Hará ya cerca de un año que me propusieron participar en esta antología. En su momento, me pareció una buena idea: un homenaje a un descomunal escritor recientemente fallecido en el que todos los fondos recaudados irían destinados a luchar contra el Alzheimer que padeció.
A día de hoy ya no solo me parece una buena idea que se pudo materializar gracias, sobre todo, al empuje de Álvaro Loman, su creador, coordinador y "sufridor paciente" de los mil avatares que tuvo esta aventura. Digo que no solo fue una buena idea porque "Para el maestro" ha terminado por convertirse en un cúmulo de sensaciones tal que he visto, literalmente, ponerse la piel de gallina hablando de ella.
Por una parte, he constatado que el amor que se sentía por Terry Pratchett estaba mucho más extendido y, sobre todo, era más profundo de lo que se podía pensar. Hay ahí fuera un montón de personas que le deben sus comienzos en la escritura, que encontraron en sus libros la voz sensata que no tenían en casa, que les permitió evadirse en momentos complicados de su vida y mucho más.
Por otra, no deja de ser sorprendente cómo un grupo de personas consiguieron escribir pequeños relatos que realmente nos recuerdan al Maestro, cuando la consigna que se nos dio fue que "no se pueden utilizar ni sus personajes ni sus escenarios". Y sin embargo ahí están: todo el mundo puede percibir las referencias, el cariño, el homenaje, pese a que cada uno afrontó la tarea de un modo distinto.
Por último, quiero quitarme virtualmente el sombrero ante los mecenas del proyecto que dejaron unas palabras al final del libro. Algunos de esos pequeños mensajes (no debían superar la longitud de un tweet) son de lo más emocionante que he leído jamás. No me cabe la menor duda de que, allí donde esté, El Maestro los habrá recibo con una sonrisa.
¿Qué voy a decir de un homenaje al Maestro? ¿Qué de una antología en la que he participado? ¿Qué de un libro que hoy día probablemente ya no pueda conseguirse? Pues que es lo mejor desde el Saccharomyces cerevisiae, claro. Gracias a los autores, gracias a los mecenas, gracias a Álvaro Loman y gracias, sobre todo, a Terry Pratchett. ¡Verdad! ¡Justicia! ¡Libertad! ¡Amor a precios razonables! ¡Y un huevo duro! Ahora que finalmente lo leo de cabo a rabo, me sorprende ver que no en todos los relatos veo homenajes a Pratchett, ni referencias a su vida, a su obra, a su estilo, a su filosofía o a su tipo de humor. Pero eh, cada uno homenajea al Hombre del Sombrero como le da la gana: que yo no pueda verlo no significa que no esté ahí. Dicho lo cual, voy a destacar unos pocos especiales, como hago siempre en las antologías. El más redondo en todos los niveles es el de Pablo Bueno. Las referencias a Pratchett son evidentes, tiene un gran sentido del humor, está bien desarrollado y es bonito. Todo bien, lo que me da más ganas de ponerme con La hora de los desterrados (spam gratuito, sí). El que más me toca la patata es el de Pilar Ramírez Tello, por deformación profesional. Pobriña. Pero oye, también es tronchante y está muy bien resuelto. El más divertido probablemente sea el del antólogo, Álvaro Loman, en el que quiero detectar un sentido del humor que también bebe de Ibáñez, no sé. A ratos se ve que la narrativa (alocada y condensada, pero ahí está) tiene mucho de Pratchett también. Y para cerrar, una mención especial a alguien que no conozco, por no pasarme de endogámico-pelota: Tomás Sendarrubias probablemente fuera el que más se lo currase de todos nosotros. Qué bien escribe el jodío, qué dominio de la prosa, qué creatividad, qué derroche y qué de todo. En cuanto a los mensajes de los mecenas, me quedo con el de Eva Lorenzo, que reproduzco a continuación porque sí: «Hay personas que influyen en tu vida incluso sin tener conocimiento de ello. Son llamados maestros y siempre permanecerán en nuestra memoria». Sir Terry Pratchett GNU
Por amor al maestro Terry Pratchett, una serie de autores juntan sus voces en esta colección de relatos. El conjunto es muy disfrutable por el derroche de imaginación y la recreación de los mundos fantásticos de Pratchett. Y el humor, que no falta. Yo no he leído apenas a Pratchett, pero lo he disfrutado igualmente.
