La soledad de la infancia y los pecados de la vejez, las trampas del sexo y el placer inesperado que se esconde tras las tareas domésticas más aburridas... Todo lo que Natalia Ginzburg tocaba se convertía en arte, y eso sin perder esa cualidad corpórea de las emociones recién descubiertas, de las ideas apenas apuntadas, de los recuerdos que aún navegan a flor de piel.
En estos breves e intensos ensayos, que la gran escritora fue reuniendo a lo largo de su vida, encontraremos notas personales que los acercan a "Léxico familiar" y a "Las pequeñas virtudes", y retratos de amigos como Italo Calvino y Pavese, pero también apuntes sobre novelas y películas que en aquel entonces eran novedad y ahora ya son clásicos del siglo XX, y artículos que hablan de su compromiso político y resultan esenciales para comprender la historia europea.
Con su tono de escritura aparentemente descuidado, con su manera de proponer sin imponer, con su ironía siempre bien dispuesta hacia los pequeños detalles. Natalia Ginzburg hizo de lo doméstico un instrumento privilegiado para mirar el mundo y ese mundo sigue siendo muy nuestro.
Natalia Ginzburg (née Levi) was an Italian author whose work explored family relationships, politics during and after the Fascist years and World War II, and philosophy. She wrote novels, short stories and essays, for which she received the Strega Prize and Bagutta Prize. Most of her works were also translated into English and published in the United Kingdom and United States. An activist, for a time in the 1930s she belonged to the Italian Communist Party. In 1983 she was elected to Parliament from Rome as an Independent.
Este es el primer libro que leo de Natalia y necesito más!! La sobriedad de sus ensayos la ubica a la distancia perfecta de los temas que trata, una no puede mas que sentirse agradecida de conocer su manera de pensar, pues todo lo expresa con elegancia y humildad. Heme aquí ensimismada, con sus tareas de casa, sin poder terminar las mías.
Siempre he tenido emociones encontradas con esas obras (libros, canciones, etc.) que resultan atemporales, siempre vigentes. Por un lado, nos indica que hay fenómenos socio-culturales que aún ocurren en la actualidad, y que no hemos sido capaces de solucionar y evolucionar. Por otro lado, vemos que pequeñas escenas de la cotidianidad en las cuales no solemos reparar han sido y serán siempre parte del ser humano. En "Las tareas de casa", Natalia Ginzburg recoge varios artículos y ensayos que ha publicado a lo largo de casi tres décadas en diversas revistas y periódicos. Nos muestra su lado más íntimo, tímido, introvertido, a ratos intensa, pero siempre respetuosa a la hora de emitir su opinión. Sus ensayos cubren variados temas relacionados a la cotidianidad, fenómenos sociales, algún suceso del momento y opiniones sobre temas como el aborto, la religión y la política. De todos los ensayos que recoge este libro, subrayé varias líneas de al menos diez. Comparto los que más me llamaron la atención, ya sea por lo vigente o por la perfecta puesta en palabras.
Del ensayo "Del aborto": "Es intolerable que las mujeres pobres corran el peligro de morir o mueran abortando con agujas de hacer punto, y que las mujeres ricas puedan disponer de cómodas clínicas y no corran ningún peligro o muy poco. Es intolerable." "Tal elección no puede ser, pues, más que individual, privada y oscura. De todas las elecciones humanas, es la más privada, la más anárquica y la más solitaria. Es una elección que pertenece por derecho a la madre, y solo a ella." "Semejante elección no compete a nadie y mucho menos a la ley."
Del ensayo "Vida colectiva": "Que nuestra añoranza de un mundo desaparecido es inútil, no cabe duda. En efecto, aquel mundo, tal como era, no podrá volver jamás. Y por otra parte, no está claro que eso sea lamentable. El hecho de que nosotros sintamos la necesidad de añorarlo, porque era el mundo que hospedaba nuestra juventud, no implica más que una inclinación sentimental, una debilidad de nuestro espíritu." "El ser humano de hoy no ignora ya nada de lo que ocurre a sus semejantes bajo el sol; y por eso no puede ya soportar la convivencia consigo mismo, odia su imagen y siente sobre sus extremidades el peso de una conciencia universal e intolerable."
Del ensayo "El actor": "Creo que, por lo que se refiere a los amigos de la infancia y de la juventud, no se eligen sino que aparecen a los pies de nuestra suerte. Los amigos de la edad adulta de alguna manera se eligen. Es verdad, no obstante, que en nuestras elecciones juegan siempre tres elementos esenciales: en parte elegimos nosotros mismos, en parte somos elegidos y en parte el azar elige por nosotros."
