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Loco afán: Crónicas del sidario
En "La noche de los visones", "La Regine de Aluminios el Mono", "La muerte de Madonna" y "El último beso de Loba Lamar", las cuatro crónicas que conforman la primera parte del libro Loco afán: crónicas de sidario, el narrador reconstruye las historias individuales de compañeras que sufrieron la represión de la dictadura y murieron de SIDA. Lemebel ofrece un texto único en su capacidad de mezclar la carcajada con la mueca post-mortis, el goce con el dolor. El virus ataca, fragmenta, mata a los personajes, pero no aniquila el deseo de vivir intensamente la celebración de un cuerpo construido para y por el goce.
180 pages, Hardcover
First published January 1, 1996
126 people are currently reading
1828 people want to read
About the author
Pedro Lemebel
31 books723 followersHijo de Pedro Mardones, panadero, y Violeta Lemebel, nació "literalmente en la orilla del Zanjón de la Aguada" y "vivió en medio del barro" hasta que, a mediados de los años sesenta, "su familia se mudó a un conjunto de viviendas sociales en avenida Departamental".
Estudió en un liceo industrial donde se enseñaba forja de metal y mueblería y, después, en la Universidad de Chile, donde se tituló de profesor de Artes Plásticas. Trabajó en dos liceos, de los cuales fue despedido en 1983 "presumiblemente por su apariencia, ya que no hacía mucho esfuerzo por disimular su homosexualidad".
En sus libros aborda fundamentalmente la marginalidad chilena con algunas referencias autobiográficas. Su estilo irreverente, barroco y kitsch lo ha hecho conocido en toda hispanoamérica. Gay declarado, explica el cambio de su nombre así: "El Lemebel es un gesto de alianza con lo femenino, inscribir un apellido materno, reconocer a mi madre huacha desde la ilegalidad homosexual y travesti".
Estudió en un liceo industrial donde se enseñaba forja de metal y mueblería y, después, en la Universidad de Chile, donde se tituló de profesor de Artes Plásticas. Trabajó en dos liceos, de los cuales fue despedido en 1983 "presumiblemente por su apariencia, ya que no hacía mucho esfuerzo por disimular su homosexualidad".
En sus libros aborda fundamentalmente la marginalidad chilena con algunas referencias autobiográficas. Su estilo irreverente, barroco y kitsch lo ha hecho conocido en toda hispanoamérica. Gay declarado, explica el cambio de su nombre así: "El Lemebel es un gesto de alianza con lo femenino, inscribir un apellido materno, reconocer a mi madre huacha desde la ilegalidad homosexual y travesti".
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Community Reviews
Displaying 1 - 30 of 150 reviews
October 13, 2021
Todo ese brillo, plumas, colores y fantasía de maricas y travestis se refleja en la forma de escrbir de Lemebel. La elección de palabras, las metáforas, el barroco, hipnotizan y atraviesan. Imposible salir ileso de estos relatos.
Lean a Lemebel.
Lean a Lemebel.
February 25, 2022
Eso estuvo triste:(
September 17, 2021
A través de la crónica como género vivo, en primera persona, tanto del singular como del plural, Lemebel nos cuenta sobre la hermandad de locas, travestis y de todos esos que nacieron "con un alita rota" buscando un cielo dónde volar. Nos lo cuenta con amor y crudeza (acaso los componentes de la verdadera poética) y rescata la memoria de todas esas locas con "ese loco afán por saltar al futuro" pero que "la sombra" coartó su vuelo.
Un autor necesario. Un libro necesario. Historias necesarias, crónicas necesarias.
Un autor necesario. Un libro necesario. Historias necesarias, crónicas necesarias.
February 9, 2022
"𝑨 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒆𝒏 𝒆𝒔𝒐𝒔 𝒅𝒊́𝒂𝒔 𝒂𝒃𝒐𝒄𝒉𝒐𝒓𝒏𝒂𝒅𝒐𝒔 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂́ 𝒂 𝒑𝒖𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒍𝒐𝒗𝒆𝒓. 𝑴𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕𝒂𝒓𝒊́𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒖𝒗𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒍𝒍𝒐𝒗𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐...
𝑪𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒎𝒆 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒖𝒆 𝒍𝒂 𝒉𝒐𝒓𝒂, 𝒑𝒖𝒆𝒔 𝒍𝒂𝒔 𝒇𝒍𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒅𝒖𝒓𝒂𝒏 𝒎𝒂́𝒔 𝒕𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 𝒄𝒐𝒏 𝒆𝒍 𝒂𝒈𝒖𝒂."
𝑪𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒎𝒆 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒖𝒆 𝒍𝒂 𝒉𝒐𝒓𝒂, 𝒑𝒖𝒆𝒔 𝒍𝒂𝒔 𝒇𝒍𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒅𝒖𝒓𝒂𝒏 𝒎𝒂́𝒔 𝒕𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 𝒄𝒐𝒏 𝒆𝒍 𝒂𝒈𝒖𝒂."
