese fue mi problema principal con los relatos de este libro, en especial con los más extensos: rara vez respetan ese formato; generalmente suelen carecer de algo que podamos identificar claramente como un conflicto, y parecen limitarse a un conjunto de anécdotas, ni demasiado divertidas, ni demasiado interesantes. Están bien escritos, no podría decir lo contrario. El estilo de la autora es bastante depurado, pero: ¿eso es suficiente para que un libro te guste? En mi caso, la respuesta es que no.
Su principal virtud -que generalmente es lo que suelen mencionar las reseñas más elogiosas de esta obra- parece ser su carácter regional: los relatos nos pintan un sencillo cuadro de la vida en una ciudad pequeña de Entre Ríos. Para quienes conocen este mundo, es evocador, y para los habitantes de una gran ciudad, como es mi caso, lo pintoresco de esa forma de vida le agrega un cierto interés. Pero lo que me pasó a mí, es que ese interés inicial se evaporó rápidamente ante la falta de atractivo de los relatos.
De los relatos más largos, el que más disfruté es "INTEMEC". Es el único cuya trama no se pierde en la anécdota, sino que presenta una especie de conflicto. No es que me haya parecido maravilloso ni mucho menos, pero comparado al desencanto que me dejaron sus antecesores, fue suficiente para convertirlo en mi favorito.
“Niños”, el primero, narra la amistad entre una niña y su primo, a quien se refiere como Niño Valor. No me gustó. No solo la mayor parte de las anécdotas son intrascendentes; ni siquiera está narrado desde el punto de vista de la niña, sino del de la mujer adulta que hoy recuerda esos hechos, con lo que se pierde ese toque de inocencia que suelen tener los relatos infantiles.
Algo muy similar pasa con el segundo de los relatos, “Chicas lindas”. Además, este relato va acompañado de otro: “La muerta en su cama”, que narra el caso real de Andrea Danne, una joven de veinte años que fue asesinada en San José, un pequeño pueblo de Entre Ríos, en 1986. La presencia de esta crónica en una obra ficcional como esta se siente, como mínimo, rara.
El tercero, “En familia”, comienza prometedor: Denis, el tío de la narradora, se acaba de suicidar. Luego el relato desarrolla las reacciones de cada miembro de su familia al tomar conocimiento de este hecho, a la vez que en sucesivos flashbacks nos cuenta la vida previa del suicida. Pero se queda en eso. El problema de este relato es que no hay un progreso, y como empieza termina: el final, totalmente abierto, que no es final. El punto final podría haber llegado en cualquier otro momento, y daba exactamente lo mismo.
Respecto a los relatos cortos, algunos adolecen de los mismos problemas que los anteriores: anécdotas intrascendentes y finales demasiado abiertos. Sin embargo, algunos me gustaron, como “La mujer del capataz”, “La camaradería del deporte” y “Alguien llama desde alguna parte”. No es que sean grandes obras, pero tenían algo que me enganchó.
Una particularidad de los relatos es que en algunos casos están relacionados entre sí. Por ejemplo, “El regalo” aparece como cuento aislado, pero podría ser un capítulo de “En familia”, ya que narra un episodio de esa historia. Y los cuentos “La camaradería del deporte” y “Off side”, además de la temática futbolística comparten un personaje, que aparece en ambas historias.
Sobre el libro: no sé si puedo recomendarlo. Ciertamente, habrá lectores a los que les encante y otros para quienes sea el colmo de lo aburrido. Depende de los gustos de cada cual, de lo que esperes encontrar en un relato.
En lo que a mí respecta, quizás lea alguna otra obra de la autora. Tengo ganas de conocer más de ese mundo. Pero si veo que el estilo se repite, seguramente no vaya por una tercera.
June 25, 2025
Este libro reúne varios relatos de Selva Almada que estaban dispersos en otros libros y revistas. Dejan ver su evolución como escritora y la manera en que su estilo fue afinándose hasta alcanzar esa voz tan particular, parca y poética y local, perfecta para esas historias en las que no sobra una palabra.
