«En varios frentes de batalla se nos presenta la Escena de Avanzada Y por esperanza aprendida nos encabritamos con la sana compañía De los batallones olvidados por ningún motivo se nos ordena replegarnos Uno de los dirigentes con las jinetas más vistosas nos vocea por un megáfono Milicos bastardos nosotros les damos cancha tiro y lado en eso de levantar El cuerpo de la obra y en elaborar el duelo no nos ganan la partida Al comprobar la maniobra de apuntar con una punta 30 instalada en un jeep Aprietan soberano cachete prometiendo despolitizar el arte por arte de magia Y alegando retirada melancólica y exigiendo esa multiplicidad deseosa de salir con vida Alcanzamos a detener al 70 todos se ven embargados por la necesidad extrema De hacer valor los señuelos estériles ruegan salir indemnes y no ser relegados a Pisagua Los amontonamos en el foso del Teatro Municipal mi sargento Araneda Los vapulea desde una platea numerada todos los alegatos en pro del aura No podrán volver a colocarlos en circulación en ningún formato Y con una voz imponente consulta al colectivo hecho preso ¿Alguno de ustedes es amigo personal del caballero de apellido Derrida? Y todos al unísono responden ¡No señor! A decir verdad simples artesanos de la mercancía del espectáculo estelar El suboficial vuelve a interpelar háganse la idea Nada de proclamar a imaginarios desintegrados En la representación fiel de la cultura de izquierda Y a la primera mariconada contra la Patria Se hará valer el arte total de la guillotina jacobina ¿Han entendido señores intelectuales? Sí, Señor».