August 23, 2016
Lo poco que sabía de Lemebel era que era un artista homosexual con mucha pluma y que cuando escribía era demasiado directo y procaz. Así que sólo lo leí porque una amiga de GoodReads me recomendó al autor. El librero de la feria me dice que el libro le gusta mucho y me lo llevo bien escondido. Luego cuando me pongo a leerlo me di cuenta que todo lo que pensaba sobre el autor era completamente cierto pero también me di cuenta que lo hace con un manejo del lenguaje magistral que le permite a su trabajo codearse con cualquier otro sin envidiarle nada a nadie. El uso de los recursos literarios es perfecto, el relato engancha, etc.
Este libro en particular, su segunda colección de crónicas de la realidad homosexual fue publicada en 1996, en un Chile bastante más conservador que el de hoy y por eso no me sorprende que no lo conozcamos mucho. Este libro se centra más que nada en el SIDA y las distintas situaciones de la vida de los bajos mundos que a Lemebel le gustaba tratar que tenían alguna relación con el tema del SIDA. En esta época ya había tratamientos contra el SIDA pero todavía era un gran problema y una sentencia de muerte para quien lo recibía como diagnóstico. Lemebel no lo sufrió pero vio cómo el mundo homosexual tanto en Chile como en el exterior se vio golpeado por el virus, desde un punto de vista directo, el de los infectados, así como el de quienes convivían con ellos. El libro también habla de ciertos personajes de la época admirados o relacionados con ellos.
El libro es un acercamiento, primero al mundo de Lemebel, también a la diversidad sexual desde dentro y quizá no desde el punto en que la observaríamos en el 2016 sino cuando la tolerancia y el respeto a lo homosexual, transexual, etc no era tema que son los años de Pedro. Por ejemplo, una pregunta que uno puede responder parcialmente en este libro es ¿Qué pasaba con los gays en dictadura? Hay algo de eso aquí. Tomar en cuenta que en los años de la UP la izquierda despreciaba (como el resto de la sociedad) a los homosexuales y Pedro se reconocía a sí mismo como comunista, partido al que no entró por mucho tiempo porque no le dejaron.
Algo interesante es que Lemebel siempre critica en estas crónicas la pretensión de calzar en un modelo de integración que los intenta "amachar" relegando al "loquerío" al olvido, quizás porque según él integra pero no acepta la diversidad humana. Hay una constante nostalgia por los viejos tiempos y también una reivindicación de lo local contra la adaptación a lo globalizante que en esos años se veía venir.
Y tengo que hablar un poco del impacto del libro en el lector. Está claro que no es para personas sensibles o quizás me equivoco... quizás es para personas muy sensibles, pero quizás hablamos de sensibilidades diferentes. Yo a ratos me considero una persona muy sensible, la mayor parte del tiempo, otras veces menos de lo que debería pero siempre estoy pensando y me gusta que un libro me llegue y me cause un remezón, sea la historia de la humanidad, la independencia de los Estados Unidos o la imaginación llevada a sus límites y este libro es otro ejemplo. El lenguaje siempre es procaz pero no significa que sea fácil de leer o liviano, en ningún caso, de hecho a ratos algunas crónicas se hacen complicadas de entender. También si uno es un "outsider" al principio se puede sentir que no es para uno, porque de hecho a veces se dice que él le escribía a otros homosexuales pero en el fondo y aunque es bastante reiterativo logra tocar el tema (en este caso la homosexualidad, la homoeroticidad y el SIDA) desde varios puntos de vista distintos, así que por lo menos no siento que agote, pero he leído otras reseñas que dicen lo contrario, de todas maneras este libro tiene 155 páginas, no es nada. Eso sí, el libro te va a hacer sentir incómodo o quizá hasta hipócrita (como a mi).
Creo que no sólo es un buen libro de crónicas sino que es una gran obra, una de las grandes obras de la literatura chilena del siglo XX por lo rupturista pero también por su calidad literaria en sí misma (aunque son crónicas y no relatos ficticios). Roberto Bolaño lo admiraba y si algún día logro llegar a Blanes a rendirle honores en la playa sé que en algún momento también pensaré en Lemebel y en este libro que ciertamente le inspiró, estoy seguro de ello.
Este libro en particular, su segunda colección de crónicas de la realidad homosexual fue publicada en 1996, en un Chile bastante más conservador que el de hoy y por eso no me sorprende que no lo conozcamos mucho. Este libro se centra más que nada en el SIDA y las distintas situaciones de la vida de los bajos mundos que a Lemebel le gustaba tratar que tenían alguna relación con el tema del SIDA. En esta época ya había tratamientos contra el SIDA pero todavía era un gran problema y una sentencia de muerte para quien lo recibía como diagnóstico. Lemebel no lo sufrió pero vio cómo el mundo homosexual tanto en Chile como en el exterior se vio golpeado por el virus, desde un punto de vista directo, el de los infectados, así como el de quienes convivían con ellos. El libro también habla de ciertos personajes de la época admirados o relacionados con ellos.
El libro es un acercamiento, primero al mundo de Lemebel, también a la diversidad sexual desde dentro y quizá no desde el punto en que la observaríamos en el 2016 sino cuando la tolerancia y el respeto a lo homosexual, transexual, etc no era tema que son los años de Pedro. Por ejemplo, una pregunta que uno puede responder parcialmente en este libro es ¿Qué pasaba con los gays en dictadura? Hay algo de eso aquí. Tomar en cuenta que en los años de la UP la izquierda despreciaba (como el resto de la sociedad) a los homosexuales y Pedro se reconocía a sí mismo como comunista, partido al que no entró por mucho tiempo porque no le dejaron.
