De los cafés con piernas a los irónicos retratos pop de la década de los 80, de Pedro Lemebel a Rodrigo Lira, de Pia Zadora a Michael Jackson, de la niñez en Talca a los desoladores edificios del centro de Santiago, la mirada del periodista Óscar Contardo se despliega aquí bajo su mejor forma, enlazando el extrañamiento y la ternura, la furia y la compasión. Fuera de lugar reúne buena parte de su obra periodística, publicada e inédita, y demuestra que, tanto en columnas cortas como en pequeñas postales o en largas crónicas y perfiles, siempre en tensión entre el presente y el pasado, entre Santiago y la provincia, entre lo que es y lo que ya no pudo ser, Contardo es capaz de hacer un retrato social describiendo al hombre que lo ayuda a mudar un escritorio, de recorrer la historia más reciente de Chile a partir de la evocación de las revistas que leía en su infancia, o de preguntarse acerca de los pavorosos prejuicios que genera lo diferente trayendo a cuento la historia de una niñita llamada Gema que fue su compañera en el colegio. En el primer texto de este libro puede leerse: “El escritor uruguayo Mario Levrero dijo alguna vez: ‘Cree la gente, de modo casi unánime, que lo que a mí me interesa es escribir. Lo que a mí me interesa es recordar’. Esa frase me interpreta en plenitud”. Fuera de lugar es la constatación de ese hecho.
Escritor y periodista chileno, ha logrado una gran repercusión en el panorama editorial de su país gracias a sus libros Siútico y La era ochentera. Contardo ha trabajado para medios como Artes y Letras, aunque ahora se dedica al periodismo freelance.
Ven por la recopilación de sus columnas en La Tercera, quédate por los extractos de Siutico, los artículos para Gatopardo (el de Santiago Centro y los prostíbulos es el que me marcó) y los inéditos, particularmente aquellos en los que Óscar Contardo deja ver una parte de su pasado y a través de esa ventana da un vistazo a nuestra sociedad, su tratamiento de la salud mental (particularmente sensible encontré la metáfora del niño que se apodera de la mente del amigo de infancia) y de ese aspecto poco iluminado y criticado de la sociedad capitalina.
Increíble viaje por el universo de contardo, disfruté mucho este libro, altamente recommendable, y aunque no llega al nivel de siutico o raro esta recopilación de artículos y fragmentos de libros anteriores es una joya que se lee con gusto y se disfruta bastante.
Lo mejor es lo inédito, lo de La Tercera y lo de la publicación mexicana. Obviamente las crónicas de Santiago Capital son excelentes, pero para eso mejor leer Santiago Capital derechamente, creo yo.
E igual choca un poco el hecho de que varios textos de LT comparten temática de manera tan estrecha con SC (quizás con fines publicitarios en su momento). Le da un toque raro al tono de la antología, sobre todo en la primera mitad.
Los perfiles son excelentes, pero pasa algo parecido: a la luz del 2024, llaman a leer los libros sobre Lira y Lemebel que Contardo terminaría escribiendo. Ahora, esto no es exactamente malo. De hecho, yo mismo caí redondito y pretendo conseguirlos y leerlos muy pronto.
Sobre lo que sale de Siútico: funcionan bien incluso como fantasías en este marco descontextualizado de la tesis y la columna vertebral de ese gran libro. Para una antología, siento que está bien. Y naturalmente, en Siútico igual está bien.
Siempre es bacán leer a Contardo. SIEMPRE. Inlcuso en tuits. Y entrar a un compilado antológico es una experiencia muy inmersiva y rica. Además, es a la segura. Es que Contardo es un periodista muy vivaz e inteligente. Recuerda a Raul Ruiz.
Lo recomiendo, pero más recomiendo ir directo a cualquiera de sus otros libros.
Acabo de finalizar este entretenido libro de crónicas, situadas mayoritariamente en Santiago. Cumple plenamente el objetivo: repasar; bajo la mirada crítica, periodística y con el necesario sarcasmo que caracteriza al autor, algunos de los eventos; históricos a esta altura, que han sucedido en la capital, explorando además en primera persona las vivencias, miradas y escenarios que forman parte de los contextos urbanos descritos, y que constituyen al mismo tiempo, un testimonio imperecedero, en su conjunto, de cómo ha sido el desarrollo de la vida santiaguina para algunos.
A propósito de Parra y Lemebel, esta semana terminé Fuera de lugar, un libro de Oscar Contardo que me regaló el Jota para navidad. Parte con una crónica horrenda de la vida del autor, medio clase media con nana, pero con el pasar de las hojas se convierte en un libro que retrata muy bien nuestra sociedad y lo que somos: nazis chilenos seguidores de Serrano, la repatriación de algunos convertida en bares conceptuales, ropa rara, cara y modernilla, la solidaridad chilena como discurso autocomplaciente, la aparición de la prostitución en edificios residenciales, etc. Entre las mejores crónicas/columnas están la de Rodrigo Lira, donde Contardo se entrevista con la mamá del poeta y recuerdan su vida, su infancia, las esperanzas que tenían en él y sus últimos días; y sobre todo, "Pedro Lemebel, el corazón rabioso del hombre loca", donde, también en conversación con Contardo, Lemebel habla de su relación con Violeta, su madre, y sus orígenes. Su vínculo con Bolaño, quien lo llevó a las grandes editoriales, y el cerco que impone para no referirse a ese misterioso quiebre entre ellos. Quizás dentro de ese cerco están todos los personajes y situaciones que provocaron la "dulce rabia" que se complacía en predicar.