Primero están las nouvelles Niños, sobre la infancia en el campo, cargada de toda la intensidad única de esa etapa de la vida, y Chicas lindas, que hacia el final revela el germen de un libro posterior: Chicas muertas.
Les sigue En familia, una serie de cuentos que giran en torno a la muerte de un protagonista: Denis, el hijo favorito de la madre, el hermano conflictivo que huyó de su pueblo con la mujer de su mejor amigo, y cómo esa muerte afecta a esa familia de la que se había alejado hace tanto tiempo.
Intermec es otra nouvelle que funciona como una narración coral sobre la familia y la fragilidad de los vínculos que la unen como hilos tensos, vibrando sin saber cuándo van a romperse, sin saber si el cariño y el rencor bastan para sostenerla.
Por último están varios relatos dispersos. Todos realistas, de provincia, llenos de calor y trabajo, amistad y familia, cargados de tensiones subterráneas. Sus finales son abiertos porque lo que en verdad importa es la sensación que dejan. Entre estos, mis favoritos son: “El incendio”, “Alguien llama desde alguna parte”, “La camaradería del deporte” y “Off side”.
Primero están las nouvelles Niños, sobre la infancia en el campo, cargada de toda la intensidad única de esa etapa de la vida, y Chicas lindas, que hacia el final revela el germen de un libro posterior: Chicas muertas.
Les sigue En familia, una serie de cuentos que giran en torno a la muerte de un protagonista: Denis, el hijo favorito de la madre, el hermano conflictivo que huyó de su pueblo con la mujer de su mejor amigo, y cómo esa muerte afecta a esa familia de la que se había alejado hace tanto tiempo.
Intermec es otra nouvelle que funciona como una narración coral sobre la familia y la fragilidad de los vínculos que la unen como hilos tensos, vibrando sin saber cuándo van a romperse, sin saber si el cariño y el rencor bastan para sostenerla.
Por último están varios relatos dispersos. Todos realistas, de provincia, llenos de calor y trabajo, amistad y familia, cargados de tensiones subterráneas. Sus finales son abiertos porque lo que en verdad importa es la sensación que dejan. Entre estos, mis favoritos son: “El incendio”, “Alguien llama desde alguna parte”, “La camaradería del deporte” y “Off side”.
November 28, 2015
Selva Almada habla de la muerte, de la vida, del amor y del conflicto, de una forma tan natural y cotidiana que horroriza. Quizás porque lo que horroriza es justamente que esas pasiones tan misteriosas se nombren y se describan como lo más humano del mundo, es decir, eso que son.
Y a todas esas descripciones las completa con un lenguaje entrerriano que me emocionó muchísimo. Soy yo, es mi familia, es mi infancia en la costa del Uruguay. Pero la que lo cuenta es ella y con un lenguaje tan preciso que trae a la memoria los mejores recuerdos, el sabor de las moras y el olor del la brea derritiéndose al sol.
Y a todas esas descripciones las completa con un lenguaje entrerriano que me emocionó muchísimo. Soy yo, es mi familia, es mi infancia en la costa del Uruguay. Pero la que lo cuenta es ella y con un lenguaje tan preciso que trae a la memoria los mejores recuerdos, el sabor de las moras y el olor del la brea derritiéndose al sol.
April 20, 2025
Leer a Selva es oler los olores de los que habla, escuchar las risas y las discusiones de sus personajes, adivinar sus silencios, reírte con la ocurrencia de personajes infantiles.
Que nostalgia leer el lado rural, identificarse con paisajes, con situaciones, con los diálogos. I’ll be forever that small town girl.
Que nostalgia leer el lado rural, identificarse con paisajes, con situaciones, con los diálogos. I’ll be forever that small town girl.