Algo interesante es que Lemebel siempre critica en estas crónicas la pretensión de calzar en un modelo de integración que los intenta "amachar" relegando al "loquerío" al olvido, quizás porque según él integra pero no acepta la diversidad humana. Hay una constante nostalgia por los viejos tiempos y también una reivindicación de lo local contra la adaptación a lo globalizante que en esos años se veía venir.
Y tengo que hablar un poco del impacto del libro en el lector. Está claro que no es para personas sensibles o quizás me equivoco... quizás es para personas muy sensibles, pero quizás hablamos de sensibilidades diferentes. Yo a ratos me considero una persona muy sensible, la mayor parte del tiempo, otras veces menos de lo que debería pero siempre estoy pensando y me gusta que un libro me llegue y me cause un remezón, sea la historia de la humanidad, la independencia de los Estados Unidos o la imaginación llevada a sus límites y este libro es otro ejemplo. El lenguaje siempre es procaz pero no significa que sea fácil de leer o liviano, en ningún caso, de hecho a ratos algunas crónicas se hacen complicadas de entender. También si uno es un "outsider" al principio se puede sentir que no es para uno, porque de hecho a veces se dice que él le escribía a otros homosexuales pero en el fondo y aunque es bastante reiterativo logra tocar el tema (en este caso la homosexualidad, la homoeroticidad y el SIDA) desde varios puntos de vista distintos, así que por lo menos no siento que agote, pero he leído otras reseñas que dicen lo contrario, de todas maneras este libro tiene 155 páginas, no es nada. Eso sí, el libro te va a hacer sentir incómodo o quizá hasta hipócrita (como a mi).
Creo que no sólo es un buen libro de crónicas sino que es una gran obra, una de las grandes obras de la literatura chilena del siglo XX por lo rupturista pero también por su calidad literaria en sí misma (aunque son crónicas y no relatos ficticios). Roberto Bolaño lo admiraba y si algún día logro llegar a Blanes a rendirle honores en la playa sé que en algún momento también pensaré en Lemebel y en este libro que ciertamente le inspiró, estoy seguro de ello.
August 27, 2021
Mis primeras lecturas de Lemebel fueron 'Tengo miedo torero' y 'Adiós Mariquita linda', ambas me gustaron mucho y en ambas advertí algo faltante: quizá porque la novela -a pesar de sus destellos- no llega a desprenderse del esqueleto de 'El beso de la mujer araña' de Manuel Puig; y porque las crónicas de 'Adiós Mariquita...' me resultaron a veces perdidas en la estridencia del lenguaje que hizo popular a Lemebel.
Pero en 'Loco afán' no hubo ausencia. De hecho, creo que tras su lectura me ha quedado bien clara la genialidad en la escritura de Lemebel, su belleza. Un estilo que amalgama lo barroco, lo poético en su modo más ornamental, con el ímpetu de la oralidad, de la calle, Lemebel escribe como quien habla emocionado, hay velocidad, hay respiración en medio de las palabras, una solemnidad enrevesada que a un mismo tiempo invita a la risa y al llanto, tantos retratos de dolor y grietas entre las que se filtra alguna esperanza.
Con toda la dignidad y la intimidad de quien vivió para contarlo, en Loco Afán se homenajea la vida de amigas travestis que mueren de sida, de una noche citadina vibrante y peligrosa, vidas y escenarios en constante movimiento, en constante quiebre, los cambios políticos son el telón de fondo para las ansias, para las pulsiones. Y no todo es Santiago de Chile, Lemebel nos obliga a ver la ruralidad, a los maricas de pueblo (quizá mis relatos favoritos) y en sus frases hermosamente hiladas, extrañamente hiladas, sexualmente hiladas, adivinamos una mirada compasiva del mundo, una mirada amorosa del mundo, una ternura radical.
Pero en 'Loco afán' no hubo ausencia. De hecho, creo que tras su lectura me ha quedado bien clara la genialidad en la escritura de Lemebel, su belleza. Un estilo que amalgama lo barroco, lo poético en su modo más ornamental, con el ímpetu de la oralidad, de la calle, Lemebel escribe como quien habla emocionado, hay velocidad, hay respiración en medio de las palabras, una solemnidad enrevesada que a un mismo tiempo invita a la risa y al llanto, tantos retratos de dolor y grietas entre las que se filtra alguna esperanza.
Con toda la dignidad y la intimidad de quien vivió para contarlo, en Loco Afán se homenajea la vida de amigas travestis que mueren de sida, de una noche citadina vibrante y peligrosa, vidas y escenarios en constante movimiento, en constante quiebre, los cambios políticos son el telón de fondo para las ansias, para las pulsiones. Y no todo es Santiago de Chile, Lemebel nos obliga a ver la ruralidad, a los maricas de pueblo (quizá mis relatos favoritos) y en sus frases hermosamente hiladas, extrañamente hiladas, sexualmente hiladas, adivinamos una mirada compasiva del mundo, una mirada amorosa del mundo, una ternura radical.
