«Pasaban horas, pasaban días, pasaban nubes y Titi deseaba que alguna sedetuviera y se derramara furiosa sobre él. Hasta arrasarlo, hasta que noquedara nada».
En siete relatos breves, Margarita García Robayo despliega su habilidad para mostrar el lado más difícil de las cosas.
Sus personajes, expuestos en toda su compleja humanidad, se debaten irremediablemente en un mundo en el que no acaban de encajar. Una mujer que trata de darle un orden a su nueva vida de enferma; un hombre atrapado en un hotel descomunal; las incertidumbres de una pareja frente a su hijo obeso; una destemplada reunión de familia; la morbidez, la incomunicación y el desencuentro son algunos de los temas alrededor de los cuales giran estos relatos inquietantes.
La pluma rápida y el humor, a la vez brutal y compasivo, de esta joven escritora son, como en la buena literatura, herramientas poderosas para explorar y enfrentar al lector a las pequeñas o grandes miserias de la vida cotidiana.
La crítica ha
"Aguda percepción sobre la vida contemporánea. Dueña de una suave ironía, una fina percepción psicológica y cultora de una excepcional poética del desplazamiento." Juan Villoro
Margarita García Robayo nació en Cartagena, Colombia, en 1980. Desde 2005 vive en Buenos Aires, donde escribe la columna “La ciudad de la furia” en el diario Crítica de la Argentina. En la Revista C -del mismo diario- escribió la columna “Mi vida y yo” bajo el seudónimo de Carolina Balducci, y semanalmente escribe contratapas de opinión. Para la edición digital de Clarín, creó el blog Sudaquia: historias de América Latina* y colaboró en revistas de crónica como Soho, Don Juan, Travesías, Surcos, Gatopardo. En su ciudad fue columnista de cine de El Universal, profesora de análisis fílmico de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y coordinadora de proyectos en la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. Fue elegida como uno de los 50 líderes de Colombia en la edición de liderazgo del 2007 de la revista Cambio. Escribió el libro de cuentos Hay ciertas cosas que una no puede hacer descalza (Planeta, 2009; Destino, 2010), que fue traducido al italiano. Participó en la antología de las mejores crónicas de la revista Soho, publicada por Editorial Aguilar en 2008.
Esta es una antología de siete relatos que toman como contexto la cotidianidad de los personajes, mientras se muestran distintas temáticas que pueden ser unas peores que otras; dependiendo del ojo que lo mire. La depresión, el aborto, el cáncer, trastornos alimenticios, sobrepeso, infidelidad, relaciones tóxicas, el desapego, la pérdida de un ser querido y muy en común los lazos familiares rotos; vueltos pedazos. Eso sí, con la soledad como concepto y eje central en cada uno. Porque así se sienten ellos; distanciados y muy solitarios.
A medida que iba leyendo los relatos la sensación de vacío se iba incrementando cada vez más. Siento que los temas no están bien representados en tan pocas líneas porque el conflicto de cada uno de los personajes no me transmitió absolutamente nada. Le falta fuerza, le faltan más recursos narrativos, le falta profundidad. Que se yo, le faltan cosas para que pueda llegar hondo y sentir algo en los párrafos que no sea solo una simpleza que deja sin sabor.
Las circunstancias por las que pasan los personajes son duras pero la narrativa de los relatos no me enganchó, no me marcó ni me hizo reflexionar. Mucho menos transmitió algo más allá de dejarme en la absoluta nada. En la misma indiferencia que me deja una historia que en pocos días olvidaré. Yo no busco la octava maravilla entre las páginas de un libro pero por lo menos espero que me conmueva o me haga odiar. Que me deje alguna emoción o sentimiento; por bueno o malo que este sea. Y aquí no fue el caso.