July 28, 2018
Este libro reúne una serie de relatos de Selva Almada, retrata el silencio, la soledad, las costumbres, supersticiones y la muerte de los pobladores del interior más profundo de Argentina.
Es la primera vez que leo a la autora y me fascinaron algunos aspectos de la prosa de la que escribiré posteriormente en el blog.
Es la primera vez que leo a la autora y me fascinaron algunos aspectos de la prosa de la que escribiré posteriormente en el blog.
May 10, 2025
Qué satisfacción estar entusiasmada con un libro tanto tiempo, encontrarlo, leerlo y que cumpla tus expectativas.
June 7, 2018
Relatos de lo cotidiano, de infancia, adolescencia, madurez, de diversas vidas y con bastante dato autobiográfico. Muy bien escrito, con altibajos en la calidad de los cuentos, pero siempre aferrados a la realidad sin dejar de incluir en ellos una buena dosis de poesía. Lenguaje rico, autóctono, con su punto de humor, y con mucho cariño hacia todo lo que cuenta.
Una autora a la que seguiré sin duda.
Una autora a la que seguiré sin duda.
September 16, 2022
He leído otras cosas de Selva Almada que me han dejado con ganas de leerla más, este libro no es el caso.
Los tres primeros relatos, que son algo así como novelas cortas, cuesta entender que lo son (a mi parecer) y los relatos sueltos tienen temáticas demasiado parecidas a los primeros, entonces la distinción es confusa.
De todas maneras, le pongo tres estrellas pq no hay duda que Almada es una autora extraordinaria, es capaz de transformar lo cotidiano con belleza.
Los tres primeros relatos, que son algo así como novelas cortas, cuesta entender que lo son (a mi parecer) y los relatos sueltos tienen temáticas demasiado parecidas a los primeros, entonces la distinción es confusa.
De todas maneras, le pongo tres estrellas pq no hay duda que Almada es una autora extraordinaria, es capaz de transformar lo cotidiano con belleza.
July 30, 2022
3.5
El otro libro de esta autora que habia leido es intenso, real, duro, todo lo que tu quieras. Este, meh. Creo que la atmosfera que construye la autora hace muy facil imaginarse en la vida en la Argentina rural. Elementos como mirar la carretera, trabajar en una fabrica, irse a trabajar a Paraguay, los accidentes, tanto en el trabajo como manejando, y sobre todo el rol de las mujeres en el imaginario rural, distintos tipos de mujeres, de distintas generaciones. Lo que me gustó mucho también fue que algunos personajes quedas con la sensación de que salen en otros cuentos como personajes secundarios, onda el multiverso rural de Selva Almada. No me gustó tanto el libro, pero seguiré leyendo mas de esta autora.
El otro libro de esta autora que habia leido es intenso, real, duro, todo lo que tu quieras. Este, meh. Creo que la atmosfera que construye la autora hace muy facil imaginarse en la vida en la Argentina rural. Elementos como mirar la carretera, trabajar en una fabrica, irse a trabajar a Paraguay, los accidentes, tanto en el trabajo como manejando, y sobre todo el rol de las mujeres en el imaginario rural, distintos tipos de mujeres, de distintas generaciones. Lo que me gustó mucho también fue que algunos personajes quedas con la sensación de que salen en otros cuentos como personajes secundarios, onda el multiverso rural de Selva Almada. No me gustó tanto el libro, pero seguiré leyendo mas de esta autora.
June 17, 2020
Relatos sobre la muerte, la vida, la inocencia y madurez de la infancia, el desamor y el deseo en los que la ambientación rural está muy bien lograda.
January 17, 2024
Amo todo lo que escribe Selva Almada
February 24, 2025
Cuentos de provincia con finales abiertos. Ahora soy súper fan de Selva Almada.
June 19, 2019
Me gustó mucho. No me voló la cabeza. Super efectiva al momento de narrar bajo los ojos fantásticos de la niñez. Entrañable y de llorar al hablar de la muerte y el sinsentido mecánico de la vida cotidiana entre los que menos tienen. Pero algo hubo que no me enganchó como para devorarlo. Por el contrario. Fue el único libro que me pude echar en dos meses. Lo fragmentado.