March 13, 2021
Pedro Lemebel cuenta a lo largo de dos décadas, con toda la seriedad y la gracia de cada caso, historias que giran en torno a temas como el travestismo, el mariconeo, la subversión de los cuerpos, el sida, la dictadura chilena, la llegada de la democracia, entre otros. No solo cuenta de individuos y comunidades que dan un vuelco a toda norma e inscriben en la politización de sus cuerpos a futuras generaciones latinoamericanas que lucharán por su reconocimiento y sus derechos, sino que también demuestra su propio acto político al travestir el lenguaje, al “tocerle el cuello” y torcérselo por ende también al poder, como dice el escritor Giuseppe Caputo.
Esta reedición de Lemebel en Colombia no es más que todo lo bueno que se ha podido hacer para seguir difundiendo la obra del escritor y artista, y para, tras su lectura, entender por qué es tan necesario.
Esta reedición de Lemebel en Colombia no es más que todo lo bueno que se ha podido hacer para seguir difundiendo la obra del escritor y artista, y para, tras su lectura, entender por qué es tan necesario.
January 17, 2023
Brutal, poético, descarnado y sensible. Todas estas crónicas de Lemebel me parecieron obras de arte. Cada palabra pareciera estar pensada.
Angustia, sonrisas e impotencia fueron algunos de los efectos que sentí al leer a un autor que no te deja indiferente.
Estas crónicas giran en torno al sida pero también hablan de Chile, su historia, cultura, ideologías y artes
"Tengo cicatrices de risas en la espalda"
Angustia, sonrisas e impotencia fueron algunos de los efectos que sentí al leer a un autor que no te deja indiferente.
Estas crónicas giran en torno al sida pero también hablan de Chile, su historia, cultura, ideologías y artes
"Tengo cicatrices de risas en la espalda"
April 2, 2023
No es un libro perfecto, pero tiene algunas crónicas tan buenas que hacen que merezca las cinco estrellas.
September 19, 2022
estoy disfrutando cada momento de mi misión de releer y leer todos los libros de lemebel.
siempre me quejo cuando leo libros con historias individuales o cuentos, pero la narrativa de lemebel es otra huea, la manera que te atrapa y te envuelve a través de la vida de las locas con sida, no cualquier autor lo podría conseguir.
incluso, suena un tanto morboso decir que disfrute cada una de las historias, pero es la verdad, porque consigue hacer brillar estas vidas que están destinadas al un final trágico.
siempre me quejo cuando leo libros con historias individuales o cuentos, pero la narrativa de lemebel es otra huea, la manera que te atrapa y te envuelve a través de la vida de las locas con sida, no cualquier autor lo podría conseguir.
incluso, suena un tanto morboso decir que disfrute cada una de las historias, pero es la verdad, porque consigue hacer brillar estas vidas que están destinadas al un final trágico.
September 21, 2019
La música de Lemebel es, más que punk, un bolero aterciopelado, de esos que rebuscan con manos sucias entre el baúl de las antiguas imágenes de la belleza.
La falta de tiempo me impide dedicarle las líneas que se merece. Tal vez otro día será.
La falta de tiempo me impide dedicarle las líneas que se merece. Tal vez otro día será.
November 17, 2021
Como todo lo que escribe Lemebel: me encantó. Son pocos les autores y autoras que me permiten transportarme a escenas y espacios de forma tan real, pero Lemebel siempre lo logra. Logra hacerme sentir todo y más lo que quiere que sientas.
May 21, 2022
muy triste, la narración es 10/10
( se me había olvidado poner que lo había terminado)
( se me había olvidado poner que lo había terminado)
September 2, 2024
Debe ser difícil crear un final narrativo distinto para cada una de las crónicas de este libro cuyo final evidente es la muerte a partir del sida. Quitando eso, Pedro tiene a su favor que la mayoría de sus crónicas las hace memorables. El desarrollo de estas historias tan desmesuradas lleva a pensar que la desigualdad nos acompaña desde la cuna hasta la muerte: no es la misma para todos.
No me pregunten cómo pero llegué a un pdf de la Revista Ercilla del 2001 donde Ítalo Passalacqua escribe una crítica de la obra teatral de Loco afán:
«Posee la capacidad de asombrar. Maltrato. Olvido. Insensibilidad. Carencias. Interesante reportaje a lo distinto y oculto, a lo amargo y desangrante, a lo censurado y en abandono. “Loco afán” remece, estruja, libera y aporrea. Está plasmado de sensaciones, de fardos, de vergüenzas, de vidas».
Lo comparto porque me pasa igual con el libro. La manera de escribir de Lemebel tiene una primera capa de crudeza, incluso grotesca, pero que esconde un fondo bastante tierno —puede que a veces cursi, pero en él queda muy bien—.
Una de las crónicas trataba sobre una época en que todo el entorno de Lemebel creía que él tenía sida. La manera de narrar este texto no se parece a los demás del libro, eso me impresionó. Lo sentí más honesto, incluso como un desahogo. Siempre se habla del Pedro fuerte, empoderado como ninguno. Aquí veo a uno que además deja mostrar su fragilidad.