Me lo encontré de casualidad en una gran oferta de libros y lo llevé, sin saber que ya lo tenía marcado en Goodreads desde hace un año. Realmente no recordaba mucho del mismo, pero cuando leí la sinopsis me enganchó al segundo. Los cuentos no son de terror, sin embargo inquietan un poco, te desconciertan y hasta llegan a tocar fibras sensibles con algo de dramatismo. Siento que la autora realmente quiso reflejar situaciones peores a las que uno normalmente vive y por las que se queja a menudo, cosas que, comparadas a las ocurridas en el libro, son bastante ínfimas. Me gustó mucho, lo recomiendo ampliamente.
En cada uno de los siete cuentos sentimos que algo se nos escapa, el problema es que no tenemos ni idea de qué es ese algo, y si nos detenemos a pensarlo, lo cierto es que tampoco estamos seguros de que se nos esté escapando nada.
En Cosas peores los personajes hacen equilibrio en ese vasto abismo que es el mundo contemporáneo. No hay de dónde agarrarse, no hay una columna dispuesta a sostenernos en medio del absurdo. La muerte parece estar agazapada en cada evento cotidiano, el fracaso es una confesión a la que llegamos en la soledad de la noche, y la esperanza es un bebedizo confuso que no estamos seguros de querer ingerir. Las siete historias que componen el libro gritan desde esas costas: lugares desolados en medio de la concurrencia, una sensualidad desesperada que no alcanza a ofrecer la tregua del placer, una continua confusión de rostros que se observan al espejo sin reconocerse.
La prosa de Margarita García Robayo es, ante todo, contundente. Escribe con fuerza, con precisión. Su búsqueda estética prefiere la insinuación de los paisajes y en rápidos bocetos plantea escenas que aturden: la imagen de un hombre fumando en la oscuridad de un hotel gigantesco, el cuerpo de un niño obeso que ruega bajo el cielo claro del verano, un alto edificio de apartamentos que eclipsa el patio de la casa familiar a la que una mujer acude en un remoto intento de encontrar...
¿Qué?, ¿encontrar qué? Cómo nosotros, los lectores, tampoco los personajes saben muy bien qué está pasando. No importa. Leemos un relato tras otro con la misma sensación de desconcierto, con la misma inquietud de quien se adentra en la noche con una caja de cerillas que, paso a paso, se agota, sin que ningún secreto camino se revele entre las hojas. Usted está aquí y Algo mejor que yo consiguieron golpearme con fuerza. Cosas peores es descorazonador, y descorazonado, quizás tanto como Como ser un paria. Sopa de pescado me parece el eslabón más débil, quizás porque renuncia a la narración clara de los demás para experimentar con el sueño (sigue siendo, sin embargo, adictivo). La ironía en Lo que nunca fuimos es deliciosa, cortante. Los álamos y el cielo de frente hay que leerlo de nuevo, y de nuevo, para regodearse en una confusión que aumenta, y en las paradojas de la maternidad huérfana.
La atmósfera de horror es constante a cada relato, también, y con sorpresa, descubrimos en cada uno algo parecido al comienzo de una carcajada. ¿Quién ríe en esos escenarios?, ¿quién podría? Escuchando con cuidado el eco, sabemos que quizás son los estertores de quien se esfuerza, dolorosamente, para no llorar.
Tiene un par de cuentos bien interesantes, quizá dos que me gustaron harto y el resto no tanto, pero en general not my cuppa tea. Encontré que el estilo era muy a a lo Mariana Enríquez, aunque en general sin los mismos resultados ultra dramáticos pero, como no soy especialmente fan de la Mariana Enríquez, si hubiera sobresalido en la fórmula tampoco habría cambiado mucho mi sentir.
A la vez tampoco soy tan de cuentos cortos, así que admito que soy un público difícil. Creo que hasta ahora solo me han verdaderamente gustado los de John Fante, los de Etgar Keret y los de Cortázar, especialmente esa cosa maravillosa que son los de cronopios y famas. Los cuentos en general requieren mucho compromiso, mucha concentración y mucho amor para desenlaces cortitos, por eso los encuentro matemáticamente menos eficientes jaja, lo que curiosamente no me pasa con la poesía, quizá porque cuando uno engancha con ellas uno se las repite como si fueran canciones.
