Me gustaría la opción de 3.5. Tres es poco y cuatro me parece mucho. El libro es atrapante, leí las primeras páginas y me quedó en la cabeza y tuve que volver a comprarlo. Las dos cosas que no me gustaron: que cada capítulo cambiara de persona, tercera y segunda. Me hizo ruido, no sentí que tuviera mucho sentido. Y el tema de la canción por capítulo, me gustó que se sugiriera como algo aparte pero después, en la lectura se mencionaba también y me pareció súper forzoso. Se notaba que el texto quería mencionar de alguna forma esa canción en particular, creo que no hacía falta. Con que estuviera escrito en el principio del capítulo ya estaba bien y seguía siendo algo novedoso e interesante.
Me gustó la historia y “la obsesión” amorosa, me hubiera gustado saber más de ellos dos, vivir más la intensidad de eso que sintieron.
Una novela diferente. Retadora en la lectura. Agradable en la edición de Libros del fuego, por la letra y el juego con las canciones. La experiencia de leerla en grupo, todos enganchados con develar qué sucede a la protagonista, tejer su diagnóstico clínico, su pasado, sus lugares en el mundo. También la oportunidad de conversar con la autora, los temas del la mixtura de las lenguas en la literatura, el tema de la enunciación como escrituror, y un resto de cosas valiosas.
Una propuesta atrevida. Constanza se enfrentó a lo que muchos escritores temen: escribir en segunda persona, lo cual considero admirable, valiente y en este caso, muy bien logrado. Me enamoré de Amaya. Es un personaje complejo, tan bien descrito que lo podía ver claramente en mi cabeza. Una historia sobre tocar fondo, algo que todes en algún momento de nuestra vida hacemos y por eso todes deberíamos leer este libro
Amaya Tripet, una doctoranda en literatura hispánica que vive en Barcelona es internada en un hospital de Londres, tras sufrir un brote neurótico de origen desconocido. Sus padres viajan desde Chile para cuidarla. En esta novela autoficcional, Constanza Ternicier habla del vínculo complejo con su país de origen, dónde nunca logró encajar, y de su amor por Barcelona (el mar). Tira algunos comentarios críticos a nivel sociopolítico (sobre el primer mundo, sobre Chile, etc.), aunque la mayor parte de la novela sea más que nada introspectiva. El nombre del personaje, Amaya, resalta la naturaleza romántica de una mujer que ama hasta enloquecer (casi hasta la muerte), mientras que su apellido francés es un guiño a estos otros viajes que nos permiten hacer las drogas (incluido el amor, que en palabras de Cristina Peri Rossi, es una droga dura). Los personajes son entrañables, “profundos pero no dramáticos”. Hay mucha ternura. También me gustó la propuesta de banda sonora para la novela, aunque estoy de acuerdo con el comentario anterior de Aylen Abril Constantini. Quizás no era necesario mencionar dos veces cada canción (una vez al inicio de cada capítulo y después desarrollando sobre la misma en el cuerpo del texo), lo cual resulta un poco forzado. Por otra parte, también me hubiese gustado saber un poco más sobre la relación con Aleix, el compañero de piso catalán de Amaya, del cuál se enamora de manera enfermiza, aunque se entiende que de repente fue demasiado para los dos y que él ha preferido alejarse. Intuimos que los dolores intensos de cabeza que sufre él son también inducidos por este trastorno obsesivo-compulsivo que puede llegar a ser el amor.
This entire review has been hidden because of spoilers.
"La trayectoria de los aviones en el aire" de Costanza Ternecier nos presenta la historia de Amaya Tripet, una joven que despierta de un coma inducido tras una crisis neurológica y que se transforma en un misterio tanto en el mundo de la protagonista como para nosotros, los lectores.
La historia nos va a mostrando en cada capítulo, el día a día de la recuperación de Amaya, desde que depende totalmente de sus padres para acciones básicas como comer o asearse, hasta el momento en que debe subirse a un avión para volver a su país natal y más tarde cuando regresa a la tierra que añora y se enfrenta a la experiencia traumática que vivió.
Si bien Ternecier se vale de distintas herramientas para enriquecer la narración, a medida que se avanza en las páginas, se echa de menos un poco más de descripción o más información de los momentos previos a la crisis de Amaya. Sin duda, fijar como punto inicial el despertar de la protagonista y dejar un final que cierra el ciclo de lo vivido por Amaya con uno de los personajes más significativos para ella, fue una apuesta favorable para Ternecier, el ritmo en el desarrollo decayó en algunas partes que quizás se pudieron haber aprovechado más.