No me pregunten cómo pero llegué a un pdf de la Revista Ercilla del 2001 donde Ítalo Passalacqua escribe una crítica de la obra teatral de Loco afán:
«Posee la capacidad de asombrar. Maltrato. Olvido. Insensibilidad. Carencias. Interesante reportaje a lo distinto y oculto, a lo amargo y desangrante, a lo censurado y en abandono. “Loco afán” remece, estruja, libera y aporrea. Está plasmado de sensaciones, de fardos, de vergüenzas, de vidas».
Lo comparto porque me pasa igual con el libro. La manera de escribir de Lemebel tiene una primera capa de crudeza, incluso grotesca, pero que esconde un fondo bastante tierno —puede que a veces cursi, pero en él queda muy bien—.
Una de las crónicas trataba sobre una época en que todo el entorno de Lemebel creía que él tenía sida. La manera de narrar este texto no se parece a los demás del libro, eso me impresionó. Lo sentí más honesto, incluso como un desahogo. Siempre se habla del Pedro fuerte, empoderado como ninguno. Aquí veo a uno que además deja mostrar su fragilidad.
January 25, 2024
Te amo Lemebel, gracias por todo tu legado. En este libro de crónicas Lemebel escribe bordeando los estigmas del VIH y el sida en las travestis, trans y personas queer en Chile. Reflexiona mucho sobre la masculinidad en el mundo homosexual, siempre con un lenguaje bellísimo, rebelde, político e irónico.
March 7, 2015
Soberbio, Lemebel. Es cierto, su escritura barroca se desborda, pero ¿y qué? Solo espero de la buena literatura que no me deje en paz con los mundos que ya tengo. Ni por un segundo. Y eso, Lemebel lo hace de sobra. Seguí por años sus crónicas en distintos medios: la radio Tierra, el diario La Nación, en revistas de la resistencia, ya desaparecidas con la “democracia”. No sé dónde más tuve la fortuna de leerlo, pero fue siempre una fortuna, sin duda. Aquí están recogidas algunas de sus crónicas, ofrecidas para el que las pueda apreciar. Parte de un Chile que de pronto parece olvidado, la Unidad Popular, el edificio de la UNCTAD y sus rincones, las locas de nombres “sonoros y peregrinos”, el famoso beso que le arrancó a Serrat para oprobio (y envidia) de todas, el Bolívar andrógino con sus pechos de silicona. La crónica de Miguel Ángel, el vidente de Peña Blanca, devenido en mujer por intervención de la virgen. Berenice, la resucitada o la loca del pino. Excelente. El gran cronista más allá de los límites, humor, ternura, provocación, denuncia, todo en una misma escritura. Eso es Lemebel.
June 13, 2025
qué preciosidad... igual que en Tengo miedo torero, su forma de escribir es tan excéntrica y sórdida, pero a la vez tan sensible y precisa, que me tuvo entre la risa y la lágrima en apenas segundos (y bastantes lágrimas ha merecido). múltiples relatos se suceden reconstruyendo la realidad del mundo homosexual chileno en los 80 y, justo cada vez que empiezo a sospechar que se excederá por redundante, pasa a explorar otro de sus matices. una especie de crónica que captura la joie de vivre de una generación de "locas" que en realidad para lo de vivir no tuvo ni tiempo ni fortuna.
travestis, transexuales, maricas, locas, pero siempre pobres. más allá de la represión de la dictadura de Pinochet y la devastadora epidemia, se describe e ilustra también la soledad de esa marginalidad, que sabe bien que ni la democracia capitalista (por pobres) ni la revolución (por locas) le ofrecen un lugar. el ostracismo de no encontrarse en el Olimpo homosexual que llega en la propaganda primermundista, pero tampoco en los círculos marxistas que en su "mundo nuevo" no contemplan la subversión que incomoda su moral. como siempre, se tienen a ellas mismas.
"que su revolución
les dé un pedazo de cielo rojo
para que puedan volar"
<3
travestis, transexuales, maricas, locas, pero siempre pobres. más allá de la represión de la dictadura de Pinochet y la devastadora epidemia, se describe e ilustra también la soledad de esa marginalidad, que sabe bien que ni la democracia capitalista (por pobres) ni la revolución (por locas) le ofrecen un lugar. el ostracismo de no encontrarse en el Olimpo homosexual que llega en la propaganda primermundista, pero tampoco en los círculos marxistas que en su "mundo nuevo" no contemplan la subversión que incomoda su moral. como siempre, se tienen a ellas mismas.
"que su revolución
les dé un pedazo de cielo rojo
para que puedan volar"
<3
January 9, 2025
3.5/5
No están mal las crónicas, de hecho están bastante interesantes. Mi problema con ellas es que el autor de repente utiliza un lenguaje muy barroco, muy cargado y rebuscado que me sacaba de la lectura, ya que no entendía de qué estaba hablando en ciertas partes.
No están mal las crónicas, de hecho están bastante interesantes. Mi problema con ellas es que el autor de repente utiliza un lenguaje muy barroco, muy cargado y rebuscado que me sacaba de la lectura, ya que no entendía de qué estaba hablando en ciertas partes.