Dos estrellitas porque fue "ok" para mí y además la cosa entera es bastante cortita. A su vez escritora mujer, latina y de mi generación, había que darle una oportunidad y de hecho espero en el futuro leer más cosas suyas. Encontré que su pluma definitivamente tenía potencial.
Cosas peores is a slight volume comprising seven short stories by the Colombian writer Margarita García Robayo. The English edition, titled Fish Soup, and translated by Charlotte Coombe, is much better value for money, including two novellas as well as these seven stories. It's not clear why the publishers of the Spanish edition (Penguin Random House in South America) should have short-changed the reader in this way.
That said, the stories are good. They are elliptical, often uncomfortable tales of human beings failing to make contact. Sex is often transactional, rarely consoling or without complications, sometimes ugly. In the first story, 'Pariah', a woman well into her fifties tries to recover her sense of self after treatment for cancer. At first it seems a well-mannered, sensitive observational piece about loneliness and illness. But it swerves, strangely but believably, into something unsettling and raw, with the intrusion of drunken, barely consensual middle-aged sex. García observes it all with a clinical eye, unsparing but non-judgemental. In 'Your are here', a man finds himself marooned in a huge Spanish hotel after his flight is cancelled. Again, the story skilfully engages the reader with far from sympathetic characters. Again, the sex is peremptory, uneasy, real-seeming. Similarly, unhealthy sexual longing and anxiety pervade the story 'Fish soup'. Its protagonist is the owner of a bar in the seedy, rundown port area of the city as he struggles to get over the death of his wife. 'Worse things' (the title story of the Spanish edition) observes parents struggling with a progressively more obese teenage son. García Robayo does not spare the reader's discomfort by offering any false glimmers of redemptive light. In the story 'Something better than me', however, there is the faintest sign of hope as parents desperately search for ways of healing a fractured relationship with their student daughter in which she refuses and negates their attempts at communication. The themes of miscommunication and unfulfilled desire also thread through 'Something we never were', a story of the relationship of two students who want different things out of their liaison, though not necessarily the things they think they want. The story 'Sky and poplars' could hardly be bleaker. Unpleasant characters find themselves in a traumatic situation that would normally provoke sympathy. Once more, failure of communication rules relationships: between a couple, between the woman and her mother. Characters constantly talk past one another. For all of them, their patterns of behaviour are ways of evading hard truths in the aftermath of a traumatic even in their lives. García Robayo's themes are bleak, as is her view on human engagement. But her writing is strong and, on this evidence, one advantage of the skimpiness of the volume is that it leaves the writer wanting more. Four stars (disregarding the fact there could have been more stories!).
El primero es un cuento difícil, con una metáfora que entendí mejor a la segunda lectura. Un hombre a quién le cancelan un vuelo y tiene que pasar la noche en un hotel, un hombre que engaña a su mujer casi por casualidad, un hombre que no tiene ganas de nada, un hombre sin motivación. Un cuento muy bueno pero difícil de sentir. Hay algo en la sensualidad del encuentro que me gusta, el no narrar el garche pero dar a entender las situaciones. La imágen de él como un pixel no muerto pero si irrecuperable al que hay que dejar morir es hermosa. Un buen final en un buen cuento, gran forma de abrir un libro.
Como ser un paria:
Una mujer con cáncer decide mudarse a una casa para pasar la enfermedad. Los olores a podrido, las relaciones no dichas, el inverosimil de una fiesta sexual muy bien construída. Un cuento muy bello sobre la enfermedad y la mirada de las familias sobre la misma. Una mujer que no quiere morirse pero sabe que le queda poco tiempo, un hijo que empieza a hacerse cargo de ella de una forma incómoda. Un cuento de personajes, de relaciones y de cosas no dichas.
Me encanta el paralelismo de la primer imágen del ex-gordo con la idea de no querer tener un cuerpo que avergüence, la negación a la dependencia. Un cuento muy bello que no podía terminar de otra forma que con una charla madre e hijo.