September 5, 2016
Gran libros de cuentos.
November 4, 2018
Apreta pero no ahorca. Y deja la marca. Quiero aprender a mirar al mundo con la sensibilidad de Almada
May 26, 2021
Hace rato tenía ganas de leer algo de Selva y creo que este primer acercamiento no logró satisfacerme.
Lo único que puedo decir con certeza que disfruté fue la narración.
Selva tiene una manera tan hermosa de escribir; su prosa es casi lírica, muy poética y llena de metáfora, pero también puede ser simple, tosca y agresiva. Esa versatilidad para narrar de distintas formas, para presentarnos distintos puntos de vista dependiendo de la sensación que esté buscando darnos, creo que es lo más admirable de este libro.
El resto fue muy meh.
Si hay algo que lo caracteriza (además del hermosísimo estilo de Selva) es la continuidad. ¿A qué me refiero con esto? A que los "cuentos" no son independientes entre sí y que las cosas que transcurren en un relato tendrán relevancia en los siguientes. Esto hace que los títulos no puedan ser intercalados o leídos al azar; acá resulta indispensable leer de manera lineal para no perderte de nada.
Además, algo que creo más grave aún, los cuentos tienen que poder sostenerse en sí mismos para considerarse cuentos; tienen que contar con el esquema básico de introducción-nudo-desenlace, y esa estructura es la pieza fundamental de la que todos estos relatos carecen. No tienen conflicto, definitivamente no tienen desenlace, casi me atrevo a decir que ni siquiera tienen argumento; pareciera que la intención del libro es contar anécdotas familiares sin remate.
Con todo esto, solo puedo asumir que El desapego es una manera de querernos no es más que una novela con capítulos titulados. Lo dije. Es mucho más factible que se vaya a disfrutar más de este libro si se lo lee como una novela que si se los lee como cuentos (porque, repito, no son ni autoconclusivos ni independientes del resto).
Y no es que la historia leída como novela resulte mucho mejor. De hecho, es lenta y con una trama que se resuelve alrededor de la vida de los personajes. De las verdaderas problemáticas (como los incendios o la ruta peligrosa) no volveremos a saber nada. En cambio sabremos todo lo que hay que saber de la familia de la voz narradora: daremos un paseo desde su infancia hasta su actualidad y conoceremos las difíciles relaciones que tiene con sus amigxs y familiares.
En todos estos capítulos/relatos se repiten ciertos patrones: todos transcurren en el campo, y todos tienen a la muerte y al amor no correspondido como temas principales.
También existen aquí temáticas que son ejes centrales del feminismo; su crítica es casi pasada por arriba y muy sutil, pero la prefiero así ya que se trata de contar como esta gente vivía su día a día. Aprecio, de cualquier forma, la mención de cosas que hoy vemos con indignación pero que, para el contexto en que estos relatos ocurren (hace muchos años en el campo entrerriano), tales situaciones estaban naturalizadas. Es por esto que se cuentan casi al paso, como anécdotas familiares. No especificaré el tema en cuestión para así evitar spoilers.
Hacia el final del libro hay una sección titulada "Relatos dispersos" que, estos sí, son cuentos independientes de la novela del comienzo. Y aún así recomiendo leer todo lo del principio antes de llegar a estos relatos, ya que estos podrán tener personajes diversos, pero sus contextos son dados a conocer al principio. Me parece que es mejor leer estos relatos sabiendo que ciertas cosas vienen de antes.
Para mi propia futura referencia, los siguientes son los capítulos/relatos que más me gustaron:
- Las fotos del hijo
- El viudo
- El secreto
- Intemec
- La mujer del capataz
- El incendio
- Off side
A pesar de que no disfruté este libro tanto como lo esperaba, sin duda volveré a leer algo de Selva, principalmente porque tiene una manera bellísima de narrar y contar cosas y me niego a encerrarme en una primera mala impresión.