June 16, 2023
No merecemos a Pedro Lemebel 🥹
January 17, 2024
se abusa demasiado del calificativo _importante_ para los libros porque usarlo con cualquier libro que no sea este será siempre exagerado y desproporcionado
De los dos o tres libros de crónicas que he leído de Lemebel, es el que más me ha gustado, quizá por la acotación temática. Es una obra clave de la lit contemporánea, lo lees y no paran de ocurrírsete les autores posteriores que beben de esto. También muy impresionante que hayan pasado 20 años y el discurso de este libro siga siendo vigente y actualizadísimo en un 97%. Lemebel lo eres tødœ siempre serás famosa
De los dos o tres libros de crónicas que he leído de Lemebel, es el que más me ha gustado, quizá por la acotación temática. Es una obra clave de la lit contemporánea, lo lees y no paran de ocurrírsete les autores posteriores que beben de esto. También muy impresionante que hayan pasado 20 años y el discurso de este libro siga siendo vigente y actualizadísimo en un 97%. Lemebel lo eres tødœ siempre serás famosa
February 10, 2022
El libro se presenta como una reunión de "crónicas definitivas" pero es mucho más que eso. Lemebel te introduce a su mundo pero también transita por los pasillos de la memoria colectiva, si alguna, de las minorías sexuales en la dictadura militar de Pinochet y por las vivencias de la epidemia a las que les coloca nombre y rostro. Es un libro para ser leído y disfrutado por cualquiera pero lo es particularmente para nuestras sociedades latinoamericanas, muy bien dibujadas en sus páginas. Es cierto que el libro retrata una sociedad chilena del pasado pero sus contornos parecen reproducirse al día de hoy en otros de nuestros países.
Disfruté particularmente, "La noche de los visones" (y su mirada hacia la "homosexualidad acomodada"), "Nalgas Lycra, Sodoma Disco" (que rescata una mirada crítica a los "templos homo-dance" y a los estilos de vida que terminan imponiendo), "Los mil nombres de María Camaleón" (que propone otros lugares desde donde pensar las identidades diversas), "Los diamantes son eternos" (que retrata de manera magistral las dinámicas de la epidemia del VIH y los puntos donde el temor, el estigma y la esperanza se encuentran), "El fugado de la Habana" (que explora los contornos del "amor" desde la precariedad y el estigma. "Sólo habían pasado unas horas desde que nos conocíamos, y ya navegábamos juntos en el mar dorado del amor como apuesta, del amor como desafío de dos soledades impuestas...") y, claro está, el manifiesto "Hablo por mi diferencia" (que debiera ser una lectura obligatoria para entendernos desde esta parte del mundo).
Hay vida y hay muerte en esta obra. No las hay como opuestas una a la otra, sino como dos dimensiones que conviven en el tiempo y en el espacio, en los pasos de las personas que integran los relatos, de manera consciente, como un estigma convertido en celebración. En suma, es un Lemebel soberbio, barroco, iracundo, que desborda las páginas con el relato de cada crónica.
Disfruté particularmente, "La noche de los visones" (y su mirada hacia la "homosexualidad acomodada"), "Nalgas Lycra, Sodoma Disco" (que rescata una mirada crítica a los "templos homo-dance" y a los estilos de vida que terminan imponiendo), "Los mil nombres de María Camaleón" (que propone otros lugares desde donde pensar las identidades diversas), "Los diamantes son eternos" (que retrata de manera magistral las dinámicas de la epidemia del VIH y los puntos donde el temor, el estigma y la esperanza se encuentran), "El fugado de la Habana" (que explora los contornos del "amor" desde la precariedad y el estigma. "Sólo habían pasado unas horas desde que nos conocíamos, y ya navegábamos juntos en el mar dorado del amor como apuesta, del amor como desafío de dos soledades impuestas...") y, claro está, el manifiesto "Hablo por mi diferencia" (que debiera ser una lectura obligatoria para entendernos desde esta parte del mundo).
Hay vida y hay muerte en esta obra. No las hay como opuestas una a la otra, sino como dos dimensiones que conviven en el tiempo y en el espacio, en los pasos de las personas que integran los relatos, de manera consciente, como un estigma convertido en celebración. En suma, es un Lemebel soberbio, barroco, iracundo, que desborda las páginas con el relato de cada crónica.
October 22, 2024
"Loco afán" es una novela muy breve de Lemebel donde la poesía contrasta en el sentido más puro de la palabra con la crudeza del tema que desarrolla.
Con "Tengo miedo torero" ya me saqué el sombrero con ella (como se consideró siempre) pero esta vez, la impresión fue más fuerte aún...
Todavía no me entra en la cabeza como este autor no tiene el reconocimiento que se merece. =¥=¥ Todo un adelantado a su época, un revolucionario, un rebelde que luchó siempre por los derechos de la comunidad LGBT, cuando todavía ni siquiera se consideraba como tal. Desde su majestuosa pluma, le dio el prestigio y la igualdad que merecía la comunidad homosexual, por tantos años marginada. La humanizó, le dio vida y demostró todo lo que era al mundo, lo que vivía, sentía y sufría en el día a día.