El libro parte de una iniciativa de Álvaro Loman para rendir homenaje a Terry Pratchett. En este libro ha conseguido reunir la devoción de un montón de autores en un conjunto de relatos cortos, en el que cada uno de ellos rinde tributo a su manera. El conjunto es bastante irregular, como suele ser habitual en este tipo de obras, donde hay relatos excepcionales y otros a los que no he llegado a cogerles el "punto". Además, estamos hablando de un homenaje a Terry Pratchett, un escritor que podía encajar todo tipo de temas: religión, racismo, crítica social, sexismo, lucha de clases, muerte, filosofía, política... de la manera más descabellada y cómica posible. Por lo que los autores de este libro, pese a no poder usar el universo de Mundodisco, han podido hacer lo que les ha venido en gana. Se nota en muchos de los relatos ese homenaje sentido y de respeto por la obra de Pratchett. Algunos, incluso, me han resultado emotivos. Otros, me han dejado excesivamente frío. Otra cosa que no me ha gustado es la maquetación. Es horrible. Bueno, quizá no tanto, porque se podría haber hecho peor. Pero no ha sido ni acertada ni mucho menos todo lo profesional que requeriría un trabajo en el que hay tanto amor y devoción como este.
Para el Maestro es un joyero lleno de pequeñas joyitas. Unas brillan más que otras, por supuesto, pero aunque sólo sea por la intención que llevan detrás, son preciosas. Para el Maestro surge de la pasión de Álvaro Loman por Terry Pratchett, una pasión que ha contagiado a los partícipes de esta colección de relatos que homenajean al fallecido creador del MundoDisco, reuniendo estilos, formatos e ideas muy diferentes con un sólo objetivo: homenajear a Terry Pratchett y colaborar en la lucha contra el Alhzeimer.
Hay gustos para todo, y para gustos, los colores, pero tengo que destacar lo que para mí son los relatos más brillantes de esta pequeña (y gran) colección: Sandwiches de Pepino en Pan sin Corteza, de Sofía Rhei; Los Cuatro Jinetes, de Abel Amutxategui; Cuestión de Fe, de Diego María Heras; Alianza de Civilizaciones, de Steve Redwood y El Último Paquete, de Jorge Sosa...
Y no puedo evitar hacer una mención de honor para los relatos de tres personas a las que además de relación literaria, me une la amistad (con gran orgullo): El Puente, de Roberto Alhambra; Lester von Paddington, escudero de tercera clase, de Dani Guzmán; y Cambiar para Siempre, de Álvaro Loman.
Es un libro cajón de sastre con relatos que van desde historias que no tienen nada que ver con Pratchett hasta algún plagio descarado. La mayoría son desmitificaciones amistosas de ciertos tópicos de fantasía y cuento (bastante pratchettiano), fantasía cómica, e incluso hay unos pocos en los que Pratchett es el personaje (el primero, en el que aparece también Connie Willis, me gustó especialmente). Ninguno es realmente malo y todos entretienen.
El compendio de relatos seleccionados varía entre lo simpático y lo gracioso, sólo uno de los relatos me ha dejado indiferente, y el nivel promedio es bastante aceptable. No hay grandes altibajos y todos los relatos cumplen con la premisa: recordarnos y homenajear al hombre del sombrero.
Destacaría, por ser algo mejores que los demás (al menos para mi gusto) los siguientes relatos: Sangre en sus manos de Caryanna Reuven, Un millón de estrellas de Nacho Iribarnegaray y Cuestión de Fe, de Diego María Heras. El resto de relatos salvo un par de ellos están todos a un nivel muy muy digno y en definitiva, la media de esta colección es MUY ALTA.
La recomiendo, y más sabiendo que todas las ganancias han ido a una buena causa ;-)
La mayoría me han gustado. Y siempre es emotivo recordar a Pratchett. Pero aún así, no todas me han gustado por igual. En general, lo recomendaría a los fans de Pratchett.
Después de participar en el kickstarter y tener el libro en la estantería 6 años muerto de asco, por fin lo he leído. Por un lado, tiene el típico problema de las antologías: La calidad es inconsistente y no hay un hilo argumental que me anime a seguir leyendo, ya que vamos saltando de una historia a otra. Aún así, me ha gustado mucho la experiencia, y ver a través de los diferentes relatos lo que Pratchett ha significado para diferentes personas. También he disfrutado mucho las referencias al Mundodisco y en general, me alegro de que este proyecto exista y de haber contribuido a hacerlo posible.