Mis primas Ceci y Belén me regalaron “Las tareas de casa y otros ensayos” por el amigo invisible. Mi primero casada y haciéndome a nuestra casa. Lo devolví porque Javi ya lo tenía así que leí el suyo, con sus subrayados y comentarios. Quise terminar el libro antes de que naciese Javier pero no pudo ser, así que estas semanas entre toma y toma he ido leyendo página a página. Aunque en algún punto el libro se me hizo un poco pesado (enlacé varios artículos más aburridos), en general me ha encantado. Me fascina su forma de mirar las relaciones, la política, los problemas sociales… su profundidad al entender al hombre. Su pensamiento es original, nada ideológico ni partidista. Y me siento a gusto leyéndola. Eso no me pasa con frecuencia. Mi top 3 de artículos son (en orden según aparecen en el libro): la infancia y la muerte, el sexo es mudo y el crucifijo en las escuelas. Añado aquí los comentarios que he ido haciendo al libro: - Madrid, 24 de enero de 2025. Me ha hecho gracia el ensayo "La pereza" porque yo me siento un poco así en el doctorado, con mi equipo de investigación: "mi constante preocupación era que no fuesen descubiertas mi gran ignorancia, mi enorme pereza y mi absoluta ausencia de ideas" (p. 46) - Madrid, 13 de febrero de 2025. Acabo de leer "Dos comunistas". Me habían aburrido varios ensayos y he vuelto a entusiasmarme. Yo también pienso esto a menudo, pero no solo en política: "Como yo me movía tan a menudo en el vacío y en la niebla, no podía cruzar palabra ni con políticos ni con sociólogos, personas que sin duda tenían sobre la realidad una mirada siempre lúcida, exacta, completa y puntual". - Madrid, 12 marzo 2025: acabo de leer “la infancia y la muerte” y creo que es el mejor que he leído. Sobre la implicación que tiene decirle a un niño “Dios existe” o “Dios no existe”: «pero un niño que que oye decir “Dios no existe” ve levantarse a su alrededor murallas inexorables, y si un día quiere a Dios con él, tendrá que buscarlo más allá de esas murallas desiertas”. Justo hoy, que Javier se ha confirmado. - Madrid, 27 marzo 2025: hoy he leído dos muy buenos: “Del aborto” y “Razones de orgullo”. Del primero me gusta que Ginzburg llama a las cosas por su nombre: “abortar es matar” y que “encuentra odioso que se hable del aborto como si fuera una fiesta libre y alegre”. Pero no entiendo que con la agudeza intelectual y la poca ideología que tiene, afirme que un bebé es una posibilidad de vida, una posibilidad de persona. - Madrid, 9 abril 2025: “El sexo es mudo” creo que es de lo mejor que ha escrito esta mujer. Qué manera de decirlo. «Al ser el sexo ciego, sordo y mudo, está inmerso en la oscuridad y en el silencio, y es estricta propiedad del individuo como muy pocas otras cosas en el mundo. Estricta propiedad del individuo pero sedienta de un prójimo, e infeliz si no lo encuentra» (p. 291). - Madrid, 7 julio 2025: he retomado la lectura tras mes y medio de parón total. Acabo de leer «sobre el arrepentimiento y el perdón». Me ha gustado. El perdón y el arrepentimiento son privados, no estatales, pertenecen a la intimidad de las personas. - Madrid, 7 julio 2025: Acabo de leer: «El crucifijo en las escuelas» y entra en mi top 5 de artículos preferidos del libro. Me resulta fascinante la forma en que Ginzburg se aproxima a la fe, a Cristo. Sin preconcepciones, con reverencia y misterio. El artículo me ha recordado al Cristo manco que contemplaba en el primer año del máster de Humanidades. Me fascinaba que además de crucificado estuviese manco. - Madrid, 13 julio 2025: su “autobiografía en tercera persona” y el libro terminan así: «Vive con su hija Susanna, muy enferma desde los primeros meses de vida. La enfermedad de su hija le impide pensar en su propia muerte con tranquilidad. Todavía confía en la providencia, en el cariño de sus demás hijos, en los ángeles de la guarda. Cree en Dios, aunque de manera caótica, atormentada y discontinua». Me parece un precioso final.