En Crónicas de sidario, escrito por 1996, hace referencia a sus compañeras que fueron afectadas por "la sombra" como la menciona reiteradamente, enfermedad que tuvo su lamentable auge por los 90: El sida. A ello mecha poesía de la buena y expresiones de lo más Lemebelescas...
Es uno de los ejemplos más claros de la literatura como arte: donde se luce haciendo lo más difícil de comprender para otros: mezclar la belleza con lo grotesco, un tema escalofriante, duro, crudo y cruel con la maravillosa y estilística pluma que el entre muy pocos puede lucir. Uno de los relatos más sensibles y movilizantes que leí en mucho tiempo. Imposible no dejarse marcar. Imposible no volver a elergirlo. 😊🙌
Con "Tengo miedo torero" ya me saqué el sombrero con ella (como se consideró siempre) pero esta vez, la impresión fue más fuerte aún...
Todavía no me entra en la cabeza como este autor no tiene el reconocimiento que se merece. =¥=¥ Todo un adelantado a su época, un revolucionario, un rebelde que luchó siempre por los derechos de la comunidad LGBT, cuando todavía ni siquiera se consideraba como tal. Desde su majestuosa pluma, le dio el prestigio y la igualdad que merecía la comunidad homosexual, por tantos años marginada. La humanizó, le dio vida y demostró todo lo que era al mundo, lo que vivía, sentía y sufría en el día a día.
En Crónicas de sidario, escrito por 1996, hace referencia a sus compañeras que fueron afectadas por "la sombra" como la menciona reiteradamente, enfermedad que tuvo su lamentable auge por los 90: El sida. A ello mecha poesía de la buena y expresiones de lo más Lemebelescas...
Es uno de los ejemplos más claros de la literatura como arte: donde se luce haciendo lo más difícil de comprender para otros: mezclar la belleza con lo grotesco, un tema escalofriante, duro, crudo y cruel con la maravillosa y estilística pluma que el entre muy pocos puede lucir. Uno de los relatos más sensibles y movilizantes que leí en mucho tiempo. Imposible no dejarse marcar. Imposible no volver a elergirlo. 😊🙌
March 29, 2022
Qué manera de engalanar el sufrimiento, sin desmerecerlo. Lemebel te desgarra pero su poesía no te hunde. Anida en ti la comprensión, el coraje, el miedo. Agradeces a la vida el haberlo elegido; anhelas incluso una mente tan romántica como la suya.
January 15, 2019
Pedro Lemebel (1952-2015) was a Chilean chronicler, essayist and novelist. He defined himself against establishments of all kinds: against Pinochet’s military dictatorship, against the Marxist resistance that condemned homosexuality as a bourgeois vice, against the neoliberal consensus behind Chile’s “economic miracle,” and also against the LGBT activists because he believed they were making commodities of queer suffering and queer lives.
He wrote about the lives led by the transgender community in Santiago, the most marginalized members of Santiago society, a community he came to represent, especially in the aftermath of the AIDS outbreak.
Roberto Bolaño, his compatriot, declared that Lemebel was "the greatest poet of my generation, even though he doesn’t write poetry", and indeed, his prose is really startling. Language, for Lemebel, is political, a form of resistance. He forces language with hundreds of "chilenismos", invented terms, sly wordplay, oxymorons and a very convoluted syntax. There is humour hidden behind his brutal, obscure prose and double entendres. I am sure Lemebel is very challenging for all translators. Fortunately, some of his writing has now been translated into English.
Lemebel's transgressive writing can be difficult to read because it is so politically incorrect and sometimes defies the standards of good taste but these chronicles are really devastating, tender and eye opening at the same time.
He wrote about the lives led by the transgender community in Santiago, the most marginalized members of Santiago society, a community he came to represent, especially in the aftermath of the AIDS outbreak.
Roberto Bolaño, his compatriot, declared that Lemebel was "the greatest poet of my generation, even though he doesn’t write poetry", and indeed, his prose is really startling. Language, for Lemebel, is political, a form of resistance. He forces language with hundreds of "chilenismos", invented terms, sly wordplay, oxymorons and a very convoluted syntax. There is humour hidden behind his brutal, obscure prose and double entendres. I am sure Lemebel is very challenging for all translators. Fortunately, some of his writing has now been translated into English.
Lemebel's transgressive writing can be difficult to read because it is so politically incorrect and sometimes defies the standards of good taste but these chronicles are really devastating, tender and eye opening at the same time.
August 8, 2019
Después de leer “La esquina es mi corazón: crónica urbana” de Lemebel me quede enamorado del estilo del autor y busque más libros de él. Cuando encontré esta obra estaba muy entusiasmado porque siempre me ha intrigado la experiencia del SIDA en la comunidad gay de Latinoamérica. Y en ese aspecto, esta colección de ensayos fue perfecta. El estilo en el cual Lemebel examina la intersección de clase, sexualidad y política es fabulosa. Si ahí hubiera acabado la colección le hubiera dado 5 estrellas. Pero la colección continuó y con ensayos más y más distantes del tema del SIDA en la experiencia gay chilena. Estos incluyeron desde pequeños ensayos sobre celebridades gay (o percibidas como tal) – y progresivamente más recónditas – hasta algunas pequeñas historias. Este desenfoque del tema principal me hizo disfrutar mucho menos de estos ensayos que pudieran haberme gustado si los hubiese leído bajo su propio merito en vez de verlos como usurpadores. Mi recomendación seria leer solamente la primera mitad, que suficiente merito tiene en sí, pero quizá otros lectores son más permisibles con cambios de tema.