Lo único que puedo decir con certeza que disfruté fue la narración.
Selva tiene una manera tan hermosa de escribir; su prosa es casi lírica, muy poética y llena de metáfora, pero también puede ser simple, tosca y agresiva. Esa versatilidad para narrar de distintas formas, para presentarnos distintos puntos de vista dependiendo de la sensación que esté buscando darnos, creo que es lo más admirable de este libro.
El resto fue muy meh.
Si hay algo que lo caracteriza (además del hermosísimo estilo de Selva) es la continuidad. ¿A qué me refiero con esto? A que los "cuentos" no son independientes entre sí y que las cosas que transcurren en un relato tendrán relevancia en los siguientes. Esto hace que los títulos no puedan ser intercalados o leídos al azar; acá resulta indispensable leer de manera lineal para no perderte de nada.
Además, algo que creo más grave aún, los cuentos tienen que poder sostenerse en sí mismos para considerarse cuentos; tienen que contar con el esquema básico de introducción-nudo-desenlace, y esa estructura es la pieza fundamental de la que todos estos relatos carecen. No tienen conflicto, definitivamente no tienen desenlace, casi me atrevo a decir que ni siquiera tienen argumento; pareciera que la intención del libro es contar anécdotas familiares sin remate.
Con todo esto, solo puedo asumir que El desapego es una manera de querernos no es más que una novela con capítulos titulados. Lo dije. Es mucho más factible que se vaya a disfrutar más de este libro si se lo lee como una novela que si se los lee como cuentos (porque, repito, no son ni autoconclusivos ni independientes del resto).
Y no es que la historia leída como novela resulte mucho mejor. De hecho, es lenta y con una trama que se resuelve alrededor de la vida de los personajes. De las verdaderas problemáticas (como los incendios o la ruta peligrosa) no volveremos a saber nada. En cambio sabremos todo lo que hay que saber de la familia de la voz narradora: daremos un paseo desde su infancia hasta su actualidad y conoceremos las difíciles relaciones que tiene con sus amigxs y familiares.
En todos estos capítulos/relatos se repiten ciertos patrones: todos transcurren en el campo, y todos tienen a la muerte y al amor no correspondido como temas principales.
También existen aquí temáticas que son ejes centrales del feminismo; su crítica es casi pasada por arriba y muy sutil, pero la prefiero así ya que se trata de contar como esta gente vivía su día a día. Aprecio, de cualquier forma, la mención de cosas que hoy vemos con indignación pero que, para el contexto en que estos relatos ocurren (hace muchos años en el campo entrerriano), tales situaciones estaban naturalizadas. Es por esto que se cuentan casi al paso, como anécdotas familiares. No especificaré el tema en cuestión para así evitar spoilers.
Hacia el final del libro hay una sección titulada "Relatos dispersos" que, estos sí, son cuentos independientes de la novela del comienzo. Y aún así recomiendo leer todo lo del principio antes de llegar a estos relatos, ya que estos podrán tener personajes diversos, pero sus contextos son dados a conocer al principio. Me parece que es mejor leer estos relatos sabiendo que ciertas cosas vienen de antes.
Para mi propia futura referencia, los siguientes son los capítulos/relatos que más me gustaron:
- Las fotos del hijo
- El viudo
- El secreto
- Intemec
- La mujer del capataz
- El incendio
- Off side
A pesar de que no disfruté este libro tanto como lo esperaba, sin duda volveré a leer algo de Selva, principalmente porque tiene una manera bellísima de narrar y contar cosas y me niego a encerrarme en una primera mala impresión.