Me tomé todo el tiempo del mundo para leer este libro de ensayos. No porque no me gustaran, todo lo contrario. Desde el primer ensayo de Natalia Ginzburg me enamoré de su escritura. Quise alargar el tiempo que pasábamos juntas. Y no me arrepiento. Me gustó bajar el ritmo de lectura con estos más de sesenta ensayos ordenados cronológicamente que van desde sus apreciaciones personales, hasta sus pensamientos políticos. Con todo el entremedio. Me permitió hacer una lectura más detenida y crítica, anotando cosas y buscando otras para entender algunas referencias o simplemente saber a qué zona de italia se refería, en qué época, de qué autora o autor estaba hablando o cómo se ve la fachada del edificio que estaba describiendo tan mágicamente, etc. Siento que cada ensayo me pilló en el momento adecuado, cuando lo necesitaba. Es lo más cercano que tendremos a un diario íntimo, como ella misma lo declara, porque nunca pudo mantener uno. Su conexión entre las inquietudes del día a día se ven conectadas con las temáticas que más la apasionan; escritura, naturaleza, política, literatura y su realidad italiana. Mientras leía este libro me incursioné en sus novelas, y me gustó mucho leerla, traspasando las fronteras de su escritura. Lo supe desde el primer ensayo, pero ahora que los terminé, declaro mi eterna admiración por Natalia Ginzburg y su hermosa escritura
Es un libro precioso que recoge los escritos de Natalia Ginzburg a lo largo de su vida y en orden cronológico. Usa un lenguaje aparantamente sencillo y cotidiano, a tal punto que parece una simple conversación. Y sin embargo es un libro lleno de luz e inteligencia que hace pensar sobre temas que nos competen a todos: el aborto, la familia, la piedad.
Natalia Ginzburg compila en este libro sus ensayos. Con tres décadas de escritura a cuestas en su oficio como redactora de una editorial y colaboradora en varias revistas, la escritora italiana revisa variados tópicos con una prosa simple, cercana, imperturbable al paso del tiempo. El firme propósito de desprenderse siempre de sus prejuicios a la hora de opinar le confiere a Ginzburg cierta atemporalidad y al mismo tiene la convierte en una autora siempre vigente.
Siempre he dicho que los libros que más me gustan son los que me dejan con ganas de escribir. Hay muchos libros donde la escritura me sobrepasa y siento la inmensa superioridad del lenguaje. En cada página de este libro no podía dejar de asombrarme de la claridad con la que Natalia narra, describe y explica la vida, desde los acontecimientos más simples, como Las tareas de la casa, hasta los más amplios e incluso históricos, la guerra y la política, por ejemplo, que la macarcaron profundamente. Son ensayos públicados en un tiempo de tres décadas. Desde el inicio es visible el talento que tiene para enteder -obviamente desde su visión- el mundo y la vida. Las ganas de escribir que me deja me hacen preguntarme también qué tanto tiempo necesitó para cada texto, para cada idea; cómo organizaba sus idea; cómo llevaba una vida al tiempo y en qué momento llegaba la lúcidez; qué se necesita para tener esa lucidez; cómo sería hablar con ella; cómo haría para llevar sus ideas a su vida diaria; cómo será ver el mundo con esa claridad.
El gran paisaje humano de un pensamiento. Recoge textos publicados en revistas y periódicos de la época, aunque algunos, unos cuatro o cinco, estaban inéditos. Lo más disfrutable son sus recuentos de pasajes vividos: la búsqueda de una casa en Roma, sus recuerdos de la niñez y sus primeros escritos, su viaje a Boston, su distancia de aquello que no comprende. Son los mejores momentos del libro, donde recupera el tono de aquellos ensayos tan memorables de 'Las pequeñas virtudes'.
Hay interesantes notas de su participación en la vida política, donde muestra su mirada interrogadora sobre la transformación del mundo, la desaparición de "su" mundo, el de una generación que no podía comprender la deriva que estaban tomando los grandes temas políticos y sociales, sobre todo a partir de los años 60.
El libro recoge varias evocaciones de amigos escritores: Pavese, Carlo Levi, Italo Calvino, Mario Soldati, Sandro Penna, el editor Giulio Einaudi. Las disfruté mucho porque son semblanzas transidas de afecto, pero también de una distancia y una lucidez transparente, como si las hubiera escrito aquella niña que esperaba leyendo por las mañanas y en soledad la llegada de la maestra a domicilio en el Turín de los años veinte.
Es un libro de ensayos que muchas veces debes releer páginas para no perder el hilo de los pensamientos de esta autora que me parece muy aguda , inteligente , valiente y en muchos temas muy profética ( se adelanta a su tiempo). Sin duda hay ensayos mejores que otros y como son muchos de ellos escritos para periódicos italianos de temas contingentes de aquellos años para los que no somos italianos pueden algunos ensayos parecernos muy locales y de referencias a políticos, artistas , leyes , escritores , películas donde tengo menos referencias o conocimientos. Realmente es un libro muy bueno y es agradable leer a una persona que a pesar que en muchos temas no estoy de acuerdo con su posición es una persona con mucho sentido común , tolerancia y valiente porque no se deja llevar por el que dirán y las modas eventuales en algunos temas contingentes.
Me encontré a una Natalia Ginzburg que no conocía, una de opiniones más conservadoras, pero quizá también más honesta. Me cansaron un poco los ensayos sobre cine, eso sí.