February 4, 2021
Su estética sobrecargada es un destilado de su mariconada, el goteo de su piel que se vuelve tinta. ¿Cómo más podría escribir? Además, escribe sobre espacios, a veces ordinarios, a veces marginales, a veces destructivos, estractando la belleza donde nuestros ojos ortodoxos, moralistas sólo verán basura, suciedad, declive.
Escribir sobre lo excluído, escribir sobre la podredumbre (para el resto) pero que está allí, como necesidad de la sociedad, como expresión de su diversidad, como eso que nos encanta pero tenemos que fingir que no existe.
Me parece absolutamente bello, tanta coherencia entre su ser, su gestualidad, su escritura y su activismo.
Escribir sobre lo excluído, escribir sobre la podredumbre (para el resto) pero que está allí, como necesidad de la sociedad, como expresión de su diversidad, como eso que nos encanta pero tenemos que fingir que no existe.
Me parece absolutamente bello, tanta coherencia entre su ser, su gestualidad, su escritura y su activismo.
July 21, 2025
Finisimos microrelatos contados con una prosa con una sofisticada selección de palabras que hace que la lectura sea rítmica y musical; cada oración es un intrincado tejido de adjetivos que hacen inevitable reirse con ellas. Con el humor enaltece las trágicas historias de las maricas y travestis del Chile que recuperó la democracia pero no supo ser democrático con todas sus habitantas.
August 10, 2017
La parte del manifiesto fue brillante. Amor eterno a Lemebel
October 25, 2022
Cada vez que lo leo me gusta más. <3
December 26, 2023
-Te estoy mirando.
-No, no me estás mirando a mí, estás mirando mi muerte. La muerte tomó vacaciones en mis ojos.
Después de haber leído Tengo Miedo Torero quedé maravillado con la prosa de Lemebel, sus crónicas no han hecho más que renovar mis votos, ya que pone en el centro al Santiago de los márgenes y lo puebla de locas chilenas, tan alejadas de el estereotipo hegemónico de la homosexualidad yanqui, y a la vez tan expuestas a la pandemia del sida, la sombra, que sin embargo no logra regelarlas al olvido ni despojarlas de su glamour importado. Lemebel localiza el origen de la enfermedad en el seno del neoliberalismo, y lo ve como una forma nueva de colonización por el contagio, en un momento además muy conveniente para los discursos moralistas de la dictadura.
Mi beso será un recuerdo prohibido, como una luna sodomita que arañó su mar.
Lo maravilloso de las crónicas de Lemebel es que es al mismo tiempo protagonista y testigo de los acontecimientos que narra. Sus textos son como una extensión de su activismo, que nos invitan a no olvidar, a mirar los rincones que de otra manera pasaríamos desapercibidos, donde se esconde la esperanza. Para mí destaca en especial el Manifiesto (hablo por mi diferencia), una intervención en un acto político de la izquierda donde Lemebel nos recuerda a todos los niños que, quizás como él, naceran con una alita rota y sin embargo merecen un pedazo de cielo rojo para volar en aquel sueño revolucionario.
Lemebel plantea la belleza ante el desastre. Resiste con la memoria los crueles golpes del olvido, y denuncia la injusticia con poesía. Grande Pedro Lemebel.
-No, no me estás mirando a mí, estás mirando mi muerte. La muerte tomó vacaciones en mis ojos.
Después de haber leído Tengo Miedo Torero quedé maravillado con la prosa de Lemebel, sus crónicas no han hecho más que renovar mis votos, ya que pone en el centro al Santiago de los márgenes y lo puebla de locas chilenas, tan alejadas de el estereotipo hegemónico de la homosexualidad yanqui, y a la vez tan expuestas a la pandemia del sida, la sombra, que sin embargo no logra regelarlas al olvido ni despojarlas de su glamour importado. Lemebel localiza el origen de la enfermedad en el seno del neoliberalismo, y lo ve como una forma nueva de colonización por el contagio, en un momento además muy conveniente para los discursos moralistas de la dictadura.
Mi beso será un recuerdo prohibido, como una luna sodomita que arañó su mar.
Lo maravilloso de las crónicas de Lemebel es que es al mismo tiempo protagonista y testigo de los acontecimientos que narra. Sus textos son como una extensión de su activismo, que nos invitan a no olvidar, a mirar los rincones que de otra manera pasaríamos desapercibidos, donde se esconde la esperanza. Para mí destaca en especial el Manifiesto (hablo por mi diferencia), una intervención en un acto político de la izquierda donde Lemebel nos recuerda a todos los niños que, quizás como él, naceran con una alita rota y sin embargo merecen un pedazo de cielo rojo para volar en aquel sueño revolucionario.
Lemebel plantea la belleza ante el desastre. Resiste con la memoria los crueles golpes del olvido, y denuncia la injusticia con poesía. Grande Pedro Lemebel.
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