Cosas peores:
Este es hermoso y perfecto, empieza como un chico gordo que tiene un padre atleta, que abandono a la familia para irse con una amante joven y una madre sobreprotectora. Al principio uno siente pena por Titi, lo quiere proteger, con el correr de los párrafos empieza a sentir asco por el adolescente en el que se va tranformando y cierra con empatía. Sabe como llevar al lector desde una sensación a otra y las tres son igual de reales. Nada es forzado en este cuento, la enfermedad creada por la figura materna, la sobreprotección innecesaria, las figuras masculinas muy bien marcadas y un personaje que, al final de todo, lo único que quiere es dejar de vivir. Un cuento perfecto y bellísimo.
Algo mejor que yo:
Un hombre tiene una hija que se suicidó y otra que vive en el exterior quien no quiere tener ningún tipo de vínculo con él; se hace enviar a un seminario para poder encontrarse con ella. Un cuento sobre el deterioro de un hombre que poco a poco lo fue perdiendo todo y la única forma que encuentra de poder conectar con la hija que no quiere verlo. Tal vez de los más flojos, pero no por eso deja de ser un buen cuento. Tiene fuerza, solo que no genera el impacto de los otros. Es interesante ver el juego del lenguaje en este personaje desvivido, sin ganas de jugarse por nada. Un hombre deprimido que usa un manotazo de ahogado para encontrar en la hija que no lo quiere, algo vivo de la hija que decidió escapar para siempre.
Sopa de pescado:
Tal vez el mejor de todo el libro. Un hombre cuya mujer falleció empieza a sentir en la casa el olor a la sopa de pescado que ella cocinaba. El juego por el inverosímil, el paralelismo entre la realidad y los sueños, el final totalmente devastador. Un cuento perfecto en todas sus formas. Quiero releerlo para sacarla todo el jugo posible, pero en un primer encuentro es interesante el crear un personaje totalmente redondo e ir destuyendolo con las situaciones. Tal vez muy cerca de lo Cortazariano, juego de tiempos, de ideas, de imágenes. Una sexualidad que sigue muy presente (escrita de una forma totalmente realista). De nuevo, uno de los mejores cuentos que leí. Tal vez sea la emoción del momento, pero es merecidisimo el premio que tiene encima este libro.
Lo que nunca fuimos:
Un hombre tiene una novia que no cree en los límites de las relaciones convencionales y su vínculo se vuelve cada vez más confuso. En este se habla de amor, de las cosas feas que tiene el amor, de las desigualdades emocionales, de como componemos un personaje del otro dentro de lo que creemos y queremos. Un cuento para analizar las parejas, las relaciones, con personajes totalmente reales y un final que rompe con los estereotipos recurrentes en este tipo de historias.
Los álamos y el cielo de frente:
El más Carveriano de todo el libro, con cosas no dichas y un final hermoso. Una mujer se toma un avión para alejarse de su pareja, a medida que la historia avanza nos vamos enterando de un bebé no nacido, vemos la relación con sus padres, odiamos personajes, todo muy bien construído. Me gusta que sea el que cierra porque, al mismo tiempo, es el que más puertas logra dejar abiertas pero sin dejar una sensación de inconformismo literario. Un cuento de los que me gustan, lleno de diálogos potentes, imágenes que dicen muchísimo y une protagoniste totalmente roto.
En conclusión, un libro corto de cuentos hermosos. Lo conseguí en Bs As por 70 pesos (menos de dólar y medio) y me parece una injusticia que no se este leyendo tanto, que haya tenido que pasar a mesas de saldos porque es un libro increíble.
Voy a seguir leyendo a García Robayo porque es probable que sea una de las nuevas voces literarias más interesantes.