February 3, 2022
Creo que nunca escuché de una/un autore que contenga en su propio nombre una característica tan importante de su escritura. Selva Almada se lee como una "selva": sus cuentos se escriben con un lenguaje frondoso, repleto de contrastes, de palabras que tienen textura, olores y colores. Pero a su vez -y quizás paradójicamente- sus historias me remitieron a Carver: a cierta austeridad o desapego del conflicto. En realidad si Carver -sobre todo después de Lish- pone la explosión antes o después de la historia que leemos (y que se percibe todo el tiempo en el aire como una hoja afilada que corta la tensión), en este libro de Almada el conflicto aparece resonando pero también ensordecido, como si alguien lo hubiera tapado, ocultado tras capas y capas de cotidianeidad; detrás de represiones, traiciones, amores o la terrible aceptación de una realidad que parece quieta, inamovible. Sus cuentos son, pienso, invitaciones a recorrer pequeñas escenas cotidianas: vayamos a trabajar a una procesadora de pollos, a la cancha del Bovril, al pueblo -ese pueblo que parece congelado en el tiempo, en un tiempo que se sostiene como el calor denso y pesado de enero-, a la ruta o al campo. Son ventanas a personajes reales -más allá de la ficción- que pregnan el relato, que se expanden en las hojas como desperezándose.
El desapego es una manera de querernos es un libro para leer con cierta paciencia: no persigue la ansiedad, no viene a colmarnos, a sobrepasarnos o a sumirnos en el goce del conflicto; sino que viene a tomar un pequeño hilo y tirar de él, con tranquilidad, con cariño, para mostrarnos qué diferentes y a la vez qué parecidos somos después de todo.
Por último, y en articulación con lo anterior, el libro me hizo recordar a la Usrula K Le Guin y su teoría de la literatura "bolso de transporte":
"Una relación posible entre elementos en una novela bien podría ser la de un conflicto, pero reducir la narrativa al conflicto es absurdo. (He leído un manual-de-cómo-escribir que decía «Un relato debe entenderse como una batalla», y luego hablaba de estrategias, ataques, victoria, etc.). El conflicto, la competición, la presión, la lucha, etc., dentro de una narrativa concebida como una bolsa/vientre/caja/hogar/botiquín, podrían ser vistos como elementos necesarios de un todo que, en sí, no se puede caracterizar ni como un conflicto ni como armonía, ya que su propósito no es ni la resolución ni la inmovilidad, sino un proceso continuado".
(Link: https://arquitecturacontable.wordpres...)
El desapego es una manera de querernos es un libro para leer con cierta paciencia: no persigue la ansiedad, no viene a colmarnos, a sobrepasarnos o a sumirnos en el goce del conflicto; sino que viene a tomar un pequeño hilo y tirar de él, con tranquilidad, con cariño, para mostrarnos qué diferentes y a la vez qué parecidos somos después de todo.
Por último, y en articulación con lo anterior, el libro me hizo recordar a la Usrula K Le Guin y su teoría de la literatura "bolso de transporte":
"Una relación posible entre elementos en una novela bien podría ser la de un conflicto, pero reducir la narrativa al conflicto es absurdo. (He leído un manual-de-cómo-escribir que decía «Un relato debe entenderse como una batalla», y luego hablaba de estrategias, ataques, victoria, etc.). El conflicto, la competición, la presión, la lucha, etc., dentro de una narrativa concebida como una bolsa/vientre/caja/hogar/botiquín, podrían ser vistos como elementos necesarios de un todo que, en sí, no se puede caracterizar ni como un conflicto ni como armonía, ya que su propósito no es ni la resolución ni la inmovilidad, sino un proceso continuado".
(Link: https://arquitecturacontable.wordpres...)
October 29, 2025
Como bien dicen las reseñas, es un conjunto de relatos donde muchas veces no ocurre mucho: niños viviendo su niñez, conflictos familiares varios, y mucha piteada de cigarros. Sin embargo, y a mi parecer, la mayoría de los cuentos están marcados por el abandono y por el designio de haber nacido en el campo, con sus pros y sus contras. Me parece que Selva recrea el paisaje donde nació, se nota la cercanía y conocimiento hasta el gesto más mínimo de sus personajes.