No puedo decir que sea un mal libro, pero en lo personal no me gustó porque no es mi estilo. Hubiese preferido una historia con más detalles, que me dejará con respuestas más que interrogantes.
Este libro contiene una historia Interesante, bien contada, sobre una chica que reconstruye su vida y recuerdos después de haber caído en un coma profundo en una ciudad de un país que no es el suyo, pero en el que evidentemente se siente a gusto y no quisiera regresar a la que es su patria natal.
Disfruté con cada reconstrucción de recuerdos y con uno que otro toque de humor -a veces negro, a veces oscuro- de cosas que se cuentan en el libro, pero, el final no me gustó mucho, pues pensé que iba a tener una recompensa más gratificante hacia su protagonista, por aquello de haber regresado de un coma, cosa que de hecho no fue así, pero aún así, es una buena historia.
Nunca había leído algo en segunda persona. Curioso y atrevido recurso. Muy valiente la escritora en hacerlo ya que hace la lectura un tanto desafiante, tal vez, por falta de costumbre. La historia te atrapa tímidamente y te lleva por trece días (y unos días más) donde al principio es confuso, tal como puede llegar a ser la mente de una persona que acaba de despertar de un coma y como entre dudosos recuerdos y la música (fantástico recurso el de una playlist para acompañar la lectura) se va haciendo más clara tanto la mente de la personaje como la lectura misma.
Sin muchas respuestas claras, este libro nos deja esa misma sensación que vive ma protagonista, uno de los temas que más me llama la atención es aquella idea de lo corta que se queda la ciencia y la medicina para poder describir nuestros mundos internos y aquellas alteraciones que pueden surgir en nuestros cuerpos. Me gusta mucho la manera en como lectores nos acercamos a la protagonista, también las canciones que se proponen al inicio de cada capitulo para entender un poco más la vida de Amaya y esos escenarios a los que se enfrenta.
PUEDE CONTENER SPOILERS NO LO SÉ RICK La primera calificación que le di a esta historia fueron dos estrellas, aunque siendo honesta creo que fue una estrella con pena. Estaba muy molesta con el desenlace, creo que estaba esperando una explicación a la locura más allá de… y no la conseguí. Medite mucho que iba a escribir aquí, porque, aunque estaba molesta sabía que había disfrutado el libro en su mayoría, pero no sabía por qué. Me gustó que cada capítulo lo acompañaran con una canción, me gusto la narrativa, pero ¿solo eso?. Al final, me tome un tiempo para escribir y creo que fue la mejor decisión.
Cuando empecé a leer este libro me encanto su vibra irreverente, el malestar que sentías, la cercanía inmediata con esa protagonista que quieres salvar, pero no sabes muy bien de qué; el olor a hospital, la incertidumbre de cómo va a reaccionar a continuación, la inestabilidad, su situación familiar y el rechazo por la habitación de hospital.
Para mi fue muy fácil empatizar con los personajes y me adentré mucho en la historia. Quería explicaciones, quería una cura, quería llegar al fondo de todo, como si fuera un thriller y yo fuera la detective. Quería una razón para cada sentimiento, quería ver la playa y quería entender el dolor. Lo que no sabía es que la historia no estaba allí para darme explicaciones, estaba para sentirla y tal vez, para narrar el dolor, desde la locura. Ternicier te muestra el amor desde la caída libre, pero realmente ¿qué vez cuando caes a cientos de kilómetros por hora? ¿de verdad detallas siquiera lo que está pasando a tu alrededor? ¿Cómo puedes explicar sentimientos y cómo realmente defines un corazón roto? El amor es algo tan complejo y subjetivo que a veces queremos a personas y no sabemos porque (y si, ese alguien que acabas de pensar es la prueba).
Además de eso, olvide una de las frases que siempre digo, “cada pareja es un mundo”, incluso las ficticias. Nunca llegas a conocer a una persona como lo hace su pareja, tal vez la conoces más o menos, pero no igual. Y al final del día tienes una experiencia distinta desde afuera y una perspectiva con un ojo vendado de como es la dinámica ahí dentro.
Como conclusión, ¿quedé muy confundida?, sí, ¿a mi yo chismosa le hubieran gustado más detalles?, también. ¿Este libro me hizo reflexionar? Sin duda, me gustaría que más personas lo leyeran para poder conversar sobre el amor, el odio, la locura y el adiós.