Las situaciones que más nos pueden generar miedo están allí de manera real en nuestro día a día: una enfermedad, el desasosiego de la vida que tenemos, el ser marginado o marginada, la pérdida de un amor, la muerte de alguien cercano. 7 relatos que nos vienen a recordar ello, en cada una de sus páginas aparecen esos terrores cotidianos que no percibimos hasta que se hacen presentes. Margarita García Robayo, colombiana, plasma con claridad esas dificultades a las cuales no vemos enfrentadas y enfrentados cuando los planes cambian, querámoslo o no. Una lectura que te mantendrá en alerta, pero que quizás no puedas digerir de una sola vez.
Margarita García Robayo es una escritora tremenda. De ella, hasta ahora, no he leído nada flojo; es de mis escritoras colombianas favoritas. Sus relatos son entretenidos y siempre te dejan algo para pensar.
De este libro mis relatos favoritos fueron: Como ser una paria, cosas peores y los álamos y el cielo de frente.
Terribles y deliciosos al mismo tiempo. Historias crudas y dolorosas con una sinceridad que para los pelos. Los mejores cuentos son Sopa de Pescado y Los álamos y el cielo de frente.
Cosas peores... Y seguro habrán libros peores que este, pero este en sí resultó ser un libro bien pero bien malito. O mejor, y recordando que no tengo ningún criterio para evaluar un libro, debo decir que a mi particularmente no me gustó.
Es un libro corto - afortunadamente-, que reúne seis cuentos super sosos, que no emocionan, no son bonitos, son repetitivos (son exactamente el mismo cuento, solo cambia el protagonista y el problema que este tiene, pero es siempre la misma fórmula) y pretenden ser crudos pero no lo logran.
Lo leí en una sola sentada pero no se lo recomiendo a nadie, creo que hay cosas muchísimo mejores, más bonitas y más emocionantes para leer que este libro.
Cuentos con muy buenas ideas para desarrollar pero que nunca llegan a nada, me da la impresión de que escribe sobre temas que aun no comprende bien por lo cual no puede finalizarlos. Los cuentos tienen muy buenos argumentos, los personajes son buenos pero son insulsos, sin sangre, desvaídos, yertos, ateridos...
Los cuentos abordan diversos temas, la narrativa y el uso del lenguaje, es simple. Se le abona la buena intención de no dejarse callar y enfrentarse a la hoja de papel.
En los 7 cuentos de Cosas peores Robayo abreva de la soledad, de la diferencia, de la enfermedad. Los cuerpos son diferentes, extraños, enfermos, hasta grotescos; pero Robayo pone la lupa sobre aquello que nos incomoda y así vierte nueva luz sobre la condición humana. La familia es, además, el gran tema: los vínculos que los unen están rotos o deshilachados, pero siempre hay una voluntad de volver a atarlos. A través de esas interacciones, ora tiernas, ora perversas, ora desesperadamente cotidianas, marcadas por las fallas de cada persona, el lector también puede cuestionarse sobre los esquemas que nos unen a los otros.
Es este énfasis en la familia lo que también resalta mucho el poder de la memoria; en contraste con las descripciones sensoriales. Olemos los cuerpos enfermos, vemos la piel herida por bisturí, marcada por estrías, escuchamos la voz de una mujer alucinada por un viejo enfermo.
Y claro, Robayo apuesta por la precisión estética, aunque esta misma varíe cuento con cuento: “Inés alzó la cara para mirarla. Susana se había parado a contraluz. Una aureola tornasolada le rodeaba la cabeza teñida de rojo ciruela.”
Leer estos cuentos es entregarse a la incomodidad, a una poco apetecible sensación de vacío. Si bien aprecio el esfuerzo de indagar en aquellos temas tabú o incómodos, que la mayoría decide ignorar —y por eso resultan fascinantes, a su manera—, mucho de los cuentos terminan difuminándose. Solo ‘Mejor que yo’ tiene un momento cúspide y un final esperanzador (algo raro para el resto de los textos). Los demás ceden a la desesperanza, a los fallos, a la propia fealdad de sus personajes.