El apartado En Familia es el chisme familiar que necesitaba leer.
(primera reseña. lectura de micro. escribo desde la guata)
El apartado En Familia es el chisme familiar que necesitaba leer.
(primera reseña. lectura de micro. escribo desde la guata)
December 6, 2021
La intimidad de toda familia se compone de anécdotas, chismorreos, trajedias, secretos, rarezas y bellezas que moldean a sus integrantes generación tras generación. Selva Almada hace un collage con estas dinámicas familiares: corta, voltea, reordena y pega. El resultado de esta intervención es una hermosa obra multicolor de piezas en apariencia diferentes e independientes entre si, dónde lo que vemos y lo que no, los bordes, las zonas de corte y empalme entre una y otra pieza componen finalmente una sola imágen. Con un lenguaje hermoso de raices, de abuelos y de monte, leer el desapego de Selva Almada, es presionar un detonador de recuerdos. Un masaje al Corazón.
December 17, 2025
Me encanta selva almada, como pone en el foco las cuestiones del interior del pais y las cuenta con renovada frescura. Sin embargo, no es el libro que mas me gustó, hasta ahora sigue ganando en mi ranking personal no es un río.
April 6, 2020
Admiro la pluma de Selva Almada. Espero puedan leerla. Si aún no lo hicieron, este libro es ideal para comenzar con ella.
February 2, 2022
Me gustó muchísimo! Me gustaron más los relatos largos que cortos.
November 13, 2025
Maravillosos relatos de Selva Almada.
Esta autora no deja de sorprenderme, es uno de mis grandes hallazgos de este año!
Y después de haber leído dos novelas suyas, me reconfirma que como cuentista es igual de buena.
Cuentos que evocan mucha nostalgia, soledad, abandono, tristeza, y grandes alegrías.
Es una autora muy nostálgica en sus cuentos, historias dulces que me recuerdan a los de Truman Capote o Ray Bradbury.
Creo que tenemos una autora que todavía tiene mucho para darnos.
Mis relatos favoritos por orden de calidad son:
1.Las fotos del hijo.
2.El viudo
3.Niños
4.El Incendio
5.Un verano
Esta autora no deja de sorprenderme, es uno de mis grandes hallazgos de este año!
Y después de haber leído dos novelas suyas, me reconfirma que como cuentista es igual de buena.
Cuentos que evocan mucha nostalgia, soledad, abandono, tristeza, y grandes alegrías.
Es una autora muy nostálgica en sus cuentos, historias dulces que me recuerdan a los de Truman Capote o Ray Bradbury.
Creo que tenemos una autora que todavía tiene mucho para darnos.
Mis relatos favoritos por orden de calidad son:
1.Las fotos del hijo.
2.El viudo
3.Niños
4.El Incendio
5.Un verano
July 28, 2022
Me sorprende la escritura de Selva, es buenísima su manera directa y simple. Este libro es bueno, pero no logra convencerme del todo, me costó terminarlo.
January 28, 2022
2 estrellas.
¿Por qué?
No soy de escribir reseñas pero necesito hacerle un poco de justicia a este libro. Tenía mucha ilusión de conocer el lado más poético de Selva Almada. Después de leer Chicas muertas (que tiene un tinte más bien "periodístico") quise seguir indagando en la literatura de Almada.
Este libro es un cúmulo de cuentos, algunos de ellos enlazados entre sí, siendo los primeros más bien una especie de "novela corta". La prosa sentimentalista y descriptiva de Selva es impecable. Es una autora que puede transportarnos con pocas palabras al calor del litoral y a las costumbres que los que tuvimos la oportunidad de transitar el campo conocemos. No hay errores en torno a lo narrativo pero no pasa absolutamente nada. Algunos relatos bien parecen tener un tinte más biográfico que ficcional, como si la autora recurriera constantemente a los recuerdos de su infancia/familia para contar una historia. Obviamente el libro tiene algunas excepciones (por ejemplo, el final "abrupto" de Niños que me hizo levantar la cabeza porque fue un golpe en medio de la calma) que de cierta manera le dan "marcha", pero estas situaciones no se presentan con mucha frecuencia.