Si bien existen temas muy fuertes como el aborto, la enfermedad, el aislamiento, la obesidad y el distanciamiento de la otredad, y es posible empatizar con los personajes, siempre faltó algo. En su ímpetu de ser precisa, discreta y subterránea, quizá, la autora renunció a la verdadera vulnerabilidad emocional; a la cercanía entre lectores y personajes. Algo impresionante, considerando que todo el libro va de meterte en los zapatos de otro, de comprender que, efectivamente, existen cosas peores.
Entiendo a los personajes, pero su defectuosa y honesta humanidad nunca va más allá de la página. Al menos no para mí.
“Becky se deshizo rápidamente de la ropa de su hermana, desmontó el cuarto, sacó sus fotos de la sala; al cabo de una semana era como si Rosa nunca hubiese existido. No quedó más rastro que su tesis de grado, que Orestes guardaba en la biblioteca y que se negó a entregar a pesar de que Becky insistió: «No hay que darle de comer a los fantasmas».”
Honestamente, leer este libro te deja con un mal sabor de boca, con ganas de ver noticias curadas por la cariñosa luminosidad; de ver que nació una foca en un zoológico o que alguien sembró cien árboles o abrió un santuario para perros callejeros. El libro te deja con un cuadro honesto, pero feo, de lo que es ser humano. Y quizá, aunque no me agrade, ese es su mejor logro.
Los primeros cuentos siento que se me pasaron como un borrón, pero cuando llegué a Cosas peores recordé por qué Margarita García Robayo es mi mamá. Ese cuento me pareció de lejos el mejor del libro, fue demasiado hermoso. De ella solo había leído Primera persona, que puede ser de mis libros favoritos en el mundo. Este es muy distinto, no se siente tan personal como Primera persona, pero eso le da cierto humor a su narración que la hace muy divertida de leer.
Otro cuento que me gustó un montón fue Sopa de pescado, ese lo tuve que leer dos veces porque se me escaparon muchas cosas en la primera lectura y, verdaderamente, es de esos que genuinamente se vuelve mejor cuando se repite. Lo que nunca fuimos también me gustó, me pareció más chistoso que cualquier otra cosa, solo pudo haber sido escrito por alguien que también haya sido masticado y escupido por alguna facultad de humanidades/ciencias sociales.
Total, la amo. Todos los personajes de su cuento están muy solos y, en momentos de soledad, esa mirada con humor se siente como un abrazo. Sin embargo, creo que la calidad de los cuentos es muy variada, hay unos excelentes y otros que solo están bien.
La verdad es que superó mis expectativas. No creí que fuera a gustarme tanto, pero lo hizo! Lo que me gusta de este tipo de lecturas, es que son un respiro cuando uno viene leyendo una saga con libros bastante extensos, se podría decir que es un descanso.
Cosas peores, es un libro el cual contiene siete breves relatos de siete personajes los cuales están pasando por una situación muy difícil. Creo que lo mas interesante es que en cada caso, en cada problema, se plantean temas los cuales directamente están relacionados con lo que es la complejidad humana, y como tema principal el no terminar de pertenecer o encajar en una sociedad.
Cada personaje, cada historia es única y abarcan distintas problemáticas pero creo que en conjunto las siete historias replican lo que todo ser humano llega a experimentar a lo largo de su vida.
Muy interesante, y te lleva a razonar y profundizar sobre cuestiones sobrevaloradas.
Historias desgarradoras y tristes. Te hace reflexionar y sentir empatía por todos los personajes. Un fragmento conmovedor muy doloroso y que me llegó al corazón:
"No tenías ni tres años cuando te conté quién era Manuel Sotomayor, tu bisabuelo (...) Ese día me hiciste creer que no existía nada en el mundo que te interesara más que esa historia mal contada. Y yo pensé: tengo el poder de llenar su cabecita vacía de ideas que alguna vez ella va a transformar en otra cosa, en algo mejor que esto que estoy contando, en algo mejor que la historia original y en algo mejor que yo. (...) Ahí dejó de hablar. Esa historia era cierta. No le había pasado con Becky, sino con Rosa, pero quién podría desmentirlo".