También pasa que los lazos familiares que va narrando se mezclan un poco, lo que genera un entramado que hace que al leer debamos parar para pensar quién es quién. En mi opinión, este rasgo estilístico que a otros textos les da distinción y originalidad, en este caso más bien confunde y no cumple ningún papel trascendental.
En resumen, esperaba un poco más porque Chicas muertas me dejó la vara muy alta (sin spoilear, en uno de estos relatos se hace referencia a una de las "chicas muertas"). Creo que estos cuentos dialogan constantemente entre sí, lo que hace que debamos prestar atención a las referencias que la narradora va dando a lo largo de las historias para tratar de encontrar, si es posible, un hilo conductor que le de sentido a la lectura.
La pluma de Selva Almada conmueve, mueve fibras íntimas y describe con precisión los rasgos que hacen a la historia, lo que la convierte en una especie de Virginia Woolf del campo argentino por la facilidad la hora de detallar. Aún así, la acción se queda corta.
Recomiendo este libro a aquellos que buscan sumergirse en una literatura contemplativa, sentimental y cotidiana. Para quienes buscan algo que los saque de la cama, sigan el camino.
Por mi parte tendré que seguir leyendo sus otros libros, con mucho gusto, para darle otra oportunidad.
¿Por qué?
No soy de escribir reseñas pero necesito hacerle un poco de justicia a este libro. Tenía mucha ilusión de conocer el lado más poético de Selva Almada. Después de leer Chicas muertas (que tiene un tinte más bien "periodístico") quise seguir indagando en la literatura de Almada.
Este libro es un cúmulo de cuentos, algunos de ellos enlazados entre sí, siendo los primeros más bien una especie de "novela corta". La prosa sentimentalista y descriptiva de Selva es impecable. Es una autora que puede transportarnos con pocas palabras al calor del litoral y a las costumbres que los que tuvimos la oportunidad de transitar el campo conocemos. No hay errores en torno a lo narrativo pero no pasa absolutamente nada. Algunos relatos bien parecen tener un tinte más biográfico que ficcional, como si la autora recurriera constantemente a los recuerdos de su infancia/familia para contar una historia. Obviamente el libro tiene algunas excepciones (por ejemplo, el final "abrupto" de Niños que me hizo levantar la cabeza porque fue un golpe en medio de la calma) que de cierta manera le dan "marcha", pero estas situaciones no se presentan con mucha frecuencia.
También pasa que los lazos familiares que va narrando se mezclan un poco, lo que genera un entramado que hace que al leer debamos parar para pensar quién es quién. En mi opinión, este rasgo estilístico que a otros textos les da distinción y originalidad, en este caso más bien confunde y no cumple ningún papel trascendental.
En resumen, esperaba un poco más porque Chicas muertas me dejó la vara muy alta (sin spoilear, en uno de estos relatos se hace referencia a una de las "chicas muertas"). Creo que estos cuentos dialogan constantemente entre sí, lo que hace que debamos prestar atención a las referencias que la narradora va dando a lo largo de las historias para tratar de encontrar, si es posible, un hilo conductor que le de sentido a la lectura.
La pluma de Selva Almada conmueve, mueve fibras íntimas y describe con precisión los rasgos que hacen a la historia, lo que la convierte en una especie de Virginia Woolf del campo argentino por la facilidad la hora de detallar. Aún así, la acción se queda corta.
Recomiendo este libro a aquellos que buscan sumergirse en una literatura contemplativa, sentimental y cotidiana. Para quienes buscan algo que los saque de la cama, sigan el camino.
Por mi parte tendré que seguir leyendo sus otros libros, con mucho gusto, para darle otra oportunidad.
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