Había oído y leído muy buenas recomendaciones sobre MGR, en especial por “La Encomienda” el cual tengo en mi lista de lecturas de 2023. No obstante empecé por este libro de cuentos y me dejo bastante decepcionado. Casi un mes después de haberlo culminado hago esta reseña y la Verdad es muy muy poco lo que tengo para escribir. Cuentos vagos, vacíos, inconclusos. Espero que esta impresión cambie con la encomienda.
La escritura de Margarita García Robayo es certera, incómoda, dolorosa. A medida que lees te vas sintiendo mal, te compadeces de algunos de los personajes, otros te fastidian, no entiendes cómo pueden errar tanto y todo eso me encanta. No es mi libro favorito de ella, pero me parece un texto perfecto para ver cómo la autora construye con palabras el desasosiego, cómo explora el malestar y te arrastra en él.
Lo disfrute bastante, tenia una idea bastante diferente de lo que sería, pero estos siete relatos han sido lo bastante reales para poder exponer las diferentes etapas en las que uno como ser humano se expone a las miserias de nuestra vida cotidiana.
Cada una es una historia por contar, una tragedia en diferentes dimensiones, cada una con una moraleja compleja pero fascinante.
Que cuenticos maravillosos ✨ Margarita tiene algo que me engancha, creo que su lenguaje es tan cercano al mío que se me hace imposible no sentirme en casa cuando la leo. Estas son historias de pura gente deprimida, Y QUE MANERA DE CONTARLAS. El cuento que le da título al libro es el mejor y lo leí dos veces seguidas porque WOW.
Los siete cuentos se leen de una sentada. Son historias llamativas pero, como bien lo dice otro reseñista de Goodreads, los lectores quedan con la sensación de que hace falta más desarrollo; en otras palabras, la brevedad no le conviene a dichas interesantes temáticas.
Relatos recomendados: - "Sopa de pescado" - "Usted está aquí"
De 7 cuentos, me gustaron 3. A veces, maneja el lenguaje de una manera que pareciera que se lee un trabalenguas, en general buen ritmo de escritura. Buenos plot twist. Los cuentos tienen la estructura clásica, el narrador en tercera persona. Los temas son repetitivos, pero suceden en contextos completamente diferentes. Mi favorito fue el de sopa de pescado.
Increíble!! Leo en otras reseñas que “le falta fuerza y que no les transmite ningún sentimiento”….. pufff,….por el contrario a mi cada relato me deja incómoda, molesta. El último relato me dejó enojada con los papás de Ema, con mis papás también… vaya! jajaja, que cosas! Me encantó descubrir a Margarita García Robayo es el primer libro que leo de ella 🙌🏻
En la solapa se habla de la habilida de la autora para escribir el desamparo pero en lo personal creo que se queda a mitad de camino, y en ese fuera de campo, ese juego con no ser explícita, aparece cuando la idea de le va un poco de las manos.
Los relatos exploran matices del horror en la vida cotidiana. Y se enfoca en los fragmentos que produce. Ahí está el acierto. Mis favoritos: Como ser un paria, Sopa de pescado y Los álamos y el cielo de frente. A algunos les hubiera puesto otro título.
Margarita García Robayo siempre es contundente y precisa. Cada palabra está pensada para encajar perfectamente. Ese es su poder y gracia. 7 relatos para pensar en lo bizarro, en lo común, en el dolor y la compasión.
No me parece bueno ni malo, más bien curioso y fácil de leer, por su ligereza y de nuevo, el toque “raro”. Son cuentos unidos como por el lado amargo, sucio de la vida… más allá de eso no le encontré.
Este libro de cuentos de la gran Margarita Garcia Robayo nos muestran diferentes historias deteniendose en la singularidad de cada personaje. Analiza y agota los sentimientos de cada uno de ellos y nos hace parte. Definitivamente se lo recomendaría a todos.